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sábado, 25 de julio de 2020

WALT WHITMAN - MI POETA HERMOSO

"Yo, dondequiera que viva mi vida, quiero hacer frente a las contingencias
Y encarar la noche, las tormentas, el hambre, el ridículo, los accidentes
Y los rechazos como lo hace el animal.."





"Me gusta besar,
Abrazar
Y alcanzar el corazón de todos los hombres con mis brazos.
Me gusta ver entre los árboles el juego de luces y de sombras
cuando la brisa agita las ramas.
Me gusta sentirme solo entre las multitudes de la ciudad,
En las estepas
Y en los flancos de la colina.."



Walt Whitman encarna el espíritu fuerte, emprendedor y agresivo. Un poeta que tiene fe en sí mismo y en sus semejantes. Lo cotidiano constituirá para Whitman una expresión de lo eterno. Todo cabrá en su poesía: el hombre, el cuerpo, el sexo, la religión, los animales, la geografía.

La actitud que predomina en la obra de Whitman es la alegría y la euforia. En esto es totalmente opuesto a Poe; para este último la tristeza y la melancolía son los estados más propicios del alma para escribir un poema.

La obra y vida de Whitman va a chocar frontalmente con la moral burguesa impregnada del puritanismo norteamericano de la época. Su actitud de rebeldía se expresa en sus poemas y le ocasionó más de un problema en su agitada existencia.

Walt Whitman es el poeta de las masas, en ellas veía al hombre y a la mujer corrientes. Tenía confianza en el hombre de la calle, le canta, exalta sus esfuerzos. Es un poeta que cree en la bondad y cree en la democracia. Frente a una poesía melancólica y de escritorio, él opone la poesía de la calle y de la alegría.





Os dejo algunos poemas suyos que me gustan:



Una mujer me espera


Una mujer me espera, ella lo contiene todo,

nada le falta;

mas todo le faltaría, si no existiese el sexo

y si no existiese la vida del hombre necesario.

El sexo lo contiene todo: cuerpos y almas,

ideas, pruebas, purezas, delicadezas, fines,

difusiones,

cantos, mandatos, salud, orgullo, el

misterio de la eternidad, el semen;

todas las esperanzas, bondades, generosidades;

todas las pasiones, amores, bellezas, delicias

de la tierra.

Todos los gobiernos, jueces, dioses, caudillos

de la tierra

existen en el sexo y en todas las facultades

del sexo y en todas sus razones de ser.

Sin duda, el hombre, tal como lo amo,

sabe y confiesa las delicias del suyo.

Así, nada tengo que hacer con mujeres

insensibles;

yo quiero ir con la que me espera, con esas

mujeres que tienen la sangre cálida y

pueden enfrentarse conmigo.

Veo que ellas me comprenden y no se

desvían de su propósito.

Veo que ellas son dignas de mí. De estas

mujeres quiero ser el robusto esposo.

En nada son menos que yo.

Ellas tienen la cara curtida por los soles

radiosos y los vientos que pasan;

su carne tiene la antigua y divina ingravidez

la hermosa y vieja y divina elasticidad.

Ellas saben nadar, remar, montar a caballo,

luchar, cazar, golpear, huir y atacar,

resistir, defenderse.

Ellas son extremadas en su legitimidad,

son tranquilas, límpidas, en perfecta

posesión de sí mismas.

Te atraigo a mí, mujer.

No puedo dejarte pasar, quisiera hacerte un bien.

Yo soy para ti y tú eres para mí, no solamente

por amor a los demás:

en ti duermen los grandes héroes, los

más grandes bardos,

y ellos rehúsan ser despertados por otro

hombre que no sea yo.

Soy yo, mujer, veo mi camino.

Soy austero, áspero, inmenso, inmutable,

Pero yo te amo.

Vamos, no te hiero más de lo necesario;

vierto la esencia que engendrará muchachos y

doncellas dignas de Estados Unidos;

voy con un músculo rudo y atento,

y me enlazo muy eficazmente, y no escucho

ninguna súplica,

y no puedo retirarme antes de haber depositado

lo que está acumulado hace mucho tiempo en mí.

A través de ti, liberto los ríos represados de mi ser

en ti deposito un millar de años anteriores,

sobre ti injerto lo más querido de mí y de América;

las gotas que yo destilo en ti, crecerán en

cálidas y potentes hijas, en artistas de

mañana, en músicos, en bardos;

los hijos que yo engendre en ti; engendrarán a

su vez.

Yo exijo que hombres perfectos y mujeres

perfectas surjan de mis expansiones amorosas.

Espero que ellos se desposen como nosotros nos

unimos en este instante;

cuento con los frutos de sus resplandecientes riegos,

como cuento con los frutos de los riegos centellantes

que doy en esta hora.

Y yo vigilaré las mieses del amor, del nacimiento

de la vida, de la muerte, de la inmortalidad,

que yo siembro en esta hora, tan amorosamente.





Ha poco tiempo que atravesé una ciudad populosa

Ha poco tiempo que atravesé una ciudad populosa,

imprimiendo en mi cerebro, para recordarlas

más tarde, sus curiosidades, arquitecturas,

costumbres, tradiciones.

A pesar de ello, ahora, de toda esta ciudad,

me acuerdo solamente de una mujer que

encontré allí por casualidad y que me retuvo

porque me amaba.

Día tras días y noche tras noche, estábamos

juntos. Todo lo demás ha sido olvidado

hace mucho.

Sólo recuerdo, digo, a esta mujer únicamente,

a esta mujer que se enamoró de mí con pasión.

Aún erramos juntos, nos amamos, aún

nos separamos;

aún me retiene de la mano: "¡No partas!".

La veo muy cerca de mí, con sus labios

oprimidos, temblorosa y desolada.





¡Durante cuanto tiempo nos engañaron!

¡Durante cuanto tiempo nos engañaron!

Trasmutamos ahora,

nos apresuramos a huir

como huye la

naturaleza,

Somos la naturaleza,

durante mucho tiempo estuvimos lejos.

Pero ahora volvemos,

nos convertimos en plantas,

en troncos, en follaje,

raíces y cortezas.

Estamos asentados en la tierra,

somos peñascos,

pastamos,

somos dos en medio de la hacienda bravía,

tan espontáneos como los otros.

Somos dos peces que nadan juntos en el mar,

somos lo que son las flores del algarrobo,

derramamos fragancia

en los caminos de la mañana y de la tarde.

Somos también lo sucio de las bestias,

de las plantas, de los minerales.

Somos dos aves de rapiña,

nos elevamos en el aire y miramos la tierra.


Somos dos soles que deslumbran,

somos nosotros dos los que giramos,

cósmicos y estelares,

somos como dos cometas.

Merodeamos, cuadrúpedos y feroces, por la espesura,

y saltamos sobre la presa.

Somos dos nubes que se desplazan en lo alto

cuando amanece o atardece.

Somos dos mares que se unen,

somos esas olas felices que se revuelcan

y se juntan, mojándose.

Somos lo que es la atmósfera,

transparentes, hospitalarios,

permeables, impermeables.


Somos nieve, lluvia, frío, tinieblas,

somos lo que el planeta engendra y protege.

Hemos descrito círculos hasta volver los dos al hogar,

hemos renunciado a todo,

salvo a la libertad y a nuestra alegría.

viernes, 27 de marzo de 2020

ALLEN GINSBERG - MUY APROPIADO A DÍA DE HOY, TODO SON PALABRAS (CELESTIALES)

"El cielo está cubierto de palabras
el día está cubierto de palabras
la noche está cubierta de palabras
dios está cubierto de palabras ..."


René Magritte, "En el umbral de la libertad", 1937



(Palabras celestes)

La conciencia cubierta de palabras
la mente está cubierta de palabras
vida y muerte son palabras
las palabras están cubiertas de palabras

Los amantes están cubiertos de palabras
los asesinos están cubiertos de palabras
los espías están cubiertos de palabras
los gobiernos cubiertos de palabras

Gas mostaza cubierto de palabras
bombas de Hidrógeno cubiertas de palabras
«Noticias» del mundo son palabras
las guerras están cubiertas de palabras

Policía secreta cubierta de palabras
hambre cubierto de palabras
huesos de madres cubiertos de palabras
niños esqueléticos hechos de palabras

Los ejércitos están cubiertos de palabras
dinero cubierto de palabras
altas Finanzas cubiertas de palabras
junglas de pobreza cubiertas de palabras

Sillas eléctricas cubiertas de palabras
la multitud que grita está cubiertas de palabras
radios tiranas cubiertas de palabras
el Infierno televisado, cubierto de palabras





ALLEN GINSBERG (1926-1997) portavoz de la Beat Generation de los años cincuenta, cantor de la América underground y voz de vagabundos y marginados, Ginsberg escribe en la tradición de Walt Whitman. 

Aullido (1956) constituye una crítica furiosa contra las falsas esperanzas y rotas promesas de la historia de su país. 

Otros libros de poesía son: 

Kaddish (1961)
Sandwiches de realidad (1963)
Noticias del planeta (1968) y 
Sudario blanco (1987). 

Sus Cartas del Yagué (1963) expresan con un lirismo casi místico sus sentimientos anarquistas. 

martes, 24 de marzo de 2020

¡OH, MI YO! - WALT WHITMAN - [Y VIDEO]

"Yo, dondequiera que viva mi vida, 
quiero hacer frente a las contingencias
y encarar la noche, 
las tormentas, 
el hambre, el ridículo, 
los accidentes y los rechazos 
como lo hace el animal.."

Klimt


¡Oh yo, vida! Todas estas cuestiones me asaltan,
del desfile interminable de los desleales,
de ciudades llenas de necios,
de mí mismo, que me reprocho siempre, pues,

¿Quién es más necio que yo, ni más desleal?
de los ojos que en vano ansían la luz, de los objetos
despreciables, de la lucha siempre renovada,
de los malos resultados de todo, de las multitudes
afanosas y sórdidas que me rodean,
de los años vacíos e inútiles de los demás,
yo entrelazado con los demás,
la pregunta, ¡oh, mi yo!, la triste pregunta que
vuelve: "¿Qué hay de bueno en todo esto?"
y la respuesta:
"Que estás aquí, que existen la vida y la identidad,
que prosigue el poderoso drama y que quizás
tú contribuyes a él con tu rima".




Walt Whitman


Y, mientras se lee este grandioso poema, ¿qué mejor forma de hacerlo que con esta música de fondo? - Disfruten


(Paolo Pandolfo; Bach Cello Suite 1, Prelude (Viola da Gamba)






*Entrada que hice en el año 2014 y que hoy vuelvo a publicar, por lo esplendoroso de este ser humano hermoso.


domingo, 14 de julio de 2019

WALT WHITMAN - EN ALGÚN LUGAR TE ESTARÉ ESPERANDO



"El halcón moteado cala sobre mí,
y me acusa lamentándose
por mi charla y mi pereza.

Yo también soy indomable,
yo también soy intraducible.
Sobre los techos del mundo,
resuena mi bárbaro graznido.

El último celaje del día,
se detiene a esperar por mí,
lanzo mi figura, tras las otras,
reposando verdaderamente en cualquier
sombra silvestre.
Me insta engatusándome hacia la bruma,
y hacia la oscuridad.

Me alejo como el aire,
sacudo mi bucle blanco en el sol fugitivo.
Vierto mi carne en remolinos,
y la dejo arrastrar por la mueca del encaje.
Me entrego, a mí mismo, al barro,
para brotar en la hierba que amo.

Si me necesitas,
búscame en la suela de tus botas.

Apenas sabrás quien soy,
y lo que quiero decir.
No obstante soy tu buena salud,
y filtraré con filamentos tu sangre.

No desfallezcas si no me encuentras pronto.
Si no estoy en un lugar, búscame en otro.
En algún lugar te estaré esperando.."


Walt Whitman (Canto a mí mismo)

sábado, 26 de agosto de 2017

WALT WHITMAN - NUEVO FRAGMENTO DE CANTO A MÍ MISMO



Walt Whitman

"La mesa está dispuesta para que todos coman, aquí está la carne para el sano apetito,
La misma para todos: para el justo y el malo, a todos he invitado,
Nadie se verá olvidado y nadie es excluido.
La concubina, el parásito, el ladrón, están invitados,
El esclavo de labios gruesos está invitado, y lo está el sifilítico,
Y no habrá distinciones entre ellos y el resto.
Este es el roce de una tímida mano, el natural aroma de un cabello flotante,
El beso de mis labios en los tuyos, el jadear anhelante,
Este es el abismo y la cima lejana que reflejan mi rostro,
Mi fusión voluntaria con todos y mi huida.
¿Crees que tengo una intención escondida?
Pues es cierto: la tengo, como la tienen las lluvias de abril, la mica de las rocas.
¿Crees que quiero asombrarte?
¿Asombra acaso el día? ¿Asombra acaso el temprano astro rojo que titila en el bosque?
¿Asombro yo más que ellos?
Esta es la hora de mis confidencias,
No se las haría a cualquiera, pero a ti sí te las haré.."


****

*.- Nuevo fragmento de "Canto a mí mismo", que conmueve igual que el resto del libro.


(Pintura de Pierre-Auguste Renoir, "Almuerzo de remeros, 1881)



miércoles, 23 de marzo de 2016

WALT WHITMAN - EN ESTE MOMENTO

" Consentida sin discusión la obediencia, se ha caído en el
servilismo absoluto:
Una vez sometida, totalmente, no hay nación alguna, ningún
Estado o ciudad de la tierra que encuentre en lo sucesivo
su libertad.."






En este momento


En este momento, sentado a solas, anhelante y pensativo,
me parece que en otras tierras hay otros hombres también
anhelantes y pensativos,
me parece que puedo mirar más lejos aún y divisarlos en
Germania, Italia, Francia, España,
y lejos, más todavía, en China, o en Rusia, o en Japón, ha-
blando otros dialectos,
y pienso que si me fuera posible conocer a estos hombres
con ellos me uniría, tal como lo hago con los hombres
de mi propia tierra,
¡Oh! Yo comprendo que nos convertiríamos en hermanos y
amantes,
yo sé que llegaría a ser feliz con ellos.



***



A ti


Quienquiera que seas, sospecho con temor que caminas por los senderos de los sueños,
temo que estas realidades ilusorias se desvanezcan bajo tus pies y entre tus manos,
desde ahora tus facciones, alegrías, lenguaje, casa, negocio, modales, molestias, locuras, traje, se separan de ti,
se me aparecen tu alma y tu cuerpo verdaderos,
se apartan de negocios, comercio, tiendas, trabajo, granja, casa, compra, venta, comer, beber, sufrimiento, muerte.

Quienquiera que seas, pongo sobre tí mis manos para que seas mi poema,
te murmuro al oído:
he amado a muchas mujeres y a muchos hombres, pero a nadie he amado tanto como a ti.

Oh, he sido tardo y mudo,
debí haberme abierto camino hacia tí hace mucho tiempo,
no debí haber proclamado a nadie sino a tí, no debí haber cantado a nadie sino a ti.

Lo abandonaré todo y vendré, y cantaré himnos en tu honor,
nadie te ha comprendido, pero yo te comprendo,
nadie te ha justificado, y tú no te has justificado tampoco,
no hay nadie que no te haya encontrado imperfecto, sólo yo no hallo en tí imperfecciones,
no hay nadie que no haya querido esclavizarte, yo soy el único que no aceptará tu servidumbre,
yo soy el único que no te impone señor, ni dueño, ni superior, ni Dios, fuera de los que hay intrínsicamente en tí mismo.

Los pintores han representado sus grupos abigarrados alrededor de una figura central,
de la cabeza de la figura central se extiende un nimbo de luz áurea,
pero yo pinto miríadas de cabezas, y a ninguna le falta su nimbo de luz áurea,
que de mis manos, y del cerebro de todo hombre y mujer, fluye y resplandece eternamente.

¡Oh, yo podría cantar de tí grandezas y glorias!
No te has conocido a ti mismo, tu vida entera sólo ha sido un sueño interior,
tus párpados han estado cerrados casi siempre,
tus actos vuelven a ti para escarnecerte
(si tu trabajo, tu saber, tus plegarias no vuelven a ti para escarnecerte, ¿para qué vuelven?),
el escarnio no te pertenece, debajo de él y dentro de él te veo en acecho,
te he seguido hasta donde nadie te ha seguido,
si el silencio, la mesa de trabajo, la expresión petulante, la noche, la rutina diaria te ocultan de los demás o de ti mismo, no te ocultan de mí,
si el rostro rasurado, el ojo inquieto, la tez impura engañan a los demás, a mí no me engañan,
yo aparto el vestido llamativo, la actividad vergonzosa, la embriaguez, la codicia, la muerte prematura.
No hay don de hombre o de mujer que no se adapte a ti,
no hay virtud ni belleza en el hombre o en la mujer que no estén también en ti,
y ningún placer les aguarda al hombre o a la mujer que no te aguarde también a ti.

En cuanto a mí, yo no doy nada a nadie sin darte a ti otra cosa igual,
yo no canto la gloria de nadie, ni la de Dios, antes de cantar tu gloria.

¡Quienquiera que seas, reclama lo tuyo a cualquier precio!
Las pompas de Oriente y Occidente son insignificantes comparadas contigo, estas praderas inmensas, estos ríos interminables: tú eres inmenso e interminable como ellos,
estos furores, elementos, borrascas, movimientos de la naturaleza, agonías de aparente aniquilamiento: eres tú, hombre o mujer, su soberano o soberana,
soberano o soberana, por tu propio derecho, eres dueño o dueña de la naturaleza, elementos, dolor, pasiones, aniquilamiento.

Las trabas caen de tus tobillos, encuentras en ti recursos inagotables,
viejo o joven, hombre o mujer, grosero, bajo, rechazado por todos, lo que tú seas te proclama,
a través del nacimiento, vida, muerte, entierro, los medios abundantes, nada te será escatimado,
a través de cóleras, pérdidas, ambiciones, ignorancia, hastío, lo que tú eres se abrirá paso.



Walt Whitman nace en West Hills, condado de Suffolk, Nueva York el 31 de mayo de 1819 y muere en Camden, Nueva Jersey el 26 de marzo de 1892.

Fue poeta, ensayista, periodista y humanista. Whitman está entre los más influyentes escritores del canon norteamericano y ha sido llamado el padre del verso libre. 

Fue aficionado a la opera. 

La primera edición de su gran obra Hojas de Hierba la cual consta de doce poemas (todos ellos sin título) no vio la luz hasta 1855 cuando el propio Whitman decide encargarse de editarla y de llevarla a la imprenta. 

De los mil ejemplares de la tirada, Whitman vendió pocos y regaló la mayoría, uno de ellos a Ralph Waldo Emerson, importante figura de la escena literaria estadounidense y su primer admirador. 

Su crítica, muy positiva, motivó a Whitman para seguir escribiendo , a pesar de su ruinosa situación económica y de la nula repercusión que, en general, habían tenido sus poemas.



"Ahora conozco el secreto de hacer la mejor persona: crecer bajo el aire abierto y comer y dormir con la tierra".


domingo, 27 de septiembre de 2015

WALT WHITMAN - HOJAS DE HIERBA

"Emito mis alaridos por los techos de este mundo"





"Creo que una brizna de hierba no es inferior a la jornada de los astros
y que la hormiga no es menos perfecta ni lo es un grano de arena...
y que el escuerzo es una obra de arte para los gustos más exigentes...
y que la articulación más pequeña de mi mano es un escarnio para todas las máquinas.
Quédate conmigo este día y esta noche y poseerás el origen de todos los poemas.
Creo en ti alma mía, el otro que soy no debe humillarse ante ti
ni tú debes humillarte ante el otro.
Retoza conmigo sobre la hierba, quita el freno de tu garganta. 

(...)

Creo que podría retornar y vivir con los animales, son tan plácidos y autónomos.
Me detengo y los observo largamente.
Ellos no se impacientan, ni se lamentan de su situación.
No lloran sus pecados en la oscuridad del cuarto.
No me fastidian con sus discusiones sobre sus deberes hacia Dios.
Ninguno está descontento. Ninguno padece la manía de poseer objetos.
Ninguno se arrodilla ante otro ni ante los antepasados que vivieron hace milenios.
Ninguno es respetable o desdichado en toda la faz de la tierra.
Así me muestran su relación conmigo y yo la acepto. 

(...)

No pregunto quién eres, eso carece de importancia para mí.
No puedes hacer ni ser más que aquello que yo te inculco. "

Y tú, mar... También a ti me entrego. Adivino lo que quieres decirme,
Desde la playa veo tus dedos que me invitan,
Y pienso que no quieres marcharte sin haberme besado.
Debemos estar un rato juntos: me desnudo y me llevas muy lejos de la costa,
Arrúllame y durmiendo al vaivén de tus olas,
Salpícame de espuma enamorada, que yo sabré pagarte.
Mar violento, tenaz y embravecido,
Mar de respiros profundos y revueltos,
Mar de la sal de la vida, de sepulcros dispuestos aunque no estén cavados,
Rugiente mar que, a capricho, generas tempestades o calmas,
También soy como tú: con uno y muchos rostros
Partícipe del flujo y del reflujo, cantor soy de los odios y de la dulce paz,
Cantor de los amantes que duermen abrazados
También doy testimonio del amor a mis prójimos:
¿Haré sólo inventario de todos mis objetos olvidando la casa que los tiene y cobija?
No soy sólo el poeta de la bondad, acepto también serlo de lo inicuo y lo malvado,
¿Qué son esos discursos que nos cuentan de vicios y virtudes?
El mal me sugestiona, y lo mismo la reforma del mal, mas sigo imperturbable.
¿Soy un inquisidor, un hombre que desprecia cuanto encuentra a su paso?
No soy más que aquel hombre que riega las raíces de todo lo que crece.
¿Te temes que la terca preñez sólo engendre tumores?
¿Pensabas que las leyes que rigen a los astros admiten ser cambiadas?
Encuentro el equilibrio en un lado lo mismo que en su opuesto.
Las doctrinas flexibles nos ayudan lo mismo que ayudan las más firmes,
Las ideas y acciones del presente nos despiertan y mueven,
Ningún tiempo es más bueno para mí que este ahora que me viene a lo largo de millones de siglos.
No hay nada de asombroso en las acciones buenas de antes o de ahora,
Lo asombroso es que siempre existan los malvados o los hombres sin fe.
Se borran el pasado y el presente, pues ya los he colmado y vaciado,
Ahora me dispongo a cumplir mi papel en el futuro.
Tú, que me escuchas allá arriba: ¿Qué tienes que decirme?
Mírame de frente mientras siento el olor de la tarde,
(Háblame con franqueza, no te oyen y sólo estaré contigo unos momentos.)

¿Que yo me contradigo?
Pues sí, me contradigo. Y, ¿qué?
(Yo soy inmenso, contengo multitudes.)
Me dirijo a quienes tengo cerca y aguardo en el umbral:
¿Quién ha acabado su trabajo del día? ¿Quién terminó su cena?
¿Quién desea venirse a caminar conmigo?
Os vais a hablar después que me haya ido, cuando ya sea muy tarde para todo?

Ya he dicho que el alma no vale más que el cuerpo,
Y he dicho que el cuerpo no vale más que el alma,
Y que nada, ni Dios, es más grande para uno que uno mismo,
Que aquel que camina sin amor una legua siquiera, camina amortajado hacia su propio funeral,
Que tú o yo, sin tener un centavo, podemos adquirir lo mejor de este mundo,
Que el mirar de unos ojos o el guisante en su vaina confunden el saber que los tiempos alcanzan,
Que no hay oficio ni profesión tan bajos que el joven que los siga no pueda ser un héroe,
Que el objeto más frágil puede servir de eje a todo el universo,
Y digo al hombre o mujer que me escucha:
"Que se eleve tu alma tranquila y sosegada ante un millón de mundos."
Y digo a la humanidad: "No te inquietes por Dios,
Porque yo, que todo lo interrogo, no dirijo mis preguntas a Dios,
(No hay palabras capaces de expresar mi postura tranquila ante Dios y la muerte.)
Escucho y veo a Dios en cada cosa, pero no le comprendo,
Ni entiendo que haya nada en el mundo que supere a mi yo.
¿Por qué he de desear ver a Dios mejor de lo que ahora le veo?
Veo algo de Dios cada una de las horas del día, y cada minuto que contiene esas horas,
En el rostro de los hombres y mujeres, en mi rostro que refleja el espejo, veo a Dios,
Encuentro cartas de Dios por las calles, todas ellas firmadas con su nombre,
Y las dejo en su sitio, pues sé que donde vaya
Llegarán otras cartas con igual prontitud.



(Fragmento de "Hojas de hierba", Walt Whitman) 




domingo, 31 de agosto de 2014

AMORÉ


El abrazo de Klimt

"Retoza conmigo sobre la hierba, quita
el freno de tu garganta, no quiero palabras, ni música,
ni rimas, no quiero costumbres ni discursos, ni aún los mejores,
sólo quiero la calma, el arrullo de tu velada voz.

Recuerdo cómo yacimos juntos cierta
diáfana mañana de verano, cómo apoyaste tu cabeza en mi cadera
y suavemente te volviste hacia mí, y apartaste la camisa de mi pecho, y
hundiste la lengua hasta mi corazón desnudo,
y te extendiste hasta tocar mi barba,
y te extendiste hasta abrazar mis pies"


Walt Whitman (creo en ti, alma mía)

miércoles, 20 de agosto de 2014

WALT WHITMAN - YO CANTO AL CUERPO ELÉCTRICO

“No os avergoncéis, mujeres, vuestro privilegio engloba a todos los demás,  es la salida de todos los demás, sois las puertas del cuerpo y sois las puertas del alma”

"Barriga", de Carmen Garrez


Vuelvo a Whitman, no hay otra que leerle y aprender, a ver si así nos hacemos más humanos, más solidarios, más justos, a ver si empatizamos con nuestros hermanos que sufren, aquí y allí. A ver si nos ayuda a ver este mundo más bonito, más justo. 

Hoy os dejo fragmentos de su inconmensurable poema "Yo canto al cuerpo eléctrico", incluido en su "Hojas de Hierba", he elegido varios que me han emocionado, una y otra vez y todas las veces que lo leo y releo.

El poeta León Felipe, que tradujo "Canto a mí mismo", dijo de él: "Camarada, esto no es un libro, el que lo toca, toca a un hombre" y que describe a Whitman como un poeta revolucionario y heroico, que va en contra de las absurdas leyes de los hombres y de esa desigualdad humana de su época que continúa vigente en nuestros días.


Esta maravilla de Matisse le viene bien y encaja con los poemas de Whitman

Yo canto al cuerpo eléctrico



1
Yo canto al cuerpo eléctrico, / Me abrazan los ejércitos de quienes amo y yo los abrazo, / No han de soltarme hasta que yo vaya con ellos, hasta que les responda, / Hasta que yo los purifique y los colme con la carga de mi alma. // ¿No es sabido que quienes corrompen su cuerpo están ocultándose? / ¿Y quienes profanan a los vivos son tan viles como quienes profanan a los muertos? / ¿Y que el cuerpo no vale menos que el alma? / ¿Y si el cuerpo no fuese alma, qué es el alma? //


4
Me he dado cuenta de que basta estar con los que uno quiere, / Me basta demorarme al atardecer con aquellos que quiero, / Me basta sentir cerca la hermosa carne, la carne que es curiosa, que respira y que ama. / ¿Pasar entre la gente y tocar alguno, o rozar con el brazo el cuello de un hombre o de una mujer, no es esto mucho? / No pido otra alegría, nado en ella como en el mar. // Hay algo en estar cerca del hombre y de mujeres y de mirarlos, y en su contacto y en su olor, que es grato al alma, / Todas las cosas son gratas al alma, pero esta es la más grata.



5

Esta es la forma femenina 
exhala de pies a cabeza una divina aureola,
atrae con irresistible atracción,
me atrae su aliento como si yo no fuera otra cosa que un indefenso vaho, todo desaparece salvo ese aliento y yo,
los libros, el arte, la religión, el tiempo, la visible y sólida tierra, y lo que del cielo esperábamos y lo que del infierno temíamos, todo se ha consumido,
mis frenéticos filamentos, indómitos, brotan de él, a reacción también es indómita,
el pelo, el pecho, las caderas, la curva de las piernas, las negligentes manos que sueltan, las mías que se sueltan,
la marea aguijoneada por el reflujo, el reflujo por la marea, carne de amor henchida y deliciosamente doliendo,
límpidos, ilimitados chorros de amor, calientes y enormes, trémula jalea de amor, zumo espumoso y delirante,
noche nupcial de amor que se abre camino con delicadeza y demora en el alba yacente,
penetrando en el día dócil que cede,
perdida en el abrazo de la profunda y dulce carne del día.

Este es el núcleo, primero el niño nace de la mujer, el hombre nace de la mujer,
este es el baño del sexo, ésta la fusión de lo grande y de lo pequeño, y otra vez la salida.

No sintáis vergüenza, mujeres, vuestro privilegio incluye a los otros y es el manantial de los otros,

Sois las puertas del cuerpo y también las puertas del alma.

La mujer encierra todas las cualidades y las afina,
está en su lugar y avanza con equilibrio perfecto,
en todas las cosas debidamente veladas, es a la vez pasiva y activa,
su destino es concebir hijas e hijos, y asimismo hijos e hijas.

Veo mi alma que se refleja en la Naturaleza,
veo a través de una neblina a la Única, de inexpresable plenitud, cordura y belleza,
veo la cabeza inclinada y los brazos cruzados sobre el pecho, 

veo a la Mujer.



9
¿Oh, cuerpo mío!, no me atrevo a abandonar a tus semejantes en otros hombres y otras mujeres, ni a los semejantes de las partes que te componen; 

(...) Lo femenino y todo lo que pertenece a la mujer, y al hombre que nace de la mujer,

el seno, los pechos, los pezones, la leche del pezón, las lágrimas, la risa, el llanto, las miradas de amor, la amorosa inquietud, las erecciones,
la voz, la articulación, el lenguaje, el susurro, el grito,
el alimento, la bebida, el pulso, la digestión, el sudor, el sueño, caminar, nadar,
el porte de las caderas, saltar, recostarse, abrazarse, brazos que se curvan y aprietan,
el continuo movimiento de las comisuras de los labios y de los ojos,
la piel, la mejilla tostada, las pecas, el pelo,
la sensación curiosa de la mano al rozar la desnuda carne del cuerpo,
los ríos incesantes del aliento, de la inspiración y la exhalación,
la belleza del talle y de las caderas, y más abajo, hasta las rodillas,
las mínimas partículas rojas que llevo y que tú llevas, los huesos y la médula de los huesos,
la sensación deliciosa de la salud;

Afirmo que estas cosas no sólo son los poemas del cuerpo, sino también del alma,

Afirmo que son el alma




"Yo también soy indomable, yo también soy intraducible.
Sobre los techos del mundo,
resuena mi bárbaro graznido..."