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sábado, 12 de julio de 2014

RETRATO DE MADAME X - JOHN SINGER SARGENT

En el París de la Belle Époque, el pintor John Singer Sargent (1856-1925) produjo contra su voluntad, un sonado escándalo a raíz del retrato titulado Madame X.

Os explico:

Retrato de Madame x o de Madame Virginie Avegno Gautreau

En cuanto el pintor Sargent conoció a Madame Gautreau, ofreció al marido inmortalizarla "en el esplendor de su belleza" mediante un retrato de gran formato. El banquero, sintiéndose halagado, accedió.  Ella posó para el pintor en el castillo que el banquero tenía en la campiña de Bretaña. El vestido elegido para modelar fue uno de amplísimo escote, de color negro, para resaltar al máximo la espléndida blancura de su tez. Así, cuando Sargent concluyó el retrato, de 2 metros de alto, en 1884 , lo inscribió para exposición en el Salón de la Pintura Parisina.

Así nos lo explica el gran Isaac Asimov:

"Cuando la belleza más célebre de París, Madame Virginie Avegno Gautreau, fue presentada por el pintor realista John Singer Sargent en su obra maestra Madame X, exactamente como era, superficial, egocéntrica, vestida de manera inmodesta, el público se escandalizó, Madame Gautreau se puso histérica, y el pintor fue obligado a retirarse a Londres" . 

"A veces, insinuar es más pecaminoso que enseñar... Pese a que Manet ya hubiese pintado y mostrado desnudos femeninos, el retrato de una mujer vestida con un largo vestido negro alborotó, durante la primavera del año 1884, a la mojigata moral burguesa de la Tercera República francesa. 

El cuadro de dos metros de alto representa (delante de la oscuridad del fondo parduzco) a una veinteañera de elegante figura, de pie y apoyándose sobre una mesa de estilo Imperio con su mano derecha, mientras con la otra se sube el bajo de su larga falda de raso negro. El corpiño, inusualmente sin camisola, de terciopelo y donde se aprecia su pronunciado y generoso escote y con una llamativa cintura de «avispa», contrasta con la palidez de su blanquecina piel. Y con tirantes de pedrería, uno de los cuales se desliza sensualmente por su hombro derecho, da el aspecto que va ha desprenderse 
del vestido fácilmente, en el acto. Parece que invita a ser seducida, para yacer posteriormente con ella. Con el rostro de la modelo de perfil hacia su izquierda, da una sensación atrayente y provocativa, y a la vez, es distante y altiva. Supuso la condena y el ostracismo de sus protagonistas: el pintor y su musa." 

"Para la época, finales del siglo XIX, fue una bofetada primero para la burguesía y segundo a esa gente que sufría de penurias económicas en esa Europa pre revolución industrial. Presentó el cuadro en la exposición de 1888 en Paris con el título de “Madame Pierre Gautreau”, siendo tal el clamor popular por tan “descabellado” retrato que Sargent decidió retirarlo de la muestra. Años más tarde, 1916, cuando vendió la pintura al Museo de Arte Metropolitano de Nueva York le cambió el nombre por el de: “Madame X”, repintando el tirante sobre su hombro derecho para tratar de poner fin al escándalo. La foto de abajo es como se veía el cuadro el día de la exposición parisina, antes del cambio en el tirante."


Isaac Asimov. 

Todo por "el tirante caído"

Foto original del cuadro

La prensa formuló una pregunta envenenada: "¿El retrato representa el instante previo a la caída del vestido?". La identidad de la modelo se reconoció al instante (la no había servido de nada). Los periódicos fueron implacables: "¿Cómo permitió el banquero Gautreau que su mujer posara semidesnuda durante largas sesiones, ante otro hombre ?" 


El pintor en su taller recomponiendo el famoso tirante, 1884

John Singer Sargent. (Florencia, 1856-Londres, 1925), autorretrato

El retrato que hace Sargent de Madame x, en 1884, que fue uno de los favoritos del artista, es considerado actualmente uno de sus mejores trabajos. Sin embargo, al vetar sus obras en una exposición del Salón de París (1884) provocó que Sargent se fuera a vivir a Londres y, además, decidió retratar sólo a las bellezas exóticas de la época, como Rosina Ferrara de Capri o la modelo española expatriada Carmela Bertagna. 

A lo largo de su carrera, Sargent creó más de 900 óleos y más de dos mil acuarelas, así como una cantidad innumerable de esbozos al carbón. Alrededor de 1910 Sargent se empezó a especializar en la pintura de paisajes. Como concesión a la insaciable demanda de retratos, siguió haciéndolos, en forma de rápidos esbozos al carboncillo, que él llamó "Mugs". 

En los tiempos en los que el arte se divide en estilos bien característicos, como el Impresionismo, el Fauvismo y el Cubismo, Sargent practicaba el Realismo, que toma como referencia a Velázquez.



Fuentes:

http://falconvoy.blogspot.com.es/
http://arocenablow.blogspot.com.es/



EDUARDO GALEANO NOS HABLA DE GAZA

Palestina. Cartel de NOAZ

GAZA

Por Eduardo Galeano


Para justificarse, el terrorismo de Estado fabrica terroristas: siembra odio y cosecha coartadas. Todo indica que esta carnicería de Gaza, que según sus autores quiere acabar con los terroristas, logrará multiplicarlos.

Desde 1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. No pueden ni respirar sin permiso. Han perdido su patria, sus tierras, su agua, su libertad, su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir sus gobernantes. Cuando votan a quien no deben votar, son castigados. Gaza está siendo castigada. Se convirtió en una ratonera sin salida, desde que Hamas ganó limpiamente las elecciones en el año 2006. Algo parecido había ocurrido en 1932, cuando el Partido Comunista triunfó en las elecciones de El Salvador. Bañados en sangre, los salvadoreños expiaron su mala conducta y desde entonces vivieron sometidos a dictaduras militares. La democracia es un lujo que no todos merecen.
Son hijos de la impotencia los cohetes caseros que los militantes de Hamas, acorralados en Gaza, disparan con chambona puntería sobre las tierras que habían sido palestinas y que la ocupación israelí usurpó. Y la desesperación, a la orilla de la locura suicida, es la madre de las bravatas que niegan el derecho a la existencia de Israel, gritos sin ninguna eficacia, mientras la muy eficaz guerra de exterminio está negando, desde hace años, el derecho a la existencia de Palestina. Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa.

Los colonos invaden, y tras ellos los soldados van corrigiendo la frontera. Las balas sacralizan el despojo, en legítima defensa. No hay guerra agresiva que no diga ser guerra defensiva. Hitler invadió Polonia para evitar que Polonia invadiera Alemania. Bush invadió Irak para evitar que Irak invadiera el mundo. En cada una de sus guerras defensivas, Israel se ha tragado otro pedazo de Palestina, y los almuerzos siguen. La devoración se justifica por los títulos de propiedad que la Biblia otorgó, por los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió, y por el pánico que generan los palestinos al acecho.

Israel es el país que jamás cumple las recomendaciones ni las resoluciones de las Naciones Unidas, el que nunca acata las sentencias de los tribunales internacionales, el que se burla de las leyes internacionales, y es también el único país que ha legalizado la tortura de prisioneros. 

¿Quién le regaló el derecho de negar todos los derechos? ¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando la matanza de Gaza? 

El gobierno español no hubiera podido bombardear impunemente al País Vasco para acabar con ETA, ni el gobierno británico hubiera podido arrasar Irlanda para liquidar a IRA. ¿Acaso la tragedia del Holocausto implica una póliza de eterna impunidad? ¿O esa luz verde proviene de la potencia mandamás que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos?


El ejército israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quién mata. No mata por error. Mata por horror. Las víctimas civiles se llaman daños colaterales, según el diccionario de otras guerras imperiales. En Gaza, de cada diez daños colaterales, tres son niños. Y suman miles los mutilados, víctimas de la tecnología del descuartizamiento humano, que la industria militar está ensayando exitosamente en esta operación de limpieza étnica.

Y como siempre, siempre lo mismo: en Gaza, cien a uno. Por cada cien palestinos muertos, un israelí.

Gente peligrosa, advierte el otro bombardeo, a cargo de los medios masivos de manipulación, que nos invitan a creer que una vida israelí vale tanto como cien vidas palestinas. Y esos medios también nos invitan a creer que son humanitarias las doscientas bombas atómicas de Israel, y que una potencia nuclear llamada Irán fue la que aniquiló Hiroshima y Nagasaki.

La llamada comunidad internacional, ¿existe?

¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro?

Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declamaciones altisonantes, las posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada impunidad.

Ante la tragedia de Gaza, los países árabes se lavan las manos. Como siempre. Y como siempre, los países europeos se frotan las manos.

La vieja Europa, tan capaz de belleza y de perversidad, derrama alguna que otra lágrima mientras secretamente celebra esta jugada maestra. Porque la cacería de judíos fue siempre una costumbre europea, pero desde hace medio siglo esa deuda histórica está siendo cobrada a los palestinos, que también son semitas y que nunca fueron, ni son, antisemitas. Ellos están pagando, en sangre contante y sonante, una cuenta ajena.

Fuente:


jueves, 10 de julio de 2014

HERMANN HESSE Y GEORGES SEURAT - DESVARIEMOS CON DOS GRANDES


"Y me contó la historia de un muchacho enamorado de una estrella. Adoraba a su estrella junto al mar, tendía sus brazos hacia ella, soñaba con ella y le dirigía todos sus pensamientos. Pero sabía, o creía saber, que una estrella no podría ser abrazada por un ser humano. Creía que su destino era amar a una estrella sin esperanza; y sobre esta idea construyó todo un poema vital de renuncia y de sufrimiento silencioso y fiel que habría de purificarle y perfeccionarle. Todos sus sueños se concentraban en la estrella. Una noche estaba de nuevo junto al mar, sobre un acantilado, contemplando la estrella y ardiendo de amor hacia ella. En el momento de mayor pasión dio unos pasos hacia adelante y se lanzó al vacío, a su encuentro. Pero en el instante de tirarse pensó que era imposible y cayó a la playa destrozado. No había sabido amar. Si en el momento de lanzarse hubiera tenido la fuerza de creer firmemente en la realización de su amor, hubiese volado hacia arriba a reunirse con su estrella.
(...)

Las cosas que vemos son las mismas cosas que llevamos en nosotros. No hay más realidad que la que tenemos dentro. Por eso la mayoría de los seres humanos viven tan irrealmente; porque creen que las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su propio mundo interior manifestarse. Se puede ser muy feliz así, pero cuando se conoce lo otro, ya no se puede elegir el camino que elige la mayoría". Demian (fragmento)



El ser no nos ha sido dado. Somos un río solo
Y dócilmente en toda forma confluimos:
Tanto la noche como el día, catedral o caverna,
Todo lo atravesamos, pues nos arrastra la sed por existir.
Así llenamos forma tras forma sin descanso,
Y ninguna llega a ser patria, ni dicha, ni necesidad,
Siempre de viaje, huéspedes para siempre,
No nos llaman el campo ni el arado, tampoco crece el pan para nosotros.
(..) Hermann Hesse, (Lamento)

¡Qué extraño es vagar en la niebla!
En soledad piedras y sotos.
No ve el árbol los otros árboles.
Cada uno está solo.

Lleno estaba el mundo de amigos
cuando aún mi cielo era hermoso.
Al caer ahora la niebla
los ha borrado a todos.

¡Qué extraño es vagar en la niebla!
Ningún hombre conoce al otro.
Vida y soledad se confunden.
Cada uno está solo.

Hermann Hesse, (En la niebla)



"Cuando alguien busca, suele ocurrir que sus ojos solo ven aquello que anda buscando, y ya no logra encontrar nada ni se vuelve receptivo a nada porque sólo piensa en lo que busca, porque tiene un objetivo y se halla poseído por él. Buscar significa tener un objetivo, pero encontrar significa ser libre, estar abierto, carecer de objetivos..." Hermann Hesse, (fragmento de Siddhartha)





*.- Todas las pinturas son de Georges Seurat.

He pensado que juntar a Hermann Hesse y Georges Seurat era delicioso, cada uno expresa cómo vivimos y qué somos con su arte.


“Lo mejor, lo más bello, lo más apetecible del mundo solo puede pagarse con la propia alma, lo mismo que el amor no puede comprarse. Y si alguien posee un alma no pura, no capaz del bien o al menos de creer en el bien, tampoco poseerá sensibilidad suficiente para lo mejor y más noble y tendrá que contemplarse para siempre con la imagen empequeñecida, ajada, borrosa, del mundo que sus pensamientos, para propia tortura y pobreza, se han forjado” 
Hermann Hesse