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Mostrando las entradas para la consulta FRANCISCO DE GOYA ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas
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viernes, 6 de diciembre de 2013

EL VERDE EN EL ARTE - VERDE QUE TE QUIERO VERDE ...



Esta entrada estará dedicada al color más independiente de todos, al tono que contrapone ideas. El color de la vida y lo natural, lo tóxico, lo inhumano y lo infiel: El verde.


Mi madre, que era muy refranera, decía siempre "Quien con verde se atreve, por guapa se tiene". 


Muchos pintores se atrevieron con el verde, voy a traeros los que más me han gustado, empezando con mi pintor preferido.


Kees van Dongen


El verde tiene una importancia especialmente infalible. Se halla en un cruce de componentes altamente heterogéneos y es capaz de expresar un catálogo de emociones tan vasto que no viene a ser raro atragantarse.




Jan van Eyck


René Magritte

Guillermo Martí Ceballos


Vasili Kandinski


Marc Chagall

Edvard Munch

Henri Rousseau

Ramón Casas


El verde se desliza, viaja, se pervierte o glorifica. Los verdes lo dicen prácticamente todo. Y en una doble acepción: son capaces de pronunciarse en las más diferentes lenguas y pronuncian con asombrosa precisión el carácter del artista.




August Renoir

Paul Delvaux


Durante el siglo XV el verde fue el color de los burgueses, ya que su tinte era difícil de mantener en el tono original, pues los pigmentos no duraban ni resistían la luz o los lavados a los que eran sometidas las prendas de este color, esto, además de la impureza que implicaba la mezcla de materiales como arsénico para lograr su tonalidad, hizo que en algún momento de la historia, el verde se asociara a la infidelidad y debilidad. Durante la pintura de ese siglo, el verde era muy utilizado en las obras pictóricas y entre más brillante era el tono en la pintura, más dinero se había invertido en su creación.




El jardín de las delicias, El Bosco



Charles Curran


Gustav Coubert


Franz Von Stuck

Paul Gauguin

George Grosz


J. Romero de Torres

Frida Khalo

H. Anglada Camarasa

Catherine Abel

Edvard Hopper


La importancia y valor que se designa a cada color en las diferentes culturas y etapas del desarrollo histórico del ser humano, forma la concepción del mundo tal y como lo conocemos. Los colores dotan de significados al mundo que nos rodea y con él nuestro desarrollo y vida evoluciona constantemente. 





Jean Pierre Cassigneul

Xi Pan

Léon François Comerre

Dante Gabriel Rossetti

Tamara de Lempicka

Francisco Iturrino



Odiar o amar un color parece un contrasentido en la cosmología de la pintura. Todos los colores y tonos son bellos de acuerdo a su emplazamiento, su proporción y su convivencia.




Montserrat Gudiol

Detalle del Jardín de las Delicias, El Bosco

Pierre Bonnard

Matisse

Leonora Carrington

Francisco de Goya

Paul Klee

Van Gogh


Gustav Klimt

Suzanne Valandon

Pablo Picasso

Paul Ranson

Moïse Kisling



El verde es el cuarto color del arco iris y fue uno de los primeros pigmentos de origen vegetal usado por el hombre en la prehistoria.





lunes, 7 de octubre de 2013

LOS CUADROS PERDIDOS DE MATISSE



"La revelación me vino de Oriente"
Frase extraída de una carta escrita por Matisse en 1947



Que Matisse pasara el invierno de 1911 en Sevilla ya no es ninguna leyenda, es un dato más que fiable. Compartiendo habitáculo junto a su esposa Amélie en un hostal de la Plaza Nueva de la capital andaluza,  y estudio con su amigo el pintor cántabro Francisco Iturrino, al cual le unía una gran amistad desde los tiempos que trabajaron juntos en el taller de Gustave Moreau .

Parece ser que todo este interés por lo oriental le vine a Matisse tras asistir a una exposición denominada "La lección de Oriente" en Munich. El maestro curioso y motivado por la indagación del fauvinismo alemán. Surgido en Dresde pocos años antes, de la mano de Kirchner, Nolde y unos cuantos más que no vienen al caso, se topó de repente con el arte oriental.

Y como no; de primera mano como si el mundo fuese entero un museo del Louvre busca el investigar, explorar, beber de esa corriente artística que tanto le influenciaría posteriormente en su obra. 

Matisse se decide por Sevilla como puente de investigación entre París y África, se decide por ella al ser una ciudad de moda, impulsada quizás por ciertos artículos publicados por Juan Ramón Jiménez en la ciudad del Sena, en diarios y noticieros de tiradas célebres entre los círculos de vanguardia. 

El interés por el arte islámico hace que nuestro curioso pintor y hombre de infinitos recursos levante anclas, como tantas veces en su vida, y se decida a descubrir de primera mano el arte andalusí. De aquí partió para la Alhambra, donde pasó varios días en la pensión "Villa Carmona". ¡Vaya parece que todo se me queda en casa!

El caso real que me concierne; es que se cuenta que Matisse tuvo que salir de Sevilla deprisa y corriendo debido a una repentina enfermedad de su esposa Amélie, dejando abandonados cuadros, dibujos y bocetos.

De todo esto nos ofreció testimonio directo el desaparecido recientemente pintor y Catedrático de Dibujo Natural de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla; Don Miguel Pérez Aguilera.

Durante muchos años todo esto no fue más que una mera hipótesis, pues olvidada la corta estancia del ilustre pintor en Sevilla. Tan solo quedó en la capital la figura de Don Miguel, que se mantuvo expectante, reclamando los lienzos perdidos de Matisse. Indagó entre rastrillos, anticuarios, coleccionistas; Aún a sabiendas que podía ser más que probable que hubiesen terminados en la basura. Dado el desconocimiento del valor de las piezas y la carencia de cultura de vanguardia de sociedad sevillana.

Miguel Pérez Aguilera visitaba semanalmente el popular rastrillo del jueves, donde tantas veces se hallan restos históricos y verdaderas obras de arte sin un valor aparente al se le presupone en primera instancia. Recordemos los hallazgos del doctor Carriazo en piezas tartésicas o el recién hallazgo de un Goya, entre restos de lienzos rotos y de dibujos indescifrables.

De lo que realmente ocurriera ya todo es leyenda, pues no quedan testigos directos, tan solo ese hálito invisible que envuelve estas zonas del sur de Europa, tan dadas a dejarse dormitar confundiendo lo fantástico con las realidades. Los lienzos perdidos pasan a formar capitulo de las leyendas sevillanas.




Pero un momento; ¡Ojo! Que de repente aparecen dos bodegones fechados, catalogados y... como que creados en Sevilla; nada más y nada menos que en el museo del Ermitage en San Petersburgo.

Tituladas las obras; Interior I e Interior II, ambas fechadas en 1910-1911 y en Sevilla según el catálogo de Sophie Monneret. Parece ser que ambas obras fueron compradas por el amigo moscovita de Matisse; Sergei Shukin promotor de las vanguardias artísticas en París.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado, datos más que suficiente que avalaban el interés de Don Miguel a la busca y captura de las obras perdidas de Matisse. Que Matisse residiera en Sevilla es un hecho constatado, que se dejará atrás dibujos y obras acabadas pasa a formar parte de la leyenda.



viernes, 25 de mayo de 2012

LA MAJA DESNUDA Y LA MAJA VESTIDA DE GOYA




MAJA DESNUDA 
Autor: FRANCISCO DE GOYA Y LUCIENTES
Museo: MUSEO DEL PRADO
Material: ÓLEO SOBRE LIENZO


Estilo:


La Maja desnuda es la primera figura femenina de la historia de la pintura que muestra el vello púbico, poniendo de manifiesto su originalidad. Además, no es ninguna imagen mitológica sino una mujer de carne y hueso, una imagen moderna como más tarde haría Manet en su Olimpia. Por eso, la Maja desnuda tiene tanto éxito entre los numerosos visitantes del Museo del Prado, junto a su compañera, la Maja Vestida. 


Sobre ella se ha escrito una ingente cantidad de líneas que no han hecho sino aumentar la incógnita de su realización. En 1800 aparece citada en el gabinete de Godoy, por lo que sería anterior a esa fecha. Los tonos verdosos y blancos empleados por Goya corresponden a los utilizados en las obras de los últimos años del siglo XVIII, como los retratos de Jovellanos o de Josefa Bayeu. 


Algunos especialistas adelantan su ejecución hasta la época de los Duques de Osuna y sus hijos. Pero ahí no quedan las incógnitas, ya que también desconocemos quién las encargó. Todo hace apuntar a que ambas Majas fueron encargadas por Godoy para decorar su despacho junto a la Venus del espejo de Velázquez y otra Venus de la Escuela veneciana del siglo XVI, manifestando el gusto del valido de Carlos IV por las pinturas de desnudos femeninos, así como su poder, debido a la persecución que conllevaban estas obras, pero Godoy no tenía nada que temer; era el hombre más poderoso del país. 


También se apunta la posibilidad legendaria de que la Maja sea la Duquesa de Alba, Doña María del Pilar Teresa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, a quien Goya estaba estrechamente unido desde que enviudó ésta y se trasladaron juntos a Sanlúcar de Barrameda. Bien es cierto que su rostro no corresponde al de las Majas, pero es evidente que los rostros son estereotipados, como ya hacía en los cartones para tapiz, precisamente para que no fuera reconocida. Incluso se ha llegado a decir que es el rostro de la Duquesa visto desde abajo. 


El Duque de Alba exhumó los restos de su antepasada en 1945 para intentar restar veracidad a esta leyenda porque el cuerpo de la Maja sí corresponde con el de Doña Cayetana, con sus huesos pequeños, su cintura de avispa y sus grandes y separados senos. La postura provocativa de la Maja podría incluso sugerir que se trata de una prostituta de alto postín, que se ofrece al mejor postor. La mirada pícara y atrayente puede reforzar esta idea. 


La Inquisición mandó comparecer a Goya ante sus tribunales por haber pintado las Majas y los Caprichos, pero curiosamente el asunto fue sobreseído gracias a la intervención de un personaje poderoso, quizá el Cardenal don Luis de Borbón o, en último término, el propio Fernando VII, con quien el pintor no mantenía muy buenas relaciones, todo sea dicho. 


Pictóricamente, es una obra en la que destacan los tonos verdes, en contraste con los blancos y los rosas. La pincelada no es tan larga como acostumbra el artista, a excepción de los volantes de los almohadones, mientras que la figura, situada en primer plano, estaría realizada con mayor minuciosidad, en un enorme deseo de satisfacer al enigmático cliente que encargó las obras.





LA MAJA VESTIDA 
Autor: FRANCISCO DE GOYA Y LUCIENTES
Museo: MUSEO DEL PRADO
Material: ÓLEO SOBRE LIENZO


Estilo:


Las Majas se pueden considerar las obras maestras de Goya, tanto por la leyenda que existe a su alrededor como por las propias imágenes en sí. Hay que advertir que le causaron problemas con la Inquisición en 1815, de los que le libró alguien con poder, quizá el Cardenal don Luis de Borbón o, en último término Fernando VII, a pesar de que la relación entre ambos no era buena. 


La Maja Vestida tiene menos fama que la Maja Desnuda, pero no deja de ser igual de bella. Es una mujer de la aristocracia, por su traje de alto copete, tumbada en un diván sobre almohadones, en una postura claramente sensual porque se lleva los brazos detrás de la nuca. La pincelada empleada aquí por Goya es más suelta, más larga que en su compañera, lo que hace pensar que sería posterior. 


El primer director del Museo del Prado afirmó que la modelo era una protegida del padre Bari, amigo del artista, pero la opción que adquiere mayor credibilidad es que fueron encargadas por Godoy, valido de Carlos IV y hombre más poderoso de aquellos días, para decorar su gabinete, instaladas con un mecanismo de muelles que permitía el intercambio de ambos cuadros dependiendo de la visita. 


La Venus del espejo de Velázquez y una Venus de la Escuela italiana del siglo XVI serían sus compañeras. 


Para muchos espectadores, la Maja Vestida es más atractiva que su compañera por lo ajustado de sus vestidos y la postura provocativa, ya se sabe que muchas veces resulta más erótico insinuar que mostrar.




Fuente:




domingo, 8 de abril de 2012

GOYA - LUCES Y SOMBRAS - EXPOSICIÓN CAIXAFORUM BARCELONA


EL QUITASOL, 1777

Estas son algunas de las obras que se pueden ver en la exposición "Goya. Luces y Sombras" (16 de marzo - 24 de junio) en CaixaForum Barcelona.





Francisca Sabasa y García


La Lechera de Burdeos


La Vendimia, 1787


Las Brujas, el conjuro, 1798

Los Fusilamientos del 3 de Mayo, 1808

El Coloso, entre 1808 y 1812

La carga de los Mamelucos ó el 2 de Mayo, 1814

La Duquesa de Abrantes
AVES MUERTAS, 1806

EL PELELE, 1791
 
LA MAJA VESTIDA, 1800/1807

VUELO DE BRUJAS, 1797


LA GALLINA CIEGA, 1788


LA FERIA DE MADRID, 1778




Lápiz litográfico y lápiz negro sobre papel verjurado grisáceo.


Capricho, El sueño de la Razón

EL TORO MARIPOSA, 1824

G. 54. Aún aprendo, 1824/28 

Joven barriendo, 1795



Todos los cuadros provienen del Museo del Prado en Madrid. 






FRANCISCO DE GOYA Y LUCIENTESnació en el año 1746, en Fuendetodos, localidad de la provincia española de Zaragoza, hijo de un dorador de origen vasco, José, y de una labriega hidalga llamada Gracia Lucientes. Muere en 1828 en Burdeos. 

Nadie fue más sordo que Goya al siglo XIX, pese a haber cumplido en él casi tres décadas y haber sobrevivido a sus feroces guerras. Se quedó sordo de verdad cuando amanecía la centuria, pero no ciego. Y a fuer de mirar a su aire se convirtió en un visionario. Ese hombre cabal, lúcido y baturro gestó las pesadillas que creemos tan nuestras afincado en un Versalles provinciano y en una Ilustración de pueblo. La dieciochesca, acanallada España que le tocó vivir le valió para todo y para nada. Su tozudez y brío fueron su patrimonio: con tales alforjas saltó desde su infancia hasta la infancia de las vanguardias, que en el siglo XX lo reivindicaron como maestro. Nadie se explica aún ese raro fenómeno: fue un pintor y un profeta solitario venido desde antiguo hasta ahora mismo sin pasar por la Historia.