FABIO MIRANGELLI |
No quiero ir donde todos me esperan,
ni quiero caer donde todos se caen,
no quiero pensar lo que todos desean,
ni pasar por la vida sin poder susurrarle
a alguien que deseo volverle a ver.
No quiero cuentos que me hagan princesa,
ni carmín que disfrace mis besos,
no quiero palabras que al segundo están muertas,
ni libros que se cierran para siempre.
Lo que quiero es tan difuso que me dejo
hacer, querer, descubrir y rescatar,
pero...
No quiero quedarme donde todos se quedan,
no quiero conformarme con la miel de las abejas,
ni robar ni recoger las sobras, aunque eso sea,
lo que todo el mundo quiera.
No quiero pedir permiso por besar,
ni temer al decir "te amo",
no quiero olvidar que en la piel
habitan muchos placeres,
y que es el corazón quien se lleva los desgarros.
No quiero una muerte lenta,
ni una vida rápida,
y quiero que los tiempos me ejecuten
con cada huella en la piel.
Mas conservar el pelo,
o disfrazarse de canas,
será el reconocimiento
de que tuve la oportunidad
de atravesar
una buena parte del puente
de una vida...
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