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domingo, 30 de agosto de 2020

BETINA EDELBERG - 5 POEMAS GRANDIOSOS

"Volveré:
Una peluca y una máscara
y el disfraz
que entrega esta ciudad
que me brota
y rodea
y llevo ya un ramaje pesado,
tantas hojas inútiles."




Oskar Kokoschka



Intenciones


Voy a salir a mi cara,
a la conspiración del sueño,
al violento plumaje de mis pasiones,
al irremediable pan del presagio,
voy a salir al olvido,
voy a olvidarme huesos
o algún doméstico momento de los escarnios del polvo,
voy a entornar el recuerdo,
la invernada
o el monótono oleaje de mis rutinas
y el de las penurias,
voy a dejar de roer la madera del sentido común
y la limosna de las frágiles importancias
y de las entumecidas palabras y arrugadas frases,
voy a dejar la blanda naúsea de mis defectos.


He decidido dejar de visitarme.



Pierre Auguste Rodin


Convivencia


Invoco los contornos de la soledad,
me vuelvo jarra o vaso o fruta,
límite de alguna mansa naturaleza muerta,
caigo como una antigua mirada
por la modestia de las cosas,
por lo que invoca las ausencias,
todo lo que me recuerda días
o convivencia con una silla o la mesa,
con las marcas de mi nostalgia,
caigo por todo lo que me precipita hacia mí,
por todo lo que me ha dejado ya sin miedo,
por los rápidos del silencio,
por todo lo que se vuelve contra mí,
se vuelve y me golpea
y me habita y deshabita
aquí,
tan lejos de la ansiedad que arrastra el día,
aquí,
de regreso,
muda, muda, enmudecida.



William Glackens


Salvación por la palabra

Y sin embargo
en el comienzo de la mentira
en el movimiento ciego y apurado
y sin asilo
en el falso espejo de la palabra
está nuestra morada
y nos consume
y aprisiona con su palma de siglos.

Aceptar esta muerte morosa
el imperio de esta lenta podredumbre
y sin hoguera
sin resurrección acaso.

Aceptar la soledad de una frase
que destruye el mundo que rodea
en una imagen sin recuerdo
sin ojo.
Aceptar el altivo exilio de nombrar.

Aceptar
la débil esperanza de la profecía
y del oráculo
que nadie entendió.



Edvard Munch


Epopeya de la negación



No quiero murmurar nostalgia,
repetir desolación,
lamer el vano sortilegio de un lenguaje.
No quiero estos fastuosos resúmenes:
un vacío que llamamos vida
y que puede ser dificultad o cobardía
o vergüenza de ser nada,
la lenta profanación de ser solamente,
acumular minúsculas traiciones,
inútil movilidad.
Alguien canta falsos estíos
o un mundo sonriente que no existe,
porque hay que fingir un altísimo solo,
desconocer una triste marea y su naufragio.
Alguien cambia mentira por amor
y todo es la fábula de una puñalada
o desaparición total.
La realidad describe sonrientes fotografías:
un himno infatigable a los jefes de la destrucción.
No quiero murmurar hojas,
repetir antiguos paisajes o sentimientos perdidos,
no quiero aceptar vagas reverencias o sumisiones,
mezquinas ganancias,
un mundo aferrado a la vejez, al miedo, al trueque.
Elijo ser nadie,
ser pobremente yo,
disiparme en verdad,
aunque el precio sea volverme
y no contemplar un hervor que me mira y me conquista,
aunque el precio sea esta soledad,
esta soledad.



Diego Rivera


Ritual de la calumnia


Y estoy mirando y este mundo es mío,
volverme sin embargo
y tratar de sonreír
aquí,
entre amigos,
nuestras rengas meditaciones entre paredes culpables:
la realidad revolotea torpemente
más allá,
inaccesible al sonoro ritual de la calumnia.

Y de pronto,
en medio de nuestras mansas postergaciones,
podríamos tristemente morir
y después de todo es para siempre.
Ni siquiera mordisquear un resto de vida
desde una última cama
o aceptar la sumisa corrosión
purificada por inútiles palmas y coronas.
Así nomás morir,
acaso sin merecerlo.
Ya era triste el porque sí de una bala
que desdeña el heroico cuerpo a cuerpo.

Contemplo el festejo augural de todas nuestras muertes,
el bellísimo hondo de la desaparición,
yo, espléndido residuo de opulentos colores,
cumpliendo el éxtasis de las descripciones,
repartiéndome vagamente entre mis monstruosos descendientes,.

Ninguna canción
ni la falsa historia podrían memorarnos,
no somos irritados héroes nacionales.
Apenas puedo jugar…Rolando…Orlando…
y morir salpicada por la erudición.
Apenas hombres arrasados por oleadas de penurias,
por oleadas de irreparable ciencia,
acaso resignados,
acaso indiferentes,
todavía cantando para resistir el miedo de siempre.

Me rebelo,
gruño a los buitres solemnes y agrietados
que deciden por mí, por nosotros,
no quiero confiarme, delegar,
este mundo es mío y asumo su peso.

Me rebelo
y miro distraídamente mis futuras uñas marchitas.

Así.

(Imposturas, 1960)


*********




Betina Edelberg (Buenos Aires, Argentina, 1921-2010). Es una de las más interesantes escritoras argentinas. Su producción literaria comprende poemas, cuentos, pantomimas y "delirios" (prosa poética breve, onírica pero no surrealista) . 



La poesía según Betina Edelberg:


"Más allá del tono lastimero y pesimista o de negación y falsa cólera, más allá de la premeditación optimista y épica existe una poesía tranquilamente modesta que no busca agradar ni seducir sino expresarse por sí misma, a veces con humor o con ironía, a veces como una inclemencia : creo que entrega una dolorosa versión de la esperanza. 

Esta poesía denuncia o describe su tiempo privada de la anécdota y de la complacencia del canto. Su desnudez la lleva a la pobreza de la palabra primordial. 
Proviene de seres indigentes y resignados a entregar sólo una aproximación de lo que fuera la efervescente embriaguez del poeta ante la crispada realidad o sueño y ante la palabra ambigua..."



Betina Edelberg, [1921-2010]
Nacida en Buenos Aires y reconocida como una de las más exquisitas poetas y escritoras argentinas.


A PROPÓSITO DE LA DESIGUALDAD ENTRE SERES HUMANOS

Cinismo y amargura son los dos frutos que te da el árbol de la vida.


Las horas tristes - Ramón Casas i Carbó (1900)




Mi lucha por la igualdad entre todos los seres humanos va conmigo desde que era muy joven, soñar un mundo igualitario en donde las mujeres nunca se sientan rebajadas o ninguneadas es mi prioridad. Es por eso que siempre publico arte que viene de seres humanos libres y comprometidos, los demás no me interesan.

Un ser humano que vive dentro de la igualdad es libre, de pensamiento y de acción, y aporta mucho a la sociedad. Es un verdadero lujo tenerlos en nuestras vidas. Sin embargo, uno que no lo es (y paradójicamente piense que sí lo es), es un lastre que envenena todo lo que toca.

¿cómo enfrentan los hombres su posicionamiento en esta lucha?

Considerando que los diferentes niveles de opresión (especismo, racismo, clase, machismo u otro) afectan a diferentes grupos de la sociedad y asumiendo que los seres humanos nos relacionamos entre nosotros y configuramos contextos complejos podemos establecer que los hombres sí se relacionan con el patriarcado y en consecuencia con el machismo, pero que claramente ellos no son los más violentados por este, pues su posición es de privilegio ante cualquier mujer del planeta en cualquier lugar del mundo.

El hombre (varón) ha sido educado dentro de una estructura machista y patriarcal, este sistema los quiere de tal guisa, falta mucho para que el hombre se sienta en igualdad con la mujer. Y mientras, tenemos que esperar que maduren para poder llevar con ellos una vida igualitaria y feliz.

Ojalá llegue ese día en que ya no digamos jamás "lo hace un hombre y está bien considerado por la sociedad, lo hace una mujer y es vilipendiada".

Yo, personalmente, estoy harta de hombres inmaduros que se refugian en el victimismo para poder justificar sus acciones, y los que no, se refugian en desmentirlo una y otra vez.

La lucha de la mujer, en este mundo tan machista y patriarcal, es imprescindible. No podemos dejarlo estar, ser pasivas o sumisas, o callarlo o admitirlo o vivir con ello. ¿Por qué?

Para que llegue ese día en que hombres y mujeres caminen por el mundo en igualdad, tanto personal como profesional.

No me gusta nada el hombre que es difícil de definir, porque aparentemente son los más admirados por la sociedad, se muestran amables, simpáticos, educados, son extrovertidos, halagan, defienden a las mujeres en público, seducen, enamoran tanto a hombres como a mujeres, en fin, adorables. 

Tienen una psicopatía que ni ellos saben que la poseen, la de mentir maravillosamente bien. Parecen tan creíbles porque ellos mismos se creen sus propias mentiras. Y, lo que es peor, utilizan la mentira como una herramienta de trabajo más, están tan acostumbrados que es difícil captar cuando lo hacen; son los que mienten mirando a los ojos y con una actitud relajada. Saben que están mintiendo, pero no les importa, no tienen la resonancia que uno siente cuando miente. Siempre dicen lo que conviene decir o lo que se espera que conteste. Encuentran siempre una explicación o excusa para todo.


La frase que mejor les define "Soy una mentira que siempre dice la verdad", lo dijo Jean Cocteau, y yo lo suscribo.




Henri Rousseau, 1907.


La igualdad debe ser la gran fórmula humana.

A PROPÓSITO DE BERTRAND RUSSELL Y DE CÓMO ENTIENDE LA FELICIDAD




Quiero dedicar esta entrada a un autor con mayúsculas, porque es uno de los grandes filósofos y matemáticos de la historia.


Bertrand Russell (1872-1970) tuvo una vida larga, intensa y muy fructífera. Luchador y teórico incansable, nunca dejó de defender sus ideas, en pos de una sociedad más justa y un mundo mejor para vivir. Estuvo en la cárcel en dos ocasiones, una por su actividad en favor del pacifismo durante la Primera Guerra Mundial, y otra por participar en una manifestación en contra de las armas nucleares, tarea a la que dedicó los últimos años de su vida. 

También fue enemigo acérrimo de los fascismos, lo que le hizo dejar atrás su pacifismo para defender una intervención armada que acabara con la amenaza del nazismo en Europa. Su bibliografía es extraordinariamente extensa, y en sus obras trata sobre una multitud ingente de temas, entre los cuales podemos mencionar algunos como el control de la natalidad, los derechos de las mujeres o la existencia de Dios. Esta labor le valió la concesión del Premio Nobel en 1950, como reconocimiento a una obra literaria que asombra por su variedad y sus dimensiones.



La conquista de la felicidad tiene quizás nombre de libro de autoayuda, pero nada más lejos de la realidad. Se trata de un análisis claro y ameno sobre los motivos que nos hacen ser infelices y los que por el contrario pueden darnos la felicidad, explicados por una mente lúcida que recurre a toques de humor y a ironías de forma frecuente. Aunque algunos pasajes pueden haberse quedado un tanto desfasados (el libro fue publicado en 1930), es magnífico en la mayor parte de sus planteamientos, y algunas de las predicciones que en él lanza se han cumplido de forma casi literal, lo que demuestra su capacidad de anticiparse a los acontecimientos futuros.

Es difícil hacer una selección de pasajes o frases a destacar en un texto que merece ser subrayado casi por completo. Me atreveré con algunas reflexiones que me han parecido más que interesantes. Por ejemplo, para Russell una de las razones de la infelicidad reside en las altas expectativas que tenemos de nuestra propia vida. Esto es, no todos los días pueden estar llenos de momentos intensos y excitantes que nos hagan sentirnos exultantes de júbilo. En este sentido, es muy importante que la educación de los niños los prepare desde pequeños para esta realidad:


"La capacidad de soportar una vida más o menos monótona debería adquirirse en la infancia. Los padres modernos tienen mucha culpa en este aspecto; proporcionan a sus hijos demasiadas diversiones pasivas, como espectáculos y golosinas, y no se dan cuenta de la importancia que tiene para un niño que un día sea igual a otro, exceptuando, por supuesto, las ocasiones algo especiales. En general, los placeres de la infancia deberían ser los que el niño extrajera de su entorno aplicando un poco de esfuerzo e inventiva."


En otro capítulo Russell analiza el miedo a lo que los demás puedan decir de nosotros como otra de las razones de la infelicidad, y concluye con esta reflexión:


"Creo que, en general, dejando aparte la opinión de los expertos, se hace demasiado caso a las opiniones de otros, tanto en cuestiones importantes como en asuntos pequeños. Como regla básica, uno debe respetar la opinión pública lo justo para no morirse de hambre y no ir a la cárcel, pero todo lo que pase de ese punto es someterse voluntariamente a una tiranía innecesaria, y lo más probable es que interfiera con la felicidad de miles de maneras."


Me ha sorprendido que, frente a algunas corrientes de la psicología actual que centran la atención en la búsqueda de la felicidad personal dentro de uno mismo ("si no te quieres tú no te querrán los demás" vendría a ser su eslogan).

Russell nos habla de una felicidad volcada hacia fuera, para la cual la mejor receta es no hacer daño a nadie, tratar de hacer que los que nos rodean se sientan a gusto, o tener un amplio abanico de ocupaciones que llenen nuestro tiempo y nos estimulen, entre otros. Naturalmente parte de la base de que no tenemos ningún problema realmente grave que nos impida ser felices en un momento dado.

En condiciones normales, nos viene a decir, "el secreto de la felicidad es este: que tus intereses sean lo más amplios posible y que tus reacciones a las cosas y personas que te interesan sean, en la medida de lo posible, amistosas y no hostiles."


(*) Leí este libro hace muchos años, me impactó porque fue escrito en los años 30 y me di cuenta que seguían vigentes sus palabras, lo he vuelto a releer varias veces, es más, lo tengo en mi mesilla de noche como libro para hojear siempre que me encuentro algo tonta, y compruebo que hace maravillas en mí. Lo recomiendo y dejo aquí su descarga.







"Tres pasiones, simples pero abrumadoramente fuertes, han gobernado mi vida: el anhelo de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad".


*.- Entrada que hice en 2017 y que actualizo hoy