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martes, 28 de agosto de 2012

ALAS DE LUZ


Manuela del Olmo

Allá está la cumbre.
¿Qué miras? —Un astro.
¿Me amas? —¡Te adoro!
¿Subimos? —¡Subamos!


¿Qué ves? —Una aurora
fugitiva y pálida.
¿Qué sientes? —Anhelo.
Ésa es la esperanza.

¡Qué alientos de vida!
¡Qué fuegos de sol!
¡Qué luz tan radiante!
¡Ese es el amor!

¿Qué ves a tus plantas?
Un profundo abismo.
¿Tiemblas? —Tengo miedo…
¡Ese es el olvido!

Pero no tiembles ni temas:
bajo el sacro cielo azul,
para el que ama no hay abismos,
porque tiene alas de luz.



RUBÉN DARÍO (1867-1916), poeta nicaragüense. Rima XIII.

lunes, 27 de agosto de 2012

EDVARD MUNCH - CENIZAS - DESASOSIEGO, INQUIETUD, DESESPERACIÓN





CENIZAS (EDVARD MUNCH, pintado en 1894)

La mayoría de los cuadros de Munch nos hablan de la soledad del ser humano. En sus cuadros, los amantes viven la inutilidad del amor.

En Cenizas se repite el tema de la mujer que lleva sus manos a la cabeza. El descuido en su vestido y el pelo despeinado, la expresión de desesperación y tristeza de su cara de máscara, todo ello contribuye a crear una atmósfera de desasosiego e inquietud en el espectador.

La mujer está vestida con una combinación blanca en parte desabotonada, dejando ver una camiseta de color rojo brillante. Sus manos están cruzadas tras la nuca. Su largo cabello castaño rojizo cae a ambos lados.

Se trata de una pareja rota, en la que ella se lamenta llevándose las manos a la cabeza frente a un cenicero, (las cenizas son símbolo de lo que queda tras un fuego, de una pasión apagada), mientras que él no quiere mirar al frente y se hunde en su desesperación.


GACELA DEL AMOR DESESPERADO


Kees Van Dongen


La noche no quiere venir
para que tú no vengas,
ni yo pueda ir.

Pero yo iré,
aunque un sol de alacranes me coma la sien.

Pero tú vendrás
con la lengua quemada por la lluvia de sal.

El día no quiere venir
para que tú no vengas,
ni yo pueda ir.

Pero yo iré
entregando a los sapos mi mordido clavel.

Pero tú vendrás
por las turbias cloacas de la oscuridad.

Ni la noche ni el día quieren venir
para que por ti muera
y tú mueras por mí. 

Gacela 3.

Gacela del amor desesperado

Federico García Lorca


...oooOOOooo...
Y me acordé de esta Gacela de Lorca esta mañana cuando leí el fantástico y emotivo soliloquio que escribió Verónica en su blog, "La hora Rara": 
http://anandanilayan.blogspot.com.es/2012/08/la-hora-rara.html

domingo, 26 de agosto de 2012

LA ROTUNDIDAD DEL AMOR


“…Nadie sabrá jamás cómo quiero a Diego. No quiero que nada lo hiera, que nada lo moleste y le quite energía que él necesita para vivir, vivir como a él le dé la gana, pintar, ver, amar, comer, dormir, sentirse solo, sentirse acompañado; pero nunca quisiera que estuviera triste. 

Si yo tuviera salud quisiera dársela toda, si yo tuviera juventud toda la podría tomar, no soy solamente la madre, soy el embrión, el germen, la primera célula que (en potencia) lo engendró. Soy él desde las más primitivas y más antiguas células, que con el tiempo se volvieron él…”

“…¿Por qué le llamo mi Diego? Nunca fue ni será mío. Es de él mismo.”

“Yo no estoy enferma. Estoy rota.”


Frida Khalo