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jueves, 18 de octubre de 2012

INSOLENCIA

Insolencia, te declaro
te afirmo, te grito


Kees van Dongen
Testamento para mí:
seré cantante, loca, dibujante,
artista, escritora, siempre innovadora,
aplastante, mujer, libre, libertina y libertaria,
insolente, irreverente,
caminaré hacia el sol,
y cada día viviré
desde mí, para mí, este estar viva,
para hoy desde hoy y para siempre.

Linda Palacios Maestre, poeta peruana

miércoles, 17 de octubre de 2012

UNA BOFETADA DE TERNURA


Jarek Kubicki
Al amor llegué con un grito de seda
y puse las dos mejillas,
el cuerpo y la conciencia.

Nada quedó de mí,
ni siquiera una carta,
ni siquiera un espejo en donde reconocerme.
Mas aprendí a pasar
por el ojo de la aguja,
es decir a perdonar sinceramente.
A dejar la piel en el alambre,
a dolerme desde los pies
a la cabeza.

Lo perdí todo.
Y cuando entendí que no sabía defenderme de la gente,
respondí con una bofetada de ternura,
porque yo sé
que sólo los dulces heredarán la tierra.

Mía Gallegos



EN UN RINCÓN DEL ALMA - LA MUJER DE AGUA


Mientras él estiraba sus brazos intentando
en cada luna rozar el cielo,
a mí las estrellas fugaces
dejaron de concederme deseos.



<<La fuerza se te va por la boca. Hablas demasiado. Como no rectifiques tu forma de ser, tendrás muchos problemas>>, solía decir usted, madre, como única e invariable respuesta a mis intentos de conversación.

No se equivocó. He tenido problemas, infinitos problemas. Los he tenido porque nadie, empezando por usted, tuvo tiempo para escucharme.

Mi vida siempre fue una lucha constante por conseguir su atención, su beneplácito. Ahora el paso de los años me ha otorgado la capacidad de ver la realidad y poder aceptarla sin que ello vaya más allá de una toma de conciencia. Sin que la soledad sentida me obligue a derramar una sola lágrima. A diferencia de entonces, hoy no necesito que alguien me escuche. He aprendido a dialogar conmigo misma. Este desarraigo, en parte, se lo debo a usted.

[..] Los años nos envejecen, arrugan nuestra piel, nos desgarran el alma. Desvelan todos los rincones que permanecen ocultos en nuestro sentir. Destapan los pozos negros de nuestra conciencia. Nos dejan ver los precipicios escondidos en las llanuras, camuflados en la fantasía de la ilusión y, entonces, todo comienza a parecer lo que es. Es en ese momento cuando emprendemos esa absurda carrera contra el tiempo, olvidándonos de que hemos empezado a correr a destiempo.

[..] Andreas y yo jamás hablamos de nuestra relación, de los porqués, del futuro...Nos dejamos llevar y sentimos juntos sin ningún tipo de prejuicios o ataduras. Él nunca cuestionó mi vida, no formuló ninguna pregunta, no hizo ni un solo comentario ni me exigió nada. Aquella historia, nuestra historia, fue como las que surgen en los albores de la adolescencia, lo único importante era vivir y, en consecuencia, sentir. Jamás hablamos de su marcha, pero era algo evidente. Un futuro inevitable.

Cuando terminó, estuve varios meses perdida en un silencio que nadie notó. Aún hoy, madre, cuando recurro a esa costumbre malsana que tenemos las personas de rememorar los sinsabores, los labios se me cierran y me cuesta articular palabra sin que se me escape una lágrima.

Cuando pienso, cuando lo recuerdo, le imagino haciendo feliz a otra mujer, a una de tantas mujeres solitarias y mudas que se esparcen como flores marchitas por los confines del mundo. Le imagino partiéndose el alma por arrancarles un beso, una sonrisa, una confidencia a media voz y cabeza gacha.[..]


Fragmentos de "En un rincón del alma" de Antonia J. Corrales.



HAFSA - RESPÓNDEME ENSEGUIDA



HAFSA, pintura de J.L. Muñoz
Hafsa Bint al-Hayy Ar-Rakuniyya: Es una de las más famosas poetisas hispano árabes y de quién se conservan más poemas, debido en parte al interés de la familia de Ibn Sa´id por ella.

No se sabe la fecha de su nacimiento, pero se sitíua alrededor de 1135. Pertenecía a una familia de Granada que las fuentes árabes califican de noble y rica. De Hafsa señala que era una mujer de gran belleza.

Debió de recibir una esmerada educación, pues sus biógrafos alaban su cultura y la denominan la maestra de su tiempo y según parece estaba encargada de la educación de las princesas almohades en el palacio de Marrakech, donde murió en 1191.

El episodio más conocido de la vida de Hafsa son sus amores con el poeta Abu Ya´far b. abd-Malik Ibn Sa´id, cuyo dramatismo ha atraído la atención de casi todos sus biógrafos y especialmente de la familia Banu Sa´id, que transmiten muchos de los poemas que intercambiaron los amantes. Se cree que estos amores debieron de empezar alrededor del año 1154, continuaron, con altibajos, hasta la muerte del escritor en 1163 y fueron causa bastante directa de su ejecución.

La belleza de Hafsa inspiró una gran pasión al gobernador almohade de Granada. El príncipe, hijo del califa, se enamoró de ella, que acepto los cortejos de ambos amantes a la vez.

Las relaciones entre el gobernador de Granada y Abu Ya´far, que era entonces su secretario, se deterioraron rápidamente. Los celos impulsaron al poeta a satirizar  al príncipe, a quién refirieron algunas palabras. Ofensivas para él, que Abu Ya´far había dirigido a Hafsa: Como este era de color muy oscuro, el poeta, reprochando a Hafsa su interés por el gobernador, le preguntó: ¿Qué amas en ese negro?. Yo puedo comprarte, en el mercado, por veinte dinares, a cualquier otro mejor que él.

También fueron los celos, junto con otros agravios, hechos a la familia, pues los almohades habían encarcelado a su padre, los que sin duda influyeron en la postura política que adoptó Abu Ya´far ibn Sa´id, que se pasó a las filas de un rebelde a la autoridad almohade, que ocupó Granada durante unos meses.
Hafsa debió estar al tanto de todo ete asunto, pues se conservan unos versos que le escribió, despidiéndose de ella. Huyó a Alcalá la Real y luego a Málaga, donde los descubrieron los espías de Sa´id y fue detenido y crucificado por orden del príncipe almohade. Se conserva el relato, que en la cárcel le hizo uno de sus primos, conmovido por su desgracia, al que consoló Ya´far pasando revista, en prosa rimada, a lo que había sido su vida y a su situación presente.

A pesar de las posibles veleidades anteriores de Hafsa, la poetisa guardó luto por Ya´far, sin hacer caso de las amenazas que, al parecer, recibió por hacerlo.

Después de estos sucesos, parece que Hafsa fue dejando de lado la poesía, aunque quizás se trate solamente de que no hubiera nadie para recoger sus poemas posteriores, a diferencia de lo que ocurría con los que dirigió a Ya´far, y lo último que se sabe de ella es que enseñaba a las princesas almohades en Marrakech, donde murió.

Fue una mujer extremadamente famosa en Granada, como demuestra el hecho de que una noble dama granadina le pidiera un autógrafo, y la poetisa le escribió de su puño y letra estos versos:


Dama de la hermosura y la nobleza
Cierra los párpados, benévola,
Ante las líneas que trazó mi cálamo,
Y míralas con ojos de cariño,
Sin prestar atención a los defectos
Del contenido de la letra.

La mayoría de sus poemas son de amor dirigidos a Ya´far hablando de sus deseos de verlo, reprochándole, celosa, su interés por otras mujeres contradiciéndole con cierta coquetería, asegurándole su fidelidad, a pesar de la ausencia.

Otro poema de Hafsa nos muestra el tipo de elegante coquetería  que parece que en un principio presidía sus relaciones con Ya´far. De nuevo las fuentes árabes se detienen complacidas en la finura literaria de sus intercambios poéticos.

Tras una tarde que pasaron juntos en un jardín, Ya´far le escribió unos versos para que la poetisa contestase, como solía, con otro poema. Los versos de Ya´far dicen:

Palpitaba un aroma desde Naid (lugar de recreo)
Que, al soplar, se agitaba con olor de claveles,
Zureaba una tórtola en los árboles,
Se inclinaban las ramas de los mirtos sobre el arroyo
Y el jardín se mostraba alborozado
Por lo que presenció:
Abrazos, besos y caricias.



Y la respuesta de Hafsa:

Por tu vida, no se alegró el jardín con nuestra unión,
Sino que nos mostró rencor y envidia.
El río no aplaudía contento de tenernos cerca
Y cantaba la tórtola sus penas,
No pienses bien como acostumbras,
Pues no obran rectamente en todas partes.
No creo que el cielo mostrase sus estrellas
Salvo para espiarnos.



Elogio aquellos labios porque se
Lo que digo y conozco de lo que hablo,
Y les hago justicia, no miento ante Dios;
En ellos he bebido una saliva
Más deliciosa que el vino.




Y este contestó:

Me han llegado tus versos y parece
Que el cielo se ha cubierto de luceros para honrarme.
Hablan por ellos unos labios
Que mi boca ha jurado besar.


Envió mi saludo,
Que los cálices abren las flores,
Y que hace hablar a las palomas en las ramas,
A un amigo distante que vive en mis entrañas
Aunque mis ojos de verlo están privados.
No penséis que la ausencia me hace olvidaros,
Eso, por Dios, no ocurrirá jamás.

Si el no fuera una estrella, mis ojos,
Después de disfrutar su luz,
No estarían a oscuras ahora que estoy tan lejos de él.
Llegue el saludo, de la parte de un triste,
Hasta aquellas virtudes que se han ido
Llevándose su dicha y su alegría.

Preguntad a la nube palpitante,
Cuando la noche está tranquila,
Si ha pasado la noche con mi amado recordándome,
Ay, que a mi corazón le ha dado
Su palpitar y, por mi vida,
Ha ofrecido a mis párpados la lluvia
Con que se inundan mis mejillas.




A abu Ya´far

¿Voy yo a ti o tú vienes a mí?

Mi corazón acepta lo que digas.

A salvo te hallarás de la sed y del sol

cuando ocurra tu encuentro conmigo,

pues mi boca es dulce fuente cristalina,

las ramas de mi pelo, sombra umbrosa,

Respóndeme enseguida…



Y Abu Ya´far le contestó:

Está tan alta para visitarme
Mientras yo pueda ir, si encuentro el medio
No es el jardín el que visita,
Sino que a él acude
El débil soplo de la brisa




http://histoconocer.mforos.com/1585084/8047789-ar-rakuniyya/


martes, 16 de octubre de 2012

DE SILENCIO - CLARICE LISPECTOR


He venido a escribirte. Es decir, a ser
C. Lispector



Georgia O'Keeffe

En la extremidad de mí estoy yo. Yo, implorante, yo, la que necesita, la que pide, la que llora, la que se lamen­ta. Pero la que canta. La que dice palabras. ¿Palabras al viento? Qué importa, los vientos las traen de nuevo y yo las poseo.
Yo al lado del viento. La colina de los vientos aullan­tes me llama. Voy, bruja que soy. Y me transmuto.
Oh, cachorro, ¿dónde está tu alma? ¿Está cerca de tu cuerpo? Yo estoy cerca de mi cuerpo. Y muero len­tamente.
¿Qué estoy diciendo? Estoy diciendo amor. Y cerca del amor estamos nosotros. 

Clarice Lispector (Brasil, 1920-1977)
De Silencio
(Traducción: Cristina Peri Rossi) 



POESÍA ANDALUSÍ - AUSENCIA (*)



Sin cesar recorro con mis ojos los cielos,
por si viese la estrella que tú estás contemplando.

Pregunto a los viajeros de todas las tierras,
por si encontrara alguno que hubiese aspirado tu fragancia.

Cuando los vientos soplan, hago que me den en el rostro,
por si la brisa me trajese tus nuevas.

Voy errante por lo caminos, sin meta ni rumbo:
tal vez una canción me recuerde tu nombre.

Miro furtivamente, sin necesidad, a cuantos me encuentro,
por si atisbara un rasgo de tu hermosura.


Abu Bakr Al-Turtusi, (Tortosa, 1059- Alexandria, 1126)








(*) Mi amigo Pedro Mari (La Cueva Boreal) ha publicado esta entrada en su blog. Para mi ha sido una gran alegría, él es un erudito en todo lo concerniente a Al-Andalus, sobre todo en música, publica verdaderas preciosidades, es un sol de hombre y amigo. 

¡Gracias guapísimo! también me pierdo y busco nuevas sensaciones en tu Cueva Boreal.

Os dejo la entrada y así podréis disfrutar de su apasionante blog:

http://lacuevaboreal.blogspot.com.es/2012/10/ausencia-una-poesia-andalusi-en-el.html