“He tenido tres vidas. Una para Robert, otra para mi hijo y mi nieto, y una más corta para mi. No me arrepiento de no haberme ocupado más de mí misma. No he tenido tiempo de ello".
Sonia Delaunay fue una mujer sin precedentes, volcada en un mundo difícil para el género femenino, destacó en el arte como ninguna otra lo había hecho hasta ese momento.
Le Bal Bullier, 1913 |
Figura clave de la vanguardia parisina de principios del siglo XX, Sonia Delaunay (1885-1979) fue una constante experimentadora del color y la forma.
Sonia Delaunay, nacida Sara Élievna Stern, representó un papel fundamental en el desarrollo del simultaneísmo, corriente que supo expresar tanto en la pintura como en el campo del diseño de moda, tejidos y libros, entre otros.
De origen ucraniano, fue confiada, siendo una niña, a sus tíos maternos de San Petersburgo, de quienes recibió una educación cosmopolita. A través de Max Liebermann, conocido de su tío, tomó contacto con el mundo artístico germano y en 1904 se trasladó a Karlsruhe para comenzar sus estudios de pintura.
Autoretrato 1908 |
Dos años más tarde continuaría su formación en París en la Académie La Palette. Durante esta época sus obras reflejaron su admiración por Vincent van Gogh, Paul Gauguin o el fauvismo de Henri Matisse.
Para no abandonar Francia, Sonia contrajo matrimonio de conveniencia con el marchante alemán Wilhelm Uhde, a través del cual conoció a artistas de vanguardia como Pablo Picasso, Georges Braque o el propio Robert Delaunay, con el que se casaría en 1910 tras divorciarse de Uhde.
A partir de entonces, el intercambio artístico entre ambos sería constante. Como él, se sentiría interesada por las teorías del color de Michel-Eugène Chevreul y en 1913 comenzaría su serie no figurativa Contrastes simultáneos.
PRISMAS ELÉCTRICOS
Contrastes simultáneos |
Contrastes simultáneos |
Contrastes simultáneos |
Ese mismo año colaboró en la ilustración y diseño de la cubierta de La prosa del transiberiano y de la pequeña Jehanne de Francia de Blaise Cendrars.
La prosa del Transiberiano, de Blaise Cendrars y Sonia Delaunay |
La llegada de la Primera Guerra Mundial les sorprendió en la península Ibérica y durante los años de la contienda vivió en España y Portugal. En 1917, tras el triunfo de la Revolución de Octubre, dejó de recibir las rentas que había percibido hasta entonces y comenzó a comercializar sus creaciones, primero en Madrid, donde abrió una tienda con sus propios diseños de decoración de interiores y de moda, y, posteriormente en París, tras su retorno a la ciudad en 1921.
Cantaor flamenco, 1915 |
Bailaora andaluza, 1917 |
Mural Portugal |
En el París de los años veinte tuvo una estrecha relación con los grupos dadaístas y surrealistas y colaboró con ellos en la producción de proyectos teatrales y cinematográficos como Le P’tit Parigot de Le Somptier.
Durante la década de 1930 estuvo en contacto con grupos artísticos que abogaban por la abstracción en el arte como Abstraction-Création o Cercle et Carré y fue uno de los miembros fundadores de Réalités Nouvelles en 1939.
Tras la muerte de su marido en 1941, Sonia Delaunay continuó trabajando y colaborando en la promoción del arte abstracto. En 1964, como consecuencia de la donación de obras suyas y de Robert, se convirtió en la primera mujer viva a la que se honraba con una exposición en el Musée du Louvre.
Las tres mujeres |
Mercado en el Miño, 1915. |
DISEÑOS, TEXTILES Y MODA:
Diseño de bañadores |
Colcha para su hijo |
Homenaje a Tristán Tzara |
Durante mucho tiempo la figura de Sonia Delaunay estuvo relegada a un segundo plano, quizás porque siempre estuvo a la sombra de su marido y quizás también porque desarrolló un intenso trabajo como diseñadora en el campo de la moda y de la publicidad, lo que la encasilló como tal.
A Robert Delaunay se le había reservado el papel de creador original dejando a Sonia como artífice de las aplicaciones a la moda, la publicidad, etc.
Empezó a pintar tras despertar admiración entre sus amistades con un 'quilt' de estilo ruso con retales de ropa para la cuna de su primer hijo.
De los cuadros de Sonia Delaunay y también de los textiles y objetos que diseñó o intervino, brota un dinamismo vibrante que refleja el frenesí, la alegría y el alto contraste de la vida moderna
No figura casi nunca en las enumeraciones de los creadores clave de la época.
Es una injusticia.
Nunca dejó de pintar, hasta la fecha de su muerte en 1979.
En París, ciudad que consideraba su hogar, fue enterrada junto a su marido, Robert.
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