Y así como los pueblos sin dignidad son rebaños,
los individuos sin ella son esclavos.
José Ingenieros
Gran día el de ayer. Da gusto ver la cantidad de gente que salió a la calle, y de trabajadores que secundaron la huelga y además pidieron que les quitaran del sueldo el día de ayer, tiene más mérito que nada. Esa es para mi la protesta en mayúsculas al sistema, que a pesar de estar ya ahogados y que necesitan ese dinero, deciden voluntariamente prescindir de ello.
Por otro lado, yo no secundé la convocatoria de huelga de los sindicatos amarillos. Están utilizando al pueblo para sus fines y además seguir mintiendo. Nosotros les estamos pagando sus pedazos de sueldo y subvenciones. Otro asco de este país.
Lo más importante a tener en cuenta es que el pueblo se unió, todos los colectivos estaban hermanados, dando igual en ese momento el color de cada bandera (terrible esto de las banderas, no sé quién las inventó y para qué). El hecho más importante para iniciar una revolución, la unión del pueblo. Hoy no me quiero poner negativa, yo sé que falta mucho para que este país se rebele de verdad, no basta un día de lucha, eso es lo fácil. Lo que hay que hacer es salir todos los días, machacarlos, desobedecer, gritar, y tal como dice mi amigo Pedro Mari, dejar de pagar, que se colapsen todos los ministerios, el de justicia, hacienda...etc y ver los resultados. Pero somos muy borregos, acomodaticios, timoratos, nos gusta eso de mirar para otro lado, escudarnos en que nos van a echar del trabajo ... cuando en una revolución eso no importa, eso es justamente lo que aplasta al gobierno, que comprueben que no tenemos miedo y vamos a por todas. Así pasó en Islandia.
Para los medios informativos de este país, ayer fue un día normal y corriente, lo demuestra que cada uno siguió con sus programaciones habituales. Un asco a lo que hemos llegado, periodistas a las órdenes del fascismo.
Y por último, quiero dedicarles un minuto (no de gloria) a los llamados "intelectuales" y al colectivo de actores, cantantes y demás. Ya no son (y desde hace bastante tiempo) ningún referente para nosotros. Sus egocentrismos, narcisismos y, sobre todo, ansias de dinero, los han puesto a la altura del betún. No les creo para nada y, además, no los quiero cerca de mi.