ME EMOCIONAN PROFUNDAMENTE LOS POEMAS DE JOSÉ URBANO PRIEGO, POETA GRANADINO, CADA UNO ES UN CANTO A LA SENSIBILIDAD, EL COMPROMISO, EL AMOR, LA TERNURA........
A la tierra del respeto
Sácame de aquí, hija mía.
No soporto la mezquindad,
y la grosería me enferma.
Intrascendentes y falsos.
Ignorantes pero soberbios.
Frívolos pero jueces ligeros.
Cual buitres siempre al acecho.
Sólo les mueve la materia.
¡Especuladores!
Insolentes ruidosos.
Cobardes con veneno de víbora,
que confunden al humilde con el débil.
No soporto la mezquindad,
y la grosería me enferma.
Intrascendentes y falsos.
Ignorantes pero soberbios.
Frívolos pero jueces ligeros.
Cual buitres siempre al acecho.
Sólo les mueve la materia.
¡Especuladores!
Insolentes ruidosos.
Cobardes con veneno de víbora,
que confunden al humilde con el débil.
Llévame, hija mía,
a la tierra del respeto.
Donde las personas valen lo que son.
Donde es un tesoro una gota de rocío.
Donde halle miradas limpias.
Quiero abrazar el almendro,
beber del arroyo que fluye,
libar la flor del cerezo.
a la tierra del respeto.
Donde las personas valen lo que son.
Donde es un tesoro una gota de rocío.
Donde halle miradas limpias.
Quiero abrazar el almendro,
beber del arroyo que fluye,
libar la flor del cerezo.
Si te ven alguna gracia
te envidian en silencio.
¡Pero ay si observan tu falta!
La propagarán con sutil malicia.
¡Uno entre cuarenta!
¿Qué proporción es ésa?
Ese uno sí me conmueve.
Los corazones, sin duda, se reconocen,
para llorar, o reír, juntos.
Protégete, modesto hermano.
Cuídate de la incuria que nos asedia.
No consientas que te adocenen.
te envidian en silencio.
¡Pero ay si observan tu falta!
La propagarán con sutil malicia.
¡Uno entre cuarenta!
¿Qué proporción es ésa?
Ese uno sí me conmueve.
Los corazones, sin duda, se reconocen,
para llorar, o reír, juntos.
Protégete, modesto hermano.
Cuídate de la incuria que nos asedia.
No consientas que te adocenen.
Llévame, hija mía,
a la tierra del respeto.
¡No, ya basta!
Me niego a representar ese burdo teatro.
Déjenme solo para lamerme las heridas.
Permítanme olvidar los desengaños.
Sólo quiero vivir con la dignidad pretendida.
Y si no, apagarme, poco a poco, con gallardía.
a la tierra del respeto.
¡No, ya basta!
Me niego a representar ese burdo teatro.
Déjenme solo para lamerme las heridas.
Permítanme olvidar los desengaños.
Sólo quiero vivir con la dignidad pretendida.
Y si no, apagarme, poco a poco, con gallardía.
© José Urbano Priego
2 comentarios:
Querida Inma, un millón de gracias por incluir mi poema en tu preciado espacio. Al verlo me he emocionado. Mi corazón está en deuda contigo, amiga. Un fuerte abrazo. José.
Mi amigo José, tus poemas engrandecen mi blog, las gracias te las tengo que dar yo a ti.
Cuánta alegría con tu visita a mi casa, tu casa, aquí se encuentran todas mis emociones y además a flor de piel...
Un gran abrazo. Inma
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