Detalle de la decoración de los palacios nazaríes |
Dicen que uno de los aretes que suelen servir para ajustar el lienzo blanco que cubre la cabeza en los países árabes, es por la perdida de al-Andalus por parte de los musulmanes allá por el siglo XV, aunque su perdida real comenzara mucho antes. El arete negro es señal de luto.
Dicen que un rey moro de Granada lloró cuando entregó su reino a los reyes cristianos venidos del norte. Dicen que se llora como un chiquillo cuando tienes que partir para buscarte las habichuelas, al ver alejarse la costa de Andalucía o los montes de Sierra Morena. Dicen que Blas Infante, no quería morir porque no volvería a ver amanecer en su querida tierra, y ya no podría llorar más por la miseria que reinaba en su Andalucía. Tanto orgullo y tanta gana de lucha reflejada en una mano ensangrentada. Dicen que Lorca y tantos otros aun penan porque algunos desalmados cercenaron su derecho a respirar el aire del Sur que les daba la vida y la inspiración. Dicen que Velázquez se apenaba de ir perdiendo su acento a medida que viajaba por toda Europa y pintaba cuadros en Madrid, idéntico lamento al de Antonio Gala y su poesía. Dicen que todos penan al ver nuestra tierra vilipendiada y abandonada a su suerte.
Dicen que hay tantas familias pasando necesidades en nuestra tierra, como luceros centellean en la noche andalusí. Dicen que pronto mejoraremos y sin embargo las lágrimas de esas madres viendo a sus hijos, sin trabajo, locos de desesperación, están a punto de convertirse en un afluente más del río grande. Dicen que el bienestar del pueblo es su gran misión, mientras sus faltriqueras rebosan dineros. Dicen que son la solución a todos nuestros problemas, cuando jamás han derramado una lágrima por nuestra gente. Dicen que no habrá problemas de aguas, nuestros lloros lo harán posible. Dicen que nuestros problemas tienen solución, mientras los parados no hacen más que aumentar, las angustias acrecentarse, y las filas de los necesitados pidiendo un plato de comida… hacerse interminables. Dicen que el pueblo andaluz, ya no llora, porque se le han secado las lágrimas.
Yo lloro por mi gente, por los andaluces que no tienen un plato de comida. Por los andaluces que no pueden pagar su hipoteca. Por los andaluces que no pueden ir a trabajar. Por los andaluces que tienen que marchar, sin saber cuando podrán regresar. Yo lloro por nuestro futuro, porque no parece halagüeño. Yo lloro por todos aquellos que ya no pueden llorar, y sin lugar a dudas, al ver como tienen a su gente, volverían a morir de pena.
J.M. Sánchez
http://secretolivo.wordpress.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario