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viernes, 8 de julio de 2022

BERTRAND RUSSELL - ¿ NOS DA MIEDO PENSAR ?

Bertrand Russell
Bertrand Russell: 

"Principes of Social Reconstruction".
London, 1916.

"Los hombres temen al pensamiento más de lo que temen a cualquier otra cosa del mundo; más que la ruina, incluso más que la muerte.

El pensamiento es subversivo y revolucionario, destructivo y terrible. El pensamiento es despiadado con los privilegios, las instituciones establecidas y las costumbres cómodas; el pensamiento es anárquico y fuera de la ley, indiferente a la autoridad, descuidado con la sabiduría del pasado.

Pero si el pensamiento ha de ser posesión de muchos, no el privilegio de unos cuantos, tenemos que habérnoslas con el miedo. Es el miedo el que detiene al hombre, miedo de que sus creencias entrañables no vayan a resultar ilusiones, miedo de que las instituciones con las que vive no vayan a resultar dañinas, miedo de que ellos mismos no vayan a resultar menos dignos de respeto de lo que habían supuesto.

¿Va a pensar libremente el trabajador sobre la propiedad? Entonces, ¿qué será de nosotros, los ricos?

¿Van a pensar libremente los muchachos y las muchachas jóvenes sobre el sexo? Entonces, ¿Qué será de la moralidad? ¿Van a pensar libremente los soldados sobre la guerra? Entonces, ¿Qué será de la disciplina militar?

¡Fuera el pensamiento!

¡Volvamos a los fantasmas del prejuicio, no vayan a estar la propiedad, la moral y la guerra en peligro!

Es mejor que los hombres sean estúpidos, amorfos y tiránicos, antes de que sus pensamientos sean libres. Puesto que si sus pensamientos fueran libres, seguramente no pensarían como nosotros. Y este desastre debe evitarse a toda costa.

Así arguyen los enemigos del pensamiento en las profundidades inconscientes de sus almas. Y así actúan en las iglesias, escuelas y universidades."


Bertrand Russell



QUISIERA HABLAR DE LA VIDA

Kees van Dongen
"¿A qué, a qué este deshacerme, 
este desangrarme, este desplumarme, este desequilibrarme..?
¿Y qué si nos vamos anticipando
de sonrisa en sonrisa
hasta la última esperanza?

Quisiera hablar de la vida.
Pues esto es la vida,
este aullido, este clavarse las uñas
en el pecho, este arrancarse
la cabellera a puñados, este escupirse
a los propios ojos, sólo por decir,
sólo por ver si se puede decir:
"¿es que yo soy? ¿verdad que sí?
¿no es verdad que yo existo
y no soy la pesadilla de una bestia?.."


ALEJANDRA PIZARNIK, era una mujer llena de preguntas, angustias y sinsabores. Era un alma atormentada, lo que describe a una mujer que sufría con el mundo, se sentía fuera del sistema, y eso la hacía sublime. Era consciente de la mediocridad y deshumanización del planeta y la canalizaba hacia su interior. 


*.- Gracias a todos vuestro cariño. Una gran ayuda.

jueves, 22 de julio de 2021

HERMANN HESSE - DESPERTANDO CONCIENCIAS : DEMIAN

"La única realidad es la que nosotros tenemos, y si los hombres viven tan irrealmente es porque aceptan como realidad las imágenes exteriores y ahogan en sí la voz de su mundo interior. También se puede ser feliz así; pero cuando se llega a saber lo otro se hace ya imposible seguir el camino de la mayoría. El camino de los más es fácil, Sinclair; tan fácil como penoso el nuestro. Caminemos". 

(Demian)



Demian es una de las novelas más conocidas de Hermann Hesse, en la que retrata en primera persona el paso de la niñez a la madurez del protagonista y de sus correspondientes cuestiones existenciales, un tanto diferentes a las normales.

El interés por la obra de Hermann Hesse sigue vigente, a pesar de ser uno de los escritores más amados y a la vez más despreciados de la literatura.

Por un lado tenemos a sus enemigos, que ven al autor de "El lobo estapario", "Demian", "El juego de abalorios" y "Siddhartha" (entre otros), en el mejor de los casos, como un escritor sensiblero y, en el peor, como un predicador de la destrucción de la civilización.

Yo, sin embargo, veo en sus obras una invitación a oír la voz interior de cada uno, lejos de dogmatismos e ideologías.


*.- Os dejo unos fragmentos extraordinarios del libro Demian, el que más me gusta y me ha aportado y que no me canso de publicar, para despertar conciencias:


"De vez en cuando me sentía inquieto y los deseos me atormentaban. Creía no poder resistir verla junto a mí sin estrecharla entre mis brazos. También esto lo notaba en seguida. Una vez estuve varios días sin aparecer; por fin volví confuso y ella me condujo a un lado y me dijo: 

-No debe usted entregarse a deseos en los que no cree. Sé lo que desea. Pero tiene que saber renunciar a esos deseos o desearlos de verdad. Cuando llegue a pedir con la plena seguridad de que su deseo va a ser cumplido, éste será satisfecho. Sin embargo, usted desea y al mismo tiempo se arrepiente de ello con miedo. Hay que superar eso."

(...)

"El jardín no tenía perfume, el bosque no me atraía, el Mundo se extendía alrededor de mí como un saldo de trastos viejos, insípido y desencantado; los libros eran papel; la música, ruido. No de otro modo pierde sus hojas el árbol otoñal en torno suyo. No lo siente, y la lluvia, la escarcha y el sol resbalan por su tronco, mientras su vida se retira a lo más íntimo y recóndito. No muere. Espera".

(...)

"El amor no era un oscuro instinto animal, como en un principio lo había yo sentido; ni era tampoco una piadosa adoración espiritual, como la que yo había consagrado a la imagen de Beatrice. Eran ambas cosas, ambas y muchas más: era ángel y demonio, hombre y mujer en uno, hombre y animal, sumo bien y profundo mal. Lo deseaba y lo temía; pero estaba siempre presente, siempre por encima de mí".

(...)





"La vida de todo hombre es un camino hacia sí mismo, la tentativa de un camino, la huella de un sendero. Ningún hombre ha sido nunca por completo él mismo; pero todos aspiran a llegar a serlo, oscuramente unos, más claramente otros, cada uno como puede. 

Todos llevan consigo, hasta el fin, viscosidades y cáscaras de huevo de un mundo primordial. Alguno no llega jamás a ser hombre, y sigue siendo rana, ardilla u hormiga. Otro es hombre de medio cuerpo arriba, y el resto, pez. 

Pero cada uno es un impulso de la Naturaleza hacia el hombre. Todos tenemos orígenes comunes: las madres; todos nosotros venimos de la misma sima, pero cada uno (tentativa e impulso desde lo hondo) tiende a su propio fin. Podemos comprendernos unos a otros, pero sólo a sí mismo puede interpretarse cada uno".





(Demian, Hermann Hesse)


domingo, 30 de agosto de 2020

A PROPÓSITO DE BERTRAND RUSSELL Y DE CÓMO ENTIENDE LA FELICIDAD




Quiero dedicar esta entrada a un autor con mayúsculas, porque es uno de los grandes filósofos y matemáticos de la historia.


Bertrand Russell (1872-1970) tuvo una vida larga, intensa y muy fructífera. Luchador y teórico incansable, nunca dejó de defender sus ideas, en pos de una sociedad más justa y un mundo mejor para vivir. Estuvo en la cárcel en dos ocasiones, una por su actividad en favor del pacifismo durante la Primera Guerra Mundial, y otra por participar en una manifestación en contra de las armas nucleares, tarea a la que dedicó los últimos años de su vida. 

También fue enemigo acérrimo de los fascismos, lo que le hizo dejar atrás su pacifismo para defender una intervención armada que acabara con la amenaza del nazismo en Europa. Su bibliografía es extraordinariamente extensa, y en sus obras trata sobre una multitud ingente de temas, entre los cuales podemos mencionar algunos como el control de la natalidad, los derechos de las mujeres o la existencia de Dios. Esta labor le valió la concesión del Premio Nobel en 1950, como reconocimiento a una obra literaria que asombra por su variedad y sus dimensiones.



La conquista de la felicidad tiene quizás nombre de libro de autoayuda, pero nada más lejos de la realidad. Se trata de un análisis claro y ameno sobre los motivos que nos hacen ser infelices y los que por el contrario pueden darnos la felicidad, explicados por una mente lúcida que recurre a toques de humor y a ironías de forma frecuente. Aunque algunos pasajes pueden haberse quedado un tanto desfasados (el libro fue publicado en 1930), es magnífico en la mayor parte de sus planteamientos, y algunas de las predicciones que en él lanza se han cumplido de forma casi literal, lo que demuestra su capacidad de anticiparse a los acontecimientos futuros.

Es difícil hacer una selección de pasajes o frases a destacar en un texto que merece ser subrayado casi por completo. Me atreveré con algunas reflexiones que me han parecido más que interesantes. Por ejemplo, para Russell una de las razones de la infelicidad reside en las altas expectativas que tenemos de nuestra propia vida. Esto es, no todos los días pueden estar llenos de momentos intensos y excitantes que nos hagan sentirnos exultantes de júbilo. En este sentido, es muy importante que la educación de los niños los prepare desde pequeños para esta realidad:


"La capacidad de soportar una vida más o menos monótona debería adquirirse en la infancia. Los padres modernos tienen mucha culpa en este aspecto; proporcionan a sus hijos demasiadas diversiones pasivas, como espectáculos y golosinas, y no se dan cuenta de la importancia que tiene para un niño que un día sea igual a otro, exceptuando, por supuesto, las ocasiones algo especiales. En general, los placeres de la infancia deberían ser los que el niño extrajera de su entorno aplicando un poco de esfuerzo e inventiva."


En otro capítulo Russell analiza el miedo a lo que los demás puedan decir de nosotros como otra de las razones de la infelicidad, y concluye con esta reflexión:


"Creo que, en general, dejando aparte la opinión de los expertos, se hace demasiado caso a las opiniones de otros, tanto en cuestiones importantes como en asuntos pequeños. Como regla básica, uno debe respetar la opinión pública lo justo para no morirse de hambre y no ir a la cárcel, pero todo lo que pase de ese punto es someterse voluntariamente a una tiranía innecesaria, y lo más probable es que interfiera con la felicidad de miles de maneras."


Me ha sorprendido que, frente a algunas corrientes de la psicología actual que centran la atención en la búsqueda de la felicidad personal dentro de uno mismo ("si no te quieres tú no te querrán los demás" vendría a ser su eslogan).

Russell nos habla de una felicidad volcada hacia fuera, para la cual la mejor receta es no hacer daño a nadie, tratar de hacer que los que nos rodean se sientan a gusto, o tener un amplio abanico de ocupaciones que llenen nuestro tiempo y nos estimulen, entre otros. Naturalmente parte de la base de que no tenemos ningún problema realmente grave que nos impida ser felices en un momento dado.

En condiciones normales, nos viene a decir, "el secreto de la felicidad es este: que tus intereses sean lo más amplios posible y que tus reacciones a las cosas y personas que te interesan sean, en la medida de lo posible, amistosas y no hostiles."


(*) Leí este libro hace muchos años, me impactó porque fue escrito en los años 30 y me di cuenta que seguían vigentes sus palabras, lo he vuelto a releer varias veces, es más, lo tengo en mi mesilla de noche como libro para hojear siempre que me encuentro algo tonta, y compruebo que hace maravillas en mí. Lo recomiendo y dejo aquí su descarga.







"Tres pasiones, simples pero abrumadoramente fuertes, han gobernado mi vida: el anhelo de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad".


*.- Entrada que hice en 2017 y que actualizo hoy




lunes, 27 de julio de 2020

FERNANDO PESSOA - EL DESAFÍO DE EXISTIR PARA UN SER HUMANO ESPECTACULAR

"Escribo estas líneas, realmente mal anotadas, no para decir esto, ni para decir cualquier cosa, sino para ocupar en algo mi desatención".

José Almada Negreiros, Retrato de Fernando Pessoa, 1954

Escrito en un libro abandonado en un viaje
" Tengo el cansancio anticipado de lo que no voy a encontrar. Si en determinado momento me hubiera vuelto para la izquierda en lugar de para la derecha. 
Si en cierto instante hubiera dicho sí en lugar de no, o no en lugar de sí. 
Si en determinada conversación hubiese tenido frases que sólo ahora en el entresueño elaboro. 
Si todo esto hubiera sido así hoy sería otro y quizá el Universo entero sería insensiblemente llevado a ser otro también. 
Pero sólo ahora lo que nunca fui ni seré me duele. 
Voy a pasar la noche a Cintra porque no puedo pasarla en Lisboa pero cuando llegue a Cintra me va dar pena de no haberme quedado en Lisboa. 
Siempre esta inquietud sin resolución, sin nexo, sin consecuencia. 
Siempre, siempre, siempre. 
Esta angustia excesiva del espíritu por nada. 
En la carretera de Cintra, o en la carretera del sueño, o en la carretera de la vida. 
A la izquierda hay una casucha al borde de la carretera. 
A la derecha, el campo abierto con la luna a lo lejos. 
El auto que parecía hace poco proporcionarme libertad es ahora algo en lo que estoy encerrado. 
A la izquierda, hacia atrás, la casucha modesta. 
La vida allí debe ser feliz sólo porque no es la mía. 
Si alguien me ha visto desde la ventana de la casucha soñará: ese que va en el auto es feliz. " 


¡Ah! La angustia, la abyecta rabia


¡Ah! La angustia, la abyecta rabia, la desesperación
De no yacer en mí mismo desnudo
Con ánimo de gritar, sin que sangre el seco corazón
¡En un último, austero alarido!

Hablo -las palabras que digo son nada más un sonido:
Sufro -Soy yo.
Ah, extraer de la música el secreto, el tono
¡De su alarido!

Ah, la furia -aflicción que grita en vano
Pues los gritos se tensan
Y alcanzan el silencio traído por el aire
¡En la noche, nada más allí!

El amor es una compañía

" El amor es una compañía, ya no sé andar solo por los caminos,
porque ya no puedo andar solo.
Un pensamiento visible me hace andar más a prisa y ver menos,
y al mismo tiempo gustar de ir viendo todo.
Aun la ausencia de ella es una cosa que está conmigo,
y yo gusto tanto de ella que no sé cómo desearla.
Si no la veo, la imagino y soy fuerte como los arboles altos,
pero si la veo tiemblo, no sé qué se ha hecho de lo que siento en ausencia de ella.
Todo yo soy cualquier fuerza que me abandona.
Toda la realidad me mira como un girasol con la cara de ella en el medio. "


El libro del desasosiego (fragmento)

" Pedí tan poco a la vida y ese mismo poco la vida me lo negó. 

Un haz de parte del sol, un campo próximo, un poco de sosiego con un poco de pan, no pesarme mucho el saber que existo, y no exigir nada de los otros ni ellos nada de mí. 
Esto mismo me fue negado, como quien niega la limosna no por falta de buena alma, sino por tener que desabrocharse la chaqueta. 
Escribo, triste, en mi cuarto tranquilo, solo como siempre yo he estado, solo como siempre estaré, y pienso si mi voz, aparentemente tan poca cosa, no encarna la sustancia de millares de voces, el hambre de decirse de millares de vidas, la paciencia de millones de almas sometidas como la mía al destino cotidiano, al sueño inútil, a la esperanza sin vestigios".


Fernando Pessoa (Lisboa, 13 de junio de 1888-30 de noviembre de 1935)
"Si después de yo morir quisieran escribir mi biografía, no hay nada más sencillo. Tiene sólo dos fechas, la de mi nacimiento y la de mi muerte. Entre una y otra todos los días son míos".

De día, Pessoa (1888-1935) trabajaba como traductor. De noche, escribía poesía, quizá la más alta poesía de la literatura portuguesa.

Su vida fue discreta. Sólo después de su muerte llegó el reconocimiento a su obra. 
"Cierro, cansado, mis contraventanas, excluyo al mundo y durante un momento tengo libertad. Mañana volveré a ser esclavo; pero, ahora, solo, sin necesidad de nadie, receloso tan sólo de que alguna voz o presencia venga a interrumpirme, tengo mi pequeña libertad, mis momentos de excelsis".
Tabaquería (fragmento)

no soy nada

nunca seré nada
no quiero ser nada
aparte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo.

He hecho de mí lo que no sabía,
y lo que podía hacer de mí no lo he hecho.
El disfraz que me puse estaba equivocado.
Me conocieron enseguida como quien no era y no lo desmentí, y me perdí.
Cuando quise quitarme la máscara,
la tenía pegada a la cara.
Cuando me la quité y me miré en el espejo,
ya había envejecido.
Estaba borracho, no sabía llevar el dominó que no me había quitado.
Tiré el antifaz y me dormí en el vestuario
como un perro tolerado por la gerencia
por ser inofensivo
y voy a escribir esta historia para demostrar que soy sublime".


*.- Cuánta emoción me produce leerle, me deja triste pero alegre, al pensar que un ser humano tan extraordinario como él pensaba lo que yo muchas veces, y él sabe decirlo.

sábado, 25 de julio de 2020

WALT WHITMAN - MI POETA HERMOSO

"Yo, dondequiera que viva mi vida, quiero hacer frente a las contingencias
Y encarar la noche, las tormentas, el hambre, el ridículo, los accidentes
Y los rechazos como lo hace el animal.."





"Me gusta besar,
Abrazar
Y alcanzar el corazón de todos los hombres con mis brazos.
Me gusta ver entre los árboles el juego de luces y de sombras
cuando la brisa agita las ramas.
Me gusta sentirme solo entre las multitudes de la ciudad,
En las estepas
Y en los flancos de la colina.."



Walt Whitman encarna el espíritu fuerte, emprendedor y agresivo. Un poeta que tiene fe en sí mismo y en sus semejantes. Lo cotidiano constituirá para Whitman una expresión de lo eterno. Todo cabrá en su poesía: el hombre, el cuerpo, el sexo, la religión, los animales, la geografía.

La actitud que predomina en la obra de Whitman es la alegría y la euforia. En esto es totalmente opuesto a Poe; para este último la tristeza y la melancolía son los estados más propicios del alma para escribir un poema.

La obra y vida de Whitman va a chocar frontalmente con la moral burguesa impregnada del puritanismo norteamericano de la época. Su actitud de rebeldía se expresa en sus poemas y le ocasionó más de un problema en su agitada existencia.

Walt Whitman es el poeta de las masas, en ellas veía al hombre y a la mujer corrientes. Tenía confianza en el hombre de la calle, le canta, exalta sus esfuerzos. Es un poeta que cree en la bondad y cree en la democracia. Frente a una poesía melancólica y de escritorio, él opone la poesía de la calle y de la alegría.





Os dejo algunos poemas suyos que me gustan:



Una mujer me espera


Una mujer me espera, ella lo contiene todo,

nada le falta;

mas todo le faltaría, si no existiese el sexo

y si no existiese la vida del hombre necesario.

El sexo lo contiene todo: cuerpos y almas,

ideas, pruebas, purezas, delicadezas, fines,

difusiones,

cantos, mandatos, salud, orgullo, el

misterio de la eternidad, el semen;

todas las esperanzas, bondades, generosidades;

todas las pasiones, amores, bellezas, delicias

de la tierra.

Todos los gobiernos, jueces, dioses, caudillos

de la tierra

existen en el sexo y en todas las facultades

del sexo y en todas sus razones de ser.

Sin duda, el hombre, tal como lo amo,

sabe y confiesa las delicias del suyo.

Así, nada tengo que hacer con mujeres

insensibles;

yo quiero ir con la que me espera, con esas

mujeres que tienen la sangre cálida y

pueden enfrentarse conmigo.

Veo que ellas me comprenden y no se

desvían de su propósito.

Veo que ellas son dignas de mí. De estas

mujeres quiero ser el robusto esposo.

En nada son menos que yo.

Ellas tienen la cara curtida por los soles

radiosos y los vientos que pasan;

su carne tiene la antigua y divina ingravidez

la hermosa y vieja y divina elasticidad.

Ellas saben nadar, remar, montar a caballo,

luchar, cazar, golpear, huir y atacar,

resistir, defenderse.

Ellas son extremadas en su legitimidad,

son tranquilas, límpidas, en perfecta

posesión de sí mismas.

Te atraigo a mí, mujer.

No puedo dejarte pasar, quisiera hacerte un bien.

Yo soy para ti y tú eres para mí, no solamente

por amor a los demás:

en ti duermen los grandes héroes, los

más grandes bardos,

y ellos rehúsan ser despertados por otro

hombre que no sea yo.

Soy yo, mujer, veo mi camino.

Soy austero, áspero, inmenso, inmutable,

Pero yo te amo.

Vamos, no te hiero más de lo necesario;

vierto la esencia que engendrará muchachos y

doncellas dignas de Estados Unidos;

voy con un músculo rudo y atento,

y me enlazo muy eficazmente, y no escucho

ninguna súplica,

y no puedo retirarme antes de haber depositado

lo que está acumulado hace mucho tiempo en mí.

A través de ti, liberto los ríos represados de mi ser

en ti deposito un millar de años anteriores,

sobre ti injerto lo más querido de mí y de América;

las gotas que yo destilo en ti, crecerán en

cálidas y potentes hijas, en artistas de

mañana, en músicos, en bardos;

los hijos que yo engendre en ti; engendrarán a

su vez.

Yo exijo que hombres perfectos y mujeres

perfectas surjan de mis expansiones amorosas.

Espero que ellos se desposen como nosotros nos

unimos en este instante;

cuento con los frutos de sus resplandecientes riegos,

como cuento con los frutos de los riegos centellantes

que doy en esta hora.

Y yo vigilaré las mieses del amor, del nacimiento

de la vida, de la muerte, de la inmortalidad,

que yo siembro en esta hora, tan amorosamente.





Ha poco tiempo que atravesé una ciudad populosa

Ha poco tiempo que atravesé una ciudad populosa,

imprimiendo en mi cerebro, para recordarlas

más tarde, sus curiosidades, arquitecturas,

costumbres, tradiciones.

A pesar de ello, ahora, de toda esta ciudad,

me acuerdo solamente de una mujer que

encontré allí por casualidad y que me retuvo

porque me amaba.

Día tras días y noche tras noche, estábamos

juntos. Todo lo demás ha sido olvidado

hace mucho.

Sólo recuerdo, digo, a esta mujer únicamente,

a esta mujer que se enamoró de mí con pasión.

Aún erramos juntos, nos amamos, aún

nos separamos;

aún me retiene de la mano: "¡No partas!".

La veo muy cerca de mí, con sus labios

oprimidos, temblorosa y desolada.





¡Durante cuanto tiempo nos engañaron!

¡Durante cuanto tiempo nos engañaron!

Trasmutamos ahora,

nos apresuramos a huir

como huye la

naturaleza,

Somos la naturaleza,

durante mucho tiempo estuvimos lejos.

Pero ahora volvemos,

nos convertimos en plantas,

en troncos, en follaje,

raíces y cortezas.

Estamos asentados en la tierra,

somos peñascos,

pastamos,

somos dos en medio de la hacienda bravía,

tan espontáneos como los otros.

Somos dos peces que nadan juntos en el mar,

somos lo que son las flores del algarrobo,

derramamos fragancia

en los caminos de la mañana y de la tarde.

Somos también lo sucio de las bestias,

de las plantas, de los minerales.

Somos dos aves de rapiña,

nos elevamos en el aire y miramos la tierra.


Somos dos soles que deslumbran,

somos nosotros dos los que giramos,

cósmicos y estelares,

somos como dos cometas.

Merodeamos, cuadrúpedos y feroces, por la espesura,

y saltamos sobre la presa.

Somos dos nubes que se desplazan en lo alto

cuando amanece o atardece.

Somos dos mares que se unen,

somos esas olas felices que se revuelcan

y se juntan, mojándose.

Somos lo que es la atmósfera,

transparentes, hospitalarios,

permeables, impermeables.


Somos nieve, lluvia, frío, tinieblas,

somos lo que el planeta engendra y protege.

Hemos descrito círculos hasta volver los dos al hogar,

hemos renunciado a todo,

salvo a la libertad y a nuestra alegría.

miércoles, 15 de julio de 2020

CHARLES BUKOWSKI - CUANDO PIENSO EN MI MUERTE

Edward Hopper, (el vacío existencial, la nostalgia del tiempo perdido fueron temas que nunca dejaron de obsesionar al artista de la soledad).


... pienso en automóviles estacionados en un
estacionamiento
cuando pienso en mi muerte
pienso en sartenes
cuando pienso en mi muerte
pienso que alguien te hace el amor
cuando no estoy
cuando pienso en mi muerte
tengo problemas para respirar
cuando pienso en mi muerte
pienso en toda la gente que espera morir
cuando pienso en mi muerte
pienso que no podré tomar agua nunca más
cuando pienso en mi muerte
el aire se vuelve completamente blanco
las cucarachas en mi cocina
tiemblan
y pienso que alguien tendrá que tirar
mi ropa interior limpia y sucia
muy lejos.."


Charles Bukowski

LA NÁUSEA - JEAN PAUL SARTRE (EL VÉRTIGO QUE GENERA LA EXISTENCIA)

Náusea: Es la experiencia filosófica fundamental. Sensación que nos produce la realidad al comprender su gratuidad, su contingencia absoluta.


La describe de forma extraordinaria Jean Paul Sartre en la novela La Náusea, (1938):

"Lo esencial es la contingencia. Quiero decir que, por definición, la existencia no es la necesidad. Existir es estar ahí, simplemente; los existentes aparecen, se dejan encontrar, pero nunca es posible deducirlos. Creo que hay quienes han comprendido esto. Sólo que han intentado superar esta contingencia inventando un ser necesario y causa de sí. Pero ningún ser necesario puede explicar la existencia: la contingencia no es una máscara, una apariencia que puede disiparse; es lo absoluto, en consecuencia, la gratuidad perfecta. Todo es gratuito: ese jardín, esta ciudad, yo mismo. Cuando uno llega a comprenderlo, se le revuelve el estómago y todo empieza a flotar... eso es la Náusea". (fragmento)

La náusea aparece al sentir el carácter absurdo de la existencia, al captar la realidad como algo superfluo, contingente;

Los existentes (nosotros incluidos) venimos de la nada, existimos sin justificación alguna y terminaremos en la nada.

Hemos sido arrojados a la existencia, y del mismo modo seremos arrojados a la muerte. 


"Todo lo que existe nace sin razón, se prolonga por debilidad y muere por casualidad."



Sinopsis:


Después de haber pasado unos años viajando, Antoine Roquentin, hombre de treinta años que disfruta de una modesta renta, se halla instalado en la ciudad portuaria de Bouville dedicado a escribir un libro sobre un turbio aristócrata del siglo XVIII. Sin embargo, un día se ve asaltado por una sensación desconocida, la Náusea, cuya revelación como el sentimiento radical de la contingencia y la soledad del ser humano cambiará por completo su vida de sentido. 




*.- Cuando leí esta novela por primera vez, hace casi dos décadas, supe de inmediato que contenía algo importante, algo que se revelaba allí, entre sus páginas, y me tocaba, aunque yo no lo alcanzara a definir a ciencia cierta. Con el tiempo, me he dado cuenta de que lo que sentía entonces era miedo; no es fácil convencerse de que hemos sido arrojados, y que vivimos en un mundo con pocos asideros. 

Como Sartre, pienso que la obra, si bien enfrenta al lector a una situación límite, nunca busca sumirlo en la quietud, y mucho menos, en el desespero. Lo que sucede es que la novela se fundamenta en un ámbito de crisis, en donde los valores convencionales y los fines mismos de la existencia empiezan a flaquear, hecho que insta al ser humano a reinterpretarse a partir de la inquietante certidumbre de su finitud y contingencia.

Frases y fragmentos sueltos del libro, aquellos que tienen que ver con "el vértigo que genera la existencia":


"Echo a andar. El viento me trae el grito de una sirena. Estoy solo, pero camino como un ejército que irrumpiera en una ciudad. En este momento hay navíos resonantes de música en el mar; se encienden luces en todas las ciudades de Europa; nazis y comunistas se tirotean en las calles de Berlín; obreros sin trabajo callejean en Nueva York; mujeres delante del espejo, en habitaciones caldeadas, se ponen cosmético en las pestañas. 

Y yo estoy aquí, en esta calle desierta, y cada tiro que parte de una ventana de Neukölln, cada vómito de sangre de los heridos, cada ademán menudo y preciso de las mujeres que se engalanan, responde a cada uno de mis pasos, a cada latido de mi corazón (…) Frente al pasaje Gillet ya no sé qué hacer. ¿Acaso no me aguardan en el fondo del pasaje? Pero también en la Plaza Ducoton, al final de la calle Tournebride hay cierta cosa que me necesita para nacer. Estoy lleno de angustia: el menor gesto me compromete. No puedo adivinar qué quieren de mí. Sin embargo, es preciso escoger; sacrifico el pasaje Gillet, ignoraré para siempre lo que me reservaba". (Págs. 89-90)


Es extraño que todo me dé lo mismo; me espanta. Pág. 157 

Un sacerdote avanza a pasos lentos, leyendo su breviario. Por momentos levanta la cabeza y mira el mar con aire aprobador: también el mar es un breviario, habla de Dios. Pág. 159 

El verdadero mar es frío y negro, lleno de animales; se arrastra bajo esta delgada película verde hecha para engañar a las gentes. Pág. 159 

Desearía tanto abandonarme, olvidarme, dormir. Pero no puedo, me sofoco: la existencia me penetra por todas partes, por los ojos, por la nariz, por la boca... Pág. 161 

… yo estaba de más para toda la eternidad. Pág. 164 

… pensaba sin palabras en las cosas, con las cosas. Pág. 164 

En realidad, todo lo que pude comprender después se reduce a este absurdo fundamental. Pág. 165 

Lo esencial es la contingencia. Quiero decir que, por definición, la existencia no es la necesidad. Existir es estar ahí, simplemente; los existentes aparecen, se dejan encontrar, pero nunca es posible deducirlos. Pág. 167 

No me disgustaba ver algo en movimiento; me desviaba de todas aquellas existencias inmóviles que me miraban como ojos fijos. Me decía, siguiendo el balanceo de las armas: los movimientos nunca existen del todo, son pasos intermediarios entre dos existencias, tiempos débiles. Pág. 168 

… la existencia no tiene memoria, no conserva nada de los desaparecidos ni siquiera un recuerdo. Pág. 169 

Todo lo que existe nace sin razón, se prolonga por debilidad y muere por casualidad. Pág. 170 

… la existencia es un lleno que el hombre no puede abandonar. Pág. 170 

-Lo sé. Sé que nunca más encontraré nada ni nadie que me inspire pasión. Tú sabes que ponerme a querer a alguien es una hazaña. Se necesita una energía, una generosidad, una ceguera... Hasta hay un momento, al principio mismo, en que es preciso saltar un precipicio; si uno reflexiona, no lo hace. Sé que nunca más saltaré. Pág. 183-184 

Cuando representábamos el aventurero y la aventurera, tú eras aquel a quien suceden aventuras, yo la que las hace suceder. Pág. 190 

-Vivo el pasado. Vuelvo a tomar todo lo que me ha sucedido y lo arreglo. De lejos, así, no está mal, uno casi se dejaría posesionar. Toda nuestra historia es bastante buena. Le doy unos toques y sale una serie de momentos perfectos. Entonces cierro los ojos y trato de imaginarme que vivo todavía dentro. Pág. 192 

No estoy simplemente abrumado porque la dejo; tengo un miedo horrible de volver a mi soledad. Pág. 194



En La náusea, el protagonista se ve inútil como las raíces del árbol.