Nick Fedaeff |
Si deseas visitarme,
ignoras cuánto me halaga
que me regales tu tiempo,
que me cuentes tus hazañas.
Si deseas visitarme,
corre, que la puerta es ancha,
navega entre los delfines
o vuela entre las gaviotas.
Ven, si quieres, no demores.
En la alforja nada pongas,
ni primorosos objetos,
ni licores ni esmeraldas.
Pero no vengas con trucos,
te lo ruego, si me estimas;
no te traigas subterfugios
y aún menos las mentiras;
la vanidad no acarrees,
ni poses ni egolatrías.
No vengas para inquietarme,
pues herirás la armonía.
Ven como tú eres: amable,
sublime por tu franqueza.
Ven humilde como un astro
que trasciende la apariencia,
que ilumina los metales,
que permite la experiencia.
En verdad, poco te ofrezco:
el calor de la candela,
tomillo, almizcle y té,
y buena dosis de holganza;
luengas conversaciones o
el silencio ante la hogaza;
tierno canto de gorriones
o bramido de tormentas;
olor de campos antiguos
con verdores de manzanas...
Y si deseas quedarte,
princesa, qué no daría
por domar al desengaño
y abrazarme a tu alegría.
De nuevo traigo al gran poeta y amigo José Urbano Priego, leí este poema hace ya un tiempo y quise subirlo pero no pude entonces, ya es hora. Y dejo también su maravilloso blog http://joseurbanopriego.blogspot.com para delicia de todos.
2 comentarios:
Querida Inma, como siempre, me encanta que incluyas mis poemas en tu página, con ese esmero y delicadeza que te caracterizan y que te agradezco desde lo más profundo. Un fuerte abrazo, amiga.
Hola mi amigo poeta, ni sabes lo que significa para mi tenerte en el blog, me gustaría publicar más pero me aguanto! este romance es delicioso y certero, me ha llegado hondo. ¿Cómo no iba a publicarlo?
Felicidades amigo, te mando un abrazo grandote
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