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miércoles, 23 de septiembre de 2015

VERA PAVLOVA - POETA RUSA CONTEMPORÁNEA

"Si hay algo que desear,
habrá algo de qué arrepentirse.
Si hay algo de qué arrepentirse,
habrá algo que recordar.
Si hay algo que recordar,
no habrá nada de qué arrepentirse.
Si no hubo nada de qué arrepentirse,
no habrá nada que desear.." 



Vera Pavlova. (Foto de circulodepoesia.com)


Vera Pavlova nació en Rusia en 1963. Está considerada hoy en su país como una de las mayores poetas de su generación. 

Se graduó de la Academia Gnessin, especializada en la historia de la música, y es autora de catorce libros de poesía, cuatro libretos de ópera, y letras a dos cantatas. Sus obras se han traducido a dieciocho idiomas.

Cuando aparecieron sus primeros libros "Animal Celeste" y "Segunda lengua", y un poco más tarde "El cuarto sueño", su aparición provocó reacciones tan fuertes como diferentes: sorpresa, admiración, pero también altivez, negación, desprecio, "Misterios del sexo" como temas principales de la escritura, vocabulario muy familiar, palabras groseras en poemas de amor chocaron el público, acostumbrado al otro tipo de lirismo, más convencional.

Muchos creyeron que la poeta era una mistificación literaria, decían que bajo el pseudónimo Vera Pavlova escribía un grupo de hombres, pues la mistificación correspondía perfectamente a la libertad de expresión, a la escritura aérea de sus textos. Música y musicóloga en su juventud, a los 18 años empezó a escribir poemas y así encontró su verdadera vocación. Todo en la vida, en el mundo entero existe para ella dentro de una mirada de niño y dentro del lenguaje poético. La originalidad de su obra no está en sus temas: amor, sexo, fisiología femenina, sino en su manera de presentarlos: ella habla de todo como por primera vez, sin olvidar, no obstante, lo que han dicho antes.


Vera Pavlova. (Foto de circulodepoesia.com)

Los poemas presentados aquí son de su último libro "Letras a la habitación del lado". Mil y un poemas de amor.


12

Rompí tu corazón
Ando sobre los añicos
Descalza

47

La musa inspira cuando viene.
La esposa inspira cuando se va.
La amante inspira cuando no viene.
¿Quieres que yo haga todo eso al mismo tiempo?

84

Animal –en invierno
Planta –en primavera
Insecto –en verano
Pájaro –en otoño
El resto de tiempo soy mujer

113

El sol me dice:
-¡Qué pestañas tan espesas tienes!
El viento me dice:
-¡Qué cabello tan fino tienes!
La lluvia me dice:
-¡Qué mejillas tan calientes tienes!
-Te amo. Es verdad.
¿Quién es? ¿Quién lo dice?

139

Aprendí a escribir para escribirte cartas
Aprendí a leer para leer tus cartas
Aprendí a contar para contar tus cartas
Aprendí a caminar para no hacer ningún paso hacia ti

189

Voy a escribirte cartas
donde no habrá ni una palabra
de coquetería, de juego, de bravata,
de halago, de mentira, de afectación,
de piedad, de insolencia, de maldad,
de especulación, de alienación…
Voy a escribirte cartas
donde no habrá ni una palabra.

281

Ya sé
que la muerte no existe
todavía no sé
cómo
decirlo
a los muertos.



Fuente:


jueves, 3 de septiembre de 2015

Y EL RETO DE UN TIEMPO SIN MEDIDA

[Mujer sentada con sombrero pescado, Pablo Picasso]



Por motivos personales, tengo que dejar por un tiempo mi blog. Espero que sea corto. Gracias a todos por vuestro cariño y generosidad compartiendo conmigo este rincón que es de todos.
Besoss, Inma


"No sé si un sol desmedido y burlón
me atravesará de punta a punta
cuando salten de mi pecho todos los gritos guardados
cuando se rompan las oscuridades
de mi perfecta catedral secreta
con el sostenido sonido del órgano medieval
ululando su voz de parto,
su alarido de queja y de tristeza.

Estoy como nací-desnuda-
mojada de lágrimas con el pelo chorreándome nostalgia
y un cansancio vetusto acomodado en mis huesos
y mientras me dejo ir en el humo,
viene su mano y me sostiene
y me levanta y me hace tronar de júbilo,
me zarandea las ganas de vivir,
me dice verde con ojos de monte
azul con el pelo espumoso de mar
estrella con las uñas brillantes
viento y sopla mi angustia y la desperdiga
y me hace nadar en el aire, retozar en los arroyos,
romper los relojes del tiempo .."


Gioconda Belli


domingo, 30 de agosto de 2015

ANTONIO GALA - ¿ESTO ERA AMOR?

Hacer comunes humo y piedra. Revocar
el mandato de ser. Entrar. Entrarnos
uno en el otro. Trasponer los últimos
límites. Reunirnos…


Ferdinand Hodler


Alargaba la mano y te tocaba.
Te tocaba: rozaba tu frontera,
el suave sitio donde tú terminas,
sólo míos el aire y mi ternura.
Tú moras en lugares indecibles,
indescifrable mar, lejana luz
que no puede apresarse.
Te me escapabas, de cristal y aroma,
por el aire, que entraba y que salía,
dueño de ti por dentro. Y yo quedaba fuera,
en el dintel de siempre, prisionero
de la celda exterior.

La libertad
hubiera sido herir tu pensamiento,
trasponer el umbral de tu mirada,
ser tú, ser tú de otra manera. Abrirte,
como una flor, la infancia , y aspirar
su esencia y devorarla. Hacer
comunes humo y piedra. Revocar
el mandato de ser. Entrar. Entrarnos
uno en el otro. Trasponer los últimos
límites. Reunirnos.....

Alargaba la mano y te tocaba.
Tú mirabas la luz y la gavilla.
Eras luz y gavilla, plenitud
en ti misma, rotunda como el mundo.
Caricias no valían, ni cuchillos,
ni cálidas mareas. Tú, allí, a solas,
sonriente, apartada, eterna tú.
Y yo, eterno, apartado, sonriente,
remitiéndote pactos inservibles,
alianzas de cera.

Todo estuvo de nuestra parte, pero
cuál era nuestra parte, el punto
de coincidencia, el tacto
que pudo ser llamado sólo nuestro.

Una voz, en la calle, llama y otra
le responde. Dos manos se entrelazan.
Uno en otro, los labios se acomodan;
los cuerpos se acomodan. Abril, clásico,
se abate, emperador de los encuentros.

¿Esto era amor? La soledad no sabe
qué responder: persiste, tiembla, anhela
destruirse. Impaciente
se derrama en las manos ofrecidas.
Una voz en la calle....Cuánto olor,
cuánto escenario para nada. Miro
tus ojos. Yo miro los ojos tuyos;
tú, los míos: ¿esto se llama amor?

Permanecemos. Sí, permanecemos
no indiferentes, pero diferentes. Somos
tú y yo: los dos, desde la orilla
de la corriente, solos, desvalidos,
la piel alzada como un muro, solos
tú y yo, sin fuerza ya, sin esperanza.
Idénticos en todo,
sólo en amor distintos.

La tristeza, sedosa, nos envuelve
como una niebla: ése es el lazo único;
ésa la patria en que nos encontramos.
Por fin te identifico con mis huesos
en el candor de la desesperanza.

Aquí estamos nosotros: desvaídos
los dos, borrados, más difíciles,
a punto de no ser....¿Amor es esto?
¿Acaso amor es esta no existencia
de tanto ser? ¿Es este desvivirse
por vivir? Ya desangrado
de mí, ya inmóvil en ti, ya
alterado, el recuerdo se reanuda.

Se reanuda la inútil existencia....
Y alargaba la mano y te tocaba.



Antonio Gala