sábado, 10 de noviembre de 2012

EDITH SÖDERGRAN - EL CORAZÓN DESMEDIDO

Buscabas una flor
y hallaste un fruto.
Buscabas una fuente
y hallaste un mar.
Buscabas una mujer
y hallaste un alma:
estás decepcionado.




No soy mujer. Soy un neutro.
Soy un niño, un paje y una osada decisión,
soy un rayo risueño de un sol escarlata.

Soy una red para todos los peces golosos,
soy un brindis en honor a todas las mujeres.
soy un paso hacia el azar y la ruina,
soy un salto en la libertad y en el yo.

Soy el murmullo de la sangre en el oído del hombre,
soy un escalofrío del alma, el ansia y la negación de la carne,
soy el anuncio de nuevos paraísos.

Soy una llama inquisitiva e intrépida,
soy agua, honda mas audaz hasta las rodillas,
soy fuego y agua sinceramente unidos por libre decisión.


Vierge moderne, (Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen)



Edith Södergran, nació en San Petersburgo en 1892, está considerada como la más importante poeta escandinava y ha sido comparada con Pound, Rilke o Rimbaud, y en la femenina con Emily Brontë o Emily Dickinson. Murió muy joven, a los 30 años, de una enfermedad heredada de su padre. Estuvo mucho tiempo postrada en la cama, y de ese dolor en el alma y cuerpo están impregnadas sus poesías, siempre con la presencia inquietante de la muerte. La enterraron en el cementerio ruso de Raivola, junto al frambueso que crecía en su jardín, y como dijo ella "allá donde se esconden la llave de todos los secretos" y en su tumba escribieron: <<Mira, esta es la orilla de la eternidad, aquí murmura la corriente que pasa, y la muerte toca en los arbustos su misma monótona melodía>>. En el poema que he traído hoy, Vierge moderne, se nos revela como una identidad utópica; es todo lo que quisiera ser y que desesperadamente no es. Es la utopía de sí misma. Es el contraste entre su naturaleza ardiente y la postración a la que se ve condenada.



[La descubrí hace unas semanas en una librería, entré sin saber lo que buscaba y la encontré a ella, "Edith Södergran - El corazón desmedido" de Carmen Díaz de Alda Heikkilä, leí un poco y me atrapó. Los libros vienen a mí, de siempre. Para las que tenemos el corazón ligeramente roto sus poemas nos hacen renacer un poco, y supongo que ese debe ser, en última instancia, el camino de la poesía y de la literatura.]




2 comentarios:

Anónimo dijo...

No soy mujer. Soy un neutro.
Descripciones que, realmente, prenden en el Alma...maravillosas utopías.
Un Epitafio que emociona, sin dejar indiferente ante tal hermosura de Palabras.
Un abrazo.

Inma dijo...

"Soy un brindis en honor a todas las mujeres, Soy una llama inquisitiva e intrépida, Soy fuego y agua sinceramente unidos por libre decisión.." ... Una hermosura de palabras y de mujer. A mí me atrapó.

Gracias Pedro Luis, por tu sensibilidad y ternura, un abrazo grandote