"La forma en la que Frida Kahlo (1907-1954) posa es asombrosa. Su forma de mirar al espectador, cómo se tumba en el césped... Es realmente una verdadera modelo". Esta afirmación es fácilmente corroborable contemplando las fotografías que el colombiano Leo Matiz (1917-1998) tomó en México en los años cuarenta de la que se convertiría en la artista mexicana más influyente de la historia y que integran la nueva exposición organizada por La Térmica de Málaga.
Frida Kahlo aprendió a posar con su padre, el fotógrafo Guillermo Kahlo, que también le enseñó a manejar las cámaras, a revelar y, sobre todo, a mirar. Y ese es el principio en el que ella se basaría cuando empezó a pintar.
Fotografías de Leo Matiz en La Casa Azul, organizada junto a la Fundación Leo Matiz y que podrá verse hasta el 29 de mayo en el centro cultural malagueño.
La muestra reúne más de medio centenar de imágenes, la mayoría inéditas en España, que reflejan la estrecha relación de Kahlo con el fotógrafo colombiano, uno de los grandes profesionales de la fotografía del siglo XX, testigo de sus más trascendentales acontecimientos y cuya obra está expuesta en el MoMA de Nueva York.
Leo Matiz se sumergió con su cámara Rolleiflex en el ambiente intelectual y artístico de la época y logró registrar en sus retratos la intensidad creativa y personal de los hombres y mujeres que protagonizaron un papel decisivo en la historia cultural de México en los años cuarenta.
Con la cámara entre sus manos, el ojo agudo y sensible de Leo Matiz, captó escenas sencillas e inolvidables de la pintora Magdalena Carmen Frida Khalo y Calderón en su casa de Coyoacán, lugar en el que nació la artista el 17 de julio de 1910, fecha del estallido la revolución mexicana.
Pero, ¿qué tienen de especial estas instantáneas de una artista que fue tanto o más retratada que una estrella de cine?
Hay series muy conocidas sobre Frida Kahlo de Imogene Cunningham, Lucienne Bloch, Edward Weston, Nickolas Muray, Tina Modotti, Dora Maar e, incluso, André Breton. Pero, Leo Matiz fue amigo personal del tempestuoso matrimonio de Frida Kahlo y el muralista Diego Rivera y pudo fotografiarla en la intimidad del hogar.
Además, Matiz llegó a México en el momento de mayor efervescencia política, intelectual y cultural del país, en los años 40, en los que, además, la casa del matrimonio, en el centro de Coyoacán, en Ciudad de México, era punto de reunión de, entre otros, artistas exiliados españoles o revolucionarios como León Trostky.
La mayoría de estas imágenes en blanco y negro que revelan la vigorosa personalidad Frida Kahlo rendida ante la lente de Matiz, han sido rescatadas por Alejandra Matiz, quien a través de una búsqueda infatigable en ciudades de América Latina y Estados Unidos, pudo encontrarlas en archivos abandonados por el fotógrafo durante su vida errante de reportero gráfico.
Las poderosas imágenes de Leo Matiz, nos devuelven el rostro profundo y espontáneo de Frida Kahlo, con su carga de belleza y desesperación, pero también como el testimonio visual de una época y la fuerza de la fotografía para detener el tiempo.
Uno de los grandes fotógrafos de América del Sur es Leo Matiz, que nació en el pueblo de Gabriel García Márquez, Aracataca, una década antes.
Ha sido caricaturista, pintor, editor, galerista y, sobre todo, fotógrafo, a pesar de que pronto perdió un ojo. Dicen de él que ha tenido una vida increíble, que se casó catorce veces, y entre sus amigos se cuentan Frida Kahlo y su marido Diego Rivera, Luis Buñuel o Pablo Neruda.
Leo Matiz encontró en Frida Kahlo a un "personaje escandaloso entonces para una vida mexicana llena de tradiciones, con varios amantes, tanto hombres como mujeres".
Según la comisaria, a Kahlo le ayudó artísticamente vivir en ese contexto histórico, porque México era entonces "la metrópoli de referencia, a la que llegaron los republicanos españoles en 1939 y los europeos después de la Segunda Guerra Mundial".
La surrealista rebelde
Los retratos posados de Frida Kahlo expuestos en el centro cultural malagueño nos retrotraen directamente al arte de la fiera mexicana, pues ella misma fue su principal motivo artístico: "Soy el motivo que mejor conozco", afirmaba la artista feminista que abriría el camino a personalidades del arte femenino como Louise Bourgeois.
Pese a que hizo exposiciones encuadradas en ese movimiento, Kahlo siempre renegaría de la etiqueta de surrealista que le impuso André Breton, que intentó reclutarla para su tropa (grupo que ella llegó a definir como "panda de chiflados y lunáticos hijos de puta surrealistas", aunque salvaba del saco a Duchamp).
"Se me tomaba por una surrealista. Esto no es correcto. Yo nunca he pintado sueños, lo que yo representaba era mi realidad", afirmaba Kahlo.
"Frida era ella y su circunstancia histórica. Estaba casada con el hombre más poderoso, era una mujer muy libre y que escandalizaba, reflejo de una reivindicación feminista en un México que a día de hoy sigue siendo muy machista. Era una mujer de vanguardia y que siempre estaba rodeada de gente muy especial".
Exposición: "Frida Kahlo. Fotografías de Leo Matiz en La Casa Azul".
Fotografías de Leo Matiz.
Comisariada por Angustias Freijo y Mario Martín Pareja y que ofrecerán una conferencia a los asistentes.
Del 11 de marzo al 29 de mayo de 2016
Horario habitual:
De martes a domingo
11.00 a 14.00 y 17.00 a 21.00 horas
Lunes cerrado
Sala 014
La Térmica
*Entrada libre hasta completar aforo
Fuentes: