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Mostrando las entradas para la consulta RAMÓN CASAS ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
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miércoles, 21 de septiembre de 2011

RUSIÑOL, "LOS INCOHERENTES", MOVIMIENTO CREADO PARA ROMPER MOLDES CON EL ARTE ESTABLECIDO....(Desde el otro lado del cuadro)

SANTIAGO RUSIÑOL, "CAFÉ DE LOS INCOHERENTES"


"Los Incoherentes" fue un movimiento de finales del XIX fundado por el escritor y editor Jules Lévy en 1882 que, junto con "Los Nabis" o "Los Hidrópatas" agrupó a la bohemia artística de vanguardia del todo París en los cafes y cabarets de la zona de Montmartre y sus alrededores con el fin de romper moldes con el arte establecido, el lenguaje y los espacios y formas de diversión. Había que utilizar el humor, el espectáculo público y contradecir las normas establecidas para intentar sentar las bases de lo que sería el arte más innovador del siglo XX.

En estos lugares de diversión se juntaron Van Gogh, Matisse, André Derain, Renoir, Toulouse-Lautrec, y Degas entre otros muchos y por allí pasaron también Picasso y dos grandes pintores catalanes, Ramón Casas y Santiago Rusiñol.

Este cuadro, titulado “Café de los Incoherentes” y de acuerdo con los datos aportados por Josep de C. Laplanaen su libro “Santiago Rusiñol: el pintor, l’home”, no está pintado en ese café parisino, ya que, al parecer, no concuerda la imagen reflejada en el cuadro con las que se tienen de cómo era dicho café.

Otras fuentes indican que el “Café de Los Incoherentes” abrió sus puertas en 1884, en la Rue Fontaine, en Pigalle, y más tarde, en 1893, adoptó el nombre de "Los Decadentes" convirtiéndose en un "café-concert".

Gracias a unos datos escritos por Rusiñol en el reverso del cuadro sabemos que el hombre sentado en una mesa y bebiendo una absenta en compañía de una joven es el pintor Ramón Casas mientras que, el que lee el periódico unas mesas más atrás es Miguel Utrillo, ingeniero y periodista catalán que acababa de trasladar su residencia a Paris como corresponsal del periódico “La Vanguardia”, personaje este que daría su apellido al hijo de la modelo y pintora Suzanne Valadon, el cual, años despues, sería el famoso pintor de MontmartreMaurice Utrillo.

También se sabe que el personaje que aparece desdibujado a la izquierda del lienzo y apoyado contra la amarilla pared del café es el escultor Enric Clarasó y que el personaje con chistera situado a espaldas de la joven, corresponde al crítico teatral, Carles Costa.

Según Laplana, el titulo que le dio Rusiñol al cuadro, no tiene nada que ver con el sitio donde se pintó y más bien, se refiere a los cuatro "incoherentes" repartidos por el café, a sus "incoherentes" amigos catalanes, titulo que coincidiría con el humor burlesco que promovía el movimiento parisino de "Los Incoherentes".

Este cuadro pintado en 1890 se exhibe en el Museo del Monasterio de Monserrat, Barcelona

 Desde el otro lado del cuadro 
http://desdeelotroladodelcuadro.blogspot.com/


martes, 3 de marzo de 2015

DIARIO DE MARGA GIL ROËSSET - LA HISTORIA DE UN AMOR IMPOSIBLE

El amor imposible de Marga Gil Roësset

La trágica figura de Marga Gil Roësset (1908-1932), dibujante y escultora de vanguardia.



(por Carlos Javier González Serrano)

Vida y muerte transitan en la existencia una misma dirección aunque sus caminos, desde luego, tracen muy diversas rutas. A juicio de Hannah Arendt (en sus diversos comentarios sobre la Ilíada de Homero) fue nuestra condición mortal, y la conciencia que de ella poseyeron los griegos, lo que empujó definitivamente a los Aquiles, Áyax y Héctor a dejar la comodidad de sus casas para adentrarse en el terreno agonal de la guerra y, en fin, dar con la ansiada inmortalidad.  

Únicamente a través de nuestros actos, aseguraría más tarde Schopenhauer, nos es posible conocernos, desplegar aquella Persönlichkeit a la que Goethe otorgó tanta importancia: tan sólo poniendo en juego aquello que somos podremos descubrir nuestra auténtica vocación. Al igual que los protagonistas de las aventuras homéricas, como explica Carmen Hernández-Pinzón en el emocionante y emocionado "Prólogo" de Marga, el libro que en esta ocasión os recomiendo, la pequeña de la familia Gil Roësset pasó por las vidas de Juan Ramón Jiménez y su mujer, Zenobia, "como una estrella fugaz, dejando una impronta indeleble y un pozo de amargura difícil de subsanar".







"… Qué se yo por qué te quiero tanto… vamos… sí sé… comprendo muy bien que se quiera así… pero… querría no quererte tanto… aunque mi única razón de ser… es esa… y también mi única razón de no ser…
… En amor… no cabe una intervención razonada… quieres o no quieres…" (Diario de Marga)








El Diario de Marga será sin duda una de las novedades bibliográficas más enjundiosas y relevantes de este recién estrenado 2015. No sólo por su contenido, hasta ahora en gran parte inédito, sino por la historia que encierra. 

Una historia del todo desesperada en la que, a pesar de su turbulencia y de la tragedia que atraviesa sus avatares, no trasluce ni un solo signo de artificio o fingimiento. Todo en el texto (en el escrito y en el vital) es auténtico, sincero, despiadada y enojosamente real. El lector quedará muy pronto encandilado por la atractiva y extrañamente puntuada prosa de Marga Gil Roësset, quien decidió quitarse la vida a los veinticuatro años en un afán indescriptible por permanecer fiel a la propia idiosincrasia, al sentido que uno mismo otorga al mundo.

"… Estoy tan poco de acuerdo conmigo misma… la crítica de yo a yo es realmente ¡sangrienta! .."


Sobria y muy acertada portada del Diario de Marga en edición de la Fundación José Manuel Lara


Foto de Juan Ramón Jiménez tomada por la propia Marga en 1932, el año de su muerte, y retrato de Marga Gil Roësset dedicado a Juan Ramón, acompañado de una nota de la artista.


Marga se enamoró hasta los tuétanos de un ya maduro Juan Ramón Jiménez, escritor consagrado de las letras españolas que por aquel tiempo ya ejercía como maestro de los más jóvenes artistas y como estandarte de la literatura universal. 

Éste, casado con Zenobia Camprubí, no dio aceptación (aunque desconocemos, me temo, si la negativa llegó a dar alas a un mínimo atisbo de esperanza) a las confesiones amorosas de Marga, quien en vista de su situación de no correspondencia aceptó el Destino que la Parca le indicaba como el más propicio para ser (por siempre) honesta consigo misma. 

Las cuatro cartas que la joven dejó antes de suicidarse, reproducidas en el volumen, dan buena fe de las profundas convicciones personales de Marga. Una de ellas destinada nada menos que a la ya mencionada Zenobia, a quien le ruega perdón por haberse enamorado de su marido, aunque, asegura en unos términos que empaparán los ojos del lector:

"enamorarte es algo que te ocurre porque sí, sin tener tú la culpa… a mí al menos pues así me ha pasado… lo he sentido cuando ya era… natural…". 

La misiva se cierra con una dura confesión, la que condujo a esta joven a la tumba: "perdóname Azulita… por lo que si él quisiera yo habría hecho".


"… el que yo imajine materializar mi amor, en algo bello… no es vanidad… de ningún modo… ya que mi amor… sin vanidad… ¡es muy bello!…"


Un texto estremecedor de principio a fin, que nos descubre los entresijos de un alma tan enamorada como perdida en el océano de las emociones, muchas de ellas contradictorias entre sí, pero siempre hilvanadas en un sí mismo que no quiere traicionarse. 

El volumen incluye, además, algunos de los textos que Juan Ramón Jiménez y la propia Zenobia dedicaron a la desdichada Marga cuando ésta tomó su fatal decisión. 


BUSTO DE ZENOBIA CAMPRUBÍ, 1932 , hecho por Marga


Estamos ante un libro imprescindible, de una importancia histórico-literaria fundamental, que da fe de (y rinde homenaje a) un personaje apenas conocido que, a fuerza de amar, dio de bruces con la muerte. Como confiesa Marga a su hermana Consuelo en la carta legada poco antes de dar término a su vida,


"… me he matado porque no podía ser feliz… y no quería no serlo… es un egoísmo enorme… quizás… el mayor acto de egoísmo que cabe hacer… y no me he expansionado contigo… ni con nadie… no por falta de cariño… es que… cuando se está muy triste… y lo triste no tiene arreglo… no se expansiona una..."


Fuentes:



jueves, 28 de noviembre de 2013

ELOGIO DE LA ESPALDA FEMENINA


La luna sin espejo de la noche, la noche sin misterios por la luna, entonces me di cuenta, tienes una espalda tan hermosa como un ciervo. 

Gloria Fuertes


Joaquin Sorolla, 1910. Su mujer Clotilde


Su espalda pierde su nombre con tanta gracia, que no puede uno más que darle la razón; ojalá fuera yo, señora, un poeta de raza, para decir en su honor una oda inmortal. 

Georges Brassens




Pierre Auguste Renoir



Muerdo la última fruta de tu espalda
y la magia se repite.





Edgar Degás


Henri Matisse


Guillermo Martí Ceballos


Egon Schiele


Soledad Fernández


Pierre Bonard


Paul Delvaux


Albert Mille


André Louis Derain


Aristides Maillol




Rodolfo Amoedo




Kees van Dongen




Vlaho Bukovac




Joaquin Agrasot




Gustave Brisgand




Charles Edouard Boutibonne




Joan Martí

Xi Pan




La espalda de esta luz son esos sueños tuyos, amada, que duelen al soñarse y que hacen florecer las prímulas y azahares en tus flancos. 


Eduardo Lizalde



Jacob Collins


Cayetano de Arquer Buigas


August Macke

Delphin Enjolras


Ignacio Diaz Olano, 1894


Van Gogh


Giovanni Boldini




Tu espalda es mi descanso, mi sosiego,
es la calma después de haber amado,
tu espalda es un refugio donde llego
a lamer mis heridas angustiado.



Ramón de Almagro





Montserrat Gudiol


Diego Rivera


Edvard Munch


Ramón Casas


Paul Gaugin




¡Eres! Y tan desnuda, tan continua, tan simple que el mundo vuelve a ser fábula irresistible. 


Jorge Guillén 



Amedeo Modigliani




Amo tu desnudez porque desnuda me bebes con los poros, como hace el agua cuando entre sus paredes me sumerjo. 


Roque Dalton




Jules Joseph Lefebvre




Quien ama de veras, sale de sí mismo. Quien sale de sí, se desnuda de sí. 


Rumi



Isidore Pils




Antoine Auguste Ernest Hèbert




Gilbert Alexandre de Severac




Henri Manguin


Si te preguntas porque no dejo de acariciarte, es que mi amor se desborda y sobre tu cuerpo se convierte en arte.





Julio Romero de Torres


Ricardo Falero




Salvador Dalí, Gala




Porque quiero tu cuerpo ciegamente. Porque deseo tu belleza plena. Porque busco ese horror, esa cadena mortal, que arrastra inconsolablemente. 


Blas de Otero 




Christoffer Wilhem.


William Merritt Chase




El cuerpo es carta astral en lenguaje cifrado. Encuentras un astro y quizá deberás empezar a corregir el rumbo cuando nube huracán o aullido profundo te pongan estremecimientos. 


Gioconda Belli 




Pino Daeni


Catherine Abel




Fernando Botero




Daniel Sabater Salabert




Tamara de Lempicka

Frantirek Kupka


Frederick Carl Frieseke


José de Togores


Luis de Bea y Pelayo




Mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne; iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo. Aunque sólo sea una esperanza, porque el deseo es pregunta cuya respuesta nadie sabe. 


Luis Cernuda






Diego Velazquez, (no podía faltar)




*.- El otro día hice una entrada de nucas, antes de musas y de ninfas, ahora me toca las espaldas. Muchos pintores les hicieron honores, solo puse algunos. Y también me propongo elogiar la espalda masculina, y esa entrada, quizás, me guste más. Espero que disfruten.