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viernes, 14 de noviembre de 2014

POEMA 1 – ESPANTAPÁJAROS (OLIVERIO GIRONDO)




No sé me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! —y en esto soy irreductible— no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!

Ésta fue —y no otra— la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa.

¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado?

¡María Luisa era una verdadera pluma!




Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres.

¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. “¡María Luisa! ¡María Luisa!”… y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.

Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo.

¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera…, aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas! ¡Qué voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes la de pasarse las noches de un solo vuelo!

Después de conocer una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay una diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?

Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.




Oliverio Girondo









*.- (Imágenes, Mercedes Fittipaldi y Chagall)


domingo, 9 de noviembre de 2014

¿EN QUÉ PELDAÑO SALDRÁ EL SOL? - POESÍA Y MÚSICA EXQUISITA [VÍDEO]

"Me veo vivir
subiendo una escalera.
En un peldaño hay una espada,
en el siguiente un aguijón,
en el ulterior un gato
y luego veo una cerradura.
¿En qué peldaño saldrá el sol?"




El eterno retorno

Tantos amores idos y llegados
tantas guerras
ganadas y perdidas,
tantos días, tantas noches,
tantas sonrisas, tantas agonías,
tanta vida, tanta muerte,
evadida en el canto,
para que hoy, solitario,
me prepare de nuevo
a amar y a batallar,
a padecer los días y las noches,
a reír y a llorar,
a vivir y a esperar
la mano de la muerte,
que escondida me aguarda
detrás de cada canto

La fiesta perpetua
Mi historia está llena de silbidos y dédalos,
de voces y de veces, de jodidas preguntas,
de estaciones narradas para un inventario
de cicatrices y de resonancias.
Mi historia es una casa que envejece
con sus recintos intactos. Mi historia
es un cuerpo que habita entre estupores
y una boca que incendia las palabras
cuando bebe el amor. Mi historia debe ser
un banquete,
una fiesta perpetua
donde conviven el duende y el disturbio.

Júbilo

No faltarán palabras para cantar el júbilo,
siempre tendré un murmullo.
Para abrir el silencio,
para herir la clausura de la noche
siempre tendré en mis labios un balbuceo,
un canto, una balada,
nunca un eco que roce mi boca o mi destino.
Nunca vendré de nadie para alabar tu cáscara,
sobrarán los instantes para besarte íntegra.
No faltarán las sonrisas
ni goces en las ceremonias improvisadas.
Todo se hará a su tiempo y será pronto.
Ahora abandonémonos a este ocio invisible.





Poema cero

Hay hombres que cazan lagartijas con una mano podrida.
Hay hombres que beben miel en el mar para calmar la sed.
Hay quienes se ocultan en la transparencia para defecar.
Hay hombres que duermen en el fango para ver crecer los helechos.
Hay quienes no salen de su casa para poder viajar.
Hay hombres que no aman por temor a naufragar en alma ajena.
Hay hombres sin patria que padecen la despierta pesadilla de la suya.
Y hay quienes cantan en silencio desde el escondite de su tedio.


José Luis Díaz-Granados nació en Santa Marta, Colombia, en 1946. Es escritor, poeta, novelista, periodista cultural y profesor universitario. Como profesor impartió cursos de Técnicas Narrativas en el Instituto Internacional de Periodismo "José Martí", de La Habana, Cuba. Asimismo ha colaborado como redactor del Diccionario Enciclopédico de las Letras de América Latina (DELAL), Fundación Biblioteca Ayacucho, Caracas, Venezuela (1991) y como redactor de ensayos para la Colección “Guías de Lecturas”, de la Editorial Oveja Negra.  Asimismo fue miembro del Consejo Asesor para la Profesionalización del Artista, Ministerio de Educación Nacional desde 1991 hasta el año 2000. Ha sido Presidente de la Casa Colombiana de Solidaridad con los Pueblos, de la Unión Nacional de Escritores (UNE) y del Instituto Cultural “León Tolstoi” y del Consejo Consultivo Mundial de la Unión Hispanoamericana de Escritores (2009).






Voy a acompañar estos maravillosos poemas con una música exquisita, fascinante. ¡Disfruten!

"L'HEURE EXQUISE" de REYNALDO HAHN


L'heure exquise (La hora exquisita) es una de las canciones más conocidas de Reynaldo Hahn. Publicada en 1892.  Tema basado en un poema del gran poeta francés Paul Verlaine.


*.- Las pinturas son de Franz von Stuck



sábado, 8 de noviembre de 2014

A PROPÓSITO DE BERTOLT BRECHT Y SU COMPROMISO SOCIAL Y HUMANO


"Los bosques crecen todavía.
Los campos son fértiles todavía.
Las ciudades están en pie todavía.
Los hombres respiran todavía".




Bertold Brecht además de un excelente poeta y dramaturgo fue un intelectual fuertemente comprometido con los valores de la paz y la justicia. 

Brecht es hijo del desastre de la primera guerra mundial, del hundimiento de un mundo que apenas unos años atrás del estallido de la gran guerra no podía siquiera imaginar que una generación entera moriría entre el barro de las trincheras.

En esos años de aprendizaje, Brecht había anotado sus impresiones, con la llegada de la penuria tras la guerra, en cuadernos que él mismo fabricaba, envuelto en la efervescencia del expresionismo que inundaba el arte y la literatura, ese expresionismo que, pese a su radicalismo, no dejaba de ser un anticapitalismo romántico. 

"La brutalidad no viene de la brutalidad, sino de los negocios que, sin ella, ya no se llevarían a cabo. [...] Muchos de los escritores que hemos experimentado, horrorizados, el terror del fascismo, no hemos aprendido aún la lección, no hemos descubierto la raíz de la brutalidad que nos espanta. Persiste el peligro de considerar las crueldades inútiles" 









"El destino del hombre es el hombre mismo" 






Otto Reigbert, (Dibujo sobre una obra de teatro de Brecht)


¿Por qué es importante Brecht? 

En primer lugar, porque es el creador de una nueva forma estética, tanto en poesía como en teatro. Brecht es, para la crítica, uno de los dramaturgos más importantes del siglo XX. Pero también es un poeta inmenso, de una fertilidad creadora indiscutible. Tenía una gran facilidad para versificar y componer, lo hacía imitando las formas de sus poetas más admirados: Horacio, Schiller, Goethe, Villon, Rimbaud o Shakespeare. 

En segundo lugar, fue un hombre de teatro completo, tenía conocimientos musicales y una gran formación teatral, como demostró en su etapa de director del Berliner Ensemble, donde creó una nueva estética teatral que denominó teatro épico. 
Muchas son las obras de teatro de Brecht donde se puede encontrar su carácter antibelicista.

La leyenda del soldado muerto, uno de sus poemas más conocidos y quizás el más claramente antibélico, antimilitarista y pacifista que nunca escribió, donde plasma su experiencia en la guerra a través de la historia de un soldado muerto, desenterrado por sus superiores, que lo harán desfilar por el país en una larga marcha militar entre multitudes que aclaman entusiasmadas las heroicidades del soldado: 

"Al entrar en su quinto año, la guerra
no ofrecía perspectivas de paz;
el soldado sacó sus consecuencias y
murió de muerte heroica"


Esa es la etapa del joven iconoclasta Brecht que recorría las cervecerías de Augsburgo y Munich con su guitarra cantando sus poemas, que le gustaba el jazz, que tenía un aspecto estrambótico, se rapaba el pelo e iba desaliñado, con su gorra y chaqueta de cuero raídas, pero que seducía a cuantos le rodeaban, hombres y mujeres quedaban atrapados por su encanto. 



Es el Brecht que escribe Baal: 


"cada mañana voy al mercado 
donde se compran mentiras 
y con esperanza 
me pongo en la cola de los vendedores" 


Y Tambores en la noche: 

"Pero moriré en la flor de la vida
Sin que nadie me ame ni me eche de menos,
Conductor temerario de una máquina bélica.

Sin haber aprendido nada, menos al final,
Sin haber vivido más que repartiendo muerte,
No añorado por nadie, sólo por los carniceros". 




Dos obras de un nihilismo deslumbrante. 


Mientras en Baal, el protagonista, es un revolucionario que arremete contra todo lo establecido, el Kragler de Tambores en la noche es, al contrario, un ser asocial destruido por la guerra; se trata de un soldado (otra vez) que regresa del frente en busca de su novia y la encuentra a punto de casarse con otro. 

Observemos, asimismo, un fragmento del poema Elogio a la duda:

"¡Tú, que eres un dirigente, no olvides
que lo eres porque has dudado de los dirigentes!
¡Así que permite a los dirigidos
que duden!"


Y, desde luego que la lucha de clases también estará presente en toda su obra y las lecturas de Marx se evidencian, observemos otro fragmento de su conocido Elogio a la dialéctica


"Con paso firme se pasea hoy la injusticia. 
Los opresores se disponen a dominar otros diez 
mil años más. 

La violencia garantiza: "Todo seguirá igual". 

No se oye otra voz que la de los dominadores, 
y en el mercado grita la explotación: "Ahora es cuando empiezo" 
Y entre los oprimidos, muchos dicen ahora: 
"Jamás se logrará lo que queremos." 


El que siga vivo, que no diga: ¡jamás!
Lo seguro no es seguro.
Tal como está, no seguirá todo.
Cuando hayan hablado los dominadores
Hablarán los dominados.
¿Quién puede atreverse a decir jamás?


¿De quién depende que siga la opresión? De nosotros". 
O su poema "Para los de arriba"


"Hablar de comida es bajo. 
Se comprende porque 
ya han comido. 

Los de abajo tienen que irse del mundo 
sin saber lo que es 
comer buena carne. 

Para pensar de dónde vienen 
y a dónde van, 
en las noches hermosas 
están demasiado cansados. 


Todavía no han visto
el vasto mar y la montaña 
cuando ya su tiempo ha pasado. 

Si los que viven abajo 
no piensan en la vida de abajo, 
jamás subirán". 

O "El pan de los hambrientos ha sido comido"



"La carne ya ni se huele. En vano
se ha derramado el sudor del pueblo.

Los laureles
han sido talados.

De las chimeneas de las fábricas de 
municiones
sale humo".


O "A los que dudan"


"Nuestra causa va mal.
La oscuridad aumenta. Las fuerzas disminuyen.
Ahora, después de haber trabajado durante tanto tiempo
nos hallamos en una situación peor que al comienzo.
Sin embargo, el enemigo sigue ahí, más fuerte que nunca.
Sus fuerzas parecen acrecentadas y presenta un aspecto
invencible.

Aquello que dijimos, ahora parece falso: ¿Mucho o poco,
con qué contamos ya? ¿Somos lo que ha quedado,
marginados de la corriente de la vida?
¿Marcharemos hacia atrás, sin nadie que nos comprenda
y sin comprender a los demás?
¿No hemos tenido suerte?
Tú preguntas estas cosas. No esperes ninguna respuesta
salvo la tuya"





En 1956, poco antes de su muerte, el News Deuchland publica una carta de Brecht en contra del servicio militar obligatorio, a favor de la objeción de conciencia y en contra del rearme de Alemania. Hay que observar que la Guerra Fría ya ha estallado. 


La determinación de Brecht de secundar la objeción de conciencia y el desarme ha sido olvidada en la mayoría de sus biografías. La amenaza de guerra nuclear ya está presente, Brecht es muy consciente de esa situación, sus últimos poemas en Buckow demuestran la amargura de los últimos días de su vida. Es de ese momento el poema El cambio de rueda: 

"Estoy sentado en el arcén.
El conductor cambia la rueda.
No estoy a gusto allí de donde vengo.
No estoy a gusto allí hacia donde voy.
¿Por qué observo impaciente 
el cambio de rueda?"


Valga, para terminar, su Epitafio:


"Escapé de los tigres
alimenté a las chinches
comido vivo fui
por las mediocridades"




"El hombre contra el hombre", Hans Slavos, 1916. (Litografía sobre una obra de Brecht).


"Desgraciado el país que necesita héroes"