Esa línea que nace de tus hombros,
Que se prolonga en brazos, después mano,
Esos círculos tangentes, geminados,
Cuyo centro en cono se resuelve,
Agudamente erguidos hacia los labios
Que ansiosos de los tuyos se desprenden.
Esas dos parábolas que te encierran
En el quebrar ondulado de cintura,
Las calipigias cicloides superpuestas
Al trazo de las columnas invertidas:
Tibios muslos de líneas envolventes,
Torneada espiral que no se extingue.
Esa curva tan suave que dibuja
Sobre tu vientre un arco reposado,
Ese triángulo oscuro que fulgura,
Camino y sello de la puerta de tu cuerpo,
Donde el estudio que de desnudo hago
Se transforma en cuadro terminado.
José Saramago
4 comentarios:
Placer en leerte, amiga. Beso
Esa línea, la silueta, es la intersección adonde todos llegamos, la puerta que antecede al luminoso deseo que nos humedece las manos y la boca. Esa línea, los cuerpos, es la carnal igualdad que nos hace, a unos y otros, semejantes, idénticos y, sin embargo, distintos en los pliegues recónditos de nuestra piel.
Un beso GRANDE
"...Tibios muslos de líneas envolventes,
Torneada espiral que no se extingue.",
Saramago, poeta de la realidad, inclusivo..., hermosa selección Reinamora, faltó sin duda también al Poeta, aun que se puede leer entrelineas, un "Elogio al saboreo", abrazos y besos a la distancia, acuérdate de la alforja...
Sublime, te sigo hace tiempo y me gustaría compartirte en el Facebook.
tienes perfil por ahí? gracias
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