He dicho que el alma no es más que el cuerpo,
y he dicho que el cuerpo no es más que el alma, y que nada es más grande para uno que uno mismo, y que quien camina el octavo de una milla sin amor camina a su propio funeral, envuelto en su mortaja, y que tú o yo, sin un centavo en el bolsillo, podemos comprar lo mejor de la tierra, y que mirar con un ojo o mostrar un guisante en su vaina confunden la sabiduría de todos los tiempos, y que no hay oficio ni profesión en los que el joven que los ejerce no pueda convertirse en un héroe, y que no hay cosa tan frágil que no pueda servir de eje para las ruedas del universo, y que cualquier hombre o mujer permanecerá sereno y arrogante ante millones de universos.
Walt Whitman