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sábado, 11 de octubre de 2014

HERMANN HESSE - ¡QUÉ EXTRAÑO ES VAGAR EN LA NIEBLA!


Hermann Hesse es uno de los seres humanos interesantes que me han servido de guía para salir cuanto antes de esta farsa que es la vida.

Por algo será que las personas más interesantes de éste planeta, a lo largo de toda la historia, han pensado de la misma manera, se convirtieron en seres pesimistas, con impotencia de ver un mundo tan falso, tan feo e injusto, en donde las personas sólo luchan por lo material, sin tener en cuenta al ser humano. 

Podría citar a muchos, me quedo con Herman Hesse, Nietzche, Kafka, Ciorán, Aldous Huxley, Bertrand Russell....y muchos más, todos seres inteligentes que nunca se cansaron de expresar su malestar, llegando todos a sentirse impotentes, a tener que expresarlo en sus libros para que el mundo lo leyera, entrara en sus mentes, llegar a construir un mundo feliz, dar pautas para que las personas fueran verdaderas....pero que al paso del tiempo, nadie ha hecho caso....prevalece el mal y la mentira y todo sigue su curso.



Hasegawa Tohaku (1539-1610) - Biombos con pinos entre niebla.



¡Qué extraño es vagar en la niebla!
En soledad piedras y sotos.
No ve el árbol los otros árboles.
Cada uno está solo.

Lleno estaba el mundo de amigos
cuando aún mi cielo era hermoso.
Al caer ahora la niebla
los ha borrado a todos.

¡Qué extraño es vagar en la niebla!
Ningún hombre conoce al otro.
Vida y soledad se confunden.
Cada uno está solo.





Hermann Hesse, (En la niebla)


viernes, 10 de octubre de 2014

NADA PUEDE SER MÁS ATERRADOR QUE UNA SOCIEDAD SIN EMPATÍA


"Lo esencial es invisible para los ojos"


Por Paco Bello en Iniciativa Debate | 09/10/2014



“He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: no se ve bien sino con el corazón;
lo esencial es invisible para los ojos.”

El principito, Antoine de Saint-Exupéry



Nada puede ser más aterrador que una sociedad sin empatía, siempre que de semejante afirmación excluyamos a un gobierno de advenedizos o a una sociedad culta e igualmente centrípeta. En cualquier caso, ahí, entre estas condiciones, se encuentra el horizonte del delirio.


Estremece leer algunas opiniones sobre qué es lo que había que hacer con Excalibur, el perro de Teresa Romero, la auxiliar de enfermería contagiada de ébola. Es consternador, y no por el desconocimiento científico que infiere, o porque suponga la constatación del poder alienante del actual modelo de relaciones el que, con total gratuidad, se apruebe el sacrificio de un ser vivo al que más allá de su condición animal le correspondió ser la rosa de algún principito.


No se trata ahora de reprochar desconocer que la inteligencia es un abstracto, y que perro no es un genérico. Esto último es algo que cualquiera que haya sabido acompañarse de uno o varios a lo largo de una vida entiende perfectamente. Tampoco es cuestión de juzgar que haya quien desconozca que no hay ni un solo caso demostrado de transmisión del virus ébola desde humanos a perros, y que por tanto, al no haber otro foco de contagio posible en una ciudad del mundo occidental, era del todo improbable que esa mascota fuera seropositiva y que actuase como vector de la enfermedad. Insisto en que todo esto no importa. Incluso no importa que la idiosincrasia local favorezca conservar una enorme carga de antropocentrismo cateto, o el debate sobre hasta dónde pueden llegar las competencias del Estado. Nada de lo dicho es irremediable en un plazo indeterminado.


Lo que sí parece irremediable, es que esas personas que han visto en ese sacrificio ritual (como de manera brillante ha señalado Santiago Alba) una decisión que no merecía mayor reflexión ni preocupación, tampoco hayan pensado, a la hora de expresar sus convencimientos, en esas otras personas para las que Excalibur sí era muy importante. Porque una cosa es que la ‘cultura de un pueblo’, eso que llamamos tradición, desprecie el valor de la vida no humana, y otra muy distinta es que ese pueblo desprecie igualmente el sentimiento humano, que es lo que da sentido a la vida.


Hay obras de arte que solo pueden ser apreciadas por un observador conocedor de la técnica, pero hay otras, las que de verdad importan, para las que con la sensibilidad es suficiente. Y cuando en un museo la obra más apreciada es un espejo, es difícil ser optimista.


Puede que resulte absurdo insistir, o que directamente no tengamos derecho a pedir que la sociedad en su conjunto sea el reflejo de nuestras querencias. O es posible que percibamos con mayor intensidad la necedad, y que magnifiquemos lo que no es más que un ruidoso residuo inevitable. Pero, al menos para mí, es una realidad perturbadora que el nivel crítico de una parte de la población no funcione ni desde el corazón.


“Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.”

El principito, Antoine de Saint-Exupéry








Dos artículos relacionados que son de mucho interés:





jueves, 9 de octubre de 2014

GABRIEL CELAYA - LO PURO ES DESMAYARSE EN DELICIAS SIN NOMBRE


"Tus ojos y mis ojos,
tus manos y mis manos.
Nuestros cuerpos
Escurridizos de algas.
Tus gritos y mis gritos en el alba.
Tus labios y mis labios de salitre"


Egon Schiele

Lo puro es desmayarse en delicias sin nombre,
cantar como una espuma de músicas vagas.
¡Oh amor que se va en cisnes líricos y blancos!
La brisa suspirando
pasa como una suave palidez desmayada.

Entre murmullo y sonrisa temblaba lo indeciso,
se movía entre música y palabra:
¡Delicia del instante fugitivo y sin cuerpo!
¡Dulcísima tristeza recordarlo flotando!

¡Oh amor, vuelo perdido!
Agua blanca cantando en los cauces más hondos;
Dulcísima tristeza, pureza del desmayo,
amor, rubia delicia, brisa o música vaga.







Gabriel Celaya, Hernani, Guipúzcoa, 1.911. Madrid, 1.991












miércoles, 8 de octubre de 2014

LEOPOLDO MARÍA PANERO - PROTOTIPO DE LA POESÍA TRANSGRESORA

«Ten piedad de mi larga miseria»
Le fleurs du mal
                  Charles Baudelaire






* Las linternas de la luna

«Tus ojos tienen la sed de los presos
y el amor de las salvas,
y caigo bajo la luna
que dibuja sola mi figura
en la celda del condenado a muerte
en la celda de la nada
donde los cuernos de un ciervo embisten a la razón».
«¿Qué hay en este bosque
además del esperma amarillo de los sauces?
La risa atormentada de los labios de una ninfa».
-El beso de los ahogados:
«Toco húmeda la vagina
en donde nadie me espera
oí tu voz una noche
en la cual los gatos hacían un collar de pétalos azules.
Luego había unas florecillas que olían a mierda
y una muchacha se recreaba
mirando el culo de una libélula,
era un 14 de febrero en Arrasate
mientras me mirabas el alfabeto
y el futuro yacía a los pies del desastre»





* Kafka

(De Esquizofrénicas o La balada de la lámpara azul, 2004)

Cuando amanece y ya no hay nadie
y está solo el cruel despertar

y los ojos se abren una vez más
para contemplar el fin del poema,
la tumba
en que nada hay escrito
sino un secreto
entre el hombre y el hombre
y el cuerpo
como un tambor en las sombras
como la flor de la ruina

donde los cuerpos hablan
y el agrimensor mide la ruina.





* El circo

(...) Una mujer sin rostro canta de pie sobre mi alma,
una mujer sin rostro sobre mi alma en el suelo,
mi alma, mi alma: y repito esa palabra
no sé si como un niño llamando a su madre a la luz,
en confusos sonidos y con llantos, o bien simplemente
para hacer ver que no tiene sentido.
Mi alma. Mi alma
es como tierra dura que pisotean sin verla
caballos y carrozas y pies, y seres
que no existen y de cuyos ojos
mana mi sangre hoy, ayer, mañana. Seres
sin cabeza cantarán sobre mi tumba
una canción incomprensible.
Y se repartirán los huesos de mi alma.
Mi alma. 





*Página veinte

Esperando todos los días para que venga el cierzo
para que venga el ciervo
azul como el poema, como el gamo
que corre fugitivo sobre el poema
y que sea la nada mi último poema
baba de los labios para que el hombre muera
azul sobre la página
«victorieusment fuit le suicide beau» Mallarmé lo dijo
oh belleza húmeda del suicidio
única rosa, única flor
rosa cúbica de la página
para que el hombre descubra
que no es un hombre.





Leopoldo María Panero, poeta español que falleció a los 65 años. Inconforme, vivía en un manicomio que solo dejaba para ir a la feria de libro de Madrid.

Loco, inteligente, con aura de Baudelaire o Rimbaud, y obsesionado con la muerte, el caos, el tabaco, la soledad o el sexo con sabor a absenta, Leopoldo Panero era el último poeta maldito, el que estaba al otro lado del espejo y al que solo le unía al mundo la palabra ya desquiciada.
Nació en Madrid, en 1948, sus padres fueron el poeta Leopoldo Panero, una de las mejores voces líricas de la posguerra, y la escritora y actriz Felicidad Blanc. Sus dos hermanos también eran poetas.

Arquetipo del "malditismo" y notorio militante de la izquierda radical, es autor 

de la obra poética más radical y singular de los últimos tiempos.




Aquí van varias citas suyas y la portada de un poemario:

"Quiero la libertad y largarme de este país de mierda. En España se puede mentir, robar y asesinar en nombre de Dios. ¡Pero ay de aquellos que meen en la calle!"

"Vivo dentro de la fantasía paranoica del fin del mundo y no solo no quiero salir de ella sino que pretendo que los demás entren en ella. Todas mis palabras son la misma que se inclina hacia muchos lados, la palabra fin, la palabra que es el silencio, dicha de muchos modos”.





Todas las litografías son de Zdzislaw Beksinski

sábado, 4 de octubre de 2014

ELOGIO DE MI CUERPO - ALAÍDE FOPPA

" Ya que no tengo alas,
me bastan
mis pies que danzan
y que no acaban
de recorrer el mundo ... "








1. Los ojos

Mínimos lagos tranquilos
donde tiembla la chispa
de mis pupilas
y cabe todo
el esplendor del día.
Límpidos espejos
que enciende la alegría
de los colores.
Ventanas abiertas
ante el lento paisaje
del tiempo.
Lagos de lágrimas nutridos
y de remotos naufragios.
Nocturnos lagos dormidos
habitados por los sueños,
aún fulgurantes
bajo los párpados cerrados.








4. La boca

Entre labio y labio
cuánta dulzura guarda
mi boca abierta al beso,
estuche en que los dientes
muerden vívidos frutos,
cuenca que se llena
de jugos intensos
de ágiles vinos
de agua fresca,
donde la lengua
leve serpiente de delicias
blandamente ondula,
y se anida el milagro
de la palabra.






9. Los senos

Son dos plácidas colinas
que apenas mece mi aliento,
son dos frutos delicados
de pálidas venaduras,
fueron dos copas llenas
próvidas y nutricias
en la plena estación
y siguen alimentando
dos flores en botón.






11. El sexo

Oculta rosa palpitante
en el oscuro surco,
pozo de estremecida alegría
que incendia en un instante
el turbio curso de mi vida,
secreto siempre inviolado,
fecunda herida.






14. El corazón

Dicen que es del tamaño
de mi puño cerrado.
Pequeño, entonces,
pero basta
para poner en marcha
todo esto.
Es un obrero
que trabaja bien,
aunque anhele el descanso,
y es un prisionero
que espera vagamente
escaparse.






18. El aliento

No se de donde viene
el viento que me lleva,
el suspiro que me consuela,
el aire que acompasadamente
mueve mi pecho
y alienta
mi invisible vuelo.
Yo soy apenas
la planta que se estremece
por la brisa,
el sumiso instrumento,
la grácil flauta
que resuena
por un soplo de viento.





Alaíde Foppa, de madre guatemalteca y padre argentino, nació en Barcelona en 1914. 
Vivió algunos años en Argentina y pasó la adolescencia en Italia. Casada con ciudadano guatemalteco adoptó la ciudadanía guatemalteca. 


*.- (Todas las pinturas son de Kees van Dongen)


Fuente de biografía y poemas:



jueves, 2 de octubre de 2014

VIDA, MUERTE, AMOR - MIGUEL HERNÁNDEZ


"Boca que desenterraste
el amanecer más claro
con tu lengua. Tres palabras,
tres fuegos has heredado:
vida, muerte, amor. Ahí quedan
escritos sobre tus labios".


Miguel Hernández soldado


[50]

Llueve. Los ojos se ahondan
buscando tus ojos: esos
dos ojos que se alejaron
a la sombra cuenca adentro.
Mirada con horizontes
cálidos y fondos tiernos,
íntimamente alentada
por un sol de íntimo fuego
que era en las pestañas, negra
coronación de los sueños.

Mirada negra y dorada,
hecha de dardos directos,
signo de un alma en lo alto
de todo lo verdadero.

Ojos que se han consumado
infinitamente abiertos
hacia el saber que vivir
es llevar la luz a un centro.

Llueve como si llorara
raudales un ojo inmenso,
un ojo gris, desangrado,
pisoteado en el cielo.

Llueve sobre tus dos ojos
que pisan hasta los perros.
Llueve sobre tus dos ojos
negros, negros, negros, negros,
y llueve como si el agua
verdes quisiera volverlos.

Pero sus arcos prosiguen
alejándose y hundiendo
negrura frutal en todo
el corazón de lo negro.

¿Volverán a florecer?
Si a través de tantos cuerpos
que ya combaten la flor
renovaran su ascua ... Pero
seguirán bajo la lluvia
para siempre mustios, secos.


MIGUEL HERNÁNDEZ, escrito entre 1938-1941.

En septiembre de 1939 el poeta, en una de las salidas de prisión, entrega a su mujer un cuaderno con 77 poemas. Es el origen del libro. El autor inicia después su vía crucis penitenciario, como se decía entonces, sumando trece estancias en prisión, que acaban su vida en 1942. 
Los poemas no fueron editados hasta 1958 en Argentina. En España no llegaron a la imprenta algunos de ellos hasta 1961, y se editan completos en 1976. Después de décadas de silencio "Cancionero y romancero de ausencias" es reconocido como una de las cumbres de la poesía española.