Tiziano, Venere di Urbino - Venus de Urbino o "Venus del perrito" (1538). |
"De aquella vista pura y excelente
salen espíritus vivos y encendidos,
y siendo por mis ojos recibidos,
me pasan hasta donde el mal se siente;
éntrense en el camino fácilmente,
por do los míos, de tal calor movidos,
salen fuera de mí como perdidos,
llamados d'aquel bien que 'stá presente.
Ausente, en la memoria la imagino;
mis espiritus, pensando que la veían,
se mueven y se encienden sin medida;
mas no hallando fácil el camino
que los suyos entrando derretían
revientan por salir do no hay salida.."
(Garcilaso de la Vega, "Soneto VIII").
"El poeta describe la alteración que produce en él la presencia de la amada y el dolor que le causa su ausencia; para ello se sirve de conceptos de la medicina y filosofía antiguas, aplicados al enamoramiento ya por los representantes del dolce stil nuovo. Las teorías fisiológicas antiguas concebían la visión como la emisión de espíritus a través de los ojos procedentes del cerebro. El espíritu es un vapor sutil que se engendra por la combustión de los alimentos en la sangre, aunque el neoplatonismo le atribuye un origen astral, de donde desciende a través de las órbitas planetarias envolviendo y acompañando el alma hacia su destino terrestre."
( Garcilaso de la Vega, Obra poética y textos en prosa, p. 28).
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