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domingo, 30 de agosto de 2020

BETINA EDELBERG - 5 POEMAS GRANDIOSOS

"Volveré:
Una peluca y una máscara
y el disfraz
que entrega esta ciudad
que me brota
y rodea
y llevo ya un ramaje pesado,
tantas hojas inútiles."




Oskar Kokoschka



Intenciones


Voy a salir a mi cara,
a la conspiración del sueño,
al violento plumaje de mis pasiones,
al irremediable pan del presagio,
voy a salir al olvido,
voy a olvidarme huesos
o algún doméstico momento de los escarnios del polvo,
voy a entornar el recuerdo,
la invernada
o el monótono oleaje de mis rutinas
y el de las penurias,
voy a dejar de roer la madera del sentido común
y la limosna de las frágiles importancias
y de las entumecidas palabras y arrugadas frases,
voy a dejar la blanda naúsea de mis defectos.


He decidido dejar de visitarme.



Pierre Auguste Rodin


Convivencia


Invoco los contornos de la soledad,
me vuelvo jarra o vaso o fruta,
límite de alguna mansa naturaleza muerta,
caigo como una antigua mirada
por la modestia de las cosas,
por lo que invoca las ausencias,
todo lo que me recuerda días
o convivencia con una silla o la mesa,
con las marcas de mi nostalgia,
caigo por todo lo que me precipita hacia mí,
por todo lo que me ha dejado ya sin miedo,
por los rápidos del silencio,
por todo lo que se vuelve contra mí,
se vuelve y me golpea
y me habita y deshabita
aquí,
tan lejos de la ansiedad que arrastra el día,
aquí,
de regreso,
muda, muda, enmudecida.



William Glackens


Salvación por la palabra

Y sin embargo
en el comienzo de la mentira
en el movimiento ciego y apurado
y sin asilo
en el falso espejo de la palabra
está nuestra morada
y nos consume
y aprisiona con su palma de siglos.

Aceptar esta muerte morosa
el imperio de esta lenta podredumbre
y sin hoguera
sin resurrección acaso.

Aceptar la soledad de una frase
que destruye el mundo que rodea
en una imagen sin recuerdo
sin ojo.
Aceptar el altivo exilio de nombrar.

Aceptar
la débil esperanza de la profecía
y del oráculo
que nadie entendió.



Edvard Munch


Epopeya de la negación



No quiero murmurar nostalgia,
repetir desolación,
lamer el vano sortilegio de un lenguaje.
No quiero estos fastuosos resúmenes:
un vacío que llamamos vida
y que puede ser dificultad o cobardía
o vergüenza de ser nada,
la lenta profanación de ser solamente,
acumular minúsculas traiciones,
inútil movilidad.
Alguien canta falsos estíos
o un mundo sonriente que no existe,
porque hay que fingir un altísimo solo,
desconocer una triste marea y su naufragio.
Alguien cambia mentira por amor
y todo es la fábula de una puñalada
o desaparición total.
La realidad describe sonrientes fotografías:
un himno infatigable a los jefes de la destrucción.
No quiero murmurar hojas,
repetir antiguos paisajes o sentimientos perdidos,
no quiero aceptar vagas reverencias o sumisiones,
mezquinas ganancias,
un mundo aferrado a la vejez, al miedo, al trueque.
Elijo ser nadie,
ser pobremente yo,
disiparme en verdad,
aunque el precio sea volverme
y no contemplar un hervor que me mira y me conquista,
aunque el precio sea esta soledad,
esta soledad.



Diego Rivera


Ritual de la calumnia


Y estoy mirando y este mundo es mío,
volverme sin embargo
y tratar de sonreír
aquí,
entre amigos,
nuestras rengas meditaciones entre paredes culpables:
la realidad revolotea torpemente
más allá,
inaccesible al sonoro ritual de la calumnia.

Y de pronto,
en medio de nuestras mansas postergaciones,
podríamos tristemente morir
y después de todo es para siempre.
Ni siquiera mordisquear un resto de vida
desde una última cama
o aceptar la sumisa corrosión
purificada por inútiles palmas y coronas.
Así nomás morir,
acaso sin merecerlo.
Ya era triste el porque sí de una bala
que desdeña el heroico cuerpo a cuerpo.

Contemplo el festejo augural de todas nuestras muertes,
el bellísimo hondo de la desaparición,
yo, espléndido residuo de opulentos colores,
cumpliendo el éxtasis de las descripciones,
repartiéndome vagamente entre mis monstruosos descendientes,.

Ninguna canción
ni la falsa historia podrían memorarnos,
no somos irritados héroes nacionales.
Apenas puedo jugar…Rolando…Orlando…
y morir salpicada por la erudición.
Apenas hombres arrasados por oleadas de penurias,
por oleadas de irreparable ciencia,
acaso resignados,
acaso indiferentes,
todavía cantando para resistir el miedo de siempre.

Me rebelo,
gruño a los buitres solemnes y agrietados
que deciden por mí, por nosotros,
no quiero confiarme, delegar,
este mundo es mío y asumo su peso.

Me rebelo
y miro distraídamente mis futuras uñas marchitas.

Así.

(Imposturas, 1960)


*********




Betina Edelberg (Buenos Aires, Argentina, 1921-2010). Es una de las más interesantes escritoras argentinas. Su producción literaria comprende poemas, cuentos, pantomimas y "delirios" (prosa poética breve, onírica pero no surrealista) . 



La poesía según Betina Edelberg:


"Más allá del tono lastimero y pesimista o de negación y falsa cólera, más allá de la premeditación optimista y épica existe una poesía tranquilamente modesta que no busca agradar ni seducir sino expresarse por sí misma, a veces con humor o con ironía, a veces como una inclemencia : creo que entrega una dolorosa versión de la esperanza. 

Esta poesía denuncia o describe su tiempo privada de la anécdota y de la complacencia del canto. Su desnudez la lleva a la pobreza de la palabra primordial. 
Proviene de seres indigentes y resignados a entregar sólo una aproximación de lo que fuera la efervescente embriaguez del poeta ante la crispada realidad o sueño y ante la palabra ambigua..."



Betina Edelberg, [1921-2010]
Nacida en Buenos Aires y reconocida como una de las más exquisitas poetas y escritoras argentinas.


A PROPÓSITO DE LA DESIGUALDAD ENTRE SERES HUMANOS

Cinismo y amargura son los dos frutos que te da el árbol de la vida.


Las horas tristes - Ramón Casas i Carbó (1900)




Mi lucha por la igualdad entre todos los seres humanos va conmigo desde que era muy joven, soñar un mundo igualitario en donde las mujeres nunca se sientan rebajadas o ninguneadas es mi prioridad. Es por eso que siempre publico arte que viene de seres humanos libres y comprometidos, los demás no me interesan.

Un ser humano que vive dentro de la igualdad es libre, de pensamiento y de acción, y aporta mucho a la sociedad. Es un verdadero lujo tenerlos en nuestras vidas. Sin embargo, uno que no lo es (y paradójicamente piense que sí lo es), es un lastre que envenena todo lo que toca.

¿cómo enfrentan los hombres su posicionamiento en esta lucha?

Considerando que los diferentes niveles de opresión (especismo, racismo, clase, machismo u otro) afectan a diferentes grupos de la sociedad y asumiendo que los seres humanos nos relacionamos entre nosotros y configuramos contextos complejos podemos establecer que los hombres sí se relacionan con el patriarcado y en consecuencia con el machismo, pero que claramente ellos no son los más violentados por este, pues su posición es de privilegio ante cualquier mujer del planeta en cualquier lugar del mundo.

El hombre (varón) ha sido educado dentro de una estructura machista y patriarcal, este sistema los quiere de tal guisa, falta mucho para que el hombre se sienta en igualdad con la mujer. Y mientras, tenemos que esperar que maduren para poder llevar con ellos una vida igualitaria y feliz.

Ojalá llegue ese día en que ya no digamos jamás "lo hace un hombre y está bien considerado por la sociedad, lo hace una mujer y es vilipendiada".

Yo, personalmente, estoy harta de hombres inmaduros que se refugian en el victimismo para poder justificar sus acciones, y los que no, se refugian en desmentirlo una y otra vez.

La lucha de la mujer, en este mundo tan machista y patriarcal, es imprescindible. No podemos dejarlo estar, ser pasivas o sumisas, o callarlo o admitirlo o vivir con ello. ¿Por qué?

Para que llegue ese día en que hombres y mujeres caminen por el mundo en igualdad, tanto personal como profesional.

No me gusta nada el hombre que es difícil de definir, porque aparentemente son los más admirados por la sociedad, se muestran amables, simpáticos, educados, son extrovertidos, halagan, defienden a las mujeres en público, seducen, enamoran tanto a hombres como a mujeres, en fin, adorables. 

Tienen una psicopatía que ni ellos saben que la poseen, la de mentir maravillosamente bien. Parecen tan creíbles porque ellos mismos se creen sus propias mentiras. Y, lo que es peor, utilizan la mentira como una herramienta de trabajo más, están tan acostumbrados que es difícil captar cuando lo hacen; son los que mienten mirando a los ojos y con una actitud relajada. Saben que están mintiendo, pero no les importa, no tienen la resonancia que uno siente cuando miente. Siempre dicen lo que conviene decir o lo que se espera que conteste. Encuentran siempre una explicación o excusa para todo.


La frase que mejor les define "Soy una mentira que siempre dice la verdad", lo dijo Jean Cocteau, y yo lo suscribo.




Henri Rousseau, 1907.


La igualdad debe ser la gran fórmula humana.

A PROPÓSITO DE BERTRAND RUSSELL Y DE CÓMO ENTIENDE LA FELICIDAD




Quiero dedicar esta entrada a un autor con mayúsculas, porque es uno de los grandes filósofos y matemáticos de la historia.


Bertrand Russell (1872-1970) tuvo una vida larga, intensa y muy fructífera. Luchador y teórico incansable, nunca dejó de defender sus ideas, en pos de una sociedad más justa y un mundo mejor para vivir. Estuvo en la cárcel en dos ocasiones, una por su actividad en favor del pacifismo durante la Primera Guerra Mundial, y otra por participar en una manifestación en contra de las armas nucleares, tarea a la que dedicó los últimos años de su vida. 

También fue enemigo acérrimo de los fascismos, lo que le hizo dejar atrás su pacifismo para defender una intervención armada que acabara con la amenaza del nazismo en Europa. Su bibliografía es extraordinariamente extensa, y en sus obras trata sobre una multitud ingente de temas, entre los cuales podemos mencionar algunos como el control de la natalidad, los derechos de las mujeres o la existencia de Dios. Esta labor le valió la concesión del Premio Nobel en 1950, como reconocimiento a una obra literaria que asombra por su variedad y sus dimensiones.



La conquista de la felicidad tiene quizás nombre de libro de autoayuda, pero nada más lejos de la realidad. Se trata de un análisis claro y ameno sobre los motivos que nos hacen ser infelices y los que por el contrario pueden darnos la felicidad, explicados por una mente lúcida que recurre a toques de humor y a ironías de forma frecuente. Aunque algunos pasajes pueden haberse quedado un tanto desfasados (el libro fue publicado en 1930), es magnífico en la mayor parte de sus planteamientos, y algunas de las predicciones que en él lanza se han cumplido de forma casi literal, lo que demuestra su capacidad de anticiparse a los acontecimientos futuros.

Es difícil hacer una selección de pasajes o frases a destacar en un texto que merece ser subrayado casi por completo. Me atreveré con algunas reflexiones que me han parecido más que interesantes. Por ejemplo, para Russell una de las razones de la infelicidad reside en las altas expectativas que tenemos de nuestra propia vida. Esto es, no todos los días pueden estar llenos de momentos intensos y excitantes que nos hagan sentirnos exultantes de júbilo. En este sentido, es muy importante que la educación de los niños los prepare desde pequeños para esta realidad:


"La capacidad de soportar una vida más o menos monótona debería adquirirse en la infancia. Los padres modernos tienen mucha culpa en este aspecto; proporcionan a sus hijos demasiadas diversiones pasivas, como espectáculos y golosinas, y no se dan cuenta de la importancia que tiene para un niño que un día sea igual a otro, exceptuando, por supuesto, las ocasiones algo especiales. En general, los placeres de la infancia deberían ser los que el niño extrajera de su entorno aplicando un poco de esfuerzo e inventiva."


En otro capítulo Russell analiza el miedo a lo que los demás puedan decir de nosotros como otra de las razones de la infelicidad, y concluye con esta reflexión:


"Creo que, en general, dejando aparte la opinión de los expertos, se hace demasiado caso a las opiniones de otros, tanto en cuestiones importantes como en asuntos pequeños. Como regla básica, uno debe respetar la opinión pública lo justo para no morirse de hambre y no ir a la cárcel, pero todo lo que pase de ese punto es someterse voluntariamente a una tiranía innecesaria, y lo más probable es que interfiera con la felicidad de miles de maneras."


Me ha sorprendido que, frente a algunas corrientes de la psicología actual que centran la atención en la búsqueda de la felicidad personal dentro de uno mismo ("si no te quieres tú no te querrán los demás" vendría a ser su eslogan).

Russell nos habla de una felicidad volcada hacia fuera, para la cual la mejor receta es no hacer daño a nadie, tratar de hacer que los que nos rodean se sientan a gusto, o tener un amplio abanico de ocupaciones que llenen nuestro tiempo y nos estimulen, entre otros. Naturalmente parte de la base de que no tenemos ningún problema realmente grave que nos impida ser felices en un momento dado.

En condiciones normales, nos viene a decir, "el secreto de la felicidad es este: que tus intereses sean lo más amplios posible y que tus reacciones a las cosas y personas que te interesan sean, en la medida de lo posible, amistosas y no hostiles."


(*) Leí este libro hace muchos años, me impactó porque fue escrito en los años 30 y me di cuenta que seguían vigentes sus palabras, lo he vuelto a releer varias veces, es más, lo tengo en mi mesilla de noche como libro para hojear siempre que me encuentro algo tonta, y compruebo que hace maravillas en mí. Lo recomiendo y dejo aquí su descarga.







"Tres pasiones, simples pero abrumadoramente fuertes, han gobernado mi vida: el anhelo de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad".


*.- Entrada que hice en 2017 y que actualizo hoy




lunes, 27 de julio de 2020

EDUARDO GALEANO - TODOS SOMOS NADIE - JODIDOS, REJODIDOS


Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.

Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.


Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:

Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.



Poema de Eduardo Galeano (1940)

FERNANDO PESSOA - EL DESAFÍO DE EXISTIR PARA UN SER HUMANO ESPECTACULAR

"Escribo estas líneas, realmente mal anotadas, no para decir esto, ni para decir cualquier cosa, sino para ocupar en algo mi desatención".

José Almada Negreiros, Retrato de Fernando Pessoa, 1954

Escrito en un libro abandonado en un viaje
" Tengo el cansancio anticipado de lo que no voy a encontrar. Si en determinado momento me hubiera vuelto para la izquierda en lugar de para la derecha. 
Si en cierto instante hubiera dicho sí en lugar de no, o no en lugar de sí. 
Si en determinada conversación hubiese tenido frases que sólo ahora en el entresueño elaboro. 
Si todo esto hubiera sido así hoy sería otro y quizá el Universo entero sería insensiblemente llevado a ser otro también. 
Pero sólo ahora lo que nunca fui ni seré me duele. 
Voy a pasar la noche a Cintra porque no puedo pasarla en Lisboa pero cuando llegue a Cintra me va dar pena de no haberme quedado en Lisboa. 
Siempre esta inquietud sin resolución, sin nexo, sin consecuencia. 
Siempre, siempre, siempre. 
Esta angustia excesiva del espíritu por nada. 
En la carretera de Cintra, o en la carretera del sueño, o en la carretera de la vida. 
A la izquierda hay una casucha al borde de la carretera. 
A la derecha, el campo abierto con la luna a lo lejos. 
El auto que parecía hace poco proporcionarme libertad es ahora algo en lo que estoy encerrado. 
A la izquierda, hacia atrás, la casucha modesta. 
La vida allí debe ser feliz sólo porque no es la mía. 
Si alguien me ha visto desde la ventana de la casucha soñará: ese que va en el auto es feliz. " 


¡Ah! La angustia, la abyecta rabia


¡Ah! La angustia, la abyecta rabia, la desesperación
De no yacer en mí mismo desnudo
Con ánimo de gritar, sin que sangre el seco corazón
¡En un último, austero alarido!

Hablo -las palabras que digo son nada más un sonido:
Sufro -Soy yo.
Ah, extraer de la música el secreto, el tono
¡De su alarido!

Ah, la furia -aflicción que grita en vano
Pues los gritos se tensan
Y alcanzan el silencio traído por el aire
¡En la noche, nada más allí!

El amor es una compañía

" El amor es una compañía, ya no sé andar solo por los caminos,
porque ya no puedo andar solo.
Un pensamiento visible me hace andar más a prisa y ver menos,
y al mismo tiempo gustar de ir viendo todo.
Aun la ausencia de ella es una cosa que está conmigo,
y yo gusto tanto de ella que no sé cómo desearla.
Si no la veo, la imagino y soy fuerte como los arboles altos,
pero si la veo tiemblo, no sé qué se ha hecho de lo que siento en ausencia de ella.
Todo yo soy cualquier fuerza que me abandona.
Toda la realidad me mira como un girasol con la cara de ella en el medio. "


El libro del desasosiego (fragmento)

" Pedí tan poco a la vida y ese mismo poco la vida me lo negó. 

Un haz de parte del sol, un campo próximo, un poco de sosiego con un poco de pan, no pesarme mucho el saber que existo, y no exigir nada de los otros ni ellos nada de mí. 
Esto mismo me fue negado, como quien niega la limosna no por falta de buena alma, sino por tener que desabrocharse la chaqueta. 
Escribo, triste, en mi cuarto tranquilo, solo como siempre yo he estado, solo como siempre estaré, y pienso si mi voz, aparentemente tan poca cosa, no encarna la sustancia de millares de voces, el hambre de decirse de millares de vidas, la paciencia de millones de almas sometidas como la mía al destino cotidiano, al sueño inútil, a la esperanza sin vestigios".


Fernando Pessoa (Lisboa, 13 de junio de 1888-30 de noviembre de 1935)
"Si después de yo morir quisieran escribir mi biografía, no hay nada más sencillo. Tiene sólo dos fechas, la de mi nacimiento y la de mi muerte. Entre una y otra todos los días son míos".

De día, Pessoa (1888-1935) trabajaba como traductor. De noche, escribía poesía, quizá la más alta poesía de la literatura portuguesa.

Su vida fue discreta. Sólo después de su muerte llegó el reconocimiento a su obra. 
"Cierro, cansado, mis contraventanas, excluyo al mundo y durante un momento tengo libertad. Mañana volveré a ser esclavo; pero, ahora, solo, sin necesidad de nadie, receloso tan sólo de que alguna voz o presencia venga a interrumpirme, tengo mi pequeña libertad, mis momentos de excelsis".
Tabaquería (fragmento)

no soy nada

nunca seré nada
no quiero ser nada
aparte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo.

He hecho de mí lo que no sabía,
y lo que podía hacer de mí no lo he hecho.
El disfraz que me puse estaba equivocado.
Me conocieron enseguida como quien no era y no lo desmentí, y me perdí.
Cuando quise quitarme la máscara,
la tenía pegada a la cara.
Cuando me la quité y me miré en el espejo,
ya había envejecido.
Estaba borracho, no sabía llevar el dominó que no me había quitado.
Tiré el antifaz y me dormí en el vestuario
como un perro tolerado por la gerencia
por ser inofensivo
y voy a escribir esta historia para demostrar que soy sublime".


*.- Cuánta emoción me produce leerle, me deja triste pero alegre, al pensar que un ser humano tan extraordinario como él pensaba lo que yo muchas veces, y él sabe decirlo.

sábado, 25 de julio de 2020

WALT WHITMAN - MI POETA HERMOSO

"Yo, dondequiera que viva mi vida, quiero hacer frente a las contingencias
Y encarar la noche, las tormentas, el hambre, el ridículo, los accidentes
Y los rechazos como lo hace el animal.."





"Me gusta besar,
Abrazar
Y alcanzar el corazón de todos los hombres con mis brazos.
Me gusta ver entre los árboles el juego de luces y de sombras
cuando la brisa agita las ramas.
Me gusta sentirme solo entre las multitudes de la ciudad,
En las estepas
Y en los flancos de la colina.."



Walt Whitman encarna el espíritu fuerte, emprendedor y agresivo. Un poeta que tiene fe en sí mismo y en sus semejantes. Lo cotidiano constituirá para Whitman una expresión de lo eterno. Todo cabrá en su poesía: el hombre, el cuerpo, el sexo, la religión, los animales, la geografía.

La actitud que predomina en la obra de Whitman es la alegría y la euforia. En esto es totalmente opuesto a Poe; para este último la tristeza y la melancolía son los estados más propicios del alma para escribir un poema.

La obra y vida de Whitman va a chocar frontalmente con la moral burguesa impregnada del puritanismo norteamericano de la época. Su actitud de rebeldía se expresa en sus poemas y le ocasionó más de un problema en su agitada existencia.

Walt Whitman es el poeta de las masas, en ellas veía al hombre y a la mujer corrientes. Tenía confianza en el hombre de la calle, le canta, exalta sus esfuerzos. Es un poeta que cree en la bondad y cree en la democracia. Frente a una poesía melancólica y de escritorio, él opone la poesía de la calle y de la alegría.





Os dejo algunos poemas suyos que me gustan:



Una mujer me espera


Una mujer me espera, ella lo contiene todo,

nada le falta;

mas todo le faltaría, si no existiese el sexo

y si no existiese la vida del hombre necesario.

El sexo lo contiene todo: cuerpos y almas,

ideas, pruebas, purezas, delicadezas, fines,

difusiones,

cantos, mandatos, salud, orgullo, el

misterio de la eternidad, el semen;

todas las esperanzas, bondades, generosidades;

todas las pasiones, amores, bellezas, delicias

de la tierra.

Todos los gobiernos, jueces, dioses, caudillos

de la tierra

existen en el sexo y en todas las facultades

del sexo y en todas sus razones de ser.

Sin duda, el hombre, tal como lo amo,

sabe y confiesa las delicias del suyo.

Así, nada tengo que hacer con mujeres

insensibles;

yo quiero ir con la que me espera, con esas

mujeres que tienen la sangre cálida y

pueden enfrentarse conmigo.

Veo que ellas me comprenden y no se

desvían de su propósito.

Veo que ellas son dignas de mí. De estas

mujeres quiero ser el robusto esposo.

En nada son menos que yo.

Ellas tienen la cara curtida por los soles

radiosos y los vientos que pasan;

su carne tiene la antigua y divina ingravidez

la hermosa y vieja y divina elasticidad.

Ellas saben nadar, remar, montar a caballo,

luchar, cazar, golpear, huir y atacar,

resistir, defenderse.

Ellas son extremadas en su legitimidad,

son tranquilas, límpidas, en perfecta

posesión de sí mismas.

Te atraigo a mí, mujer.

No puedo dejarte pasar, quisiera hacerte un bien.

Yo soy para ti y tú eres para mí, no solamente

por amor a los demás:

en ti duermen los grandes héroes, los

más grandes bardos,

y ellos rehúsan ser despertados por otro

hombre que no sea yo.

Soy yo, mujer, veo mi camino.

Soy austero, áspero, inmenso, inmutable,

Pero yo te amo.

Vamos, no te hiero más de lo necesario;

vierto la esencia que engendrará muchachos y

doncellas dignas de Estados Unidos;

voy con un músculo rudo y atento,

y me enlazo muy eficazmente, y no escucho

ninguna súplica,

y no puedo retirarme antes de haber depositado

lo que está acumulado hace mucho tiempo en mí.

A través de ti, liberto los ríos represados de mi ser

en ti deposito un millar de años anteriores,

sobre ti injerto lo más querido de mí y de América;

las gotas que yo destilo en ti, crecerán en

cálidas y potentes hijas, en artistas de

mañana, en músicos, en bardos;

los hijos que yo engendre en ti; engendrarán a

su vez.

Yo exijo que hombres perfectos y mujeres

perfectas surjan de mis expansiones amorosas.

Espero que ellos se desposen como nosotros nos

unimos en este instante;

cuento con los frutos de sus resplandecientes riegos,

como cuento con los frutos de los riegos centellantes

que doy en esta hora.

Y yo vigilaré las mieses del amor, del nacimiento

de la vida, de la muerte, de la inmortalidad,

que yo siembro en esta hora, tan amorosamente.





Ha poco tiempo que atravesé una ciudad populosa

Ha poco tiempo que atravesé una ciudad populosa,

imprimiendo en mi cerebro, para recordarlas

más tarde, sus curiosidades, arquitecturas,

costumbres, tradiciones.

A pesar de ello, ahora, de toda esta ciudad,

me acuerdo solamente de una mujer que

encontré allí por casualidad y que me retuvo

porque me amaba.

Día tras días y noche tras noche, estábamos

juntos. Todo lo demás ha sido olvidado

hace mucho.

Sólo recuerdo, digo, a esta mujer únicamente,

a esta mujer que se enamoró de mí con pasión.

Aún erramos juntos, nos amamos, aún

nos separamos;

aún me retiene de la mano: "¡No partas!".

La veo muy cerca de mí, con sus labios

oprimidos, temblorosa y desolada.





¡Durante cuanto tiempo nos engañaron!

¡Durante cuanto tiempo nos engañaron!

Trasmutamos ahora,

nos apresuramos a huir

como huye la

naturaleza,

Somos la naturaleza,

durante mucho tiempo estuvimos lejos.

Pero ahora volvemos,

nos convertimos en plantas,

en troncos, en follaje,

raíces y cortezas.

Estamos asentados en la tierra,

somos peñascos,

pastamos,

somos dos en medio de la hacienda bravía,

tan espontáneos como los otros.

Somos dos peces que nadan juntos en el mar,

somos lo que son las flores del algarrobo,

derramamos fragancia

en los caminos de la mañana y de la tarde.

Somos también lo sucio de las bestias,

de las plantas, de los minerales.

Somos dos aves de rapiña,

nos elevamos en el aire y miramos la tierra.


Somos dos soles que deslumbran,

somos nosotros dos los que giramos,

cósmicos y estelares,

somos como dos cometas.

Merodeamos, cuadrúpedos y feroces, por la espesura,

y saltamos sobre la presa.

Somos dos nubes que se desplazan en lo alto

cuando amanece o atardece.

Somos dos mares que se unen,

somos esas olas felices que se revuelcan

y se juntan, mojándose.

Somos lo que es la atmósfera,

transparentes, hospitalarios,

permeables, impermeables.


Somos nieve, lluvia, frío, tinieblas,

somos lo que el planeta engendra y protege.

Hemos descrito círculos hasta volver los dos al hogar,

hemos renunciado a todo,

salvo a la libertad y a nuestra alegría.