MARC CHAGALL |
Ahora me entero
de que todo es conexo,
que no hay soledad,
que en mi mano
puedo tomar el universo,
pero te siento lejos
en una lejanía mordaz y sin remedio.
Entonces pienso:
que si tal vez eres parte de mi cuerpo,
que si te encuentras siempre
donde yo me encuentro,
no tengo por qué añorarte
no tiene un por qué este deseo;
somos uno,
y tu mirada me observa
en cada momento,
somos uno, sólo uno,
y ambos somos
el mismo animal sediento.
ALEJANDRO CHAVARRIA
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