Google Translate

English plantillas curriculums vitae French cartas de amistad German Spain cartas de presentación Italian xo Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

martes, 8 de abril de 2014

MUTACIONES - BETINA EDELBERG

Me entrego a este mundo
que me llama de algún modo,
que me clasifica,
me adorna
y destruye
sin preguntarse:
¿Qué ocurre detrás de una cara?


Henri Manguin


Y sin embargo
en el comienzo de la mentira
en el movimiento ciego y apurado
y sin asilo
en el falso espejo de la palabra
está nuestra morada
y nos consume
y aprisiona con su palma de siglos.

Aceptar esta muerte morosa
el imperio de esta lenta podredumbre
y sin hoguera 
sin resurrección acaso.

Aceptar la soledad de una frase
que destruye el mundo que rodea
en una imagen sin recuerdo
sin ojo.

Aceptar el altivo exilio de nombrar.

Aceptar 
la débil esperanza de la profecía
y del oráculo 

que nadie entendió. 


(Mutaciones , 1964)



Betina Edelberg, (Buenos Aires, Argentina, 1921-2010)

Reconocida como una de las más exquisitas poetas y escritoras argentinas.






lunes, 7 de abril de 2014

HÉCTOR ACEVEDO - PINTOR PERUANO, TRADICIONES ANDINAS, LA MATA QUE NO MATA (*)



Héctor Acevedo (1963), es un pintor figurativista, con características surrealistas, creador de pinturas de gran riqueza cromática. Inspira su obra en algunos mitos y rituales tradicionales.


La mata que no mata



Cuenta una leyenda ancestral andina que cuando comenzó la conquista en América, los indígenas pidieron a sus dioses fortaleza para sobrevivir a lo que se avecinaba.

Los dioses los enviaron a la montaña más alta a buscar una planta con determinadas características. 

Con ella obtendrían alimento, fortaleza, salud y consuelo para el dolor. Pero los dioses también lanzaron una maldición: si los blancos la tocan, la planta será su perdición. 

Desde entonces, la planta de coca ha sido para los indígenas de la región andina un símbolo sagrado. 


Héctor Acevedo


El peruano Héctor Acevedo aborda el tema de la coca inspirado en los mitos y rituales tradicionales. En sus cuadros el artista alude a la capacidad adivinatoria que adquieren los chamanes cuando mastican la planta, que también establece un vínculo de comunicación con las almas. Su obra refleja los rituales campesinos de agradecimiento a la madre tierra por una buena cosecha y la tradición de colocar a los muertos una hoja de coca en la boca para prepararlos para el viaje al más allá.


Y Acevedo nos dice al respecto: " y eso era justo lo que yo estaba buscando, es decir, una forma de comunicación más profunda que la terrestre o la humana...No pretendo callar a las mujeres ni a nadie, es solo que mis personajes expresan más sin boca, todo está en la mirada".















Los artistas quieren dejar en claro que la coca no es cocaína, que eso hay que diferenciarlo. Sostienen que la planta es parte de su cultura y que tiene propiedades beneficiosas para el individuo, posee efectos medicinales como analgésico, es rica en nutrientes y es utilizada en rituales religiosos, es una planta considerada sagrada entre los pueblos indígenas andinos.







Cada cuadro es un universo en sí mismo, en donde emergen las figuras, las casas, nubes, iglesias, ventanas y, sobre todo, ojos que escudriñan, que parecen establecer su propia comunicación más allá de la intención del pintor. Eso genera enigmas, sentimos que hay cosas escondidas, situaciones secretas.


"Generalmente los personajes fueron perdiendo la boca a través de procesos de creación. Todo parte de los ojos, incluso rebusco en las manchas, una mirada. Es que siempre he sentido que he estado buscando otro modo de comunicación, algo que vaya más allá de lo oral. Quizás, indagar en el plano onírico, en los sueños. Tengo la impresión de que en los sueños no hay voces, sino certezas."









En muchos de sus cuadros, la imagen femenina se mezcla y yuxtapone con árboles y animales, reales e imaginarios, internándose con vehemencia en lo surrealista, pero sin dejarnos al margen, nos involucra e invita a pertenecer, a ser parte del hecho artístico que pone ante nuestra mirada y por la que no podemos permanecer indiferentes.









Por la simbología utilizada, se deduce que tanto hombres como mujeres, anhelan establecer contacto, buscan la cercanía en medio de una naturaleza habitada por criaturas disimiles, reales o soñadas. Sí percibo soledad, y si afinara mi intención interpretativa de lo que observo, advierto una especie de forzada regla del silencio (más allá de las anteriores explicaciones del propio Acevedo) que parece decirnos que en el juego del amor, las palabras sirven para mentir y que más vale callar.












Aunque los indígenas conocían desde hace siglos las propiedades curativas, alimenticias y medicinales de la hoja de coca, fue hasta el siglo XIX que el científico alemán Albert Niemann descubrió las bondades de esta planta incomprendida, cuyo mal uso desató la maldición de los dioses contra millones de seres humanos que han caído en la perdición.



(*) Nombre de la exposición que hizo el pintor en Berlin. "La mata que no mata."






sábado, 5 de abril de 2014

JULIA PERAIRE - EL AMOR INCONDICIONAL Y MUSA DE RAMÓN CASAS

Pintura: Julia Peraire en el claustro de San Benet de Bages 1925, Ramón Casas. (Barcelona, 5 de enero de 1866 - 29 de febrero de 1932)



El claustro rezuma sosiego; el silencio es su sinónimo. Apenas los pájaros cantan. Una brisa cautivadora susurra quedamente. La hierba, tímidamente crecida, se inclina acariciadoramente sobre el suelo. Si aguzamos el oído podremos escuchar un leve silbido: es el canto del suave viento. Contenemos la respiración: no deseamos que el callado hechizo se rompa. No movemos ni un solo músculo. Sentimos calor y frío, sin extremos: detrás, el fresco claustro; delante, los cálidos rayos atemperan nuestro cuerpo.

Un resto de humedad latente mezclado con aroma de tierra y un toque fino de perfume. Aspiramos despacio, paladeando cada recuerdo, alojándolo en la memoria perdida de los aromas.

Una vaporosa figura femenina posa, impávida, admirando las piedras de siglos, los susurros de antaño. Contrasta el delicado vestido que porta con la dureza de las rocas. Una mariposa posada apaciblemente. Si emitimos cualquier sonido volará.

Los rayos del sol se filtran entre las hojas del árbol. Vegetación y mujer, sólo ambos viven, solo por sus venas circula la savia. Julia permanecerá sentada meditando en el claustro para la eternidad.

Con 40 años se enamora de una joven que vende lotería y periódicos junto a su madre, recorriendo las populosas calles de Barcelona, una chica de 18 años, Julia Peraire, que le atrapa. Él, que nunca se había interesado por ninguna mujer, salvo para pintarlas. Viven juntos en una relación que escandaliza a la burguesía barcelonesa. Y después de 16 años de convivencia se casan, aún así esa sociedad sigue escandalizada, a Casas y Julia no les importa, entonces él tenía 56 años y ella 34.

Julia y Casas vivirán juntos, amándose, otros 10 años más tras la boda. En 1932, Ramón muere y nada vuelve a saberse de Julia, quedará sólo su imagen, para siempre, en los lienzos del pintor.

De Julia Peraire, apenas se sabe nada, pero ha pasado a la Historia inmortalizada, siempre bellísima, por el más brillante pintor impresionista español.

Pinta a Julia, una y diez y cien y mil veces, desafiando los convencionalismos. De flamenca, de cordobesa, de mujer fatal, distintas visiones de una misma mujer:




Julia

Julia, 1915

Julia con pañuelo azul

Vestida de cordobesa, 1915

Con mantilla

Con mantilla y abanico




Con mantilla y abanico II




En la habitación






Julia, boceto

Julia, boceto

Julia, interior 




En el baño




Julia, desnudo femenino


Bueno, y así podíamos seguir casi sin fin porque hay muchas pinturas de esta mujer singular, llamada maldita en la sociedad que le tocó vivir, la hipocresía y doble moral que seguimos teniendo a día de hoy. 


Mujer hermosa, musa, amante, compañera de un gran hombre. 



¡¡ Amad el arte !! entre todas las mentiras es la menos mentirosa. 


Gustave Flaubert