més poderós que el roure, més verd que el taronger,
conserva de ses fulles l'eterna primavera,
i lluita amb les tormentes que assalten la ribera,
com un gegant guerrer >>
¡Mi corazón ama a un árbol! Más viejo que el olivo,
más potente que el roble, más verde que el naranjo,
en sus hojas conserva la eterna primavera
y lucha con los vientos que arrasan la ribera
cual un guerrero gigante.
No asoma por sus brazos la flor enamorada;
no va la fuentezuela sus sobras a besar;
más Dios ungió de aroma su testa consabrada
y por trono le dio la agreste serranía
y por fuente el mar.
Si lejos, sobre la ola, nace la luz divina
no canta por sus ramas el ave cautiva;
el sublime grito oye del águila marina.
o del alto buitre siente el ala gigante
remover su follaje.
Del limo de esta tierra su vida no sustenta,
por las rocas retuerce su poderosa raíz,
tiene lluvia y rocío y viento y luz ardiente
y, cual viejo profeta, recibe savia y vida
del amor de los cielos.
¡Árbol sublime! Viva imagen del genio,
domina las montañas y acecha el infinito,
por él, dura es la tierra, más su ramaje besa
al cielo que hechiza, y tiene al rayo y al viento
por gloria y por deseo.
¡Oh, sí! Cuando a sus anchas brama la tempestad
y por entre la espuma parece caer su peña,
él ríe y canta entonces más fuerte que las olas,
y vencedor sacude sobre los nubarrones
su cabellera real.
Mi corazón te envidia. Sobre la tierra impura
llevaré como santa prenda tu recuerdo.
Luchar siempre y vencer, reinar sobre la altura
y nutrirse y vivir del cielo y de la luz pura...
¡Oh vida! ¡Oh noble suerte!
¡Levántate, alma fuerte! Entre las nubes cruza
y cual el árbol de la peña arraiga en la altura.
Verás caer a tus plantas la airada mar del mundo
y tu canción tranquila cruzará la ventada
como ave del temporal.
Miquel Costa i Llobera
La belleza de la música hay que escucharla dos veces. James Joyce
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