"Del mar, a la montaña,
por el aire,
en la tierra,
de una boca a otra boca,
dando vueltas,
girando,
entre muebles y sombras,
displicente,
gritando,
he perdido la vida,
no sé dónde,
ni cuándo.."
(Vórtice)
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Óscar Domínguez, (Tenerife, 1906 - París, 1957), pintor surrealista |
Llorar a lágrima viva
Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo
si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!.."
OLIVERIO GIRONDO, (1891-1967). Un argentino, un poeta surrealista, se le ha calificado como un poeta rebelde, incorporó a su vida personal las consignas de los dadaístas y surrealistas para que el arte se consustanciara con la propia existencia y esta a su vez con su manera de ejercer el arte.
Decenas de actitudes y de gestos transgresores llenan su anecdotario hasta hoy, por eso sus amigos, en uno de los tantos homenajes de bienvenida o de partida le cantaban: "A veces rotundo / a veces muy hondo, / se va por el mundo / girando, Girondo".
La primera edición de su libro "Veinte poemas para ser leídos en un tranvía", tenía un epígrafe: "Ningún prejuicio más ridículo que el prejuicio de lo sublime".