Siempre te queda poder salir de casa hacia la calle, cuya marrón largura calma la vista con sus portales, con lo delgado de los árboles desnudos, con los charcos que brillan y los pasos. No es que me esté volviendo loca, es el verano que me agota.
Brodsky Margaret M. de Lange (Oslo, 1963) retrata lo que hacemos y somos cuando nadie nos ve; cuando escapamos a los ojos ajenos; cuando nadie observa nuestros gestos y acciones, nuestros cuerpos. Cuando cerramos las puertas y somos más nosotros, relajados, olvidados y solos. Cuando nos relacionamos con nosotros mismos.
"A lo mejor, todos somos los otros", Saramago.
Las personas que aparecen en estas fotografías, dice Lange, son en realidad ella misma (y nosotros); reflejan su sentido del propio cuerpo, de la soledad y el miedo, su esperanza y deseos, sus pensamientos sobre el ser propio y ajeno.
"Esta gente es mi espejo", apunta la fotógrafa, "mi manera de mostrar esas partes de mí misma que intentan esconderse. Mis inseguridades, sueños y anhelos. Mi felicidad y dolor, mis victorias y caídas. Mi soledad".
A veces nos sentimos solos, incluso cuando estamos rodeados de otras personas. Es quizás en esos momentos cuando es más difícil tratar de ocultar nuestros sentimientos.
Para Lange, el hecho de fotografíar esto significa atreverse a "permanecer en una habitación para capturar lo que sucede cuando todo el mundo se ha ido".
Exige hacerse invisible; tener la facultad de no ser vista al retratar, fundirse con la escena, hacerse casi decoración cotidiana, rozar los cuerpos sin tocarlos, su gordura o delgadez, su juventud o vejez... Y no sacar conclusiones sobre los retratados. No querer embellecer o aligerar la piel solitaria o triste, sana o herida, vieja o joven, querida o abandonada; ni el gesto mecánico, banal, repetitivo y cotidiano, en casa, en el baño, en el sofá, en la cama...
Ella abraza aquello que mira. Lo asume como suyo. Y lo muestra.
Hay una soledad ontológica (el ser está ahí) que nos dice que somos islas, quizás en un archipiélago, pero islas de todos modos..
Dentro de nosotros hay una cosa que no tiene nombre. Eso es lo que somos, lo que necesitamos es buscar y dar un nombre a esa cosa: quizá, sencillamente, lo podamos llamar humanidad. Quizá lo sea. Saramago
En aquel momento supo que la eternidad había quedado decapitada en un instante. Entonces, se acercó al cristal, miró al exterior y no vio nada. Wolfe
2 comentarios:
Precisamente conocí a esta fotógrafa ayer, Inma, a través del blog "fotógrafos en la red"
A mi también me agota agosto.
Genial la frase de Saramago.
Besos
A mi me encantó esta fotógrafa. Estaba leyendo un blog que me gusta mucho "tarde croaste" y estaba una fotografía de ella junto a un poema....quedé flipando!! entonces quise enseguida averiguar quién era, sus fotos, su vida..en fin, que mi impulsividad y curiosidad son ya imbatibles..
Besotesss guapa
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