Google Translate

English plantillas curriculums vitae French cartas de amistad German Spain cartas de presentación Italian xo Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

domingo, 15 de junio de 2014

LA MUJER GITANA - H. ANGLADA CAMARASA Y LORCA

Baile flamenco, 1902

El baile gitano fue uno de motivos predilectos del pintor Hermen Anglada-Camarasa, quien ya en los primeros años de estancia en París se sintió atraído por esta temática folclórica, que hacía tiempo estaba de moda en Europa, y en la que dio protagonismo a la figura femenina. 

Fue en París alrededor de 1900 cuando creó sus primeras obras sobre este tema, paralelamente a las escenas nocturnas. Las gitanas de apariencia exótica, expresivas, con cuerpos ondulantes y vestidos de vivos colores, fueron su objeto predilecto, acompañadas en sus bailes por guitarristas. 


Zambra

Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas la están mirando
y ella no puede mirarlas.

Lorca, romancero gitano


Gitanas y perros

Arabesco

Baile gitano



(...) Sobre el rostro del aljibe
se mecía la gitana.
Verde cama, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche se puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos
en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.

Lorca, romancero gitano


La gitana de las granadas


La imagen de la mujer gitana y desafiante resultaba muy atractiva, y se convirtió en personificación del tópico exótico español tan buscado por los extranjeros, hasta el punto de considerarla versión española de la femme fatale.

Anglada compartió esta pasión por el baile gitano, y por el espectáculo que en sí significaba, hasta tal punto que nunca dejó de realizar este tipo de escenas, le permitían profundizar en el interés por la anatomía del cuerpo femenino en frenesí gracias a un baile que requería tanta expresividad.


Andares de gitanas

Gitana con niño

Gitana  paseando

La Carmen está bailando
por las calles de Sevilla.
Tiene blancos los cabellos
y brillantes las pupilas.

¡Niñas,
corred las cortinas!

En su cabeza se enrosca
una serpiente amarilla,
y va soñando en el baile
con galanes de otros días.

¡Niñas,
corred las cortinas!

Las calles están desiertas
y en los fondos se adivinan,
corazones andaluces
buscando viejas espinas.

¡Niñas,
corred las cortinas!

Lorca, Baile, cante jondo.


Desnudo bajo la parra, 1913


Dibujo preparatorio para desnudo bajo la parra, 1909.





Gitana desnuda bailando




Acompañando a estas pinturas, presento además varios dibujos que el artista realizó a modo de apuntes, y que fueron concebidos probablemente a raíz de su interés por el estudio del movimiento, en los que se aprecia el carácter intuitivo y sensual de la danza.


jueves, 12 de junio de 2014

SI HAS PERDIDO TU NOMBRE - ROBERTO JUARROZ

Banqueros en acción, Remedios Varo

Si has perdido tu nombre,
recobraremos la puntada de las calles
más solas
para llamarte sin nombrarte.

Si has perdido tu casa,

despistaremos a los guardianes de la
cárcel
hasta dejarlos con su sombra y sin sus
muros.



El pobre, Remedios Varo

Si has perdido el amor,
publicaremos un gran bando de palomas
desnudas
para atravesar la vida y darte tiempo.

Si has perdido tus límites,
recorreremos el cruento laberinto
hasta alzar otra forma desde el fondo.



El Rey, Remedios Varo

Si has perdido tus ecos o tu origen,
los buscaremos, pero hacia adelante,
en el templo final de los orígenes.

Solamente si has perdido tu pérdida,
cortaremos el hilo
para empezar de nuevo.

                                                Roberto Juarroz


sábado, 7 de junio de 2014

FERNANDO PESSOA - EL LIBRO DEL DESASOSIEGO (siempre acudo a él cuando siento que el mundo se me cae)

Johanna Perdu


¡Ah! ¿Quién me salvará de existir? No quiero la muerte, tampoco la vida, sino esa otra cosa que resplandece en el fondo de mi deseo angustiado, como un diamante imaginado en el fondo de una cavema a la que no se puede acceder. Es todo el peso, todo el dolor de este universo real e imposible, de ese cielo, estandarte de un ejército desconocido, de esos tonos que empalidecen lentamente en un aire ficticio, donde el cuarto creciente de una luna imaginaria emerge en una blancura eléctrica y petrificada, recortada por bordes lejanos e insensibles. 


Fernando Pessoa, el libro del desasosiego.