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martes, 3 de enero de 2017

ABSTRACCIÓN Y SUPREMATISMO: KAZIMIR MALEVICH - LA EMBRIAGUEZ DE LA SENSIBILIDAD PURA



¿Y el hombre?


Nada por sí mismo,


no será más que una parte de un todo,


y es entonces cuando habiendo perdido la vanidad de su pequeño y mezquino individualismo,


¡será feliz en este Edén que él habrá creado!


Piet Mondrán





Retrato de una mujer, Kazimir Malevich, 1912 


El arte abstracto prescinde de la representación de un tema o un asunto figurativo y lo sustituye por un lenguaje visual autónomo, con significado propio. Se entiende por pintura abstracta aquella que prescinde por completo del objeto y de la figura y el cuadro se compone mediante la combinación de líneas y colores.


Surge en torno a 1910, pero fueron varias las tendencias de la vanguardia histórica las que acabaron desembocando en creaciones no figurativas. La abstracción es el resultado de una tendencia a resumir y sintetizar que comienza a finales del S. XIX, con Gaugain, Van Gogh y Cézanne, y que continúa con la simplificación del tema a través del Fauvismo, Cubismo y el Futurismo. Así pues, nos encontramos ante un movimiento que ya se iba perfilando desde el siglo anterior y que busca la renovación absoluta de la pintura.


En sus inicios, el arte abstracto dio lugar a grandes polémicas y discrepancias. De hecho, ya en tiempos de la Prehistoria se utilizaron la estilización y el geometrismo. Pero con el paso del tiempo se ha convertido en una fuente inagotable de ideas para los artistas de nuestro siglo y nadie se atreve ahora a poner en duda su existencia e identidad como un arte propio.


La abstracción no es un movimiento único, tampoco obedece a un programa estético común. A ella podemos llegar a través de dos vías, ambas nacen de la búsqueda de un orden y de una racionalidad exentos de referencias inmediatas al mundo exterior:


*.- Abstracción lírica


Defiende un lenguaje basado en la función expresiva y simbólica de los colores. A través de una serie de manchas de color pretende plasmar el estado anímico del artista o causar una impresión anímica en el espectador.


Wassily Kandinsky y Robert Delaunay son dos exponentes claros de la vía lírica.



*.- Abstracción Geométrica


Basada en las leyes de la geometría y en las matemáticas, busca la simplificación de las formas hasta su presentación más elemental y genérica. Los dos pioneros de la abstracción geométrica son Piet Mondrian y Kazimir Malevich.



“Para mí se hizo evidente que había que crear nuevos marcos para la pintura en colores puros, construidos por exigencia de los colores; y, en segundo lugar, que el color debería abandonar la mezcla pictórica y convertirse en un factor independiente, que se incorpora a la construcción como un individuo de un sistema colectivo y de la independencia individual”. Kazimir Malevich.


Esta afirmación del ucraniano Kazimir Malevich, padre del suprematismo, nos ayuda a empezar a adentrarnos en su vida y obra.


Kazimir Malévich, Kiev, 1878-San Petersburgo, 1935, fue el máximo representante del suprematismo, una de las principales corrientes defensoras de la abstracción geométrica en la Rusia del primer tercio del siglo XX que tenía como objetivo la búsqueda de "la supremacía de la sensibilidad pura" en el arte.





Autorretrato, Kazimir Malevich





Autorretrato, 1908 





Mujeres en el baño, 1907 




Campesina, con cubos y niña (1912) 




Pulidores de piso 





Campesina 




Tres mujeres, 1928 




El hombre en el paisaje suprematista 





La Boda, 1907 





La cortadoras, 1912 




Soldado de la Primera División, 1914 




El cortador de madera, 1912 


Tras la Revolución de 1917, Malévich se convirtió en un activo miembro de los comités artísticos revolucionarios y participó en los actos de celebración del primer aniversario de la Revolución. En 1919 aceptó un puesto de profesor en la Escuela de Arte de Vitebsk que dirigía Marc Chagall y se hizo con la dirección del centro durante una ausencia de éste.


Pintor abstracto. Sus primeras obras están influidas por el neoimpresionismo y el fauvismo y después por el cubismo, distinguiéndose por una gran claridad de líneas. 


En 1912 comienza a desarrollar su propio estilo, que le llevó a fundar el suprematismo con su famoso Cuadrado negro sobre fondo blanco, (1918, Museo de Arte Moderno, MOMA, Nueva York)





Cuadrado negro sobre fondo blanco (1913).


Suprematismo significaba una pintura que permitía captar formas y color, pero que no evocaba asociaciones ni sentimientos. Pretendía, de una manera mística, expresar estados "puros" de conciencia o de inconsciencia no alterados por pensamientos reales. Elegía formas geométricas porque era lo más simple. Se llegó a prescindir del color porque excitaba la emoción.


Para Malevich "la pintura se compone de forma y color, dichas formas no serán la repetición de los objetos que viven en la vida, sino serán en sí mismas un objeto vivo. La superficie coloreada es la forma viva real"


Sus teorías del suprematismo, elaboradas junto al poeta ruso Vladimir Mayakovsky, empezaron a aparecer en revistas en 1915. En 1916 publicó el Manifiesto suprematista.





Suprematismo 56, 1915 



"Las claves del Suprematismo me están llevando a descubrir cosas fuera del conocimiento. Mis nuevos cuadros no sólo pertenecen al mundo". Malevich





Aeroplano en vuelo, 1918 



(..)

¡Que todo venga 
del mismísimo fondo del alma! 
¡A fuego, 
a llama, 
a hierro, 
a luz, 
abrasa, 
quema, 
corta, 
destruye! 

Nuestras piernas 
son abanicos que aventan la polvareda. 
Nuestras aletas son naves 
Nuestras alas son aeroplanos. 
¡Caminar! 
¡Volar! 
¡Cruzar! 
¡Rodar! 
haciendo inventario del mundo entero. 
Si esa cosa es útil, 
bien, 
sirve. 
Si es inútil, 
¡al diablo! 
Una cruz negra. 
¡Acabaremos contigo, 
mundo romántico! 
Basta de fe 
en el alma, 
¡electricidad, 
vapor! 
¡Basta de mendigos! 
¡Embolsad las riquezas de todos los mundos! 
¡Matad cuanto es viejo! 
¡De los cráneos haced ceniceros! 
Arrasadas 
las antiguallas, 
un mito nuevo 
se impondrá en el mundo. 
Romperemos con el pie 
la barrera del tiempo 
Miles de arcoiris 
colorearán el cielo. 


Vladimir Maiakovski





Cuatro esquinas, 1915 




Casa Roja, 1932 



*.- En definitiva, buscaba un nuevo realismo puramente pictórico porque la realidad de las montañas, el cielo y el agua ausente es un mundo. Toda forma real es un mundo y toda superficie pictórica pura está más viva que un rostro pintado desde el cual miran fijamente un par de ojos y un sonrisa.





*.- Entrada que hice en marzo de 2014 y que actualizo hoy


MARCEL DUCHAMP - ARTISTA Y AJEDRECISTA - MI DESVARÍO SOBRE SU OBRA


"una corriente de brazos y de espaldas
nos encauza
nos hace desembocar
bajo los abanicos,
los anteojos enormes
colgados en medio de la calle.."


Oliverio Girondo



Marcel Duchamp (1887-1968)- El matorral

Marcel Duchamp, (Blainville-sur-Crevon, 28 de julio de 1887 - Neuilly-sur-Seine, 2 de octubre de 1968). fue un artista y ajedrecista francés, cuya obra ejerció una fuerte influencia en la evolución del arte de vanguardia del siglo XX. 

Una de sus obras, que amerita un reconocimiento especial, es El matorral. Éste trabajo nos recuerda su amor con Jeannee Serra, la modelo del cuadro, con quien Marcel tuvo una hija. Por esa época Duchamp formaba parte del grupo que se consideraba los nuevos cubistas. Con este grupo, al que también pertenecían sus hermanos, se reunía todas las tarde de los domingos en casa de Villón, que quedaba en la calle Puteaux, de ahí la denominación del grupo.







¿SE ATREVE? 

Yo emborronaré el mapa de lo vulgar
vertiendo la pintura en un vaso.
En un plato de gelatina mostré
los pómulos oblícuos del océano.

En las escamas de un pez de hojalata
leí la llamada de nuevos labios.
Y usted
¿se atreve
a tocar un nocturno
en la flauta de los canalones? 


Vladimir Mayakovski




Desnudo con medias negras, 1910 - Marcel Duchamp



Aquí mis manos me explican:
yo soy lo que puedo
lo que peleo
lo que aguanto.
Allá,
bajo tu boca,
siento que no puedo y
resisto un poco menos
de lo que desearía.


Gustavo Osorio de Ita



Marcel Duchamp - El paraiso


Libertad no conozco sino la libertad de estar
preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia
mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que
quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y
espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por lo que muero.


Luis Cernuda




Marcel Duchamp - La partida de ajedrez




Marcel Duchamp era un apasionado del ajedrez desde pequeño en su casa se jugaba y más adelante tendría temporadas en las que se dedicaba única y exclusivamente a jugar al ajedrez llegando a convertirse en jugador semiprofesional. 

En este mismo año de 1911 realizó Retrato de jugadores de ajedrez, influenciado inevitablemente por los Jugadores de cartas de Cezzane, se muestra a dos jugadores de ajedrez ensimismados en la jugada, olvidados de lo que tienen alrededor, olvidados de dónde están, sólo pensando y discurriendo acerca de la posible jugada. 

La belleza de esta obra radica por un lado en el pensamiento interior de cada uno de los jugadores, cuál puede ser su siguiente movimiento, y por otro lado el movimiento en sí, el ajedrez es un juego en el cual el movimiento está presente y es bello.


"Las piezas de ajedrez son los componentes del alfabeto que da forma a los pensamientos; y estos pensamientos, además de hacer un diseño visual del tablero de ajedrez, expresan su belleza de manera abstracta, como un poema... He llegado a la conclusión personal de que mientras que todos los artistas no son jugadores de ajedrez, todos los jugadores de ajedrez sí que son artistas". 

Marcel Duchamp





El gran cristal-La novia desnudada por sus solteros. 1915- 1923.




se va de ti mi cuerpo gota a gota
se va mi cara en un óleo sordo;
se van mis manos en azogue suelto;
se van mis pies en dos tiempos de polvo


Gabriela Mistral



Retrato o Dulcinea - Marcel Duchamp


En Árbol adentro (1987), Octavio Paz le dedicó un soneto a este cuadro de Duchamp:


La Dulcinea de Marcel Duchamp

Ardua pero plausible, la pintura
cambia la blanca tela en pardo llano
y en Dulcinea al polvo castellano,
torbellino resuelto en escultura.

Transeúnte de París, en su figura
–molino de ficciones, inhumano
rigor y geometría– Eros tirano
desnuda en cinco chorros su estatura.

Mujer en rotación que se disgrega
y es surtidor de sesgos y reflejos:
mientras más se desviste, más se niega.

La mente es una cámara de espejos;
invisible en el cuadro, Dulcinea
perdura: fue mujer y ya es idea.





Yvonne y Magdeleine recortadas. 1911. Marcel Duchamp

el día o la noche en que el olvido
estalle
salte en pedazos o crepite/
los recuerdos atroces y de
maravilla
quebrarán los barrotes de fuego
arrastrarán por fin la verdad por
el mundo
y esa verdad será que no hay
olvido.


Mario Benedetti




Marcel Duchamp


Existe otra "lectura" de la obra de Duchamp, y, por inclusión, de todo el llamado "arte moderno": Toda su obra es una burla al espectador, carente por completo de significado de ningún tipo. Dalí se mofaba abiertamente de la "búsqueda de lecturas" de los críticos de arte moderno. Solía decir: "Esto que he hecho ni sé lo que es, pero está lleno de significado". 


Duchamp murió un 2 de Octubre durante su visita anual a Francia y fue enterrado junto a su familia. La lápida de su tumba dice: "Por lo demás, siempre mueren los otros".


lunes, 2 de enero de 2017

"EL ALMA ELIGE SU PROPIA COMPAÑÍA Y DESPUÉS CIERRA LA PUERTA" - ¡SILENCIO, NOS HABLA EMILY DICKINSON!

Hay una languidez de la vida
más inminente que la pena,
es sucesora de la pena
cuando el alma ha sufrido
Todo lo que puede.
una somnolencia difusa,
un ofuscamiento como neblina
envuelve tu conciencia,
una neblina que conduce a un despeñadero.



Sergei Vinogradov

Poema 128

Dame el ocaso en una copa,
enumérame los frascos de la mañana
y dime cuánto hay de rocío,
dime cuán lejos la mañana salta
dime a qué hora duerme el tejedor
que tejió el espacio azul.

Escríbeme cuántas notas habrá
en el nuevo éxtasis del tordo
entre asombradas ramas
cuántos caminos recorre la tortuga
cuántas copas la abeja comparte,
disoluta del rocío.

También, ¿quién puso la base del arco iris,
también, quién guía las esferas dóciles
por juncos de azul flexible?
¿Qué dedos atan las estalactitas
quién cuenta la plata de la noche
para saber si nadie está en deuda?

¿Quién edificó esta casita albana
y cerró herméticamente las ventanas
que mi espíritu no puede ver?
¿Quién me dejará salir un día de gala
con implementos de vuelo,
fugaz pomposidad?


(Versión de Silvina Ocampo) 



Podría estar más sola

Podría estar más sola sin mi soledad,
tan habituada estoy a mi destino,
tal vez la otra paz,
podría interrumpir la oscuridad
y llenar el pequeño cuarto,
demasiado exiguo en su medida
para contener el sacramento de él,

no estoy habituada a la esperanza,
podría entrometerse en su dulce ostentación,
violar el lugar ordenado para el sufrimiento,

sería más fácil fallecer con la tierra a la vista,
que conquistar mi azul península,
perecer de deleite.




Emily Dickinson (1830-1886). fue una poetisa estadounidense, cuya obra apasionada la ha colocado en el reducido grupo de poetas fundacionales de los Estados Unidos, hoy comparte gloria con Edgar Allan Poe, Ralp Waldo Emerson y Walt Whitman. Emily pasó gran parte de su vida recluida en su propia habitación, en la casa paterna en Amherst, y excepto por cinco de sus poemas, tres de ellos publicados sin su firma y otro sin su consentimiento, su inmensa obra permaneció inédita y oculta hasta después de su muerte.

Fue su hermana menor Lavinia, quien descubrió las obras de su hermana tras la muerte de esta, convirtiéndose en la primera investigadora y editora de su poesía. Ella fue la responsable de hacer comprender al mundo que La poetisa más memorable de los Estados Unidos, había vivido y muerto en el anonimato.

La vida privada de la escritora, ha permanecido siempre velada al público, pero solo hace falta echar una mirada a sus poemas para descubrir en ellos una conexión, entusiasmo y energía extraordinarios. La mayor parte de su obra se ocupa de su amor hacia un hombre, cuyo nombre jamás es mencionado, con quien no podía casarse.

En los últimos quince años de su vida, nadie en Amherts volvió a verla, excepto que algún paseante ocasional vislumbrara su figura vestida de blanco paseando por el jardín de los Dickinson en los atardeceres de verano. A veces se escondía en el vano de la escalera de la casa de su padre, entre las sombras, y sorprendía a los asistentes a una cena o una reunión. 

Pasó los últimos años de su vida sin salir de su habitación, postrada por el mal de Bright la misma nefritis que acabó con Mozart. A principios de 1886 escribió su última carta: "Me llaman".


Sentí un funeral en mi cerebro,
los deudos iban y venían
arrastrándose, arrastrándose, hasta que pareció
que el sentido se quebraba totalmente

y cuando todos estuvieron sentados,
una liturgia, como un tambor
comenzó a batir, a batir, hasta que pensé
que mi mente se volvía muda

y luego los oí levantar el cajón
y crujió a través de mi alma
con los mismos botines de plomo, de nuevo,
el espacio comenzó a repicar,

como si todos los cielos fueran campanas
y existir, sólo una oreja,
y yo, y el silencio, alguna extraña raza
naufragada, solitaria, aquí

y luego un vacío en la razón, se quebró,
caí, y caí
y di con un mundo, en cada zambullida,
y terminé sabiendo, entonces.



Las obras completas de la poeta Emily Dickinson: 20.000 versos, 1.789 poemas, un volumen de más de 1.000 páginas. Trad. Enrique Goicolea. Amargord Ediciones, 2013. Lo recomiendo 





lunes, 12 de diciembre de 2016

FRANCISCA AGUIRRE - ENSAYO GENERAL

"Un mar, un mar es lo que necesito.
Un mar y no otra cosa, no otra cosa.

Un mar, un mar del que ser cómplice.
Un mar al que contarle todo.
Un mar, creedme, necesito un mar,
un mar donde llorar a mares
y que nadie lo note.."




Paca Aguirre junto a los cuadros de su padre


Meditación

Amor de mis amores
mira que resulta raro esto de
no haber tenido más que un hombre en mi vida.
Y todavía más raro
con la cantidad de mujeres que ha habido en la tuya...
Pues ya ves cómo son las cosas
como decía Gerardo Diego:
“Las naves por el mar,
tú por tu sueño”.
No sé si este verso
tiene algo que ver con nosotros
pero ¿a que resulta bonito?
Sí amor mío
después de tanto y tanto
hemos acabado como al principio:
tú cuidando de una niña huérfana
y yo cuidando de un niño que no sabía cómo querer a su madre.
Y como la vida es tan rara
pues aprendimos a vivir
con lo que éramos.
Y ya no nos asusta la vida
y estamos a punto de que
tampoco nos asuste la muerte.




*El último mohicano



No tuve nada, y sin embargo, de algún modo,

comprendo que lo tuve todo

no teníamos nada, nada, salvo el miedo, el dolor,

el estupor que produce la muerte.


Cuando mataron a mi padre, nos quedamos en esa zona

de vacío que va de la vida a la muerte

dentro de esa burbuja última que lanzan los ahogados,

como si todo el aire del mundo se hubiese agotado de pronto,

ahí nos quedamos, como peces en una pecera sin agua,

como los atónitos visitantes de un planeta vacío.

Nada teníamos, aunque también es cierto que ya nada queríamos.

Recuerdo bien que a mi hermana Susi y a mí

nos dieron la noticia en el cuarto de aseo de aquel colegio

para hijas de presos políticos.

Había un espejo enorme y yo vi la palabra muerte

crecer dentro de aquel espejo hasta salir de él y alojarse

en los ojos de mi hermana

como un vapor letal y pestilente.

Nada ha logrado hacerme olvidar aquellos ojos

salvo algunas horas de amor en que Félix y yo éramos

dos huérfanos, y el rostro milagroso de mi hija.

Y nada más tuvimos durante mucho tiempo

pero mamá tuvo menos que nadie,

mamá quedó como un espejo sin azogue,

lo perdió todo, salvo un hilo delgado que la unía a nosotras.

Y por aquel inconcebible puente, como tres hormiguitas, íbamos y

veníamos a su estatua de vidrio restituyéndole el azogue.

Volvió a nosotras desde el país del hielo.

Y volvió tan absolutamente, que gracias a ella, nosotras,

que nada teníamos, lo tuvimos todo.

Mamá fue nuestro esparzo nuestro guerrero del antifaz, el país de las hadas, la abundancia dentro de la miseria,

nuestro mejor amigo, nuestro escudo contra los moros,

la enamorada de las bellas artes

la que hizo posible que papá no muriera,

la que lo fue resucitando en cada uno de sus cuadros.

Mamá fue quien nos dijo que mi padre admiraba a los griegos,

que adoraba los libros, que no podía vivir sin la música,

y que fue amigo de Unamuno.

Cierto que no tuvimos nada.

Que muchas veces nos faltaba todo

Pero aunque algunos días no comimos,

tuvimos una radio para oír a Beethoven.

Y un día de reyes de 1944 mamá y los tíos fueron al Rastro.

Nos compraron tres libros: La Cuesta encantada, Nómadas del Norte y el último mohicano.

Dios sabe cuántas veces habré leído esos libros.

Mamá nos trajo El último mohicano. Y de la mano de ese

indio solitario entramos en el mundo de lo maravilloso.

Y lo tuvimos todo para siempre.

Y ya nadie podrá quitárnoslo.





Francisca Aguirre nació en Alicante el 27 de octubre de 1930. Su padre era el pintor Lorenzo Aguirre. A Francisca le tocó pasar la niñez y la juventud en plena guerra civil pero la posguerra fue todavía más dura ya que a finales de 1940 su padre fue encarcelado, primero en la prisión de Hondarribia, en San Sebastián y más tarde en la de Porlier, en Madrid, tanto Francisca como sus hermanas fueron de un colegio de monjas para hijos de presos políticos a otro. En 1942 la dictadura del régimen del general Franco lo condenó a muerte y lo ejecutó mediante garrote vil en la prisión de Porlier. 


La Guerra Civil y la muerte de su padre marcaron para siempre su vida y la vida de toda su familia. 


"Fue mi padre un hombre / alegre donde los haya. / Nació para pintar y eso hizo. / Nació también para disfrutar / y también hizo eso. / Amó en su vida varias cosas: / la pintura, la justicia y a mi madre. / Tuvo tres hijas / y eso lo convirtió en un hombre feliz..."









Persona cercana, mujer excepcional, testigo de una cruel posguerra, viuda del recordado Félix Grande, luchadora, resistente y escritora que “ahonda y evoluciona en la búsqueda del núcleo, de la médula de la existencia humana, de la existencia propia”, su lenguaje poético, impecable formalmente y desprovisto de elementos prescindibles, cala en el lector hasta la emoción que perdura. Su obra “Ensayo general” reúne su poesía entre 1966 y 2010.







Y si después de todo, todo fuera



Y si después de todo, todo fuera,
un ir muriendo para al fin morirnos
a qué este loco empeño en convertirnos
en contables de un tiempo que no espera.


Y si resulta que lo cierto era
este sermón que viene a repetirnos
que avanza el huracán para abatirnos
y es inútil y absurda esta carrera.

Entonces, amor mío, ten sosiego,
y aprovecha esta cueva que te ofrezco
y apura el agua que yo no he bebido
el viento nos arrastra, frío y ciego,
toma mi manta mientras yo envejezco,

amarte de otro modo no he sabido.



*Hace tiempo

Recuerdo que una vez, cuando era niña,
me pareció que el mundo era un desierto.
Los pájaros nos habían abandonado para siempre:
las estrellas no tenían sentido,
y el mar no estaba ya en su sitio,
como si todo hubiera sido un sueño equivocado.

Sé que una vez, cuando era niña,
el mundo fue una tumba, un enorme agujero,
un socavón que se tragó a la vida,
un embudo por el que huyó el futuro.

Es cierto que una vez, allá, en la infancia,
oí el silencio como un grito de arena.
Se callaron las almas, los ríos y mis sienes,
se me calló la sangre, como si de improviso,
sin entender por qué, me hubiesen apagado.

Y el mundo ya no estaba, sólo quedaba yo:
un asombro tan triste como la triste muerte,
una extrañeza rara, húmeda, pegajosa.
Y un odio lacerante, una rabia homicida
que, paciente, ascendía hasta el pecho,
llegaba hasta los dientes haciéndolos crujir.

Es verdad, fue hace tiempo, cuando todo empezaba,
cuando el mundo tenía la dimensión de un hombre,
y yo estaba segura de que un día mi padre volvería
y mientras él cantaba ante su caballete
se quedarían quietos los barcos en el puerto
y la luna saldría con su cara de nata.

Pero no volvió nunca.
Sólo quedan sus cuadros,
sus paisajes, sus barcas,
la luz mediterránea que había en sus pinceles
y una niña que espera en un muelle lejano
y una mujer que sabe que los muertos no mueren.



*Ítaca

¿Y quién alguna vez no estuvo en Ítaca?
¿Quién no conoce su áspero panorama,
el anillo de mar que la comprime,
la austera intimidad que nos impone,
el silencio de suma que nos traza?
Ítaca nos resume como un libro,
nos acompaña hacia nosotros mismos,
nos decubre el sonido de la espera.

Porque la espera suena:
mantiene el eco de voces que se han ido.

Ítaca nos denuncia el latido de la vida,
nos hace cómplices de la distancia,
ciegos vigías de una senda
que se va haciendo sin nosotros,
que no podremos olvidar porque
no existe olvido para la ignorancia.

Es doloroso despertar un día
y contemplar el mar que nos abraza,
que nos unge de sal y nos bautiza como nuevos hijos.

Recordamos los días del vino compartido,
las palabras, no el eco;
las manos, no el diluido gesto.

Veo el mar que me cerca,
el vago azul por el que te has perdido,
compruebo el horizonte con avidez extenuada,
dejo a los ojos un momento
cumplir su hermoso oficio;
luego, vuelvo la espalda
y encamino mis pasos hacia Ítaca.