“En la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida.” Federico García Lorca |
Pablo Picasso, Sueño y mentira de Franco, 1937.
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Sueño y Mentira de Franco, el cómic político más satírico
"La guerra de España es la batalla presentada por la reacción contra el pueblo, contra la libertad. Toda mi vida como artista no ha sido otra cosa más que una lucha continua contra la reacción y la muerte del arte. ¿Cómo podría pensar nadie ni siquiera por un momento que yo pudiera estar de acuerdo con la reacción y la muerte?... En el mural en el que estoy trabajando y al que llamaré Guernica, y en todas mis obras recientes, expreso con claridad mi aborrecimiento hacia la casta militar que ha sumido a España en un océano de dolor y de muerte".
Palabras de Picasso expresadas con motivo de una exposición de carteles sobre la guerra civil española, celebrada en mayo y junio de 1937 en Nueva York.
Con estas palabras el artista manifiesta su controvertido compromiso político que reflejó en obras como "Sueño y mentira de Franco", sátira contra el Golpe de Estado de julio del 36 y caricatura irónica del "Generalísimo".
Entre el 8 y el 9 de mayo Pablo Picasso emprenderá así esta obra, realizando 12 de las 18 viñetas que conformarán dos planchas o estampas, en un primer momento pensadas como tarjetas postales individuales para el beneficio del Fondo de Ayuda a España Republicana, y cuya realización será retomada posteriormente por el artista.
Mas lo que destaca sobremanera en esta obra, y se aleja así de El Guernica, es el realismo figurativo y la claridad del mensaje en un formato muy revelador y cercano al del cómic: el general insurrecto debe ser ridiculizado y su acción caracterizada como inhumana y cruel.
La primera plancha, mucho más caricaturesca, presenta a un bufo Caudillo caracterizado por el servilismo a la Iglesia, al capitalismo y a la España más conservadora y trasnochada, realizando asimismo una denuncia de la destrucción del patrimonio artístico nacional.
*.- Si realizamos un breve recorrido por las viñetas de la primera plancha nos encontramos con una primera escena en la que aparece el Caudillo como un caballero cristiano, en una parodia de los héroes legendarios españoles El Cid o Don Quijote, dando estocadas a su propio caballo.
En la segunda escena, el general con un enorme falo erecto hace pruebas en la cuerda floja, caracterizando su machismo y sus alardes de combatiente, mientras que en la tercera, Franco trata de destruir con un pico un busto de mujer, caracterizando al insurrecto de amenaza para la cultura.
La cuarta muestra a Franco vestido de mujer, simbolizando la cobardía. mientras que en el quinto cuadro es atacado por un toro, símbolo quizás de la derrota del fascismo.
En el sexto cuadro, el Caudillo ora ante el tabernáculo del Capital, rodeado de una alambrada de púas.
La séptima escena, una parodia de la Creación bíblica del mundo, muestra al general rodeado de insectos, descansando después de acabada su obra, mientras que en la octava escena galopa hacia el sol montado en un Pegaso. Franco atraviesa con el asta de su bandera a la encarnación del arte poético, al Arte, recordando quizá el doloroso bombardeo de Madrid y del Museo del Prado.
En la novena escena, el Caudillo cabalga montado en cerdo hacia el sol, simbolizando su ocaso y la salvación de España.
La segunda plancha |
El dolor de lo acontecido en España entre el 36/39 fue para el poeta Luis Cernuda como el aguijón del amor: hondo y sangrante.
Lamento y esperanza
Soñábamos algunos cuando niños, caídos
En una vasta hora de ocio solitario
Bajo la lámpara, ante las estampas de un libro,
Con la revolución. Y vimos su ala fúlgida
Plegar como una mies los cuerpos poderosos.
Jóvenes luego, el sueño quedó lejos
De un mundo donde desorden e injusticia,
Hinchendo oscuramente las ávidas ciudades,
Se alzaban hasta el aire absorto de los campos.
Y en la revolución pensábamos: un mar
Cuya ira azul tragase tanta fría miseria.
El hombre es una nube de la que el sueño es viento.
¿Quién podrá al pensamiento separarlo del sueño?
Sabedlo bien vosotros, los que envidiéis mañana
En la calma este soplo de muerte que nos lleva
Pisando entre ruinas un fango con rocío de sangre.
Un continente de mercaderes y de histriones,
Al acecho de este loco país, está esperando
Que vencido se hunda, solo ante su destino,
Para arrancar jirones de su esplendor antiguo.
Le alienta únicamente su propia gran historia dolorida.
Si con dolor el alma se ha templado, es invencible;
Pero, como el amor, debe el dolor ser mudo:
No lo digáis, sufridlo en esperanza. Así este pueblo inmenso
Agonizará antes, presa ya de la muerte,
Y vedle luego abierto, rosa eterna en los mares.
(poema de su libro Las nubes, publicado en Buenos Aires en 1943)
Soñábamos algunos cuando niños, caídos
En una vasta hora de ocio solitario
Bajo la lámpara, ante las estampas de un libro,
Con la revolución. Y vimos su ala fúlgida
Plegar como una mies los cuerpos poderosos.
Jóvenes luego, el sueño quedó lejos
De un mundo donde desorden e injusticia,
Hinchendo oscuramente las ávidas ciudades,
Se alzaban hasta el aire absorto de los campos.
Y en la revolución pensábamos: un mar
Cuya ira azul tragase tanta fría miseria.
El hombre es una nube de la que el sueño es viento.
¿Quién podrá al pensamiento separarlo del sueño?
Sabedlo bien vosotros, los que envidiéis mañana
En la calma este soplo de muerte que nos lleva
Pisando entre ruinas un fango con rocío de sangre.
Un continente de mercaderes y de histriones,
Al acecho de este loco país, está esperando
Que vencido se hunda, solo ante su destino,
Para arrancar jirones de su esplendor antiguo.
Le alienta únicamente su propia gran historia dolorida.
Si con dolor el alma se ha templado, es invencible;
Pero, como el amor, debe el dolor ser mudo:
No lo digáis, sufridlo en esperanza. Así este pueblo inmenso
Agonizará antes, presa ya de la muerte,
Y vedle luego abierto, rosa eterna en los mares.
(poema de su libro Las nubes, publicado en Buenos Aires en 1943)
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2 comentarios:
Bueno!!
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