Hay sueños que no mueren
Hay sueños que no mueren. Se empeñan
en ser sueños.
Ajenos a la comba de la esfera
y a las operaciones de los astros,
trazan su propia órbita inmutable
y, en blindadas crisálidas, se protegen
del orden temporal.
Por eso es que perduran:
porque eligen no ser.
Negándose se afirman,
rehusando se mantienen, como flores de cuarzo,
indestructibles, puros, sin dejarse arrancar
de su dormiente ínsula.
Intactos en el tiempo,
son inmunes a la devastación
que en cada vuelta acecha, inhumana,
a la pasión que exige y que devora,
a la desobediencia y extravío
que en los vagabundeos centellean.
Monedas que el avaro recuenta sigiloso
nunca salen del fondo del bolsillo.
No ambicionan. No arriesgan. No conquistan.
No pagarán el precio del fracaso,
la experiencia, la determinación,
la ebriedad o el placer.
Sólo son impecables subterfugios.
(de "Punto umbrío" 1995)
Si recordaras, amor mío
Si recordaras, amor mío, qué es lo que te aguarda tras las seguras paredes de la espera. Si recordaras cómo ¡y qué cruelmente! el deseo atendido oculta su puñalada de decepción. Si recordaras que, una vez que la pasión estalla, el secreto deja de ser escudo y huída, no me insistirías para que te mostrara, para que te ofreciera, para que te otorgue. Sino que te resignarías a sobrevivir dentro de mí en el dúctil territorio de los sueños, donde todos los modos de ternura que puedas inventar son permitidos, toda tempestad música y ningún temor es irrevocable. Si recordaras, Amor mío, qué es lo que te aguarda tras las seguras paredes de mi corazón, no me obligarías a levantarme en armas contra ti, a detenerte, a desmentirte, a amordazarte, a traicionarte... antes de que te me arrebaten, dulce silencio mío, mi único tesoro, insensato e irreductible sentimiento. (de "Punto umbrío" 1995) |
Where is my man
Nunca te tengo tanto como cuando te busco
sabiendo de antemano que no puedo encontrarte.
Sólo entonces consiento estar enamorada.
Sólo entonces me pierdo en la esmaltada jungla
de coches o tiovivos, cafés abarrotados,
lunas de escaparates, laberintos de parques
o de espejos, pues corro tras de todo
lo que se te parece.
De continuo te acecho.
El alquitrán derrite su azabache,
es la calle movible taracea
de camisas y niquis, sus colores comparo
con el azul celeste o el verde malaquita
que por tu pecho yo desabrochaba.
Deliciosa congoja si creo reconocerte
me hace desfallecer: toda mi piel nombrándote,
toda mi piel alerta, pendiente de mis ojos.
Indaga mi pupila, todo atisbo comprueba,
todo indicio que me conduzca a ti,
que te introduzca al ámbito donde sólo tu imagen
prevalece y te coincida y funda,
te acerque, te inaugure y para siempre estés.
(de "Punto umbrío" 1995)
El jardín de las delicias
Flores, pedazos de tu cuerpo;
me reclamo su savia.
Aprieto entre mis labios
la lacerante verga del gladiolo.
Cosería limones a tu torso,
sus durísimas puntas en mis dedos
como altos pezones de muchacha.
Ya conoce mi lengua las más suaves estrías de tu oreja
y es una caracola.
Ella sabe a tu leche adolescente,
y huele a tus muslos.
En mis muslos contengo los pétalos mojados
de las flores. Son flores pedazos de tu cuerpo.
(de "Los devaneos de Erato" 1981)
"Se puede decidir escribir en prosa o en verso pero la poesía no tiene nada que ver con la intención, brota porque sí"
El conjunto de su obra se caracteriza por una amplia gama de registros y de géneros. Ha combinado a lo largo de su vida el teatro, la poesía y el género narrativo. Su obra es un mezcla de erotismo, esteticismo y culturalismo.
Ana Rossetti se siente heredera de San Juan de la Cruz, porque "la primera vez que leyó una lira suya sintió que estaba en contacto con poesía en estado puro".
Esta poeta gaditana se encuentra por derecho propio entre los mejores poetas españoles de la poesía española contemporánea.
Su poética atrae cada vez más a numerosos ensayistas y antólogos. Se saturan. Se escandalizan. Se conmueven. Pero de ninguna manera se mantienen indiferentes ante la fuerza sensual de su obra. Todo este cúmulo creciente de críticos y escritores se unifica con la convicción "de que algún día le temeremos como a Virginia Wolf"
Pertenece a una generación educada bajo la rigidez e intolerancia del catolicismo y la censura, quizá por ello su poesía comience como manifiesto de liberación de aquellas trabas morales, al exaltar el placer erótico y sexual. Por encima de todas las cosas, acompañando con su riqueza verbal y poética la evolución de la literatura española contemporánea.
*.- Las pinturas son de Theodoros Rallis Scaramanga (1852-1909), griego. Orientalista
"Apoyar la frente enfebrecida en la nublada celosía del confesionario. Enumerar los inasibles recorridos de la serpiente. Buscar un nombre para hacer cada crimen discernible. Dibujar las noches; las llagas de las paredes encaladas en la oscuridad, brillando; los colibríes enzarzados, enredando sus lenguas de pistilo bajo los rígidos almidones de mis tocas. Apoyar la frente. Abandonarse. Sentir cómo el anillo que atenaza mi corazón, se me resbala por el pecho como un crisantemo decapitado".
(de "Alma Meláncolica")
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