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martes, 13 de mayo de 2014

ALFONSINA STORNI - ALMA DESNUDA Y LIBRE, UNA LOBA ADORABLE

"¡Es tan mala la vida! ¡Andan sueltas las fieras!...Oh, no he tenido nunca las bellas primaveras que tienen las mujeres cuando todo lo ignoran"



Oye: yo era como un mar dormido.
Me despertaste y la tempestad ha estallado.
Sacudo mis olas, hundo mis buques,
subo al cielo y castigo estrellas,
me avergüenzo y escondo entre mis pliegues,
enloquezco y mato mis peces.
No me mires con miedo. Tú lo has querido.


Alfonsina es uno de los iconos de la literatura posmodernista. Con una infancia difícil y con carencias y luego una vida con recurrentes enfermedades, su poesía está impregnada de lucha, audacia, amor y una reivindicación del género femenino. 

Alfonsina tuvo leales amigos entre los escritores y artistas coetáneos que la apoyaron con su afecto y no sólo valoraron la obra, sino a la mujer valiente que militaba en pos de mayor equidad y justicia en una sociedad de hombres resistiendo en un medio hostil y discriminador.



*El clamor


Alguna vez, andando por la vida,
por piedad, por amor,
como se da una fuente, sin reservas,
yo di mi corazón.

Y dije al que pasaba, sin malicia,
y quizá con fervor:

-Obedezco a la ley que nos gobierna:
He dado el corazón.

Y tan pronto lo dije, como un eco
ya se corrió la voz:

-Ved la mala mujer esa que pasa:
Ha dado el corazón.

De boca en boca, sobre los tejados,
rodaba este clamor:

-¡Echadle piedras, eh, sobre la cara;
ha dado el corazón!

Ya está sangrando, sí, la cara mía,
pero no de rubor,
que me vuelvo a los hombres y repito:

¡He dado el corazón!



Me llamaron Alfonsina, nombre árabe que quiere decir dispuesta a todo



Cuando nadie se hubiera atrevido a levantar la voz para enjuiciar las normas impuestas por la sociedad a las mujeres, en ocasiones adoptando un seudónimo, Tao-Lao, ella se permitió escribir, con derroche de ironía, artículos en revistas de amplia difusión, cuadros, pinceladas, bosquejos de la sociedad, intentando despertar conciencias, poniendo al desnudo tales situaciones en donde dejaba expuestas las circunstancias limitativas y mezquinas de la gente. 

En esa época no era común que la mujer escribiera, y si lo hacía era necesario que se ajustara a las formas tradicionales, sin sobrepasar los límites que dividían al amor ingenuo del deseo puro, escondiéndolas bajo expresiones sentimentales que no resultaren peligrosas para el público asustadizo. 

Aunque Alfonsina escribió dentro de ese estilo tan particular, también es cierto que ellos nacen de profundos temas humanos, de vivencias vividas: El resultado son poemas de tono íntimo y doméstico, donde también sobresalen temas transgresores como el deseo femenino (criticado duramente por la crítica tradicional), la doble moral a la que está sometida la virginidad de la mujer, la igualdad erótica entre los sexos y el derecho de independencia de ellas, la posición subordinada y el legado de silencio heredado por las mujeres, y la obsesión por la muerte.




*HOMBRE PEQUEÑITO, HOMBRE PEQUEÑITO...


Hombre pequeñito, hombre pequeñito,
suelta a tu canario, que quiere volar...
Yo soy el canario, hombre pequeñito,
déjame saltar.

Estuve en tu jaula, hombre pequeñito,
hombre pequeñito que jaula me das.
Digo pequeñito porque no me entiendes,
ni me entenderás.

Tampoco te entiendo, pero mientras tanto
ábreme la jaula que quiero escapar;
hombre pequeñito, te amé un cuarto de ala;
no me pidas más.


Habla con los pájaros y llévate al alba.
Y cuando las carnes te sean tornadas,
y cuando hayas puesto en ellas el alma
que por las alcobas se quedó enredada,
entonces, buen hombre,
preténdeme blanca,
preténdeme nívea,
preténdeme casta.

Frente a su propia naturaleza femenina, su rebeldía contra una sociedad conservadora e hipócrita respecto a las mujeres, puso en emergencia el derecho a disponer del propio cuerpo y a hacer uso de la voz silenciada y censurada por generaciones. 


Esa sociedad que educa la mirada para disimular la pasión sorprendida por el varón. La mujer que se perfila en este medio es sensual, reprimida y de limitado horizonte cultural. Su vida se proyecta junto al hombre que la llevará al altar, a quien amará y para quien ella prodigará su cuerpo, proporcionándole placer y procreando hijos. Sabe también que junto al hombre, por su propia felicidad, cuanto menos ponga a funcionar su capacidad intelectual, más logrará armonizar con él.






Alfonsina Storni era un hombre que había tenido la desgracia de nacer mujer. ¿Por qué? Porque, decían, tenía una mente varonil: para que nos entendamos, Alfonsina vivía libremente, como vivían los hombres, y para eso nacer mujer era una verdadera desgracia en su época. 

Además de ser de las primeras mujeres en aparecer en el mundo cultural argentino de entonces, y de ser considerada una igual, Alfonsina hizo algo poco común en las mujeres de su época, quizá lo que le marcó de por vida: tuvo un hijo ilegítimo. 

Son muchas las mujeres de su tiempo que se atrevieron a vivir un amor tan apasionado como políticamente incorrecto, y se enamoraban de hombres casados que no estaban dispuestos a abandonar su estatus social, su familia, su trabajo y su reputación. De modo que las mujeres que se enamoraban del hombre menos adecuado, renunciaban, por no renunciar a ellos, a su maternidad (y si no renunciaban a la maternidad, renunciaban a la familia). 

Se conformaban con el papel de la amante y vivían tormentosamente aquellos amores sin tener nunca hijos bastardos a los que no poder dar ni el apellido del padre ni un padre. Alfonsina Storni se enamoró, como tantas, de un hombre casado y, además, 24 años mayor que ella; a diferencia de las tantas, se quedó embarazada, y a diferencia ya de las pocas tantas que quedaran, decidió seguir adelante: Alejandro Storni, su hijo.

"Yo tengo un hijo fruto del amor, de amor sin ley,
Que no pude ser como las otras, casta de buey
Con yugo al cuello; ¡libre se eleve mi cabeza!
Yo quiero con mis manos apartar la maleza.

Mirad cómo se ríen y cómo me señalan
Porque lo digo así: (Las ovejitas balan
Porque ven que una loba ha entrado en el corral
Y saben que las lobas vienen del matorral).

¡Pobrecitas y mansas ovejas del rebaño!
No temáis a la loba, ella no os hará daño.

Pero tampoco riáis, que sus dientes son finos
¡Y en el bosque aprendieron sus manejos felinos!

No os robará la loba al pastor, no os inquietéis"





Yo soy como la loba.
Quebré con el rebaño
Y me fui a la montaña
Fatigada del llano.


Alfonsina Storni. (1892-1938).

A finales del siglo XIX el matrimonio formado por Alfonso Storni y Paulina Martignoli, ambos de nacionalidad suiza, se unió a la ola de inmigrantes europeos que por ese entonces emigraba a la Argentina en busca de un futuro prometedor. 

Se instalaron en la ciudad de San Juan y allí nacieron sus dos primeros hijos. 

Sin embargo, en 1890 decidieron regresar a su país natal y se asentaron en un pequeño pueblo llamado Sala Capriasca, en la Suiza italiana. Allí nació Alfonsina el 29 de mayo de 1892. Cuatro años después la familia decidió viajar nuevamente a San Juan, donde residirá hasta 1900, año en que se trasladó a la ciudad de Rosario en busca de nuevas oportunidades.






"Te vas Alfonsina con tu soledad ¿qué poemas nuevos fuiste a buscar? Una voz antigua de viento y de sal te requiebra el alma y la está llevando. Y te vas hacia allá como en sueños dormida, Alfonsina, vestida de mar."

(Alfonsina y el mar)


lunes, 12 de mayo de 2014

RYSZARD KAPUSCINSKI - VIAJES CON HERÓDOTO


"Es allí
dijo una voz,
miré a mi alrededor
no veo nada, respondí
creo que quiso decir
escucha la voz que hay en tu interior
no la silencies
con tus propias palabras"




Ryszar Kapuscinskiperiodista, escritor, historiador y ensayista. Nació en Pinsk, hoy Bielorrusia, el 4 de marzo de 1932 y  falleció el 23 de enero de 2007, a los 75 años de edad, en Varsovia.

Nació lo suficientemente pronto como para ser testigo ¿privilegiado? del desolador panorama socio-político que nos ha ofrecido casi todo el siglo XX. Guerras civiles, mundiales, pactos incumplidos, invasiones, en una palabra: dolor. 

En su dilatada y absolutamente intensa carrera periodística fue testigo, y principal informador, entre otros hechos, de la llegada de la descolonización y la consiguiente independencia del Tercer Mundo, el golpe de estado en Chile o la revolución en Irán; presente en 27 revoluciones, vivió en primera persona 12 frentes de guerra y fue condenado en 4 ocasiones a ser fusilado. Un auténtico periodista de vocación; honesto, comprometido, arriesgado, audaz, un curioso insaciable, un maestro para muchos, ejemplo para casi todos.

Y habiendo sido poseedor de una mente lúcida y un criterio ecuánime, aunque sobre todo honesto, creo que no es mucho suponer que estamos ante uno de los testimonios más interesantes y valiosos que actualmente poseemos para entender el mundo en que vivimos e incluso vislumbrar el que nos tocará vivir.

Su última obra Viajes con Heródoto, publicada en 2006, en la que en un complicado ejercicio, viaja a través del tiempo y las culturas de la mano del historiador (compañero de vocación) griego.

                  "Los cínicos no sirven para este oficio"


Viajes con Heródoto


RESEÑA:


Años cincuenta: mientras recorre la Polonia profunda, un Kapuscinski aprendiz de reportero vive obsesionado con cruzar la frontera. No viaja a Checoslovaquia, pero, a cambio, la redacción del diario en el que trabaja lo envía a… la India. El flamante corresponsal parte con un sólo libro, la Historia de Heródoto, que resultará decisivo para la formación (profesional y personal) del futuro gran autor. 

Viajes con Heródoto se revela como un libro de difícil clasificación. ¿Es un reportaje? A ratos. ¿Un estudio etnográfico-antropológico? En parte sí. ¿Un libro de viajes? También lo es. ¿Un homenaje al Heródoto protorreportero y a la calidad de su prosa? Desde luego.

Y todo plasmado en magníficas historias no ficticias en las que los soldados de Salamina conviven con un niño sin zapatos en la Varsovia de 1942, Jerjes con Dostoievski, Creso con Louis Armstrong. Y el maestro Heródoto con su discípulo Kapuscinski, el mejor reportero de nuestro tiempo y un grandísimo escritor.


"La guerra es una derrota para la humanidad porque, además de poner en tela de juicio la bondad y la inteligencia, manifiesta el fracaso del ser humano: su incapacidad de entenderse con otros"


domingo, 11 de mayo de 2014

TODOS SOMOS MÁSCARAS

Hoy pensé en este mundo llamado civilizado, para mí no es más que una inmensa mascarada con forma de planeta, todos somos máscaras, nos guste o no, y hay tantas y tan diversas. Personas disfrazadas, sea un político, tu vecino o tu pareja. Nos la ponemos y así podemos mostrarnos a los demás con la imagen que cada uno quiere. Yo, como Benedetti, no me gustan las máscaras. ¡Y es tan difícil encontrar a un ser humano que tenga el coraje de mostrarse tal cual es!


Francis Picabia


Quiero arrancar la máscara de los astros y el tiempo, de las personas y de los gobernantes, quiero desentrañar el fuego de la común hoguera de la vida y la muerte, y poseer la esencia, lo absoluto, lo eterno. Quiero tener delante a alguien que se muestre en su inmensidad natural, quiero que este mundo cambie y que el futuro sea más bonito. Lo sé, quiero una utopía. Ojalá que no.



Carlos Orduña




No me gustan las máscaras.

Me gusta la indefensa gente que da la cara
Y le ofrece al contiguo su mueca más sincera
Y llora con su pobre cansancio imaginario
Y mira con sus ojos de coraje o de miedo.

Me gustan los que sueñan sin careta
Y no tienen pudor de sus tiernas arrugas
Y si en la noche miran/ miran con todo el cuerpo
Y cuando besan/besan con sus labios de siempre.

No hay piel falsa que supla la piel de la lascivia
Las máscaras alegres no curan la tristeza
No me gustan las máscaras, he dicho.

Mario Benedetti





Así quise siempre vivir, sin máscaras, y con la verdad como bandera. Y digo todo esto a sabiendas de lo complicado que está el mundo en que, por infinidad de intereses, la gente suele ponerse sus máscaras con la finalidad de lograr sus objetivos. Pocos son los que son y esta es la triste realidad en este mundo en que vivimos. Y digo los que son porque casi todo el mundo pretende lo que no es y, lo que es peor, lo que no le pertenece. Vivir, por momentos se convierte en un conflicto de intereses. La máscara citada sigue teniendo vigencia. Es lamentable, pero es una realidad.

Decía José Saramago una frase que lo resume todo al respecto de las máscaras. "Vivamos desnudos en nuestras almas, que nos sobran todos los trajes". La frase no puede ser más bella. Aquel que ha sabido desnudarse en el alma ante su prójimo, esa desnudez es la que viene a certificar que no se usan máscaras de ningún tipo. Así debe ser la vida, un torrente de luz que nos ilumine hasta el fondo de nuestro ser.


Emil Nolde


"Elegir la propia máscara es el primer gesto voluntario humano. Y es solitario". Clarice Lispector



viernes, 9 de mayo de 2014

LA SALA NÚMERO 6 - CUENTO DE ANTÓN CHÉJOV

Los hipócritas pretenden ser palomas, políticos, literarios, águilas. Pero no se deje engañar por su apariencia, no son águilas, son ratas.


"¿Por qué no ha de ser el hombre inmortal? -se pregunta-. ¿Para que sirve entonces el cerebro con su admirable mecanismo, para qué la vista, el don de la palabra, los sentimientos, el genio, si todo ha de estar predestinado a mezclarse con la tierra y dar vueltas después durante millones de años y sin ningún objeto preciso, alrededor del sol? 

Para eso no valía la pena sacar al hombre de la nada (al hombre con su espíritu elevado y casi divino) si después se lo había de transformar, como en burla, en miserable puñado de tierra. 

Por miedo a la muerte muchos buscan un sustitutivo de la de la inmortalidad y se consuelan pensando que su cuerpo se perpetuará en una planta, en una roca, y hasta una rana: ¡triste consuelo, que equivale a decirle a la caja de un violón roto que le espera un porvenir envidiable!"

- ¿Y por qué me tiene usted aquí metido?

- Porque está usted enfermo.

- Bien, admitámoslo. Pero hay cientos y miles de locos que se pasean con toda libertad, por la sencilla razón de que es usted demasiado ignorante para acertar a distinguirlos de los cuerdos. ¿Por qué, pues, sólo a mí y a estos desdichados han de tenernos aquí en calidad de chivos expiatorios? Usted, su enfermero, su administrador, y toda esa canalla, todos ustedes son, desde el punto de vista moral, infinitamente inferiores a nosotros, y sin embargo somos nosotros y no ustedes los condenados al encierro perpetuo. ¿Es lógico esto?

- Nada tienen que hacer aquí la moral ni la lógica. Es el azar el que decide. El que ha sido encerrado aquí, aquí se queda, y los otros siguen en libertad. El hecho de que el médico sea yo y el enfermo usted nada tiene que ver con la moral ni la lógica: no es mas que un azar .

- En ese porvenir que tanto le entusiasma a usted no habrá manicomios ni prisiones, ni rejas ni cadenas; en suma, como usted dice, triunfará la verdad. Pero las leyes de la naturaleza seguirán su camino invariable y las cosas no cambiarán en el fondo. Los hombres padecerán enfermedades, se envejecerán y pararán, lo mismo que hoy, en la muerte. La aurora que alumbra la vida podrá ser muy hermosa; pero eso no impedirá que se meta a los hombres en la caja y la caja se meta en la fosa .

Soy un organismo vivo, y como tal reacciono necesariamente ante toda irritación exterior. Reacciono y no puedo menos de hacerlo. Cuando me hacen mal grito y lloro; ante una cobardía me sublevo; ante una mala acción siento asco. Esto es lo que llamamos la vida, según mi entender. A organismo menos perfeccionado, reacción menor. Y al contrario, los organismos superiores son más accesibles a los sentimientos de dolor, de alegría, etc., y reaccionan más enérgicamente a todo lo que pasa en el exterior. Me parece que esta es una verdad elemental. Para despreciar el sufrimiento, estar siempre contento y no asombrarse de nada hay que haber caído muy abajo, haber llegado a un estado de brutalidad como el de ese, por ejemplo.

Los sufrimientos, como los gozos, son pasajeros; no se hable más de ellos. Lo esencial es que usted y yo ambos somos seres pensantes, y eso es lo que nos une y hace solidarios , a pesar de la divergencia de nuestras opiniones. ¡Si supiera usted, querido amigo, hasta que punto estoy harto de la locura general, de la maldad, de la estupidez de la gente que me rodea, y que alivio experimento hablando con usted!"


Antón Pávlovich Chéjov, (fragmento del cuento La sala nº 6). 



Hijo de un comerciante que había nacido siervo, Chéjov vio la luz el 29 de enero de 1860 en Taganrog (Ucrania) y estudió Medicina en la Universidad Estatal de Moscú. 

Cuando aún no había terminado sus estudios universitarios, ya comenzaba a publicar relatos y algunas descripciones humorísticas en revistas. Su fama rápida como escritor y su delicada salud (padeció de tuberculosis, enfermedad incurable en esos tiempos, que finalmente lo llevó a la tumba a los 44 años), hicieron que ejerciera muy poco su profesión de médico. 

Durante su vida inició campañas contra el hambre y el abandono social. Creó escuelas y centros agrícolas en los que se acogieron niños de escasos recursos a los cuales quizo inculcar ideales de formación y proporcionarles alimentación y vivienda.

Murió de tuberculosis en el balneario alemán de Badweiler la madrugada del 15 de julio de 1904.


Descarga de todos sus cuentos:



domingo, 4 de mayo de 2014

JAMES PRADIER - ESCULTURAS NEOCLÁSICAS PERO CON AROMAS DE MODERNIDAD

Jean-Jacques Pradier, conocido por James Pradier, es un escultor y un pintor del siglo XIX, nacido en Ginebra (Suiza) en 1790 y fallecido en Bougival (Francia) 4 de junio de 1852.


Los motivos de su preferencia son los mitológicos y resaltar que el tratamiento formal de sus personajes está dotado de un cierto matiz moderno (visible en los peinados femeninos y en ciertas actitudes y poses). 

En cuanto al tratamiento del cuerpo femenino oscila entre las líneas más voluptuosas y los volúmenes más estilizados, destilando sus figuras un extraño aroma a modernidad. Esos cuerpos, muchas veces, son cuerpos más de modelos novecentistas que de mujeres clásicas. 

Cuerpos modernos en personajes clásicos; rasgos cotidianos relacionados con el contemporáneo siglo XIX para representar escenas y episodios mitológicos, esa fue su gran contribución y su gran apuesta. 



El Eterno femenino. El erotismo 


Aparte de los encargos civiles y privados, hay que destacar su aportación al cuerpo femenino, al erotismo. Aquí se hayan sus obras más representativas y famosas: Las Tres Gracias, Nyssia, La Poesía Ligera, Psyché, El Sátiro y la Bacchante, La Odalisca, La Toilette de Atalanta o Safo: 





Las tres gracias

Las tres gracias, detalle

Las tres gracias

Odalisca

Odalisca

Odalisca
La Toilette de Atalanta

La Toilette de Atalanta, detalle

La Toilette de Atalanta

El Sátiro y la Bacchante

El Sátiro y la Bacchante

El Sátiro y la Bacchante

Nyssia

Nyssia

La Poesía Ligera

La Poesía Ligera

Safo, 1852, París, Museo de Orsay

Safo, 1852, París, Museo de Orsay

La Bacchante acostada


A mediados del siglo XVIII el estilo neoclásico destruyó las extravagantes formas a las que había llegado el Rococó, restaurando la sencillez de las formas antiguas, tanto en las masas arquitectónicas como en la decoración. 

Los teóricos del arte de este período definieron las nuevas tendencias neoclásicas afirmando que la belleza ideal no existe en la naturaleza, sino que corresponde al hombre crearla con la fuerza de su espíritu artístico. 


Espero hayan disfrutado tanto como yo. 



Fuentes:






jueves, 1 de mayo de 2014

UN COBARDE SILENCIO - EL ELEMENTO HUMANO QUE TODO LO REDIME

Tal como si fuese hoy:
Un cobarde silencio
hambre para todos
abramos espacios para la reflexión
y para la memoria de lo cotidiano.






¡Qué barullo en la herida!

¡Qué suerte si esto que siento fuera sed
y se me quitara bebiendo un vaso de agua!

Es entonces cuando llueve tristeza
para ahogar en mi boca
la palabra imposible.

Intento gritar,
y sólo consigo un cobarde silencio.


Gloria Fuertes





HAMBRE

Tened presente el hambre: recordad su pasado
turbio de capataces que pagaban en plomo.
Aquel jornal al precio de la sangre cobrado,
con yugos en el alma, con golpes en el lomo.

Los años de abundancia, la saciedad, la hartura
eran sólo de aquellos que se llamaban amos.
Para que venga el pan justo a la dentadura
del hambre de los pobres aquí estoy, aquí estamos.

Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente,
los que entienden la vida por un botín sangriento:
como los tiburones, voracidad y diente,
panteras deseosas de un mundo siempre hambriento.


Miguel Hernández




SILENCIO

Oye, hijo mío, el silencio.
Es un silencio ondulado,
un silencio,
donde resbalan valles y ecos
y que inclina las frentes
hacia el suelo.


Federico García Lorca







Todas las fotografías son de Kati Horna.



Kati Horna fotografiada por Robert Capa


Con la caída de la Segunda República ante las fuerzas franquistas, Kati y José Horna, militantes de la facción anarquista republicana durante la Guerra Civil Española, enfrentaron, al igual que miles de sus correligionarios, la amenaza real de perder su libertad e incluso sus vidas.

La mirada de Horna capta ese elemento humano que redime todo a pesar de lo trágico.






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