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viernes, 6 de abril de 2012

DESAYUNO EN LA HIERBA - MANET




Desayuno sobre la hierba, de Edouard Manet. (1863) Se encuentra en el Museo de Orsay (París)

Esta obra fue presentada por Manet al Salón de París de 1863 con el título de El Baño. El jurado elegido al efecto la rechazó, junto a otras 2.000 obras de diferentes artistas, considerando vencedora al Nacimiento de Venus de Cabanel. 

Pero, en un acto propagandístico de Napoleón III, se creó con estos cuadros el Salon des Refusés (de los Rechazados) precisamente para que el público pudiera dar fe de por qué habían sido defenestrados. Los críticos fueron muy tajantes con la escena de Manet, mientras que los jóvenes artistas (quienes, más tarde, conformarán el grupo impresionista) consideraron la obra como una muestra de vanguardismo, animando a Manet a crear imágenes de esas características y agrupándose en torno a él.

Por lo tanto, El Baño se considera punto de ruptura con el arte académico y tradicional. El título de Desayuno en la hierba sustituyó al original cuatro años después. Manet pareció inspirarse en una jornada de baño en el Sena para realizar un desnudo en un paisaje, el sueño de todo pintor según el escritor Émile Zola. Para ello empleó a su modelo favorita, Victorine Meurent, luego su mujer.


La pintura representa una escena campestre. En primer plano, tres personajes se encuentran sentados en la hierba: una mujer desnuda y dos hombre vestidos a la moda de la época. La mujer, cuyo cuerpo está fuertemente iluminado, dirige su mirada fuera del cuadro y observa sin reservas al espectador. Los dos hombres parecen hablar entre ellos ignorando la desnudez de la dama. Delante del grupo, a la izquierda, encontramos la vestimenta de la mujer, una cesta de frutas y una pieza de pan, dispuestos como una naturaleza muerta. 




LA CLARA TORRE - ANDRÉ BRETÓN



ANDRÉ BRETON



La clara torre


por André Breton 
(Texto publicado en Le Libertaire , 11 de enero de 1952).

Fue en el negro espejo del anarquismo donde el surrealismo se reconoció por primera vez, mucho antes de definirse a sí mismo y cuando todavía no era sino asociación libre entre individuos que rechazaban espontáneamente y en bloque las opresiones sociales y morales de su tiempo. Entre las fuentes de inspiración en que abrevamos, al concluir la guerra de 1914, cuyo poder de convergencia era a toda prueba, se hallaba este final de la Balada de Solness  de Laurent Tailhade:

            Golpea nuestros corazones a la deriva, despedazados

            ¡Anarquía!¡Oh, portadora del luz!

            ¡Expulsa a la noche!¡Aplasta a los gusanos!

            ¡Y levanta hacia el cielo, así fuese con nuestras tumbas,

            La clara torre que domina sobre las olas!

En ese momento, la impugnación surrealista es total, absolutamente contraria a dejarse canalizar en el plano político. 
Todas las instituciones en las que se funda el mundo moderno y que han demostrado sus resultados en la Primera Guerra Mundial, son consideradas por nosotros aberrantes y escandalosas. 
Para comenzar, nos oponemos contra todo el aparato defensivo de la sociedad: Ejército, «justicia», policía, religión, medicina mental y legal.
Tanto las declaraciones colectivas como los textos individuales del Aragon de entonces, de Artaud, Crevel, Desnos, del Eluard de entonces, de Ernst, Leiris, Masson, Péret, Queneau, y yo mismo, testimonian la voluntad común de hacer que fueran reconocidos como flagelos y, en esa misma medida, combatidos. 

No obstante, para combatirlos con alguna posibilidad de éxito, es preciso que se ataque su armadura, que es, en última instancia, de orden lógico y moral . La pretendida «razón» de uso corriente que, bajo una etiqueta fraudulenta, disimula el «sentido común» más obstruso y la moral falseada del cristianismo, con la finalidad de desalentar cualquier resistencia contra la explotación del hombre.

jueves, 5 de abril de 2012

ATÁVICO SADISMO




En "El Arte de Amar", Erich Fromm se refiere a una suerte de relación simbiótica que se da en la pareja, en la que uno de sus miembros es masoquista y el otro sádico. Ambos se necesitan mutuamente: el primero porque sin el sádico no tiene identidad, el segundo para reafirmarse jerárquicamente humillando al masoquista. Aunque el autor no construyó la idea con el objeto de explicar las relaciones violentas, el paradigma coincide en muchos aspectos con el que utiliza Mead para explicar la relación entre víctima y victimario en el clásico artículo "Psicología de la Justicia Punitiva", publicado en 1919 por la Universidad de Chicago. El psicólogo social estadounidense describió el impulso primario del ser humano que utiliza la violencia como una forma de autoafirmación para construir y reconstruir su identidad a través del sometimiento del otro.

Quizá suene a lugar común, pero el comportamiento violento es atávico. La educación formal e informal, particularmente la que se adquiere en el hogar, van moldeando la personalidad del hombre y enseñándole -o no- a cooperar con los otros en su vida social, para que todos puedan alcanzar sus fines en lugar de atropellarse unos a otros continuamente. Así mismo, la sumisión y subordinación son actitudes comunes entre los "animales no racionales", pero la ley del más fuerte, nos han dicho, ha sido superada por la cultura para dar paso a un Estado de derechos, en el que teóricamente todos tenemos iguales oportunidades para ser felices.

Las relaciones familiares y de pareja que reproducen modelos disfuncionales de interacción, suelen tener a las expresiones violentas como únicos medios para comunicarse. Las mujeres se conforman con su realidad incómoda porque no conocen otra, porque tienen miedo, porque son económicamente dependientes, porque el empoderamiento político es algo tan lejano que sólo pensarlo resulta ridículo. Quien crea que el problema de desigualdad de género es cosa del pasado, no vive en el mundo real.

Cuando hablamos de violencia doméstica sabemos que muchos casos seguirán siendo cifra negra precisamente por el silencio que guardan las mujeres y los niños frente al maltrato, fenómeno que en mayor o menor grado se considera normal dentro de un modelo social cuya configuración gira en torno a la figura masculina patriarcal.

No faltan las voces que dicen que el maltrato de la mujer hacia el hombre es un problema tan grave como el inverso. Pero el 95% de adultos maltratados en el mundo son mujeres. Y una de cada tres mujeres en el planeta ha sufrido en algún momento alguna forma de violencia doméstica*. Cuando hablamos de mujeres, cuando menos en nuestro medio, seguimos hablando de un grupo vulnerable que el colectivo social invisibiliza y culpabiliza, minimizando los efectos adversos del maltrato e ignorando que el agresor es tan delincuente como el que roba o mata.

En el delicado tejido de las relaciones humanas, no es fácil y quizá no sea apropiado prescribir qué es lo más conveniente para cada familia, para cada pareja en el seno de sus relaciones más íntimas. Pero debe quedar atrás de una vez por todas el mito persistente de que el problema del maltrato en el núcleo familiar es una cuestión privada. El principal deber del Estado es garantizar la vigencia de los derechos humanos y proteger a los más débiles a través de políticas sociales que prevengan los daños. mas la posibilidad fiable de reparación una vez que el daño se ha perpetrado.

PUBLICADO POR SILVANA TAPIA EN SU MARAVILLOSO BLOG:


BERTRAND RUSSELL - TRES PASIONES SIMPLES


DENIS NUÑEZ



"Tres pasiones, simples pero abrumadoramente fuertes, han gobernado mi vida: el anhelo de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad." 





Bertrand Russell1872-1970. Filósofo, matemático y escritor británico.