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domingo, 14 de julio de 2019

LOS PILARES DE LA SOCIEDAD - GEORGE GROSZ, EL ARTE COMO ARMA


George Grosz fue un ejemplo claro de que el Arte puede ser un arma de lucha y denuncia cuando el que maneja el pincel tiene conciencia social. Uno de los muchos ejemplos de ello es el cuadro que vemos a continuación "Los pilares de la sociedad".








Los pilares de la sociedad, George Grosz, 1926


El sarcasmo del título de este cuadro es sólo comparable al de la propia imagen, resumen de la crítica social de Grosz, que abarca a todos. Aparecen representantes de distintas clases con atributos y rasgos que los definen: el burgués, el político, el militar, el periodista y el cura que lo bendice todo indiscriminadamente. 


Un periodista ansioso abraza periódicos y lleva útiles de escritura a dos manos. Bizquea y su sombrero es un orinal. Un sacerdote obeso de nariz roja bendice sin atender con los ojos cerrados. El político con panfletos y libro patriótico pero con un cerebro de desechos humanos. Y un soldado nazi amenazante pero alcohólico.


(Detalle)


Detrás de los llamados pilares, el artista retrató un edificio en llamas con obreros cargando palas, marchando para la izquierda, mientras los soldados nazis marchaban para la derecha.



(Detalle)


Sus obras mostraron cadáveres de soldados, lisiados de guerra, mendigos hambrientos y también prostitutas callejeras. Su arte quería dejar claro que no hay victimas sin un causante y los causantes para Grosz eran la burguesía que se divierte y continúa su vida incluso durante la guerra, los militares y los políticos que provocan esa guerra, y los industriales que se favorecen de ella.

No es de extrañar que esta obra de Grosz fuera secuestrada por los nazis y que el artista tuviera que marchar al exilio.




George Grosz (1893-1959) es un artista que hace política. En la mejor tradición del arte político, no sólo es pintor, es, además, o sobre todo, dibujante y caricaturista. Desde los primeros momentos hay en su obra un profundo disgusto por la vida, disgusto que se convirtió en indignación con la guerra.
Se convirtió en un agitador que utilizaba su arte como arma contra su convulso país, lo que le ha valido comparaciones con Goya.
Se dedicó a quitar la careta a ese mundo que ahora conocía mejor. Con un análisis frío de la situación en Alemania, desmitifica y desenmascara a la burguesía y al ejército, destapando la podredumbre que hay en sus cerebros, bajo trajes y sombreros socialmente respetables. Esto casi le llevó ante un pelotón de fusilamiento. "Es verdad -escribía -, estoy contra la guerra, es decir, contra todo sistema que me encierre".

           "Mi arte debe ser fusil y sable"