TRADUCE A TU IDIOMA

martes, 22 de abril de 2014

EL DIARIO DE FRIDA KHALO - UN ÍNTIMO AUTORRETRATO

En 1944, Frida sufre una serie de complicaciones médicas que la llevan a estar postrada durante largo tiempo y comienza entonces a escribir su diario íntimo. Este diario estará lleno de emociones, poesía y arte.









Publicado por primera vez en su totalidad, el Diario ilustrado de Frida Kahlo refleja los últimos diez años de una vida turbulenta este documento, a veces apasionado, otras sorprendente e íntimo, custodiado bajo llave durante aproximadamente cuarenta años, revela nuevos rasgos de la compleja personalidad de esta destacada artista mexicana.














El diario de 170 páginas, abarca el período que va desde 1944 a 1954, aparte de recoger los pensamientos, poemas y sueños de Frida, pone de manifiesto la tormentosa relación que mantuvo con Diego Rivera, quien fue su marido y el pintor más famoso de México.








Las setenta acuarelas (expresivos esbozos, numerosos autorretratos de gran elegancia y algunos cuadros terminados) proporcionan distintas visiones del proceso creativo de la artista y, al mismo tiempo, muestran con qué frecuencia acudía a su diario para desarrollar las ideas que posteriormente plasmaría en sus lienzos.











"La pintura ha llenado mi vida. He perdido tres hijos y otra serie de cosas que hubiesen podido llenar mi horrible vida. La pintura lo ha sustituido todo. Creo que no hay nada mejor que el trabajo".


Sufre mucho, mucho, y en 1950 será operada 6 veces, sufrirá la amputación de un pie y quedará relegada a una silla de ruedas; sólo la morfina calma su dolor físico y espiritual.









Sobre Diego dijo:


"No hablaré de Diego como de mi esposo porque sería ridículo. Diego no ha sido jamás ni será "esposo" de nadie. Tampoco como de un amante, porque él abarca mucho más allá de las limitaciones sexuales, y si hablara de él como de mi hijo, no haría sino describir o pintar mi propia emoción, casi mi autorretrato y no el de Diego."






CARTA DE AMOR de FRIDA KAHLO A DIEGO RIVERA:

"México, 1953

Sr. mío Don Diego:




Escribo esto desde el cuarto de un hospital y en la antesala del quirófano. Intentan apresurame pero yo estoy resuelta a terminar ésta carta, no quiero dejar nada a medias y menos ahora que sé lo que planean, quieren herirme el orgullo cortándome una pata... Cuando me dijeron que habrían de amputarme la pierna no me afectó como todos creían, NO, yo ya era una mujer incompleta cuando le perdí, otra vez, por enésima vez quizás y aún así sobreviví.

No me aterra el dolor y lo sabes, es casi una condición inmanente a mi ser, aunque si te confieso que sufrí, y sufrí mucho, la vez, todas las veces que me pusiste el cuerno, no sólo con mi hermana sino con otras tantas mujeres.

¿Cómo cayeron en tus enredos? Tú piensas que me encabroné por lo de Cristina pero hoy he de confesarte que no fue por ella, fue por ti y por mi, primero por mi porque nunca he podido entender ¿qué buscabas, qué buscas, qué te dan y qué te dieron ellas que yo no te di? Porque no nos hagamos pendejos Diego, yo todo lo humanamente posible te lo di y lo sabemos, ahora bien, cómo carajos le haces para conquistar a tanta mujer si estás tan feo hijo de la chingada.

Bueno el motivo de esta carta no es para reprocharte más de lo que ya nos hemos reprochado en esta y quién sabe cuántas pinches vidas más, es sólo que van a cortarme una pierna (al fin se salió con la suya la condenada). Te dije que yo ya me hacía incompleta de tiempo atrás, pero ¿qué puta necesidad de que la gente lo supiera? Y ahora ya ves, mi fragmentación estará a la vista de todos, de ti. 

Por eso antes que te vayan con el chisme te lo digo yo "personalmente", disculpa que no me pare en tu casa para decírtelo de frente pero en éstas instancias y condiciones ya no me han dejado salir de la habitación ni para ir al baño. No pretendo causarte lástima, a ti ni a nadie, tampoco quiero que te sientas culpable de nada, te escribo para decirte que te libero de mí, vamos, te "amputo" de mi, sé feliz y no me busques jamás. 

No quiero volver a saber de ti ni que tú sepas de mí, si de algo quiero tener el gusto antes de morir es de no volver a ver tu horrible y bastarda cara de malnacido rondar por mi jardín.

Es todo, ya puedo ir tranquila a que me mochen en paz.


Se despide quien le ama con vehemente locura,


Su Frida."









"El surrealismo es la sorpresa mágica de encontrar un león en el armario donde una quería tomar una camisa"



Descarga del libro en pdf:

http://www.mav.org.es/documentos/ENSAYOS%20BIBLIOTECA/Kettenmann,%20Andrea%20-%20Frida%20Kahlo.pdf



lunes, 21 de abril de 2014

ORÁCULO - IRENE SÁNCHEZ CARRÓN

Emil Nolde. Máscaras, 1911



No cruzaste aquel puente
y su remota voz de musgo
se enredará por siempre entre tus pasos.

Te dio miedo bajar las escaleras
y un negro precipicio de peldaños
se abrirá a tus pies cada mañana.

Desde hoy
todos los lechos
donde busques descanso
se llenarán de pozos
y caerán confundidos
tu rostro y sus caretas.


Irene Sánchez Carrón, nació en 1967 en Navaconcejo, pueblo situado en el Valle del Jerte (Cáceres). Extremadura.


domingo, 20 de abril de 2014

WISLAWA SZYMBORSKA - DESPEDIDA DE UN PAISAJE


"Así como no podemos sostener mucho tiempo una mirada, tampoco podemos sostener mucho tiempo la alegría". R. Juarroz


tarjeta-collage de Wislawa Szymborska



No le reprocho a la primavera
que llegue de nuevo.
No me quejo de que cumpla
como todos los años
con sus obligaciones.

Comprendo que mi tristeza
no frenará la hierba.
Si los tallos vacilan
será sólo por el viento.

No me causa dolor
que los sotos de alisos
recuperen su murmullo.

Me doy por enterada
de que, como si vivieras,
la orilla de cierto lago
es tan bella como era.

No le guardo rencor
a la vista por la vista
de una bahía deslumbrante.

Puedo incluso imaginarme
que otros, no nosotros,
estén sentados ahora mismo
sobre el abedul derribado.

Respeto su derecho
a reír, a susurrar
y a quedarse felices en silencio.

Supongo incluso
que los une el amor
y que él la abraza a ella
con brazos llenos de vida.

Algo nuevo, como un trino,
comienza a gorgotear entre los juncos.
Sinceramente les deseo
que lo escuchen.

No exijo ningún cambio
de las olas a la orilla,
ligeras o perezosas,
pero nunca obedientes.
Nada les pido
a las aguas junto al bosque,
a veces esmeralda,
a veces zafiro,
a veces negras.

Una cosa no acepto.
Volver a ese lugar.
Renuncio al privilegio
de la presencia.
Te he sobrevivido lo suficiente
como para recordar desde lejos.





Wislawa Szymborska, (Polonia, 1923-2012), (además de escritora y premio nobel, se sentía artista. A ese ámbito de su capacidad creadora se dedicaba con pasión en su tiempo libre. Hacía tarjetas-collage desde su juventud que después enviaba a sus amigos y conocidos). 


"Nada sucede dos veces ni va a suceder, por eso sin experiencia nacemos, sin rutina moriremos"

sábado, 19 de abril de 2014

POEMA TONTO V - SILVIA DELGADO


(A veces el miedo nos
corta las alas,
ata nuestras manos
y nos atenaza la mirada)


Didier Lourenço


Soy una mujer y tengo miedo.
No a la muerte que ha de llegar tarde o temprano.
No a la soledad que tantas veces me hace compañía.
Tengo miedo a despertarme un día entre bostezos, a mirar pa otro lado, a dejar por las esquinas la ternura con la que contemplo el mundo.
Tengo miedo a cerrar por dentro mi corazón, a coser sus párpados, a sellar sus labios.
Tengo miedo a dejarme caer y clavar las rodillas en una rendición egoísta.
Tengo miedo a que tú ya no me importes.

O tú,
o tú
o tus banderas.

Tengo miedo, joder.
Tengo miedo a perder el coraje.
Tengo miedo a firmar con la indiferencia un armisticio.
A declararme en permanente apatía.

En definitiva:

Tengo miedo a vivir esta vida sin una pizca de rebeldía.


POEMA TONTO V - SILVIA DELGADO - (Ella, Silvia, lo dice mejor, sus palabras me taladran, por tanta certidumbre)

http://silviadelgadofuentes.blogspot.com.es/


viernes, 18 de abril de 2014

LO INNOMINADO - JOSEFA PARRA


Una tristeza del tamaño de un pájaro. 

Un aro limpio, una oquedad, un siglo. 
Este pasar despacio sin sonido, 
esperando el gemido de lo oscuro. 


Vicente Aleixandre


William Etty

Lo sabíamos ambos,
por eso era superfluo repetirlo (también eso sabíamos),
aunque a veces la noche se encarnizara en darnos
las palabras más bellas, por si acaso crecían.

Esas veces que faltaba un mal minuto
para que hubiese chispas rodando por el suelo,
y había que apartar los ojos, y amarrarse
los lazos casi sueltos de la triste cordura.


Porque también sabíamos que era cosa de locos,
desvarío extremado (aunque, sí, delicioso)
y que era necesario extirparlo de golpe,
o sacarle los ojos, o cortarle las manos,
para que no saliese
a la luz y mostrase
su inocencia perfecta, que no iba a entender nadie.


Josefa Parra, De "Elogio a la mala yerba" 1996

MI ADIÓS A GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ



"Fermina, he esperado esta oportunidad durante 51 años, nueve meses y cuatro días. Tanto tiempo así la he amado, desde el primer momento en que posé mis ojos en usted, hasta ahora. Le repito nuevamente el juramento de mi fidelidad eterna y mi amor para siempre
No le temo a la muerte, le temo a la vejez.
Le ruego me permita hacer borrón y cuenta nueva. La edad no tiene realidad, salvo en el mundo físico. La esencia de un ser humano se resiste al paso del tiempo. Nuestras vidas son eternas, lo que significa que nuestros espíritus siguen siendo tan juveniles y vigorosos como cuando estábamos en plenitud. Piense en el amor como un estado de gracia no el medio para nada, sino el alfa y el omega. Un fin en sí mismo. 
- Te amo, mi diosa coronada.
- No lo dices en serio.
- ¿Y hasta cuándo crees que podemos seguir así?
- Toda la vida.
- ¿Toda la vida?
Después de 53 años, siete meses y 11 días con sus noches, mi corazón finalmente estaba pleno. Y descubrí, para mi alegría, que es la vida y no la muerte la que no tiene límites."


Gabriel García Márquez, (Fragmento del amor en tiempos del cólera)


Considerado uno de los escritores más populares y leídos de habla hispana. Sus novelas más conocidas son Cien años de soledad (1967), El otoño del patriarca (1975),Crónica de una muerte anunciada (1981), El amor en los tiempos del cólera (1985), El general en su laberinto (1989), entre otros.

miércoles, 16 de abril de 2014

HIPERIÓN O EL EREMITA EN GRECIA - FRIEDRICH HÖLDERLIN - EL AMOR Y LA NATURALEZA COMO UNA ARMONÍA INDISOLUBLE

Johann Christian Friedrich Hölderlin es una de las cumbres de la lírica alemana de todos los tiempos. 
La poesía de Hölderlin, a un tiempo lírica, reflexiva, filosófica y mítica, clásica e innovadora, musical y profunda, no ha cesado de propagarse y de ser estudiada y admirada. 
Su literatura contiene una creación profética. Su obra es la precursora del estilo rítmico de Nietzsche, de la lírica de Verlaine y Baudelaire y de todo lo que hoy pugna por encontrar la más moderna poesía. 




Si existe un autor que haya sabido plasmar en palabras aquello que no puede ser descrito. Si hay una obra literaria que habla directamente al alma del lector con un lenguaje más musical  que escrito, más allá de las ideas, del pensamiento y de la razón. Si la obra de arte total que soñara Wagner al crear sus operas, pudiera ser encerrada en negro sobre blanco en las hojas del papel, ese autor sería Friedrich Hölderlin y esa obra total sería "Hiperion, o el eremita en Grecia".

Dicha novela nace entre los años 1794 y 1795, y fue publicada en parte por Schiller en su revista "Thalia".

La construcción de un mundo nuevo, y el amor hacia una mujer especialmente bella son los ejes de esta joya literaria. 




¡Querido!, ¿qué sería la vida sin esperanza? Una chispa que salta del carbón y se extingue, o como cuando se escucha en la estación desapacible una ráfaga de viento que silba un instante y luego se calma, ¿eso seríamos nosotros? [...] ¿Quién dice al niño que la madre no le rechazará el pecho? Y ya ves, sin saberlo la busca. Nada viviría si no tuviera esperanzas.

(Hölderlin, Hiperión, I.1)

El Greco

Toda la obra esta sostenida sobre sólidos pilares líricos que van conduciendo suavemente al lector hacia la Grecia clásica, donde nuestro Hiperión sueña con un mundo distinto al que vive. Sueña, quiere traer nuevamente un mundo ya desaparecido y poco recordado por sus contemporáneos. 

Imaginaba una sociedad ideal de hombres libres unidos por el amor, la belleza y la virtud, una verdadera comunidad.

Para Hölderlin, cuya norma será siempre la Naturaleza, el Estado es un sistema maquínico que se opone violentamente al orden armónico natural. Y aunque en ocasiones el poeta reconozca la dificultad o incluso la imposibilidad de sustituir tal orden en términos históricos y, en consecuencia, de liberarse completamente de la maquinaria estatal, jamás cambiará su negativa valoración del Estado. 

Hölderlin era un crítico radical de los nuevos modos de alienación generados por la recién nacida sociedad burguesa. Y, en este aspecto, puede ser considerado un precursor de la crítica socialista. 

El modelo para enjuiciar la nueva sociedad burguesa no es otro que la Atenas de la época clásica. Atenas es una comunidad de hombres libres fuertemente vinculados por lazos sagrados de socialidad. En cierto modo, el opuesto absoluto de la sociedad mercantil que contempla a los hombres como individuos, como átomos perfectamente intercambiables. Anti-estatismo, anti-burguesismo y republicanismo o democratismo radical son, a mi entender, rasgos esenciales del pensamiento político de Hölderlin. Todos ellos hacen de él, no un liberal, sino un libertario.


Leed:


¿Pretendéis que me apacigüe? ¿Que domine
este amor ardiente y gozoso, este impulso
hacia la verdad suprema? ¿Que cante
mi canto del cisne al borde del sepulcro
donde os complacéis en encerrarnos vivos?
¡Perdonadme!, mas no obstante el poderoso impulso que lo arrastra
el oleaje surgente de la vida
hierve impaciente en su angosto lecho
hasta el día en que descansar en su mar natal.
La viña desdeña los frescos valles,
los afortunados jardines de la Hesperia
sólo dan frutos de oro bajo el ardor del relámpago
que penetra como flecha el corazón de la tierra.
¿Por qué moderar el fuego de mi alma
que se abrasa bajo el yugo de esta edad de bronce?
¿Por qué, débiles corazones, querer sacarme
mi elemento de fuego, a mí que sólo puedo vivir en el combate?
La vida no está dedicada a la muerte,
ni al letargo el dios que nos inflama.
El sublime genio que nos llega del Éter
no nació para el yugo.
Baja hacia nosotros, se sumerge, se baña
en el torrente del siglo; y dichosa, la náyade
arrastra por un momento al nadador,
que muy pronto se sumerge, su cabeza ceñida de luces.
¡Renunciad al placer de rebajar lo grande!
¡No habléis de vuestra felicidad!
¡No plantéis el cedro en vuestros potes de arcilla!
¡No toméis al Espíritu por vuestro siervo!
¡No intentéis detener los corceles del sol
y dejad que las estrellas prosigan su trayecto!
¡Y a mí, no me aconsejéis que me someta,
no pretendáis que sirva a los esclavos!
Y si no podéis soportar la hermosura,
hacedle una guerra abierta, eficaz.
Antaño se clavaba en la cruz al inspirado,
hoy lo asesinan con juiciosos e insinuantes consejos.
¡Cuántos habéis logrado someter
al imperio de la necesidad! ¡Cuántas veces
retuvisteis al arriesgado juerguista en la playa
cuando iba a embarcarse lleno de esperanza
para las iluminadas orillas del Oriente!
Es inútil: esta época estéril no me retendrá.
Mi siglo es para mí un azote.
Yo aspiro a los campos verdes de la vida
y al cielo del entusiasmo.


¡Enterrad, oh muertos, a vuestros muertos,
celebrad la labor del hombre, e insultadme.
Pero en mí madura, tal como mi corazón lo quiere,
la bella, la vida Naturaleza!

***

¡Ah, cuántas palabras huecas y cuántas extravagancias se han dicho! Sin embargo, todo nace del deseo y todo acaba en la paz. Como riñas entre amantes son las disonancias del mundo. En la disputa está latente la reconciliación, y todo lo que se separa vuelve a encontrarse. Las arterias se dividen, pero vuelven al corazón y todo es una única, eterna y ardiente vida».

(Hölderlin, Hiperión, II.2)



El Greco

El amor como construcción de un mundo nuevo, y el amor hacia la mujer como pasaje hacia ese mundo, esta quizás sea una de las posibles lecturas del libro.

El símbolo de lo femenino como belleza que se desprende de la naturaleza, y amar como continuación de la armonía con esa naturaleza y respeto hacia el orden del universo.

La encarnación de ese símbolo de trascendencia que es la mujer esta encarnado en la joven Susette Gontard, que él llama Diotima. La contemplación de sus dones es para el personaje un regalo de los dioses "… no he conocido a nadie tan carente de necesidades, tan divinamente sobrio"


Diótima es el amor, y el amor significa esa posibilidad de redención, de transfiguración, de retorno, de armonía con el otro y con el todo. Porque el poeta en su infatigable lucha de volver a los orígenes desea retornar a lo semejante, y el amor es aquello en donde lo semejante se une a lo semejante, la alianza que une a todos los seres en la plenitud. El amor eterno representa la alianza que une a todos los seres en el origen, y el amor es símbolo del origen ya que, engendró al mundo y es por tanto, sagrado.



Susette Gontard
En ella personifica las más sublimes aspiraciones de su espíritu, en ella se encarna su amor a la alegría, su amor a la bondad sin disimulo, su amor a la belleza. La busca. La encuentra. La pierde luego y llora por ella.
Con estas palabras:
"Sólo de vez en cuando puedo hablar un par de palabras sobre ella. Necesito olvidar todo lo que ella es, si debo hablar de ella. Tengo que fingirme como que vivió en tiempos antiguos, como si supiera algo de ella por una narración, si no quiero ser apresado por su retrato viviente y consumirme en el éxtasis y en el dolor, si no quiero morir la muerte de la alegría por ella y por ella la muerte del dolor.

¿No era ella para mí? Decidme hermanas del destino, ¿no era ella para mí? ¡A las fuentes puras pongo por testigos, y a los árboles inocentes que nos escucharon, y a la luz del día, y al Éter! ¿No era ella para mí? ¿No estaba unida a mí en cada nota de la vida?

¿Dónde está el ser que fuera tan capaz de conocerla como el mío? ¿En qué espejo se juntaban como en mí los rayos de aquella luz? ¿No tembló de alegría ante su propio esplendor cuando por primera vez lo descubrió en mi alegría? ¡Ah! ¿dónde está el corazón que, como el mío, le diera su plenitud y la recibiera de ella, que hubiera estado allí sólo para proteger el suyo, como hacen las pestañas con el ojo?

No eramos sino una flor, y nuestras almas vivían una en otra como la flor cuando ama y oculta sus tiernas alegrías en su cerrado cáliz".




Podéis descargar el libro aquí:


*.- Nota del Traductor:

"Porque aunque Hiperión o el eremita en Grecia se subtitula "novela" es uno de los textos más poéticos que se han escrito nunca en prosa. Y un gran libro, desde luego. 
Infinitamente más valioso que el Werther goetheano, que durante tanto tiempo ha pasado por la obra alemana más significativa de aquel periodo. Y no hay color. 
El Hiperión de Hölderlin va mucho más allá que el Werther. Tiene una primera lectura, ingenua, lineal, en la que descubrimos una historia de amor, de amor y muerte, y a poco que sepamos de la biografía del poeta que la escribió y de la transposición que en la obra hace de sus propios amores con Suzette Gontard, la mujer del banquero de Francfort que le fascinó y a quien fascinó, nos impresiona y nos emociona. 
Pero si profundizamos en el libro, si se tiene la suerte, como yo la tuve, de desmenuzarlo palabra a palabra y frase a frase, de releerlo infinidad de veces puliendo y afinando mi versión, uno va descubriendo que además de la historia amorosa, hay en Hiperión una multiplicidad de sentidos y significados que trascienden la narración para entrar en el mundo de la filosofía, de la reflexión histórica y política, de las grandes preguntas del hombre ante el mundo." 


Jesús Munarriz.


martes, 15 de abril de 2014

ANNA AJMÁTOVA - RÉQUIEM

No, no estaba bajo un ajeno firmamento,
ni bajo el amparo de unas ajenas alas,
estaba entonces con mi pueblo,
allí donde mi pueblo, por desgracia, estaba.




Retrato de Anna Ajmátova, Nathan Altman, 1914

RÉQUIEM



EN LUGAR DE UN PRÓLOGO
En los terribles años del terror de Yezhov hice cola durante siete meses delante de las cárceles de Leningrado. Una vez alguien me “reconoció”. Entonces una mujer que estaba detrás de mí, con los labios azulados, que naturalmente nunca había oído de mi nombre, despertó del entumecimiento que era habitual en todas nosotras y me susurró al oído (allí hablábamos todas en voz baja):
-¿Y usted puede describir esto?
Y yo dije:
-Puedo.
Entonces algo como una sonrisa resbaló en aquello que una vez había sido su rostro.
[1ro de Abril, 1957. Leningrado]
DEDICATORIA
Las montañas se doblan ante tamaña pena
y el gigantesco río queda inerte.
Pero fuertes cerrojos tiene la condena,
detrás de ellos sólo “mazmorras de la trena”
y una melancolía que es la muerte.
Para quién sopla la brisa ligera,
para quién es el deleite del ocaso –
Nosotras no sabemos, las mismas por doquiera,
sólo oímos el odioso chirriar de llaves carceleras
y del soldado el pesado paso.
Nos levantamos como para la misa de madrugada,
caminábamos por la ciudad incierta,
para encontrar una a la otra, muerta, inanimada,
bajo el sol o la niebla del Neva más cerrada,
más la esperanza a lo lejos canta cierta…
La sentencia… y las lágrimas brotan de repente,
ya de todo separada,
como arrancan la vida al corazón, dolorosamente,
como si hacia atrás la derribaran brutalmente,
pero marcha… vacila… aislada…
¿Dónde están ahora aquellas compañeras del azar,
de mis años de infierno desnudo?
¿En la borrasca siberiana cuál es su soñar,
qué imaginan en el círculo lunar?
A vosotras os envío mi adiós y mi saludo.
[Marzo, 1940]
INTRODUCCIÓN
Esto fue cuando el que muerto estaba
sólo sonreía, de su paz alegrado.
E inútil, colgante, columpiaba
junto a sus prisiones Leningrado.
Y cuando de tormento enloquecido
el condenado al regimiento marchaba,
y una corta cantinela de despido
el silbido de los trenes cantaba.
Las estrellas de la muerte constantes,
Rusia inocente de dolores repleta
debajo de aquellas botas sangrantes
y las ruedas de las negras furgonetas.
1
Al alba te llevaron,
como a un entierro tras de ti mi salida,
en la oscura alcoba los niños lloraron,
ante el santo quedaba la vela derretida.
En tus labios el frío de un ícono.
Sudor de muerte en la frente no olvido.
Como las mujeres de Streliezki pregono
bajo las torres del Kremlin mi alarido.
[Noviembre, 1935, Moscú]
2
El Don apacible, apacible pasa,
entra la luna amarilla en la casa.
Entra, sesgada su gorrilla,
una sombra ve la luna amarilla.
Esta mujer, su enfermedad,
esta mujer es – soledad.
El marido en la tumba, el hijo en prisión,
rezad por mí una oración.
[1938]
3
No, no soy yo, es otra la que sufre.
Yo no podría. Que ensombren
lo ocurrido negros velos
y retiren los faroles…
Noche.
[1939]
4
Si te hubieran dicho, bromeadora,
la preferida de todos los amigos,
de Tsarkoie Selo alegre pecadora,
lo que sucedería en la vida contigo.
Cómo las trescientas, con tus presentes,
ante “Las Cruces” en fila esperas
y cómo con tus lágrimas ardientes
del año nuevo el hielo derritieras.
Cómo de la prisión el álamo se mece
y no se oye nada – pero cuánta
vida inocente allí fenece…
[1938]
5
Diecisiete meses grito,
a la casa te reclamo,
al verdugo ayer suplico,
por ti mi hijo y mi espanto.
Todo se enreda sin nombre
ya no sé diferenciar
quien es la bestia o el hombre,
si la ejecución he de esperar.
Sólo flores polvorientas,
incensario, tintineo, huellas
a cualquier y a ninguna parte.
A los ojos me mira lanzada
y de pronto desastre me amenaza
una estrella gigante.
6
Las semanas en un vuelo acaban,
de lo ocurrido no sé dar razón.
Cómo, hijo mío, en la prisión
las noches blancas te miraban
cómo ellas vuelven a verte
con ojo ardiente de azor,
de tu alta cruz en redor
hablan – y sobre la muerte.
[Primavera de 1939]
7
El veredicto
Y cayó la palabra petrificada
en mi pecho vivo todavía.
No importa, de hecho estaba preparada,
fuera como fuere, lo superaría.
No es hoy para mí día de calma:
necesito acabar con la memoria,
necesito petrificar el alma,
necesito recomenzar mi historia –
si no… el caliente susurro del verano,
tal fiesta viene a mi ventana abierta.
Lo había presentido ha ya lontano –
un día radiante y la casa desierta.
[22 de junio, 1939 – Casa Fontanka ] 

(...)


ANNA  AJMÁTOVA 
(Rusia, 1889-1966)

Escritora, poeta y traductora.

Poeta de gran influencia en la poesía rusa. Su famosa obra maestra Requiem (1935-1940) expone el terror estalinista. Su trabajo toca varios temas que incluyen el tiempo y la memoria, el destino de la mujer creadora y las dificultades para vivir y escribir bajo el régimen de Stalin, y especialmente las tribulaciones de las mujeres que esperaban pacientemente, aunque con gran dolor e impotencia, fuera de los muros de la prisión, para enviar un mensaje o un pan a sus maridos, hijos o amantes.


Luego de la muerte de Stalin, la importancia del trabajo poético de Ajmátova fue reconocida a regañadientes, incluso por los oficiales del partido, y se publicó una edición censurada de su obra, aunque su obra Requiem nunca fue publicada en la Unión Soviética.


Su notoriedad aumentó luego de su muerte, y fue en su centenario que, Requiem, uno de los grandes pilares de la poesía del siglo XX, finalmente fue publicado en su tierra natal. 


"Unos van por un sendero recto,
otros caminan en círculo,
añoran el regreso a la casa paterna
y esperan a la amiga de otros tiempos.
Mi camino, en cambio, no es ni recto, ni curvo,
llevo conmigo el infortunio,
voy hacia nunca, hacia ninguna parte,
como un tren sobre el abismo."



***


lunes, 14 de abril de 2014

ERNESTO CARDENAL - ANTOLOGÍA POÉTICA


Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido:
yo porque tú eras lo que yo más amaba
y tú porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti
pero a ti no te amarán como te amaba yo.

***

Entras otra vez como música, como luz,
música sin ondas acústicas, luz sin fotones.
Caricia sin el tacto, sólo la pura caricia.
El que inventó el sexo
¿no sabrá amar?

***

Tomarse con los brazos el uno al otro,
dándose cada uno a los brazos del otro.
Qué diferente sentirte dentro de uno
que sentirse uno solo dentro de uno
es decir, vacío.
                      ¿Será que es soledad tu abrazo
                      y tus besos sólo sed?
Me parece oírte que de mí no te sacias nunca.
Yo que fui antes buen catador de amarguras.

***

La dulzura de ciertas palabras como
'nosotros dos'.
          Deambulo solitario entre los besos.
                              De mis soledades vengo
                              no vuelva a mis soledades.
Sentí que la eternidad 
será estar juntos los dos.

***

Tus ojos son una luna
que riela
en una laguna negra

Tu pelo las olas negras
bajo el cielo sin luna

Y el ruelo
de la lechuza en la
noche negra

***



El poeta Ernesto Cardenal es una voz moralmente autorizada para narrar, desde su perspectiva, los acontecimientos involucrados en la lucha sandinista de la Nicaragua de 1979. Su libro La Revolución Perdida registra esos hechos con sobrada autenticidad porque él, siendo uno de sus protagonistas, la trabajó, la cuidó y ayudó a realizarse.


Otra llegada 

Fue en la semana después del triunfo. 
Veníamos de Cuba 
De la celebración del 26 de Julio. 
Yo iba recordando el discurso de Fidel 
y la frase de Martí "Todo es gloria en Julio". 
y aparece de pronto, azul sobre azul, el Momotombo 
libre por primera vez desde la época de los indios. 
los campos cuadriculados, de luces verdes, 
al amanecer. 

El lago de Managua sonrosado en ese amanecer, 
la pequeña Isla del Pájaro junto a Managua 
(También era de Somoza) 
y me doy cuenta que se ve ahora más bello el país. 
y se lo digo a Dora María que va a mi lado 
mirando también extasiada la patria liberada 
este sueño que todos estamos viviendo 
y del que jamás despertaremos. 
antes esta belleza estaba como emborrachada… 
qué bello se ve ahora el país. 

Qué hermosa ahora nuestra naturaleza sin Somoza. 
Y la emoción de oir sobre el lago rosicler 
a la azafata de Cubana de Aviación anunciar 
que vamos a aterrizar 

en el Aeropuerto "Augusto César Sandino". 

El avión lleno de comandantes guerrilleros. 
Y ahora el bajarse sin temor 
 (Y por cierto que no andábamos sin pasaporte) 
y llegar a migración, y llegar a Aduana, 
y que le digan a uno "compañero".

©Ernesto Cardenal 
De Antología poética, La Habana, Cuba, 2005 






Ernesto Cardenal. Poeta nicaragüense.  Nació el 20 de enero de 1925 en Granada, Nicaragua.


Su poesía representó, desde sus inicios, una reacción contra las tradiciones literarias nicaragüenses. Aun cuando escribiera poemas amorosos o luchara contra la dictadura de Somoza, quería siempre una poesía lúcida y objetiva, que pudiera  y que debía caracterizarse por su interés en la  realidad de la vida cotidiana de Centro América.


Sus últimos libros editados han sido "Telescopio en la noche oscura" (1983), Quetzatcóatl" (1985), "Cántico cósmico" (1989), un extenso poema de 600 páginas y que ha sido traducido al inglés, alemán y portugués. 

Recientemente ha publicado lo que hasta el momento constituye su última obra: "Vida perdida" (1999). Fuera del ámbito hispanohablante, Cardenal es bastante conocido, gracias sobre todo a la difusión en inglés de su obra, realizada por el poeta y traductor John Lyons. Antología poética, La Habana, Cuba, 2005.