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lunes, 22 de julio de 2019

GALEANO - PATAS ARRIBA : EL MUNDO AL REVÉS

"La escuela del mundo al revés es la más democrática de las Instituciones educativas. No exige examen de admisión, no cobra matrícula y gratuitamente dicta sus cursos, a todos y en todas partes, así en la tierra como en el cielo: por algo es hija del sistema que ha conquistado, por primera vez en toda la historia de la humanidad, el poder universal.

En la escuela del mundo al revés, el plomo aprende a flotar y el corcho, a hundirse. Las víboras aprenden a volar y las nubes aprenden a arrastrarse por los caminos."


Maggie Taylor



Los modelos del éxito:

El mundo al revés premia al revés: desprecia la honestidad, castiga el trabajo, recompensa la falta de escrúpulos y alimenta el canibalismo. Sus maestros calumnian a la naturaleza: la injusticia, dicen, es ley natural. Milton Friedman, uno de los miembros más prestigiosos del cuerpo docente, habla de la “tasa natural de desempleo”. 

Por ley natural, comprueban Richard Herrnstein y Charles Murray, los negros están en los más bajos peldaños de la escala social. Para explicar el éxito de sus negocios, John D: Rockefeller solía decir que la naturaleza recompenza a los más aptos y castiga a los inútiles; y más de un siglo después, muchos dueños del mundo siguen creyendo que Darwin escribió sus libros para anunciarles la gloria.

¿Supervivencia de los más aptos? La aptitud más útil para abrirse paso y sobrevivir, el killing instinct, el instinto asesino, es virtud humana cuando sirve para que las empresas grandes hagan la digestión de las empresas chicas y para que los países fuertes devoren a los países débiles, pero es prueba de bestialidad cuando cualquier pobre tipo sin trabajo sale a buscar comida con un cuchillo en la mano. 

Los enfermos de la patología antisocial, locura y peligro que cada pobre contiene, se inspiran en los modelos de buena salud del éxito social. 

Los delincuentes de morondanga aprenden lo que saben elevando la mirada, desde abajo, hacia las cumbres; estudian el ejemplo de los triunfadores y, mal que bien, hacen lo que pueden para imitarles los méritos. 

Cuando un delincuente mata por alguna deuda impaga, la ejecución se llama ajuste de cuentas; y se llama plan de ajuste la ejecución de un país endeudado, cuando la tecnocracia internacional decide liquidarlo. 

El malevaje financiero secuestra países y los cocina si no pagan el rescate: si se compara, cualquier hampón resulta más inofensivo que Drácula bajo el sol. La economía mundial es la más eficiente expresión del crimen organizado. 

Los organismos internacionales que controlan la moneda, el comercio y el crédito practican el terrorismo contra los países pobres, y contra los pobres de todos los países, con una frialdad profesional y una impunidad que humillan al mejor de los tirabombas.





El arte de engañar al prójimo, que los estafadores practican cazando incautos por las calles, llega a lo sublime cuando algunos políticos de éxito ejercitan su talento. 

En los suburbios del mundo, los jefes de estado venden los saldos y retazos de sus países, a precio de liquidación por fin de temporada, como en los suburbios de las ciudades los delincuentes venden, a precio vil, el botín de sus asaltos.

Los pistoleros que se alquilan para matar realizan, en plan minorista, la misma tarea que cumplen, en gran escala, los generales condecorados por crímenes que se elevan a la categoría de glorias militares. 

Los asaltantes, al acecho en las esquinas, pegan zarpazos que son la versión artesanal de los golpes de fortuna asestados por los grandes especuladores que desvalijan multitudes por computadora. 

Los violadores que más ferozmente violan la naturaleza y los derechos humanos, jamás van presos. Ellos tienen las llaves de las cárceles. 

En el mundo tal cual es, mundo al revés, los países que custodian la paz universal son los que más armas fabrican y los que más armas venden a los demás países; 

Los bancos más prestigiosos son los que más narcodólares lavan y los que más dinero robado guardan; las industrias más exitosas son las que envenenan al planeta; y la salvación del medio ambiente es el más brillante negocio de las empresas que lo aniquilan. 

Son dignos de impunidad y de felicitación quienes matan la mayor cantidad de gente en el menor tiempo, quienes ganan la mayor cantidad de dinero con el menor trabajo y quienes exterminan la mayor cantidad de naturaleza al menor costo.

Caminar es una hazaña y respirar es un peligro en las grandes ciudades del mundo al revés. Quien no esta preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen. 

El mundo al revés nos entrena para ver al prójimo como una amenaza y no como una promesa, nos reduce a la soledad y nos consuela con drogas químicas y con amigos cibernéticos. 

Estamos condenados a morirnos de hambre, a morirnos de miedo o a morirnos de aburrimiento, si es que alguna bala perdida no nos abrevia la existencia.

¿Será esta libertad, la libertad de elegir entre esas desdichas amenazadas, nuestra única libertad posible?. 

El mundo al revés nos enseña a padecer la realidad en lugar de cambiarla, a olvidar el pasado en lugar de escucharlo y a aceptar el futuro en lugar de imaginarlo: así practica el crimen y así lo recomienda. 

En su escuela, escuela del crimen, son obligatorias las clases de impotencia, amnesia, resignación. Pero está visto que no hay desgracia sin gracia, ni cara que no tenga su contracara, ni desaliento que no busque su aliento. Ni tampoco hay escuela que busque su contraescuela.


"Hombre mirándose la nuca", René Magritte

"Lo mejor que el mundo tiene está en los muchos mundos que el mundo contiene, las distintas músicas de la vida, sus dolores y colores: las mil y una maneras de vivir y decir, creer y crear, comer, trabajar, bailar, jugar, amar, sufrir y celebrar, que hemos ido descubriendo a lo largo de miles y miles de años. 
La igualación, que nos uniformiza y nos emboba, no se puede medir. No hay computadora capaz de registrar los crímenes cotidianos que la industria de la cultura de masas comete contra el arcoiris humano y el humano derecho a la identidad. 
Pero sus demoledores progresos rompen los ojos. El tiempo se va vaciando de historia y el espacio ya no reconoce la asombrosa diversidad de sus partes. A través de los medios masivos de comunicación, los dueños del mundo nos comunican la obligación que todos tenemos de contemplarnos en un espejo único, que refleja los valores de la cultura de consumo.."




EDUARDO GALEANO





lunes, 15 de julio de 2019

ALEJANDRA PIZARNIK - QUISIERA HABLAR DE LA VIDA

Flor Garduño


"¿A qué, a qué
este deshacerme, este desangrarme,
este desplumarme, este desequilibrarme..?

¿Y qué si nos vamos anticipando
de sonrisa en sonrisa
hasta la última esperanza?

Quisiera hablar de la vida.
Pues esto es la vida,
este aullido, este clavarse las uñas
en el pecho, este arrancarse
la cabellera a puñados, este escupirse
a los propios ojos, sólo por decir,
sólo por ver si se puede decir:
"¿es que yo soy? ¿verdad que sí?
¿no es verdad que yo existo
y no soy la pesadilla de una bestia?".
Y con las manos embarradas
golpeamos a las puertas del amor.."

****

"Ella se desnuda en el paraíso
de su memoria
ella desconoce el feroz destino
de sus visiones
ella tiene miedo de no saber nombrar
lo que no existe.."

****

"He dado el salto de mí al alba.
He dejado mi cuerpo junto a la luz
y he cantado la tristeza de lo que nace.."

****

"Mensajeros en la noche anunciaron lo que no oímos.
Se buscó debajo del aullido de la luz.
Se quiso detener el avance de las manos enguantadas
que estrangulaban a la inocencia.

Y si se escondieron en la casa de mi sangre,
¿cómo no me arrastro hasta el amado
que muere detrás de mi ternura?

¿Por qué no huyo
y me persigo con cuchillos
y me deliro?

De muerte se ha tejido cada instante.
Yo devoro la furia como un ángel idiota
invadido de malezas
que le impiden recordar el color del cielo.

Pero ellos y yo sabemos
que el cielo tiene el color de la infancia muerta..."









ALEJANDRA PIZARNIK, era una mujer llena de preguntas, angustias y sinsabores. Era un alma atormentada, lo que describe a una mujer que sufría con el mundo, se sentía fuera del sistema, y eso la hacía sublime. Era consciente de la mediocridad y deshumanización del planeta y la canalizaba hacia su interior. 


domingo, 14 de julio de 2019

LOS PILARES DE LA SOCIEDAD - GEORGE GROSZ, EL ARTE COMO ARMA


George Grosz fue un ejemplo claro de que el Arte puede ser un arma de lucha y denuncia cuando el que maneja el pincel tiene conciencia social. Uno de los muchos ejemplos de ello es el cuadro que vemos a continuación "Los pilares de la sociedad".








Los pilares de la sociedad, George Grosz, 1926


El sarcasmo del título de este cuadro es sólo comparable al de la propia imagen, resumen de la crítica social de Grosz, que abarca a todos. Aparecen representantes de distintas clases con atributos y rasgos que los definen: el burgués, el político, el militar, el periodista y el cura que lo bendice todo indiscriminadamente. 


Un periodista ansioso abraza periódicos y lleva útiles de escritura a dos manos. Bizquea y su sombrero es un orinal. Un sacerdote obeso de nariz roja bendice sin atender con los ojos cerrados. El político con panfletos y libro patriótico pero con un cerebro de desechos humanos. Y un soldado nazi amenazante pero alcohólico.


(Detalle)


Detrás de los llamados pilares, el artista retrató un edificio en llamas con obreros cargando palas, marchando para la izquierda, mientras los soldados nazis marchaban para la derecha.



(Detalle)


Sus obras mostraron cadáveres de soldados, lisiados de guerra, mendigos hambrientos y también prostitutas callejeras. Su arte quería dejar claro que no hay victimas sin un causante y los causantes para Grosz eran la burguesía que se divierte y continúa su vida incluso durante la guerra, los militares y los políticos que provocan esa guerra, y los industriales que se favorecen de ella.

No es de extrañar que esta obra de Grosz fuera secuestrada por los nazis y que el artista tuviera que marchar al exilio.




George Grosz (1893-1959) es un artista que hace política. En la mejor tradición del arte político, no sólo es pintor, es, además, o sobre todo, dibujante y caricaturista. Desde los primeros momentos hay en su obra un profundo disgusto por la vida, disgusto que se convirtió en indignación con la guerra.
Se convirtió en un agitador que utilizaba su arte como arma contra su convulso país, lo que le ha valido comparaciones con Goya.
Se dedicó a quitar la careta a ese mundo que ahora conocía mejor. Con un análisis frío de la situación en Alemania, desmitifica y desenmascara a la burguesía y al ejército, destapando la podredumbre que hay en sus cerebros, bajo trajes y sombreros socialmente respetables. Esto casi le llevó ante un pelotón de fusilamiento. "Es verdad -escribía -, estoy contra la guerra, es decir, contra todo sistema que me encierre".

           "Mi arte debe ser fusil y sable"

lunes, 15 de enero de 2018

EDUARDO GALEANO - LOS NIÑOS: LOS DE ARRIBA, LOS DE ABAJO Y LOS DEL MEDIO

"CURSO BÁSICO DE INJUSTICIA"






(Primer capítulo de PATAS ARRIBA: "La escuela del mundo al revés" (1998) Eduardo Galeano.)


"Día tras día, se niega a los niños el derecho de ser niños. Los hechos, que se burlan de ese derecho, imparten sus enseñanzas en la vida cotidiana. El mundo trata a los niños ricos como si fueran dinero, para que se acostumbren a actuar como el dinero actúa. El mundo trata a los niños pobres como si fueran basura, para que se conviertan en basura. Y a los del medio, a los niños que no son ricos ni pobres, los tiene atados a la pata del televisor, para que desde muy temprano acepten, como destino, la vida prisionera. Mucha magia y mucha suerte tienen los niños que consiguen ser niños.

Los de arriba, los de abajo y los del medio En el océano del desamparo, se alzan las islas del privilegio. Son lujosos campos de concentración, donde los poderosos sólo se encuentran con los poderosos y jamás pueden olvidar, ni por un ratito, que son poderosos. En algunas de las grandes ciudades latinoamericanas, los secuestros se han hecho costumbre, y los niños ricos crecen encerrados dentro de la burbuja del miedo. Habitan mansiones amuralladas, grandes casas o grupos de casas rodeadas de cercos electrificados y de guardias armados, y están día y noche vigilados por los guardaespaldas y por las cámaras de los circuitos cerrados de seguridad. Los niños ricos viajan, como el dinero, en autos blindados. No conocen, más que de vista, su ciudad. Descubren el subterráneo en París o en Nueva York, pero jamás lo usan en San Pablo o en la capital de México.

Ellos no viven en la ciudad donde viven. Tienen prohibido este vasto infierno que acecha su minúsculo cielo privado. Más allá de las fronteras, se extiende una región del terror donde la gente es mucha, fea, sucia y envidiosa. En plena era de la globalización, los niños ya no pertenecen a ningún lugar, pero los que menos lugar tienen son los que más cosas tienen: ellos crecen sin raíces, despojados de la identidad cultural, y sin más sentido social que la certeza de que la realidad es un peligro. Su patria está en las marcas de prestigio universal, que distinguen sus ropas y todo lo que usan, y su lenguaje es el lenguaje de los códigos electrónicos internacionales. En las ciudades más diversas, y en los más distantes lugares del mundo, los hijos del privilegio se parecen entre sí, en sus costumbres y en sus tendencias, como entre sí se parecen los shopping centers y los aeropuertos, que están fuera del tiempo y del espacio. Educados en la realidad virtual, se deseducan en la ignorancia de la realidad real, que sólo existe para ser temida o para ser comprada.

Fast food, fast cars, fast life: desde que nacen, los niños ricos son entrenados para el consumo y para la fugacidad, y transcurren la infancia comprobando que las máquinas son más dignas de confianza que las personas. Cuando llegue la hora del ritual de iniciación, les será ofrendada su primera coraza todo terreno, con tracción a cuatro ruedas. Durante los años de la espera, ellos se lanzan a toda velocidad a las autopistas cibernéticas y confirman su identidad devorando imágenes y mercancías, haciendo zapping y haciendo shopping. Los ciberniños navegan por el ciberespacio con la misma soltura con que los niños abandonados deambulan por las calles de las ciudades.

Mucho antes de que los niños ricos dejen de ser niños y descubran las drogas que aturden la soledad y enmascaran el miedo, ya los niños pobres están aspirando gasolina o pegamento. Mientras los niños ricos juegan a la guerra con balas de rayos láser, ya las balas de plomo amenazan a los niños de la calle.

En América latina, los niños y los adolescentes suman casi la mitad de la población total. La mitad de esa mitad vive en la miseria. Sobrevivientes: en América latina mueren cien niños, cada hora, por hambre o enfermedad curable, pero hay cada vez más niños pobres en las calles y en los campos de esta región que fabrica pobres y prohíbe la pobreza. Niños son, en su mayoría, los pobres; y pobres son, en su mayoría, los niños. Y entre todos los rehenes del sistema, ellos son los que peor la pasan. La sociedad los exprime, los vigila, los castiga, a veces los mata: casi nunca los escucha, jamás los comprende.

Esos niños, hijos de gente que trabaja salteado o que no tiene trabajo ni lugar en el mundo, están obligados, desde muy temprano, a vivir al servicio de cualquier actividad ganapán, deslomándose a cambio de la comida, o de poco más, todo a lo largo y a lo ancho del mapa del mundo. Después de aprender a caminar, aprenden cuáles son las recompensas que se otorgan a los pobres que se portan bien: ellos, y ellas, son la mano de obra gratuita de los talleres, las tiendas y las cantinas caseras, o son la mano de obra a precio de ganga de las industrias de exportación que fabrican ropa deportiva para las grandes empresas multinacionales. Trabajan en las faenas agrícolas o en los trajines urbanos, o trabajan en su casa, al servicio de quien allá mande. Son esclavitos o esclavitas de la economía familiar o del sector informal de la economía globalizada, donde ocupan el escalón más bajo de la población activa al servicio del mercado mundial:

En los basurales de la ciudad de México, Manila o Lagos, juntan vidrios, latas y papeles, y disputan los restos de comida con los buitres; se sumergen en el mar de Java, buscando perlas; persiguen diamantes en las minas del Congo; son topos en las galerías de las minas del Perú, imprescindibles por su corta estatura y cuando sus pulmones no dan más, van a parar a los cementerios clandestinos; cosechan café en Colombia y en Tanzania, y se envenenan con los pesticidas; se envenenan con los pesticidas en las plantaciones de algodón de Guatemala y en las bananeras de Honduras; en Malasia recogen la leche de los árboles del caucho, en jornadas de trabajo que se extienden de estrella a estrella; tienden vías de ferrocarril en Birmania; al norte de la India se derriten en los hornos de vidrio, y al sur en los hornos de ladrillos; en Bangladesh, desempeñan más de trescientas ocupaciones diferentes, con salarios que oscilan entre la nada y la casi nada por cada día de nunca acabar; corren carreras de camellos para los emires árabes y son jinetes pastores en las estancias del río de la Plata; en Port-au-Prince, Colombo, Jakarta o Recife sirven la mesa del amo, a cambio del derecho de comer lo que de la mesa cae; venden fruta en los mercados de Bogotá y venden chicles en los autobuses de San Pablo; limpian parabrisas en las esquinas de Lima, Quito o San Salvador; lustran zapatos en las calles de Caracas o Guanajuato; cosen ropa en Tailandia y cosen zapatos de fútbol en Vietnam; cosen pelotas de fútbol en Pakistán y pelotas de béisbol en Honduras y Haití; para pagar las deudas de sus padres, recogen té o tabaco en las plantaciones de Sri Lanka y cosechan jazmines, en Egipto, con destino a la perfumería francesa; alquilados por sus padres, tejen alfombras en Irán, Nepal y en la India, desde antes del amanecer hasta pasada la medianoche, y cuando alguien llega a rescatarlos, preguntan: «¿Es usted mi nuevo amo?»; vendidos a cien dólares por sus padres, se ofrecen en Sudán para labores sexuales o todo trabajo.

Por la fuerza reclutan niños los ejércitos, en algunos lugares de África, Medio Oriente y América Latina. En las guerras, los soldaditos trabajan matando, y sobre todo trabajan muriendo; ellos suman la mitad de las víctimas en las guerras africanas recientes. Con excepción de la guerra, que es cosa de machos según cuenta la tradición y enseña la realidad, en casi todas las demás tareas, los brazos de las niñas resultan tan útiles como los brazos de los niños. Pero el mercado laboral reproduce en las niñas la discriminación que normalmente practica contra las mujeres: ellas, las niñas, siempre ganan menos que lo poquísimo que ellos, los niños, ganan, cuando algo ganan.

La prostitución es el temprano destino de muchas niñas y, en menor medida, también de unos cuantos niños, en el mundo entero. Por asombroso que parezca, se calcula que hay por lo menos cien mil prostitutas infantiles en los Estados Unidos, según el informe de UNICEF de 1997. Pero es en los burdeles y en las calles del sur del mundo donde trabaja la inmensa mayoría de las víctimas infantiles del comercio sexual. Esta multimillonaria industria, vasta red de traficantes, intermediarios, agentes turísticos y proxenetas, se maneja con escandalosa impunidad. En América latina, no tiene nada de nuevo: la prostitución infantil existe desde que en 1536 se inauguró la primera casa de tolerancia, en Puerto Rico.

Actualmente, medio millón de niñas brasileñas trabajan vendiendo el cuerpo, en beneficio de los adultos que las explotan: tantas como en Tailandia, no tantas como en la India. En algunas playas del mar Caribe, la próspera industria del turismo sexual ofrece niñas vírgenes a quien pueda pagarlas. Cada año aumenta la cantidad de niñas arrojadas al mercado de consumo: según las estimaciones de los organismos internacionales, por lo menos un millón de niñas se incorporan, cada año, a la oferta mundial de cuerpos.

Son incontables los niños pobres que trabajan, en su casa o afuera, para su familia o para quien sea. En su mayoría, trabajan fuera de la ley y fuera de las estadísticas. ¿Y los demás niños pobres? De los demás, son muchos los que sobran. El mercado no los necesita, ni los necesitará jamás. No son rentables, jamás lo serán. Desde el punto de vista del orden establecido, ellos empiezan robando el aire que respiran y después roban todo lo que encuentran. Entre la cuna y la sepultura, el hambre o las balas suelen interrumpirles el viaje. El mismo sistema productivo que desprecia a los viejos, teme a los niños. La vejez es un fracaso, la infancia es un peligro.

Cada vez hay más y más niños marginados que nacen con tendencia al crimen, al decir de algunos especialistas. Ellos integran el sector más amenazante de los excedentes de población. El niño como peligro público, la conducta antisocial del menor en América, es el tema recurrente de los Congresos Panamericanos del Niño, desde hace ya unos cuantos años. Los niños que vienen del campo a la ciudad, y los niños pobres en general, son de conducta potencialmente antisocial, según nos advierten los Congresos desde 1963. Los gobiernos y algunos expertos en el tema comparten la obsesión por los niños enfermos de violencia, orientados al vicio y a la perdición. Cada niño contiene una posible corriente de El Niño, y es preciso prevenir la devastación que puede provocar. En el primer Congreso Policial Sudamericano, celebrado en Montevideo en 1979, la policía colombiana explicó que «el aumento cada día creciente de la población de menos de dieciocho años, induce a estimar una mayor población POTENCIALMENTE DELINCUENTE». (Mayúsculas en el documento original) En los países latinoamericanos, la hegemonía del mercado está rompiendo los lazos de solidaridad y haciendo trizas el tejido social comunitario.

¿Qué destino tienen los nadies, los dueños de nada, en países donde el derecho de propiedad se está convirtiendo en el único derecho? ¿Y los hijos de los nadies? A muchos, que son cada vez más muchos, el hambre los empuja al robo, a la mendicidad y a la prostitución; y la sociedad de consumo los insulta ofreciendo lo que niega. Y ellos se vengan lanzándose al asalto, bandas de desesperados unidos por la certeza de la muerte que espera: según UNICEF, en 1995 había ocho millones de niños abandonados, niños de la calle, en las grandes ciudades latinoamericanas; según la organización Human Rights Watch, en 1993 los escuadrones parapoliciales asesinaron a seis niños por día en Colombia y a cuatro por día en Brasil.

Entre una punta y la otra, el medio. Entre los niños que viven prisioneros de la opulencia y los que viven prisioneros del desamparo, están los niños que tienen bastante más que nada, pero mucho menos que todo. Cada vez son menos libres los niños de clase media. Que te dejen ser o que no te dejen ser: ésa es la cuestión, supo decir Chumy Chúmez, humorista español. A estos niños les confisca la libertad, día tras día, la sociedad que sacraliza el orden mientras genera el desorden. El miedo del medio: el piso cruje bajo los pies, ya no hay garantías, la estabilidad es inestable, se evaporan los empleos, se desvanece el dinero, llegar a fin de mes es una hazaña.

Bienvenida, la clase de unos de los barrios más miserables de Buenos Aires. La clase media sigue viviendo en estado de impostura, fingiendo que cumple las leyes y que cree en ellas, y simulando tener más de lo que tiene; pero nunca le ha resultado tan difícil cumplir con esta abnegada tradición. Está la clase media asfixiada por las deudas y paralizada por el pánico, y en el pánico cría a sus hijos. Pánico de vivir, pánico de caer: pánico de perder el trabajo, el auto, la casa, las cosas, pánico de no llegar a tener lo que se debe tener para llegar a ser. En el clamor colectivo por la seguridad pública, amenazada por los monstruos del delito que acecha, la clase media es la que más alto grita. Defiende el orden como si fuera su propietaria, aunque no es más que una inquilina agobiada por el precio del alquiler y la amenaza del desalojo.

Atrapados en las trampas del pánico, los niños de clase media están cada vez más condenados a la humillación del encierro perpetuo. En la ciudad del futuro, que ya está siendo ciudad del presente, los teleniños, vigilados por niñeras electrónicas, contemplarán la calle desde alguna ventana de sus telecasas: la calle prohibida por la violencia o por el pánico a la violencia, la calle donde ocurre el siempre peligroso, y a veces prodigioso, espectáculo de la vida.."






Para entender cómo funciona el mundo al revés es necesario un curso básico de injusticia. 

“Este mundo, que ofrece el banquete a todos y cierra la puerta en las narices de tantos es, al mismo tiempo, igualador y desigual: igualador en las ideas y desigual en las oportunidades que brinda”.


miércoles, 16 de agosto de 2017

CHARLES BUKOWSKI - EL GENIO DE LA MULTITUD


Todo un genio de ser humano, odiado y querido, da igual, no se puede negar que sus poemas remueven conciencias. "El genio de la multitud", se trata de uno de esos poemas incómodos, que desnuda a esta sociedad con verdades como templos.





Hay suficiente traición y odio,
violencia.

Necedad en el ser humano corriente
como para abastecer cualquier ejercito o cualquier
jornada.

Y los mejores asesinos son aquellos
que predican en su contra.

Y los que mejor odian son aquellos
que predican amor.

Y los que mejor luchan en la guerra
son (al final) aquellos que
predican
PAZ.

Aquellos que hablan de Dios.

Necesitan a Dios
Aquellos que predican paz
No tienen paz.

Aquellos que predican amor
No tienen amor.

Cuidado con los predicadores
cuidado con los que saben.

Cuidado con
Aquellos que
Están siempre
Leyendo
Libros.

Cuidado con aquellos que detestan
la pobreza o están orgullosos de ella.

Cuidado con aquellos de alabanza rápida
pues necesitan que se les alabe a cambio.

Cuidado con aquellos que censuran con rapidez:
tienen miedo de lo que
no conocen.

Cuidado con aquellos que buscan constantes
multitudes; no son nada
solos.

Cuidado con
El hombre corriente
Con la mujer corriente
Cuidado con su amor.

Su amor es corriente, busca
lo corriente.

Al no ser capaces
de crear arte
no entenderán
el arte.

Considerarán su fracaso
como creadores
sólo como un fracaso
del mundo.

Al no ser capaces de amar plenamente
creerán que tu amor es
incompleto
y entonces te
odiarán.


Charles Bukowski 


jueves, 27 de abril de 2017

EL HOMBRE MEDIOCRE - JOSÉ INGENIERO. (Vale la pena recordarlo a propósito de cómo va este mundo inmundo)

"Seres desiguales no pueden pensar de igual manera. Siempre habrá evidente contraste entre el servilismo y la dignidad, la torpeza y el genio, la hipocresía y la virtud.."





Nos habla José Ingenieros:



"Cada cierto tiempo el equilibrio social se rompe a favor de la mediocridad. El ambiente se torna refractario a todo afán de perfección, los ideales se debilitan y la dignidad se ausenta; los hombres acomodaticios tienen su primavera florida.


Los gobernantes no crean ese estado de cosas; lo representan. El mediocre ignora el justo medio, nunca hace un juicio sobre sí, desconoce la autocrítica, está condenado a permanecer en su módico refugio.


El mediocre rechaza el diálogo, no se atreve a confrontar, con el que piensa distinto. Es fundamentalmente inseguro y busca excusas que siempre se apoyan en la descalificación del otro. Carece de coraje para expresar o debatir públicamente sus ideas, propósitos y proyectos. 


Se comunica mediante el monologo y el aplauso. Esta actitud lo encierra en la convicción de que él posee la verdad, la luz, y su adversario el error, la oscuridad.


Los que piensan y actúan así integran una comunidad enferma y más grave aún, la dirigen, o pretenden hacerlo.


El mediocre no logra liberarse de sus resentimientos, viejísimo problema que siempre desnaturaliza a la Justicia. 


No soporta las formas, las confunde con formalidades, por lo cual desconoce la cortesía, que es una forma de respeto por los demás. 


Se siente libre de culpa y serena su conciencia si disposiciones legales lo liberan de las sanciones por las faltas que cometió. La impunidad lo tranquiliza.


Siempre hay mediocres, son perennes. Lo que varía es su prestigio y su influencia. 


Hay más presencias personales que proyectos. La declinación de la “educación” y su confusión con “enseñanza” permiten una sociedad sin ideales y sin cultura, lo que facilita la existencia de políticos ignorantes y rapaces."


(Fragmento de "El hombre mediocre" de José Ingeniero)





"El tiempo descubre a los que tienen la moral en piezas, para mostrarla, aunque de su paño jamás corten un traje para cubrir su mediocridad".


sábado, 8 de abril de 2017

NOAM CHOMSKY - LAS DIEZ ESTRATEGIAS DE MANIPULACIÓN DE MASAS (NO OLVIDEMOS)





 Noam Chomsky

1. La estrategia de la distracción El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. ”Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.


2. Crear problemas y después ofrecer soluciones. Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.


3. La estrategia de la gradualidad. Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.


4. La estrategia de diferir. Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.


5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad. La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”)”.


6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión. Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…


7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad. Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.


8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…


9. Reforzar la autoculpabilidad. Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución!


10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen. En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídas y utilizados por las elites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.



Las 10 Estrategias de Manipulación (Sylvain Timsit). Ya las escribió en 2002 pero hoy en día siguen teniendo el mismo valor o más.


martes, 6 de diciembre de 2016

ME BLOQUEAN MI CUENTA DE FB






*.-  Pues no lograrán que me quede callada, tampoco que deje de publicar arte. Mi voz se seguirá oyendo, ya sea en pinturas que en poesía o literatura.

El miedo de los fascistas a todos los que nos atrevemos a dar rienda suelta a nuestras emociones es infinito. Aunque me da que el motivo del bloqueo no es este, ya se podrían haber buscado una excusa más convincente.


sábado, 9 de julio de 2016

MERCEDES SOSA "LA NEGRA" - NACE UN 9 DE JULIO, HOY LA RECORDAMOS



Mercedes Sosa también conocida como "La Negra", nació el 9 de julio de 1935 en San Miguel de Tucumán, Argentina.

Fue una de las voces progresistas más enérgicas en contra de la opresión, representando al hombre obrero que sufría el atropello y el abuso del poder.

Siempre se mostró a favor de las causas de la izquierda política, lo que representó un verdadero dolor de cabeza del régimen militar de los años 70 en Argentina. Amenazada de muerte en más de una ocasión, Mercedes se vio obligada a viajar al extranjero después que fue detenida en un recital de La Plata de 1978.


Musicalizó el poema "Como la cigarra" de María Elena Walsh de forma espectacular.


"Tantas veces me mataron
tantas veces me morí
sin embargo estoy aquí
resucitando.

Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal
por que me mato tan mal
y seguí cantando.

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.

Tantas veces me borraron
tantas desaparecí
a mi propio entierro fui
sola y llorando.

Hice un nudo en el pañuelo
pero me olvidé después
que no era la única vez
y seguí cantando.

Tantas veces me mataron
tantas resucitarás
cuántas noches pasarás
Desesperando.

A la hora del naufragio
y la de la oscuridad
alguien te rescatará
para ir cantando".







sábado, 4 de junio de 2016

¡¡ UN GRITO PARA REMOVER CONCIENCIAS !!

Niño geopolítico mirando el nacimiento del hombre nuevo (1943) Salvador Dalí



Un grito profundo por la deshumanización de la humanidad.
Un grito lleno de angustia, rabia, impotencia.
Un grito que llama a no olvidar la memoria histórica de toda Europa y, en lo que nos concierne, de nuestro país.
Un grito para que la cordura se implante en los corazones de todos los seres humanos.
Un grito para remover conciencias y despertar de este letargo que vivimos dentro de un mundo deshumanizado.
Un grito para que dejemos de mirar para otro lado cuando vemos injusticias.
Un grito por la paz, la empatía, la generosidad.
Un grito.
Solo un grito de cada uno, que hará que se convierta en un estruendo, una sola voz de todos juntos para intentar y permitir que vivamos en un mundo más tolerable.
Un grito de libertad y dignidad,
un grito de solidaridad ante tanta crueldad humana,
un grito,
solo un grito de cada uno, que salga del corazón y de las entrañas.




La Libertad guiando al pueblo, Eugène Delacroix, 1830



sábado, 19 de marzo de 2016

BERTRAND RUSSELL - PRINCIPIOS DE RECONSTRUCCIÓN SOCIAL

"Tres pasiones, simples pero abrumadoramente fuertes, han gobernado mi vida: el anhelo de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad."






Yo quiero preguntar: ¿qué es lo que constituye la maldad fundamental de nuestra sociedad moderna, lo que nosotros debemos abolir?

Hay dos contestaciones posibles a esta pregunta, y estoy seguro de que muchísima gente, de buena fe, se decidiría por la falsa. Respondería: la pobreza, cuando debería contestar: la esclavitud

Frente a frente cada día con los contrastes vergonzosos de la riqueza y la miseria, de grandes dividendos y pequeños sueldos, y dolorosamente consciente de la futilidad de intentar ajustar el equilibrio por medio de la caridad privada o pública, esta gente contestaría fríamente que quieren la abolición de la miseria.

La miseria es el síntoma; la enfermedad es la esclavitud. 

Los extremos de riqueza y miseria siguen inevitablemente a los extremos de libertad y esclavitud. La mayoría no está esclavizada porque es pobre, sino pobre porque está esclavizada. A pesar de ello, los socialistas han fijado demasiado frecuentemente su atención en la miseria material de los pobres, sin darse cuenta de que ésta se basa en la degradación espiritual del esclavo




¿Qué podemos hacer en bien del mundo mientras vivimos? 


En la vida cotidiana de la mayoría de las personas el miedo desempeña un papel de mayor importancia que la esperanza; están preocupadas pensando más en lo que los otros les puedan quitar que en la alegría que pudiesen crear en sus propias vidas y en las vidas de los que están en contacto con ellas.

No es así como hay que vivir. Aquellos cuyas vidas son provechosas para ellos mismos, para sus amigos o para el mundo, están inspirados por una esperanza y sostenidos por la alegría; ven en su imaginación las cosas como pudieran ser y el modo de realizarlas en el mundo. 

En sus relaciones particulares no se preocupan de encontrar el cariño o respeto de que son objeto; están ocupados en amar y respetar libremente, y la recompensa viene por sí, sin que ellos la busquen. En su trabajo no tienen la obsesión de los celos por sus rivales, sino que están preocupados con la cosa actual que tienen que hacer. No gastan en política, tiempo ni pasión defendiendo los privilegios injustos de su clase o nación; tienen por finalidad hacer el mundo en general más alegre, menos cruel, menos lleno de conflictos entre doctrinas rivales y más lleno de seres humanos que se hayan desarrollado libres de la opresión que empequeñece y frustra.


Muchos hombres y mujeres desearían servir a la Humanidad, pero están perplejos y su poder parece infinitesimal.  La desesperación se apodera de ellos; los que tienen las pasiones más fuertes sufren más por el sentido de su impotencia y están más propensos a la ruina espiritual por falta de esperanza. 

En tanto que creamos solamente en el inmediato futuro, no es mucho lo que podemos hacer. 
No podemos destruir el excesivo poder del Estado o de la propiedad privada.  

No podemos, en estos momentos y entre nosotros, llevar una nueva vida a la educación.  

Debemos reconocer que el mundo está gobernado con un espíritu erróneo y que un cambio de espíritu no puede venir de un día a otro.  

Debemos poner nuestras esperanzas en el mañana, tiempo en que lo que se piensa hoy por unos pocos sea el pensamiento común de muchos.  

Si tenemos valor y paciencia podemos pensar los pensamientos y sentir las esperanzas porque, más pronto o más tarde, serán inspirados los hombres, y la debilidad y el desaliento se convertirán en energía y ardor.  

Por esta razón, lo primero que debemos hacer es ser claros en nuestras propias mentes en cuanto a la clase de vida que creemos buena y a la clase del cambio que deseamos en el mundo. 






Bertrand Russell, capítulo VIII. "Lo que debemos hacer", "Cómo se puede organizar el mundo". (fragmentos), escrito en 1918.