El beso, en el cementerio de Montparnasse, la estela de la tumba de Tania Rachevskaia, una joven rusa anarquista que se suicidó por amor.
Dos figuras abrazadas, que se besan. La unión entre ambas es completa. En la cara destacan los ojos, casi simétricos y la boca, que es la misma para los dos. El pelo es un movimiento de líneas paralelas onduladas, los brazos están pegados a las figuras y el cuerpo solamente es insinuado por la línea que los divide y los une, la misma para ambas.
El Beso (1907)
Constantin Brancusi, Escultor del s. XX (1876-1957) era rumano de Transilvania
Es la obra maestra en la que Brancusi logra por primera vez el equilibrio perfecto entre fondo y forma, la síntesis de los cuerpos y el bloque en el que están esculpidos.
Tiene una fuerte influencia del primitivismo en el modo de representar los ojos, la incisión del cuerpo, el cabello ondulado, los brazos, etc.
Este escultor de las formas etéreas nació pobre, trabajó en los oficios más extraños -tintorero, monaguillo, lavaplatos, fabricante de violines y vivió casi toda su vida en París. Murió como un ermitaño, en su estudio del número 8 del callejón de Ronsin, rodeado de sus esculturas. "En sus manos, madera, piedra y bronce fueron verdad".
Su obra llamó la atención de Rodin, proponiéndole trabajar en su taller. Brancusi rechazó su oferta, aunque siempre consideró que el escultor francés era el punto de partida de la escultura contemporánea.
Las primeras obras muestran la influencia de Rodin y de los impresionistas, pero a partir de 1907-1908 evoluciona hacia un estilo mucho más personal. Inicia un proceso en el que sus figuras se simplifican y tienden hacia la abstracción. Se interesa por el arte primitivo, por la escultura prehistórica y africana y por las esculturas de Gaugain. Es en este momento cuando inicia El Beso.
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