Un jubilado fue apuñalado en Madrid por protestar contra la llegada del Papa. Si ahorcaron en un puente de Londres al tipo que llevaba las finanzas del Vaticano, nada puede extrañarnos ya.
El jubilado, que salió bien parado pero que podía haber sido asesinado, portaba un cartel en el que mostraba su rechazo al viaje papal, cuyos gastos, digan lo que digan, lo disfracen como lo disfracen, saldrán del bolsillo de todos: capillitas y ateos. España “laica” le llaman a eso.
No quiero decir que los grupos de jóvenes light que se han dejado caer por el Estado español, que realizan coreografías musicales ñoñas y le cantan todo el día a ese dios en cuyo nombre se están cometiendo crímenes contra la humanidad, estén detrás del suceso; sin embargo, de todos son conocidos los vínculos históricos que unen la extrema derecha y la Iglesia católica.
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