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sábado, 23 de mayo de 2015

SIMONE DE BEAUVOIR - "SI SOMOS IGUALES, SEREMOS LIBRES"



"Soy demasiado inteligente, demasiado exigente, y demasiado ingeniosa como para que alguien pueda encargarse de mí completamente. Nadie me conoce o me ama totalmente. Sólo me tengo a mí misma". 


Simone de Beauvoir, (1908-1986)

Narradora, ensayista y docente. Su pensamiento filosófico se enmarca dentro del existencialismo. Fue considerada la precursora del feminismo.


Era una mujer apasionada que amaba profundamente la vida. 

 "Amo con pasión la vida , abomino de la idea de tener que morir. Soy terriblemente ávida también, quiero todo de la vida , ser una mujer y también un hombre, tener amigos y también la soledad , trabajar mucho , escribir buenos libros , y también viajar, divertirme, ser egoísta y generosa . Ves no es fácil tener todo lo que quiero. Y cuando no lo consigo me encolerizo" 

La sociedad la convertiría en un icono del feminismo , pero ella huía de todas las etiquetas, buscaba su libertad, su independencia, aunque desde 1929 permanecería ligada a Sartre , tal vez demasiado, porque visto desde fuera parece que ella le dio mucho más que Sartre a ella.



"El día que una mujer pueda no amar con su debilidad sino con su fuerza, no escapar de sí misma sino encontrarse, no humillarse sino afirmarse, ese día el amor será para ella, como para el hombre, fuente de vida y no un peligro mortal"







Sus obras más destacadas:


*El segundo sexo (1949)
*Los mandarines (1954)
*La sangre de los otros (1945)
*Memorias de una joven formal (1958)
*La mujer rota (1968)
*La vejez (1970)
*Final de cuentas (1972)


miércoles, 15 de abril de 2015

SIMONE DE BEAUVOIR - EL SEGUNDO SEXO, FRAGMENTOS

"El día que una mujer pueda no amar con su debilidad sino con su fuerza, no escapar de sí misma sino encontrarse, no humillarse sino afirmarse, ese día el amor será para ella, como para el hombre, fuente de vida y no un peligro mortal"


Esta foto la tomó Art Shay en Chicago en el año 1950, cuando la escritora tenía 42 años. "Ese día, - contó Shay - Simone, que estaba en Chicago, necesitaba tomar un baño y la llevé al apartamento de otro amigo". "Ella acababa de ducharse. Fue mientras se peinaba frente al espejo cuando me sobrecogió el impulso de captar la imagen - se justificaba Shay que era fotógrafo profesional -. Ella supo que había tomado la fotografía porque escuchó el clic de mi Leica que utilicé durante la guerra". "Malvado", me dijo.


***


Fragmentos de su libro "El segundo sexo"


"... siempre ha habido mujeres, estas lo son por su estructura fisiológica; por lejano que sea el tiempo histórico al cual nos remontamos, han estado siempre subordinadas al hombre: su dependencia no es consecuencia de un acontecimiento, o de un devenir, no es algo que ha llegado. La alteridad aparece aquí como un absoluto, porque escapa en parte al carácter accidental del hecho histórico. Una situación que se ha creado a través del tiempo puede deshacerse en un tiempo posterior (...). En cambio, parece que una condición natural desafía al cambio. En verdad, la naturaleza no es un dato inmutable, del mismo modo que no lo es la realidad histórica. Si la mujer se descubre como lo inesencial que nunca vuelve a lo esencial es porque ella misma no opera esa vuelta. "


" El hombre se eleva sobre el animal al arriesgar la vida no al darla: Por eso la humanidad acuerda superioridad al sexo que mata y no al que engendra. 

Tenemos aquí la llave de todo el misterio [...] El hombre asegura la repetición de la Vida al transcender la Vida por la existencia, y por medio de esa superación crea valores que niegan todo valor a la pura repetición[...] Al plantearse como soberano encuentra la complicidad de la mujer misma, porque ella es también un existente, está también habitada por la transcendencia y su proyecto no es la repetición, sino su superación hacia un otro porvenir; ella encuentra también en el corazón de su ser la confirmación de las pretensiones masculinas. [...] Su desgracia es haber sido consagrada biológicamente a repetir la Vida, cuando a sus mismos ojos la Vida no lleva en sí sus razones de ser y esas razones son más importantes que la vida misma." 


"Así el triunfo del patriarcado no fue ni un azar ni el resultado de una evolución violenta. Desde el origen de la humanidad su privilegio biológico ha permitido a los machos afirmarse solos como sujetos soberanos, y no han abdicado nunca ese privilegio, (...) Es posible, sin embargo, que si el trabajo productor hubiese seguido siendo proporcionado a la medida de sus fuerzas la mujer hubiera realizado la conquista de la naturaleza con el hombre (...) Lo que le ha sido nefasto es que, al no convertirse en una compañera de trabajo para el obrero, ha sido excluida del Mitsein humano: esa exclusión no se explica por el hecho de que la mujer sea débil y de capacidad productora inferior; el macho no reconocía en ella a un semejante porque ella no participaba de su manera de trabajar y pensar y porque permanecía sujeta a los misterios de la vida; dado que no la adoptaba, dado que conservaba ante sus ojos la dimensión del otro el hombre no podía sino hacerse su opresor. La voluntad macho de expansión y dominación ha transformado la incapacidad femenina en una maldición."


El segundo sexo (1949)




domingo, 22 de febrero de 2015

ÁNGELA FIGUERA – CARNE DE MI AMANTE

"Yo no iba sola entonces. Iba llena
de ti y de mí. Colmada, verdecida"


Jan Saudek


Mármol oscuro y caliente
tallado en músculo y fibra.

Carne de mi amante, carne
viril y prieta de mi vida.

Suave y blanda entre mis dedos;
fuego bajo la caricia.

Dulce y sabrosa a mis labios
como una fruta mordida…
Carne de mi amante, carne
tan mía como la mía.



Ángela Figuera Aymerich (Bilbao, 1902 - Madrid, 1984)


lunes, 15 de diciembre de 2014

MARY WOLLSTONECRAFT - VINDICACIÓN DE LOS DERECHOS DE LA MUJER





Mary Wollstonecraft (1759-1797), filósofa y narradora inglesa. Reconocida como la más clara precursora de la literatura de emancipación de la mujer. Educadora y mujer de fuerte e independiente personalidad, trabajó como correctora editorial y entró en contacto con el grupo de escritores radicales liderado por William Godwin, considerado uno de los precursores del anarquismo. Ambos tuvieron una hija, Mary Shelley, en el futuro también escritora y filósofa como su madre, quien escribió la popular novela Frankenstein.



"Esta es la historia de un noviazgo y el matrimonio, un fascinante relato de una pareja de amantes en Londres en el año 1796. " 

Por cuarenta y ocho años William Godwin llevó un diario todos los días. 

Su entrada para el 13 de noviembre 1791, graba su primer encuentro con Mary Wollstonecraft. 

Se conocieron en una cena ofrecida por el librero radical Joseph Johnson; También estuvo presente Thomas Paine, el célebre autor de Los derechos del hombre . 

A pesar de la lista de invitados, la ocasión no fue un éxito. Godwin había venido a escuchar Paine, un hombre reservado, pero en su lugar se encontró escuchando Wollstonecraft toda la noche. Ella era, según pensaba Godwin, demasiado estridente, y se separaron mutuamente "disgustado con uno al otro". Todas las historias de amor, o casi todas, y sobretodo entre personas interesantes, comienzan con un rechazo absoluto, curioso.

En agosto del año 1797 Mary Wollstonecraft dio a luz a Mary Shelley y en el transcurso del parto sufrió una complicación con la placenta, muriendo a los pocos días, el 10 de Septiembre del año 1797 por una septicemia. Tenía 38 años. 




Mary Shelley, hija de Wollstonecraft 
y William Godwin, (autora de Frankenstein) 


Decía Mary Shelley sobre su madre: "Uno de esos seres que sólo aparecen una vez por generación, para arrojar sobre la humanidad un rayo de luz sobrenatural. Ella brilla, aunque parezca oscurecerse y los hombres crean que está apagada, pero se reanima de repente para brillar eternamente". 






1796. Mary Wollstonecraft and William Godwin 


Mary Wollstonecraft era hija de un padre brutal, que despilfarraba el resto de su fortuna, comenzó a ganarse la vida a la edad de 17 años como señorita de compañía, institutriz, modista y maestra, al tiempo que comenzó a escribir y a destacar por su clara inteligencia. Vivió en Irlanda, Francia e Inglaterra y frecuentó círculos de pintores, escritores, filósofos y editores. 

Simone de Beauvoir revolucionó el estatuto de la mujer en 1949 con El segundo sexo. "La mujer no nace, se hace", según la filósofa. 

La idea, una auténtica bomba en la conservadora sociedad de los años cincuenta, no era sin embargo nueva. Más de un siglo antes de que la compañera de Jean-Paul Sartre denunciara una educación que privilegiaba al hombre y reivindicara la libertad de la mujer, otra madre del feminismo se levantó contra las prohibiciones: la británica Mary Wollstonecraft. 





Cuando Mary Wollstonecraft llegó en diciembre de 1792 a la Francia revolucionaria, tenía 33 años y llevaba en la maleta Vindicación de los derechos de la mujer, (1792), un texto que declaraba que las mujeres eran "estúpidas", "superficiales" y "unos juguetes". 


Su tono denunciaba la situación de la mujer en el siglo XVIII. El problema era la educación, que "nos hace más artificiales y débiles de carácter de lo que de otra forma podrían haber sido". Según Wollstonecraft, el Estado debe permitir a las mujeres "practicar la medicina, llevar una granja, dirigir una tienda, vivir de su propio trabajo".






Aceptaba las opiniones de Jean-Jacques Rousseau sobre la educación de los muchachos, pero le parecían deplorables y empobrecedoras para las jóvenes sus opiniones sobre ellas.

Según Rousseau, la educación debía prepararlas para realizar correctamente su futuro papel de esposas. Según Wollstonecraft, el objetivo de la educación "es conseguir carácter como ser humano, independientemente del sexo al que se pertenezca". 




De todo su pensamiento, la obra Vindicación de los derechos de la mujer supone un magnífico alegato en favor de incluir a la mitad del género humano en la misma lucha que la otra mitad. 

Contraria al absolutismo de los reyes, señaló la conexión existente entre ese sistema político y las relaciones de poder entre los sexos. Los hombres ejercían una verdadera tiranía absolutista sobre las mujeres en el ámbito de la familia y la casa. 

El libro es una mezcla de géneros literarios (un tratado político, una guía de comportamiento y un tratado educacional), con el fin de discutir la posición de la mujer en la sociedad, Wollstonecraft esboza las conexiones entre cuatro términos: derecho, razón, virtud y deber. 

Escrita en el año 1792, la obra de Mary Wollstonecraft es una respuesta a un texto del político francés Tayllerand. 

Antiguo obispo de Autun, Charles Maurice de Talleyrand fue un diplomático que tuvo una partición activa en la Revolución Francesa. En 1791, la Asamblea Constituyente le encargó que escribiera un proyecto de educación pública en el que se garantizaba la educación de los niños pero no así de las niñas. 

Para Wollstonecraft, la clave para superar la subordinación femenina era el acceso a la educación. Las nuevas mujeres educadas no sólo alcanzarían un plano de igualdad con respecto a los hombres, sino que podrían desarrollar su independencia económica accediendo a actividades remuneradas. 

Wollstonecraft, sin embargo, no dio importancia a las reivindicaciones políticas y no hizo referencia al derecho de voto femenino. 

"Ya he advertido sobre los malos hábitos que adquieren las mujeres cuando se las confina juntas; y pienso que podría extenderse con justicia esta observación al otro sexo, mientras no se deduzca la inferencia natural que, por mi parte, he tenido siempre presente, esto es, promover que ambos sexos debieran educarse juntos, no sólo en las familias privadas sino también en las escuelas públicas. 

Si el matrimonio es la base de la sociedad, toda la humanidad debiera educarse siguiendo el mismo modelo, o si no, la relación entre los sexos nunca merecerá el nombre de compañerismo, ni las mujeres desempeñarán los deberes peculiares de su sexo hasta que no se conviertan en ciudadanas ilustradas, libres y capaces de ganar su propia subsistencia, e independientes de los hombres (...) 

Es más, el matrimonio no se considerará nunca sagrado hasta que las mujeres, educándose junto con los hombres, no estén preparadas para ser sus compañeras, en lugar de ser únicamente sus amantes (...)" 



Mary Wollstonecraft
(Vindicación de los derechos de la mujer, fragmento)




Otras obras suyas:


*.-Cartas escritas en Suecia, Noruega y Dinamarca 

*.-María o Los agravios de la mujer

*.-La novela de María

*.-Relatos originales de la vida real

*.-Vindicación de los derechos del hombre 


viernes, 12 de diciembre de 2014

ADRIENNE RICH - BUCEANDO HASTA EL NAUFRAGIO

Guillaume Seignac. La Paresseuse


Veintiún poemas de amor

I


Por toda esta ciudad, donde las pantallas parpadean


con pornografía, con vampiros de ciencia ficción,


con mercenarios victimizados doblándose bajo el látigo,


nosotras además tenemos que caminar… tan simple como caminar


entre la basura mojada y las crueldades de nuestros propios barrios


que salen en la tapa de los diarios.


Necesitamos llegar a entender nuestras vidas como algo inseparable


de esos sueños rancios, esos estallidos de metal, esas desgracias


y de la roja begonia centelleando peligrosamente


en el balcón de un edificio de seis pisos,


o de las chicas jóvenes de piernas largas jugando a la pelota


en el patio de la secundaria.


Nadie nos imaginó. Queremos vivir como árboles,


plátanos brillando en el aire sulfúrico


manchados de cicatrices, pero floreciendo con exuberancia,


nuestra pasión animal plantada en la ciudad.



Adrienne Rich, (1929 - 2012). 

(...) Vine a explorar el naufragio.
Las palabras son propósitos.
Las palabras son mapas.

Vine a ver el daño hecho
y los tesoros que prevalecieron.

Apunté el haz de luz de mi lámpara
despacio a lo largo del costado
de algo más permanente
que los peces o las algas 
a aquello por lo que vine: 
el naufragio y no la historia del naufragio,
la cosa en sí misma y no el mito 
la cara ahogada mirando siempre 
hacia el sol 
la evidencia del daño 
deteriorada por la sal y el vaivén hasta ser esta belleza harapienta 
las costillas del desastre 
curvando su afirmación 
entre los espíritus inciertos (..) 


(fragmento de su poema "buceando hasta el naufragio")





domingo, 19 de octubre de 2014

SEAMOS MUJERES LIBRES - EMMA GOLDMAN


¿Quién ha erigido al hombre en único juez si la mujer comparte con él el don de la razón?Mary Wollstonecraft





Emma Goldman es una pensadora visionaria y de una considerable potencia premonitoria, pues muchas de sus ideas y de sus propuestas de los años veintes y treintas serían todavía motivo de discusión y conflicto en los años ochentas y noventas. 

Para ella era imposible una sociedad libre y verdaderamente humana, si el estado iba a seguir en control de los aspectos fundamentales del desarrollo de una persona. Sobre todo cuando se trataba de las mujeres. A este respecto podemos agrupar las ideas de Goldman en tres grandes temas: El matrimonio. Los niños. El aborto. 

En los textos de Goldman siempre se encuentra una preocupación por la pasión, la alegría y el compartir los cuerpos eróticamente, conceptos claves de la realización de las personas sin los cuales la lucha y la revolución social no pueden realizarse.







El amor, que es el más intenso y profundo elemento de la vida, el precursor de la esperanza, de la alegría y del éxtasis; 

El amor, que desafía impunemente todas las leyes humanas y divinas y las más aborrecibles convenciones; 

El amor uno de los más poderosos modeladores de los destinos humanos, 

¿Cómo tal torrente de fuerza puede ser sinónimo del pobrecito Estado y del mojigato sacramento matrimonial, concedido por nuestra santa madre Iglesia?


"En nuestro estado actual de pigmeos, el amor es algo desconocido para la mayoría de la gente. No se le comprende, se le esquiva y muy raras veces arraiga; y cuando lo hace, pronto se marchita y muere. Su fibra delicada no puede soportar la tensión y los esfuerzos del vivir cotidiano. Su alma es demasiado compleja para ajustarse a la viscosa textura de nuestra trama social. Llora, se lamenta y sufre con los que necesitan y, sin embargo, carecen de capacidad para elevarse a su altura.

Algún día, los hombres y las mujeres se elevarán y alcanzarán la cumbre de las montañas, se encontrarán grandes, fuertes y libres, dispuestos a recibir, a compartir y a calentarse en los dorados rayos del amor"





¿Amor libre? Si hay algo en el mundo libre, es precisamente el amor. 

El hombre pudo comprar cerebros pero con todos sus millones no consiguió el amor. 

El hombre subyugó los cuerpos, pero no logrará subyugar el amor. El hombre conquistó naciones enteras; pero sus ejércitos no pudieron conquistar un grano de amor. 

El hombre cargó de cadenas el espíritu, pero se encontró completamente inerme, indefenso ante el amor. 

Encaramado en el más alto trono, con todo su esplendor y su oro, su poder será omnímodo, pero basta que el amor pase a su lado para que lo suma en una profunda desolación. Y si en cambio visita una miserable choza, la convertirá en el más radiante paraíso, dándole el sentido de una nueva vida, más animada en ternura y fantasía. 

El amor tiene la mágica virtud de convertir a un mendigo en un rey. 

Sí; el amor es libre; no puede existir en otra atmósfera. 

En plena libertad se entrega sin reservas, abundante y totalmente. Todas las leyes, todos los códigos y todas las cortes judiciales del universo no podrán arrancarlo del suelo, una vez que haya echado raíces en él. 

¿Cómo se quiere, entonces, si el suelo es estéril, que el matrimonio le haga dar frutos? Es parecida a la lucha desesperada de la muerte contra el raudo vuelo de la vida. 



Emma Goldman: Una mujer sumamente peligrosa



El amor no necesita protección; se basta a sí mismo. Tan pronto como el amor impregne la vida con su ardiente y perfumado aliento no habrá más criaturas desamparadas, ni los hambrientos, ni los sedientos de afectos. Sé muy bien que esto es verdad. Conocí a una mujer que llegó a ser madre libremente con el hombre que amaba. Pocos niños en su cuna de oro fueron rodeados de más cariño, de más cuidados y devoción como los que es capaz de prodigar la libre maternidad.


"Si el amor no sabe cómo dar y recibir sin restricciones, no es amor, sino una transacción que nunca deja de insistir en más o menos"



Emma Goldman (27 de junio de 1869 – 14 de mayo de 1940) fue una célebre anarquista de origen lituano conocida por sus escritos y sus manifiestos radicales, libertarios y feministas, fue una de las pioneras en la lucha por la emancipación de la mujer y por la exaltación del amor libre. 

Discípula de Bakunin y de Nietzsche, no destacó siempre a igual altura, pero durante unos años llegó a convertirse en una auténtica pesadilla para el orden establecido norteamericano y en el terreno de la liberación de la mujer su voz resulta plenamente actual.




"Algún día y algunos hombres y mujeres surgirán para elevarse a los picos más altos, y allí se encontrarán grandes, fuertes y libres, prestos a recibir, a compartir en un abrazo los rayos de oro del amor. Qué fantasía, que imaginación, que genio poético podrá prever aún aproximadamente la tremenda potencia creadora que tendrá ese torrente de fuerzas en la existencia de las mujeres y los hombres"


Emma Goldman hablando en un mitin en Barcelona, 18 de octubre de 1936


"La exigencia de derechos iguales en todos los aspectos de la vida profesional es muy justa, pero, después de todo, el derecho más importante es el de amar y ser amada. La emancipación completa y auténtica de la mujer deberá acabar con la ridícula pretensión de que ser amada, convertirse en novia y madre, es sinónimo de esclava o subordinada"



*.- Fragmentos sacados de su libro La mujer libre.

jueves, 9 de octubre de 2014

GABRIEL CELAYA - LO PURO ES DESMAYARSE EN DELICIAS SIN NOMBRE


"Tus ojos y mis ojos,
tus manos y mis manos.
Nuestros cuerpos
Escurridizos de algas.
Tus gritos y mis gritos en el alba.
Tus labios y mis labios de salitre"


Egon Schiele

Lo puro es desmayarse en delicias sin nombre,
cantar como una espuma de músicas vagas.
¡Oh amor que se va en cisnes líricos y blancos!
La brisa suspirando
pasa como una suave palidez desmayada.

Entre murmullo y sonrisa temblaba lo indeciso,
se movía entre música y palabra:
¡Delicia del instante fugitivo y sin cuerpo!
¡Dulcísima tristeza recordarlo flotando!

¡Oh amor, vuelo perdido!
Agua blanca cantando en los cauces más hondos;
Dulcísima tristeza, pureza del desmayo,
amor, rubia delicia, brisa o música vaga.







Gabriel Celaya, Hernani, Guipúzcoa, 1.911. Madrid, 1.991












miércoles, 23 de julio de 2014

VIRGINIA WOOLF - SU VIDA, OBRAS Y FRAGMENTOS DE SUS LIBROS QUE MÁS ME GUSTAN - ¡QUÉ GRAN MUJER!

"No hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente."


(Virginia Woolf retratada por su amigo Roger Fry) 

Adeline Virginia Stephen, nació el 25 de enero de 1882 en Londres, Inglaterra. 

En 1895, cuando Virginia tenía 13 años de edad, su madre Julia murió de una enfermedad. A partir de este momento, Virginia empezó a sufrir estados anímicos depresivos que se hicieron crónicos, y que con frecuencia variaban del júbilo a la tristeza, lo que hoy se conoce como "trastorno bipolar de la personalidad". En adelante toda su vida estaría marcada por este vaivén emocional, que influiría decisivamente en su obra. Con frecuencia pasaría temporadas en "casas de reposo", eufemismo con el que se conocía a los hospitales psiquiátricos de entonces.


La depresión que constantemente la invadía, no la dejaba respirar con tranquilidad. 


Desde sus inicios como escritora Virginia Woolf manifiestó su determinación de ampliar las perspectivas de la novela más allá del mero acto de la narración. 


Los escritos de Woolf tienen un hilo conductor guiado por el proceso mental del ser humano: su pensamiento, su consciencia, sus visiones, sus deseos y sus olores. Son todos esos detalles que ocurren en cada instante de la existencia, que son invisibles ante la mayoría y que a veces terminan pareciendo extraños.


"Empiezo a desear un lenguaje parco como el que usan los amantes, palabras rotas, palabras quebradas, como el roce de las pisadas en la acera, palabras de una sílaba como las que usan los niños cuando entran en un cuarto donde su madre está cosiendo y cogen del suelo una hebra de lana blanca, una pluma, o un retal de chintz. Necesito un aullido, un grito."

En 1912, a pesar de sus dudas sobre el matrimonio, se casó con el economista e historiador Leonard Woolf, del que se hizo amiga durante las charlas intelectuales en Bloomsbury, y de él tomó su apellido.

El 28 de marzo de 1941 desapareció de su casa y el día 31 la encontraron ahogada en el río Ouse.

Obras:

- Fin de viaje, 1915
- Noche y día, 1919
- El cuarto de Jacob, 1922
- La señora Dalloway, 1925
- Al faro, 1927
- Orlando, 1928
- Una habitación propia, 1929
- Las olas, 1931
- Flush, 1933
- Diario de una escritora, 1931
- Carta a un joven poeta, 1931
- Los años, 1937
- Tres guineas, 1938
- Roger Fry: la biografía, 1940
- Entre actos, (inacabada), 1941




Una habitación propia es un ensayo, en parte novelado, que tradicionalmente ha sido considerado el legado de Virginia Woolf a la causa feminista. 


"¿Por qué los hombres bebían vino y las mujeres agua? ¿Por qué era un sexo tan prospero y el otro tan pobre?, Si los hombres tienen dinero y poder ¿Por qué son pobres las mujeres?"


La historia es bella, desde luego, no sé si la más bella jamás narrada, pero sí una de las más tristes e injustas. Si el poeta varón, añade Woolf, había sufrido la indiferencia del mundo, la mujer que mostrara pretensiones literarias debía soportar además la hostilidad y las burlas del género masculino.




Desde 1925, año de su publicación, Las olas ha sido considerada una de las obras capitales del siglo XX, tanto por la original belleza de su prosa como por la perfección de su revolucionaria técnica narrativa.

La novela desarrolla, al compás del batir de las olas en la playa, seis monólogos interiores, a veces discrepantes, aislados, otras veces casi en coloquio concordante, en los que se formulan, desde su infancia hasta sus últimos años, seis vidas múltiples y dispares. 

Los distintos momentos de esas biografías líricas (que van desde la niñez hasta la madurez) están separados por una especie de interludios poéticos en los que se describen paisajes en distintos momentos del día, símbolo de las distintas etapas de la vida.

Os dejo un fragmento de uno de los monólogos de Rhoda, el personaje que más se parece a la autora; como ella, Virginia tenía extrañas experiencias de despersonalización en las que no sentía su cuerpo, o se sentía alejada de él y tenía que golpear los nudillos contra algo duro para volver a sentir su cuerpo.


" ..Me sentaré en la temblorosa orilla del río y contemplaré los nenúfares, anchos y luminosos, que con su aguda luz de luna iluminan en haces el roble que se cierne sobre el agua. Cogeré flores. Formaré con ellas un ramo, lo tomaré en la mano y lo ofreceré, ¡oh! ¿a quién? Hay un obstáculo en el fluir de mi vida. Una profunda corriente tropieza con algo. Y ese algo se estremece. Tira. Un nudo en el centro opone resistencia. Es dolor. Es angustia.

No sé cómo pasar de un minuto a otro, de una hora a otra, resolviendo minutos y horas gracias a cierta fuerza natural, hasta que constituyan esa masa indivisible y unitaria a la que vosotros denomináis vida. No tengo rostro, soy como la espuma que se desliza sobre la playa.. "


"Quería escribir sobre todo, sobre la vida que tenemos y las vidas que hubiéramos podido tener. Quería escribir sobre todas las formas posibles de morir."





La novela "Orlando" se desarrolla entre la era isabelina y el siglo XX, y además, a mitad de camino, cambia el sexo de su protagonista. Sólo una agilidad narrativa como la de Woolf podía trenzar un juego literario semejante, y sólo un autor como Borges estaba en condiciones de verterla a nuestra lengua. 
Orlando sigue siendo como una de las mejores novelas de Virginia Woolf debido a su modernidad y a la presencia de todos los temas básicos de la obra de la autora inglesa: la condición de la mujer, el paso del tiempo y la recreación literaria de la realidad. 

Novela difícilmente clasificable en la que (como escribió en su día Jorge Luis Borges, traductor de la obra) «colaboran la magia, la amargura y la felicidad». 

Orlando (1928) narra los avatares a lo largo de cerca de trescientos años del que empieza siendo un caballero de la corte isabelina inglesa y a los 30 años se convierte en mujer y sigue siéndolo hasta el final.


Fragmentos:


"Por diversos que sean los sexos, se confunden. No hay ser humano que no oscile de un sexo a otro, y a menudo sólo los trajes siguen siendo varones o mujeres, mientras que el sexo oculto es lo contrario del que está a la vista". (capítulo 4.).

"Habiendo interrogado al hombre y al pájaro y a los insectos (porque los peces, cuentan los hombre que para oírlos hablar han vivido años de años en la soledad de verdes cavernas, nunca, nunca lo dicen, y tal vez lo saben por eso mismo), habiendo interrogado a todos ellos sin volvernos más sabios, sino más viejos y más fríos -porque, ¿no hemos, acaso, implorado el don de aprisionar en un libro algo tan raro y tan extraño, que uno estuviera listo a jurar que era el sentido de la vida?-, fuerza es retroceder y decir directamente al lecto que espera todo trémulo escuchar qué cosa es la vida: ¡ay!, no lo sabemos."


"Porque parece -su caso era una prueba- que escribimos, no con los dedos, sino con todo nuestro ser. El nervio que gobierna la pluma se enreda en cada fibra de nuestro ser, entra en el corazón, traspasa el hígado."





La novela fue un éxito y vista desde nuestros días, una obra maestra. En ella ya aparece el tema principal de la escritora: la escisión entre el deber ser y el querer ser de la mujer de su época; así como sus temas menores: el saber envejecer y la sexualidad. Tiene una narrativa radial y no lineal; busca muchos caminos para explorar la personalidad de Clarissa Dalloway. 

Como el Ulises de James Joyce (1922), La Sra. Dalloway se desarrolla en un solo día, desde las diez de la mañana hasta las tres de la madrugada. Las campanadas del Big-Ben señalan el paso de las horas. Es un día en la vida de Clarissa Dalloway, esposa de Richard Dalloway, miembro del Parlamento. Es una mujer de cincuenta y dos años, que, como otras, vive agobiada por una serie de tareas impuestas: visitas, comidas, labores domésticas; que ha de seguir, como requiere su posición. Pero ella siente que la vida es otra cosa, una hermosa y gran aventura. 


Fragmentos:


"La señora Dalloway decidió que ella misma compraría las flores". 

"En los ojos de la gente, en el ir y venir y el ajetreo; en el griterío y el zumbido; los carruajes, los automóviles, los autobuses, los camiones, los hombres-anuncio que arrastran los pies y se balancean; las bandas de viento; los organillos; en el triunfo, en el campanilleo y en el alto y extraño canto de un avión en lo alto, estaba lo que ella amaba: la vida, Londres, este instante de junio". 

"Caminando hacia Bond Street, se preguntó si acaso importaba que forzosamente tuviera que dejar de existir por entero; todo esto tendría que proseguir sin ella; se sintió molesta. ¿O quizá se transformaba en un consuelo el pensar que la muerte no terminaba nada, sino que, en cierto modo, en las calles de Londres, en el ir y venir de las cosas, ella sobrevivía, Peter sobrevivía, vivían el uno en el otro, y ella era parte, tenía la certeza, de los árboles de su casa, de la casa misma, a pesar de ser fea y destartalada; parte de la gente a la que no conocía, que formaba como una niebla entre la gente que conocía mejor, que la alzaban hasta dejarla posada en sus ramas, como había visto que los árboles alzan la niebla, y que su vida y ella misma se extendían hasta muy lejos? ¿En qué soñaba, mientras contemplaba el escaparate de Hatchards? ¿Qué pretendía recobrar? Qué imagen de blanco amanecer en el campo, mientras en el libro abierto leía "No temas más al ardor del sol ni las furiosas rabias invernales"

Esta reciente experiencia del mundo había formado en todos, todos los hombres y todas las mujeres, un pozo de lágrimas. Lágrimas y penas, valor y aguante, una apostura perfectamente erguida y estoica. Bastaba pensar, por ejemplo, en la mujer a quien ella más admiraba, a Lady Bexborough inaugurando la tómbola"


Cansada, doblegada y (aunque suene paradójico) firme, Virginia Woolf tomó acción contra su propia vida. Se suicidó. 

Y a pesar de que fue una novelista, ensayista, editora y feminista reconocida en la Inglaterra de su tiempo, fue olvidada por algunas décadas. Luego, allá por los años 70 se le revivió y se volvió una bandera de causas a favor de las mujeres. 

Desde entonces se mantiene como una autora de consulta permanente en todo el mundo. 






Suyas son dos frases de culto: "Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción" o "Las mujeres han servido todos estos siglos de espejos que poseían el poder mágico y delicioso de reflejar la figura de un hombre el doble de su tamaño natural".


Fuentes






martes, 13 de mayo de 2014

ALFONSINA STORNI - ALMA DESNUDA Y LIBRE, UNA LOBA ADORABLE

"¡Es tan mala la vida! ¡Andan sueltas las fieras!...Oh, no he tenido nunca las bellas primaveras que tienen las mujeres cuando todo lo ignoran"



Oye: yo era como un mar dormido.
Me despertaste y la tempestad ha estallado.
Sacudo mis olas, hundo mis buques,
subo al cielo y castigo estrellas,
me avergüenzo y escondo entre mis pliegues,
enloquezco y mato mis peces.
No me mires con miedo. Tú lo has querido.


Alfonsina es uno de los iconos de la literatura posmodernista. Con una infancia difícil y con carencias y luego una vida con recurrentes enfermedades, su poesía está impregnada de lucha, audacia, amor y una reivindicación del género femenino. 

Alfonsina tuvo leales amigos entre los escritores y artistas coetáneos que la apoyaron con su afecto y no sólo valoraron la obra, sino a la mujer valiente que militaba en pos de mayor equidad y justicia en una sociedad de hombres resistiendo en un medio hostil y discriminador.



*El clamor


Alguna vez, andando por la vida,
por piedad, por amor,
como se da una fuente, sin reservas,
yo di mi corazón.

Y dije al que pasaba, sin malicia,
y quizá con fervor:

-Obedezco a la ley que nos gobierna:
He dado el corazón.

Y tan pronto lo dije, como un eco
ya se corrió la voz:

-Ved la mala mujer esa que pasa:
Ha dado el corazón.

De boca en boca, sobre los tejados,
rodaba este clamor:

-¡Echadle piedras, eh, sobre la cara;
ha dado el corazón!

Ya está sangrando, sí, la cara mía,
pero no de rubor,
que me vuelvo a los hombres y repito:

¡He dado el corazón!



Me llamaron Alfonsina, nombre árabe que quiere decir dispuesta a todo



Cuando nadie se hubiera atrevido a levantar la voz para enjuiciar las normas impuestas por la sociedad a las mujeres, en ocasiones adoptando un seudónimo, Tao-Lao, ella se permitió escribir, con derroche de ironía, artículos en revistas de amplia difusión, cuadros, pinceladas, bosquejos de la sociedad, intentando despertar conciencias, poniendo al desnudo tales situaciones en donde dejaba expuestas las circunstancias limitativas y mezquinas de la gente. 

En esa época no era común que la mujer escribiera, y si lo hacía era necesario que se ajustara a las formas tradicionales, sin sobrepasar los límites que dividían al amor ingenuo del deseo puro, escondiéndolas bajo expresiones sentimentales que no resultaren peligrosas para el público asustadizo. 

Aunque Alfonsina escribió dentro de ese estilo tan particular, también es cierto que ellos nacen de profundos temas humanos, de vivencias vividas: El resultado son poemas de tono íntimo y doméstico, donde también sobresalen temas transgresores como el deseo femenino (criticado duramente por la crítica tradicional), la doble moral a la que está sometida la virginidad de la mujer, la igualdad erótica entre los sexos y el derecho de independencia de ellas, la posición subordinada y el legado de silencio heredado por las mujeres, y la obsesión por la muerte.




*HOMBRE PEQUEÑITO, HOMBRE PEQUEÑITO...


Hombre pequeñito, hombre pequeñito,
suelta a tu canario, que quiere volar...
Yo soy el canario, hombre pequeñito,
déjame saltar.

Estuve en tu jaula, hombre pequeñito,
hombre pequeñito que jaula me das.
Digo pequeñito porque no me entiendes,
ni me entenderás.

Tampoco te entiendo, pero mientras tanto
ábreme la jaula que quiero escapar;
hombre pequeñito, te amé un cuarto de ala;
no me pidas más.


Habla con los pájaros y llévate al alba.
Y cuando las carnes te sean tornadas,
y cuando hayas puesto en ellas el alma
que por las alcobas se quedó enredada,
entonces, buen hombre,
preténdeme blanca,
preténdeme nívea,
preténdeme casta.

Frente a su propia naturaleza femenina, su rebeldía contra una sociedad conservadora e hipócrita respecto a las mujeres, puso en emergencia el derecho a disponer del propio cuerpo y a hacer uso de la voz silenciada y censurada por generaciones. 


Esa sociedad que educa la mirada para disimular la pasión sorprendida por el varón. La mujer que se perfila en este medio es sensual, reprimida y de limitado horizonte cultural. Su vida se proyecta junto al hombre que la llevará al altar, a quien amará y para quien ella prodigará su cuerpo, proporcionándole placer y procreando hijos. Sabe también que junto al hombre, por su propia felicidad, cuanto menos ponga a funcionar su capacidad intelectual, más logrará armonizar con él.






Alfonsina Storni era un hombre que había tenido la desgracia de nacer mujer. ¿Por qué? Porque, decían, tenía una mente varonil: para que nos entendamos, Alfonsina vivía libremente, como vivían los hombres, y para eso nacer mujer era una verdadera desgracia en su época. 

Además de ser de las primeras mujeres en aparecer en el mundo cultural argentino de entonces, y de ser considerada una igual, Alfonsina hizo algo poco común en las mujeres de su época, quizá lo que le marcó de por vida: tuvo un hijo ilegítimo. 

Son muchas las mujeres de su tiempo que se atrevieron a vivir un amor tan apasionado como políticamente incorrecto, y se enamoraban de hombres casados que no estaban dispuestos a abandonar su estatus social, su familia, su trabajo y su reputación. De modo que las mujeres que se enamoraban del hombre menos adecuado, renunciaban, por no renunciar a ellos, a su maternidad (y si no renunciaban a la maternidad, renunciaban a la familia). 

Se conformaban con el papel de la amante y vivían tormentosamente aquellos amores sin tener nunca hijos bastardos a los que no poder dar ni el apellido del padre ni un padre. Alfonsina Storni se enamoró, como tantas, de un hombre casado y, además, 24 años mayor que ella; a diferencia de las tantas, se quedó embarazada, y a diferencia ya de las pocas tantas que quedaran, decidió seguir adelante: Alejandro Storni, su hijo.

"Yo tengo un hijo fruto del amor, de amor sin ley,
Que no pude ser como las otras, casta de buey
Con yugo al cuello; ¡libre se eleve mi cabeza!
Yo quiero con mis manos apartar la maleza.

Mirad cómo se ríen y cómo me señalan
Porque lo digo así: (Las ovejitas balan
Porque ven que una loba ha entrado en el corral
Y saben que las lobas vienen del matorral).

¡Pobrecitas y mansas ovejas del rebaño!
No temáis a la loba, ella no os hará daño.

Pero tampoco riáis, que sus dientes son finos
¡Y en el bosque aprendieron sus manejos felinos!

No os robará la loba al pastor, no os inquietéis"





Yo soy como la loba.
Quebré con el rebaño
Y me fui a la montaña
Fatigada del llano.


Alfonsina Storni. (1892-1938).

A finales del siglo XIX el matrimonio formado por Alfonso Storni y Paulina Martignoli, ambos de nacionalidad suiza, se unió a la ola de inmigrantes europeos que por ese entonces emigraba a la Argentina en busca de un futuro prometedor. 

Se instalaron en la ciudad de San Juan y allí nacieron sus dos primeros hijos. 

Sin embargo, en 1890 decidieron regresar a su país natal y se asentaron en un pequeño pueblo llamado Sala Capriasca, en la Suiza italiana. Allí nació Alfonsina el 29 de mayo de 1892. Cuatro años después la familia decidió viajar nuevamente a San Juan, donde residirá hasta 1900, año en que se trasladó a la ciudad de Rosario en busca de nuevas oportunidades.






"Te vas Alfonsina con tu soledad ¿qué poemas nuevos fuiste a buscar? Una voz antigua de viento y de sal te requiebra el alma y la está llevando. Y te vas hacia allá como en sueños dormida, Alfonsina, vestida de mar."

(Alfonsina y el mar)


miércoles, 12 de marzo de 2014

EL AMOR NO NECESITA PROTECCIÓN - EMMA GOLDMAN LO SABÍA

*.- Fueron muy pocas las mujeres de su época las que llegaron a repudiar el puritanismo como ella. Emma estaba convencida de que el sexo era tan vital como la comida y el aire, y subrayó la contradicción que existía en el hecho de que las mujeres fueran obligadas por una parte a ser asexuadas y por otra, a vender su cuerpo a través del matrimonio o la prostitución pública. Simbolizó durante su época las posiciones de autonomía femenina, de amor libre, de una total falta de prejuicios. Emma llegó hasta asumir la defensa de los homosexuales, algo que casi ningún revolucionario notorio de su tiempo se atrevió a hacer.


Dice en su libro Amor y matrimonio:

"Existe un concepto generalizado acerca del matrimonio y el amor, y es que son sinónimos, que surgen por los mismos motivos o causas y cubren las mismas necesidades humanas. Como muchos de los pareceres del sentido común, éste no descansa sobre hechos reales, sino sobre supersticiones.

La institución del matrimonio hace de la mujer un parásito, absolutamente dependiente. La incapacita en su lucha por la existencia, anula su conciencia social, paraliza su imaginación, y entonces le impone su benévola protección, lo que es realmente una trampa, una parodia de la naturaleza humana.


Emma Goldman y Alexander Berkman
El amor, el más fuerte y más profundo elemento en toda vida, heraldo de la esperanza, de la felicidad, del éxtasis; el amor, transgresor de toda ley, de toda convención; el amor, el más libre, la impronta más poderosa del destino humano; ¿cómo puede una fuerza tan irresistible ser sinónimo de ese precario e insignificante hierbajo engendrado por el Estado y la Iglesia, el matrimonio?

¿Amor libre? ¡Cómo si el amor pudiese otra cosa que no fuese libre! 

El hombre ha comprado cerebros, pero ni todos los millones del mundo han podido comprar amor. El hombre ha sojuzgado cuerpos, pero ni todo el poder en la tierra ha podido sojuzgar el amor. El hombre ha conquistado naciones enteras, pero ni todos sus ejércitos podrían conquistar el amor. El hombre ha encadenado y puesto grilletes al espíritu, pero se ha visto totalmente indefenso ante el amor. 

En lo alto de un trono, con todo el esplendor y la pompa que sus riquezas le puedan ofrecer, el hombre estará pobre y abatido, si el amor lo pasa por alto. Y si llegara a quedarse, la más pobre chabola resplandecerá de calidez, vida y color. Es que el amor tiene el mágico poder de hacer rey a un vagabundo. Sí, el amor es libre, en ninguna otra atmósfera puede habitar. En libertad se da a sí mismo sin reservas, generosamente, totalmente. Todas las leyes de los estatutos, todas las cortes del universo, no podrán desterrarlo una vez que el amor ha echado raíces. Pero, si ocurriese que el suelo fuera infértil, ¿cómo podría el matrimonio hacerle dar frutos? Es como la última lucha desesperada de la vida fugaz contra la muerte.

El amor no necesita protección; él es su propia protección. En la medida en que sea el amor el que engendre vida, no habrá niños abandonados, ni hambrientos, ni faltos de afecto. Yo sé que esto es verdad. Conozco mujeres que han tenido hijos en libertad del hombre que amaban. Hay pocos niños nacidos en el matrimonio que disfrutan del cuidado, la protección, la devoción que una maternidad libre puede ofrecerles.


Los defensores de la autoridad temen el advenimiento de una maternidad libre, porque les quitará su presa. ¿Quién va a luchar en las guerras? ¿Quién va a generar riquezas? ¿Quién va a hacer de policía, de carcelero, si las mujeres se negaran a criar hijas en forma indiscriminada? ¡La estirpe, la estirpe! grita el rey, el presidente, el capitalista, el cura. La estirpe debe ser preservada, aunque la mujer se vea degradada a la condición de mera máquina.

Algún día, algún día, hombres y mujeres ascenderán, alcanzarán la cima de la montaña, allí se reunirán grandes, fuertes y libres, dispuestos a recibir, a participar y a bañarse en los dorados rayos del amor. Qué fantasía, qué imaginación, qué genio poético podría prever, aunque fuese sólo aproximadamente, las potencialidades de una fuerza tal en la vida de hombres y mujeres. Si el mundo alguna vez diese a luz a lo que es una auténtica camaradería y unidad, el padre será el amor, nunca el matrimonio".


Emma Goldman: Matrimonio y amor. Fragmentos del libro, que recomiendo, vigente e imprescindible.


Os dejo el link para descargar varios libros de ella: