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Mostrando las entradas para la consulta ALEJANDRA PIZARNIK ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
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jueves, 22 de julio de 2021

PERFECTAMENTE TRISTE

"Perfectamente triste
para besar la boca inútil de la muerte,
lloro ante los sueños rotos
que me separan de las cosas".


(poema inédito escrito en 1959 por Alejandra Pizarnik.)



Edvard Hopper
"Hola a todos, ya hace tiempo que no entro en mi querido rincón, estoy pasando uno de los momentos más tristes de mi vida con la muerte repentina de mi hijo. Es un dolor tan grande que no me deja ni respirar y menos atender este blog. 

Espero volver, no sé cuándo ni cómo. Necesito fuerzas, no las encuentro aún.

Besoss a todos, gracias por seguir entrando a pesar de mi abandono".


No sé de ningún mundo mejor*

Esto ya no era yo desde hace tiempo.

¿Cómo va a terminar? Me he vuelto
aburrida y tan lenta y tan fría
que, sin mi dolor, ya no estaría viva.

He implantado mi amabilidad,
mi risa y una música del porvenir
en la aridez de un pecho recolectado.

He amado como los salvajes,
entusiasmada por el amor y por cada día.
He adorado, he quemado raíces, he ayudado..."


*.- Poeta austriaca Ingeborg Bachmann (1926-1973)

 


miércoles, 24 de octubre de 2012

Y TIERNO CORAZÓN GUERRERO


Kris Trappeniers
Soy mujer. Y un entrañable calor me abriga cuando el mundo me golpea. 
Es el calor de las otras mujeres, 
de aquellas que hicieron de la vida este rincón sensible, luchador, de piel suave y tierno corazón guerrero" 
Alejandra Pizarnik

domingo, 17 de enero de 2016

ALEJANDRA PIZARNIK - "LLORO PORQUE NO HAY SERES MÁGICOS"


Sophia McCloud



El miedo

En el eco de mis muertes
aún hay miedo.
¿Sabes tu del miedo?
Sé del miedo cuando digo mi nombre.
Es el miedo,
el miedo con sombrero negro
escondiendo ratas en mi sangre,
o el miedo con labios muertos
bebiendo mis deseos.
Sí. En el eco de mis muertes
aún hay miedo.


"Mujer con sombrero negro", Egon Schiele, 1909


jueves, 16 de febrero de 2012

FEMME MALADE


Godel Darel, Le Malade

Aún si digo sol y luna y estrella me refiero a cosas que me suceden. ¿Y qué deseaba yo? Deseaba un silencio perfecto. Por eso hablo ...; lo dijo Alejandra Pizarnik. 


Voy a ausentarme un tiempo de mi blog por motivos de salud, volveré lo sé, mi fortaleza mueve montañas.

viernes, 15 de febrero de 2013

EL MIEDO - ALEJANDRA PIZARNIK


No [poder] querer más vivir sin saber qué vive en lugar mío 
ni escribir si para herirme la vida toma formas tan extrañas.


Remedios Varo, Mimetismo


en el eco de mis muertes
aún hay miedo.
¿Sabes tú del miedo?
sé del miedo cuando digo mi nombre.
Es el miedo,
el miedo con sombrero negro
escondiendo ratas en mi sangre,
o el miedo con labios muertos
bebiendo mis deseos.
Sí. En el eco de mis muertes
aún hay miedo.




martes, 24 de marzo de 2020

EL SILENCIO PARA LOS POETAS, EL SILENCIO PARA HOPPER


"Hay dolores que se expresan callando". Eduardo Galeano




Edward Hopper





"Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.

Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.

Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.

Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor..". Jaime Sabines




Edward Hopper



"Le tengo rabia al silencio
por lo mucho que perdí.
Que no se quede callado
quien quiera vivir feliz.
Un día monté a caballo
y en la selva me metí
y sentí que un gran silencio
crecía dentro de mí.
Hay silencio en mi guitarra
cuando canto el garabí
y lo mejor de mi canto
se queda dentro de mi". Atahualpa Yupanqui



Edward Hopper


"Silencio, ¿dónde llevas
tu cristal empañado
de risas, de palabras
y sollozos del árbol?
¿Cómo limpias, silencio,
el rocío del canto
y las manchas sonoras
que los mares lejanos
dejan sobre la albura
serena de tu manto?
¿Quién cierra tus heridas
cuando sobre los campos
alguna vieja noria
clava su lento dardo
en tu cristal inmenso?
¿Dónde vas si al ocaso
te hieren las campanas
y quiebran tu remanso
las bandadas de coplas
y el gran rumor dorado
que cae sobre los montes
azules sollozando?.." Federico García Lorca



Edward Hopper



"Me alejo en silencio como una cinta de seda
Paseante de arroyos
Todos los días me ahogo
En medio de plantaciones de plegarias
Las catedrales de mis ternuras cantan a la noche bajo el agua
Y esos cantos forman las islas del mar

Soy el paseante
El paseante que se parece a las cuatro estaciones

El bello pájaro navegante
Era como un reloj envuelto en algodón
Antes de volar me ha dicho tu nombre

El horizonte colonial está cubierto todo de cortinajes
Vamos a dormir bajo el árbol parecido a la lluvia". Vicente Huidobro



Edward Hopper


"Oh voz, única voz: todo el hueco del mar,
todo el hueco del mar no bastaría
todo el hueco del cielo,
toda la cavidad de la hermosura
no bastaría para contenerte,
y aunque el hombre callara y este mundo se hundiera
oh majestad, tú nunca,
tú nunca cesarías de estar en todas partes,
porque te sobra el tiempo y el ser, única voz,
porque estás y no estás, y casi eres mi Dios,
y casi eres mi padre cuando estoy más oscuro". Gonzalo Rojas




Edward Hopper


"Solo la sed
el silencio
ningún encuentro

cuídate de mí amor mío
cuídate de la silenciosa en el desierto
de la viajera con el vaso vacío
y de la sombra de su sombra". Alejandra Pizarnik




Edward Hopper


"Qué espléndida laguna es el silencio
allá en la orilla una campana espera
pero nadie se anima a hundir un remo
en el espejo de las aguas quietas". Mario Benedetti




Edward Hopper




"Oh, silencio, silencio… esta tarde es la tarde
en que la sangre mía ya no corre ni arde.

Oh silencio, silencio que se callan las aves,
se adormecen las flores, se detienen las naves.

Oh silencio, silencio que una estrella ha caído
dulcemente a la tierra, dulcemente y sin ruido.

Oh silencio, silencio que la noche se allega
y en mi lecho se esconde, susurra, gime y ruega.

Oh silencio, silencio… que el silencio me toca
y me apaga los ojos, y me apaga la boca.

Oh silencio, silencio… que la calma destilan
mis manos cuyos dedos lentamente se afilan…". Alfonsina Storni



Edward Hopper

"Mi casa tan lejos del mar
Mi vida tan lenta y cansada.
¡Quién me diera tenderme a soñar
una noche de luna en la playa!

Morder musgos rojizos y ácidos
y tener por fresquísima almohada
un montón de esos curvos guijarros
que ha pulido la sal de las aguas.

Dar el cuerpo a los vientos sin nombre
bajo el arco del cielo profundo
y ser toda una noche, silencio,
en el hueco ruidoso del mundo". Juana de Ibarbourou



Edward Hopper



"Oh, mi gentil señora, ¿no te asalta el espanto?
¿Cuál es, di, de tu ensueño el poderoso encanto?
debes de haber venido de los lejanos mares
a este jardín hermoso de troncos seculares.
Extraños son, mujer, tu palidez, tu traje,
y de tus largas trenzas el flotante homenaje;
Pero aún es más extraño el silencio solemne
en que envuelves tu sueño misterioso y perenne.
La dama gentil duerme. ¡Que duerman para el mundo!
Todo lo que es eterno tiene que ser profundo..". Edgar Allan Poe




Edward Hopper



"Y los silencios lo cantan todo, son la vida entera de cada uno resucitando, reconstruyéndose y requiriendo a la otra para completarse; son las existencias de ambos abrazándose en un trenzado de anhelos y esperanzas. Por eso tras de cada silencio fluyen las revelaciones...". José Luis Sampedro






"Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto. Pablo Neruda



Edward Hopper


"El silencio que queda entre dos palabras
no es el mismo silencio que envuelve una cabeza cuando cae,
ni tampoco el que estampa la presencia del árbol
cuando se apaga el incendio vespertino del viento.

Así como cada voz tiene un timbre y una altura,
cada silencio tiene un registro y una profundidad.
El silencio de un hombre es distinto del silencio de otro
y no es lo mismo callar un nombre que callar otro nombre.

Existe un alfabeto del silencio,
pero no nos han enseñado a deletrearlo.
Sin embargo, la lectura del silencio es la única durable,
tal vez más que el lector". Roberto Juarroz




Edward Hopper



"Después de unas cuantas voces
de amor, de dolor, de miedo,
que lanzamos en la vida,
nos reconquista el Silencio.

¡El gran silencio, que fue
antes de los vanos ecos
de este mundo, y que será
cuando cesen todos ellos!

¡Un Silencio sin fronteras
más que inmóvil, más que muerto,
definitivo reposo,
en cuyo inmutable seno
ya no se desgranará
el collar de los momentos
ilusorios y fugaces,
porque ya no habrá más Tiempo!

¡Descanso de la Energía,
que en sí misma recogiendo
su vibración creadora,
reabsorberá el universo!". Amado Nervo




Edward Hopper



La serenidad del silencio: Un lenguaje que corte el resuello. Rasante, tajante, cortante. Un ejército de sables. Un lenguaje de aceros exactos, de relámpagos afilados, de esdrújulos y agudos, incansables, relucientes, metódicas navajas. Un lenguaje guillotina. Una dentadura trituradora, que haga una masa del yotúélnosotrosvosotrosellos. Un viento de cuchillos que desgarre y desarraigue y descuaje y deshonre…". Octavio Paz





Edward Hopper



Acompaño estos silenciosos poemas con obras de Hopper, el poeta de la soledad, del silencio. Sus paisajes interiores están habitados por el vacío, por la soledad, por el frío y, sobre todo, por el silencio, ese silencio que ahoga las voces y los desgarrados gritos de un mundo que desaparece irremisiblemente. Ante nosotros aparece reflejado el estado de ánimo de un mundo agonizante, de una sociedad destruida por el aislamiento del egoísmo y la falta de comunicación.


"Goethe escribió que el propósito y finalidad de toda actividad (literaria, artística ..) consiste en reproducir el mundo que nos rodea como si fuera el reflejo del mundo que está dentro de nosotros. Todo está revestido, recreado, relacionado, moldeado y reconstruido de una forma personal y original. Yo aplico esta idea a mi pintura. Para mí es fundamental". 



EDWARD HOPPER, EL PINTOR DEL SILENCIO:



Los sentimientos que transmiten sus cuadros: melancolía, soledad, desesperanza. Pero al mismo tiempo paz, tranquilidad y calma, aunque a veces sólo sea en apariencia.

Nadie habla con nadie. Sus personajes no se dicen nada, porque nada tienen ya que decirse, si es que lo tuvieron alguna vez. Eso es lo aterrador, encontrar a seres humanos que habitan este mundo sin tener nada que decir, nada que compartir. Son náufragos, seres desterrados, seres sin universo, sin rumbo y sin hogar. Les vemos en la habitación de un hotel, pensativos, cabizbajos, sumidos en ese terrible silencio que es su único lenguaje. No hay felicidad en sus rostros. No la puede haber. Ni alegría. Ni sonrisas. Su vida no es más que una espera, una terrible, solitaria y sempiterna espera.





"Si pudiera decirlo con palabras, no habría ninguna razón para pintarlo". Hopper




viernes, 8 de julio de 2011

ENCONTRÉ ESTE POEMA Y ESTE CUADRO Y ME ACORDÉ DE MI MESA VERDE DE LA COCINA

ANTONIO ALCÁNTARA
La mesa verde

El sol como un gran animal demasiado amarillo. Es una suerte que nadie me
ayude. Nada más peligroso, cuando se necesita ayuda, que recibir ayuda.

Pero a mi noche no la mata ningún sol.

¿Tendré tiempo para hacerme una máscara cuando emerja de la sombra?

Me pruebo en el lenguaje en que compruebo el peso de mis muertos.

El mar esconde sus muertos. Porque lo de abajo tiene que quedar abajo.



ALEJANDRA PIZARNIK

martes, 31 de marzo de 2015

OCHO MUJERES QUE HACEN QUE LA VIDA MEREZCA LA PENA - SENSIBLES, CONTUNDENTES, LUCHADORAS, REBELDES ...

"Yo no olvido. ¿Por qué no olvido? No sé por dónde empezar a olvidar. Aún continúo asombrada por no estar loca. Pero ¿es posible vivir así, enloqueciendo de asombro por no estar loca?". Alejandra Pizarnik


***



"Algunas mujeres se casan con casas. Es otra especie de piel; tiene un corazón, 
una boca, un hígado y movimiento de intestinos. Las paredes son estables y rosadas. Mirad cómo se pasa el día hincada de rodillas, lavándose fielmente. 
Los hombres penetran a la fuerza, retrocediendo como Jonás dentro de sus gordas madres. Una mujer es su madre. Eso es lo más importante". Anne Sexton


***


"Cierro los ojos y el mundo muere; Levanto los párpados y nace todo nuevamente. (Creo que te inventé en mi mente). Debí haber amado al pájaro de trueno, no a ti; Al menos cuando la primavera llega ruge nuevamente. Cierro los ojos y el mundo muere. (Creo que te inventé en mi mente)". Sylvia Plath


***


"¡Corazón... silencia!... ¡Cúbrete de llagas!... (de llagas infectas) ¡cúbrete de mal!... ¡Que todo el que llegue se muera al tocarte, corazón maldito que inquietas mi afán! ¡Adiós para siempre mis dulzuras todas! ¡Adiós mi alegría llena de bondad! ¡Oh, las cosas muertas, las cosas marchitas, las cosas celestes que no vuelven más!". Alfonsina Storni


***


"Tengo vergüenza de mi boca triste, de mi voz rota y mis rodillas rudas; ahora que me miraste y que viniste, me encontré pobre y me palpé desnuda. Si tú me miras, yo me vuelvo hermosa como la hierba a que bajó el rocío, y desconocerán mi faz gloriosa las altas cañas cuando baje al río". Gabriela Mistral


***


"Mas, van pasando los años, las cosas son muy distintas, lo que fue vino hoy es tinta, lo que fue piel hoy es paño, lo que fue cierto hoy engaño. Todo es penuria y quebranto de las leyes yo me espanto, lo paso muy confundida y es grande torpeza mía buscar alivio en mi canto. La vida me da recelo, me espanta la indiferencia, la mano de la inclemencia, me ha echado este nudo ciego. La fuerza me ha consumido y me ha atormentado el alma pa'mí lo que llaman calma es vocablo sin sentido". Violeta Parra

***


"¡Ah, qué estoy cansada! Déjame que duerma; pues, como la angustia, la alegría enferma. ¡Qué rara ocurrencia decir que estoy triste! ¿Cuándo más alegre que ahora me viste? ¡Mentira! No tengo ni dudas, ni celos, ni inquietud, ni angustias, ni penas, ni anhelos, si brilla en mis ojos la humedad del llanto, es por el esfuerzo de reírme tanto...". Juana de Ibarbourou


***


"Deliciosa congoja si creo reconocerte me hace desfallecer: toda mi piel nombrándote, toda mi piel alerta, pendiente de mis ojos. Indaga mi pupila, todo atisbo comprueba, todo indicio que me conduzca a ti, que te introduzca al ámbito donde sólo tu imagen prevalece y te coincida y funda, te acerque, te inaugure y para siempre estés". Ana Rossetti



*.- Ocho mujeres que admiro, quedan otras, hoy dejo las que más me han hecho temblar y desear cambiar este mundo tan poco sensible.


domingo, 22 de febrero de 2015

ME SIENTO PEZ FUERA DEL AGUA


"Pero el silencio es cierto.

Por eso escribo.

Estoy sola y escribo.

No, no estoy sola.

Hay alguien aquí que tiembla.."


Alejandra Pizarnik




MUJER-PEZ, MAGRITTE



En un mundo que se desmorona (iba a decir lentamente pero lo hace a una velocidad vertiginosa), ¿a quién le puede importar ya el sufrimiento ajeno?, ¿quién sigue teniendo el poder de sorpresa que antes teníamos?.

Ya todo parece previsible, leemos que hay hambre y seguimos con nuestra vida o que se siguen matando los humanos entre sí y también, nos basta con solidarizarnos en alguna red social y ya hemos limpiado nuestras conciencias. 

Triste ¿no? 

Si no somos capaces de empatizar con las personas que tenemos cerca de nuestras vidas, me pregunto cómo lo íbamos a hacer con las que están bien lejos, en un puro sufrimiento. 

¿Por qué el ser humano se ha vuelto tan egoísta? 

¿Cómo hemos llegado es esto? 

¡Qué mundo más feo nos ha tocado vivir! 

Y me vuelvo a repetir una y otra vez ¿Qué me hace llorar así? ¿Cómo paliarlo? 

Resulta que estás mal, todos ven que estás mal, hundida, escondida, trepando paredes y rincones, silenciosa, miedosa, en donde cualquier ruido es un enemigo, y se me pide que sea yo la que vaya a mis amigos, la que haga el esfuerzo infinito que no tengo, y si no lo haces, entonces, eres mala, egoísta, un asquito de mujer que ya no vale la pena, un despojo, algo de lo que apartarse, y cada cual se miente a sí mismo con excusas absurdas. 

Esto me hace pensar en muchas cosas. Que los seres humanos se han vuelto inmunes a las emociones más cercanas. Y que nunca fui una mujer importante para ninguno de ellos. O quizás que me he vuelto egoísta yo. Y que las personas "sirven" siempre que estén contentas y sean útiles, en caso contrario ya no valen. 

Porque entonces ya te tachan de pasiva, poco luchadora, en fin, una mujer que decepciona. 

Porque en este mundo desmoronado sólo valen las personas 

fuertes, 

sonrientes, 

luchadoras, 

con garra.... 

y si no lo eres, te echan a la hoguera al igual que en la Edad Media. 

Es decir, hay que fingir estar bien, hay que dar esa impresión de que todo va perfecto y de que sigues siendo esa mujer fuerte y luchadora. Fingir. Guardar sentimientos. Aparentar. Disimular. Sonreír. 

Me siento pez fuera del agua, me niego a seguir esas pautas, mis últimos coletazos de pez moribundo expiran y se estremecen ante tanta frialdad y ante un mundo tan hipócrita. 

¿Qué me hace llorar así? Esto no debería estar pasando. 

No puedo ser libre en este mundo. Así como está hecho. Así, tan sólido. Él , tan sólido. Quiero desmigajarlo, volverlo frágil, humano. 

Son mis últimos días de pez, el tiempo degrada mi cuerpo para transformarlo en sol.






jueves, 21 de junio de 2012

DIEZ MUJERES REVOLUCIONARIAS

El siglo XX fue testigo de un boom de la literatura creada por mujeres, que no es lo mismo que femenina, que refrescó y modificó el paisaje cultural.

Valientes y feroces, las escritoras contemporáneas demostraron con creces que el sitio que se les había negado en el medio intelectual les pertenecía por derecho propio. Mujeres que contribuyeron a revolucionar el arte literario con obras de indiscutible calidad.





Virginia Woolf (1882-1941)

Aunque Nicole Kidman obtuvo un Oscar por este papel, la Virginia Woolf retratada en Las horas (2002), filme que adapta la notable novela homónima de Michael Cunningham, no logra captar toda la complejidad del personaje de carne y hueso. Tristemente célebre por el desequilibrio mental que la condujo a ahogarse en el río Ouse con los bolsillos llenos de piedras, Woolf revolucionó la narrativa de su tiempo gracias a “un lenguaje capaz de fingir persuasivamente la subjetividad humana, los meandros y ritmos escurridizos de la conciencia”.

Parte del brillante grupo literario llamado Círculo de Bloomsbury, la autora inglesa supo ordenar las voces de la locura en monólogos interiores que exploran la sensibilidad femenina en clásicos como Las olas, Orlando y La señora Dalloway, llevados al cine por Annette Apon (1982), Sally Potter (1992) y Marleen Gorris (1997). Qué leer:

La señora Dalloway (novela, 1925), Al faro (novela, 1927), Las olas (novela, 1931). 






Marguerite Yourcenar (1903-1987)

Historiadora-poeta y novelista, según ella misma se definía, Marguerite de Crayencour también descolló como ensayista, crítica y traductora; en este rubro sobresale su versión al francés de Las olas, de Virginia Woolf. Apoyada por su padre Michel, que participó en la elección de su seudónimo –un anagrama de su apellido–, Yourcenar nació para la literatura a los 18 años con El jardín de las quimeras, libro de poesía que sienta las bases de una obra proclive al refinamiento y al buceo en el pasado familiar, mitológico e histórico.

Aunque no renunció a su idioma natal, la escritora se nacionalizó estadunidense en 1947, 13 años después de conocer a Grace Frick, con la que entabló un vínculo profundo. En 1980 se convirtió en la primera mujer que ingresó a la Academia Francesa; su fama se debe en buena medida a Memorias de Adriano y Opus Nigrum, esta última filmada por André Delvaux. Qué leer:

El tiro de gracia (novela, 1939), Memorias de Adriano (novela, 1951), Opus Nigrum (novela, 1968).




Simone de Beauvoir (1908-1986)

“El problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres.” Esta frase podría resumir la postura de Simone Lucie-Ernestine-Marie-Bertrand de Beauvoir, gran baluarte del feminismo contemporáneo. Nacida en París en el seno de una familia burguesa y católica, la autora de esa punta de lanza titulada El segundo sexo, libro que disecciona el rol de la mujer en las comunidades occidentales, demostró su carácter progresista al entrar en la Sorbona para estudiar filosofía.

Justo en la universidad conoció a la figura que la marcaría para siempre: Jean-Paul Sartre, padre del existencialismo, con quien De Beauvoir fincó un amor libre que a veces llamó al escándalo pero que no le impidió relacionarse con otros intelectuales como el escritor Nelson Algren. Tres de sus obras han sido llevadas al cine: La sangre de los otros (1984), La mujer rota (1988) y Todos los hombres son mortales (1995).

Qué leer:

El segundo sexo (ensayo, 1949), Los mandarines (novela, 1954), La mujer rota (novela, 1967). 




Marguerite Duras (1914-1996)

“Un día, ya entrada en años, en el vestíbulo de un edificio público, un hombre se me acercó. Se dio a conocer y me dijo: ‘La conozco desde siempre. Todo el mundo dice que de joven era usted hermosa, me he acercado para decirle que en mi opinión la considero más hermosa ahora que en su juventud.’”

Así inicia El amante, novela autobiográfica ganadora del Premio Goncourt que fue filmada por Jean-Jacques Annaud y afianzó el éxito mundial de Marguerite Duras, seudónimo de Marguerite Donnadieu. Originaria de Indochina pero avecindada en París desde 1932, Duras se caracterizó por un talento prolífico que vagó a sus anchas lo mismo por la literatura que por el teatro y el cine; en esta disciplina destaca su labor como directora de una veintena de cintas y guionista de varios clásicos (Hiroshima mi amor, de Alain Resnais). Fue una de las representantes de la corriente llamada nouveau roman.

Qué leer:

Moderato cantabile (novela, 1958), El vice-cónsul (novela, 1965), El amante (novela, 1984). 




Clarice Lispector (1920-1977)

En el prólogo a los Cuentos reunidos, Miguel Cossío Woodward establece las coordenadas que rigen la obra siempre estimulante de Clarice Lispector: el vuelo ensayístico, la fulguración poética, el golpe de la realidad cotidiana y la historia interrumpida que podría continuar más allá de la anécdota: “En todo cuanto escribió está la misma angustia existencial, similar búsqueda de su identidad femenina y, más adentro, de su condición plena de ser humano.”

Desde que debutó a los 23 años con Cerca del corazón salvaje, esta narradora nacida en Ucrania, afincada en Río de Janeiro y casada con un diplomático –su vida, por tanto, fue itinerante– hizo gala de un interés por la indagación filosófica y psicológica que renovó la literatura brasileña. Hay adaptaciones fílmicas de una de sus novelas (La hora de la estrella) y de dos de sus relatos (“Una estrella nueva” y “El cuerpo”).

Qué leer:

La pasión según G. H. (novela, 1964), Aprendizaje o el libro de los placeres (novela, 1969), Cuentos reunidos (relato, 2001). 





Patricia Highsmith (1921-1995)

Con Extraños en un tren, su primera novela convertida por Alfred Hitchcock en un clásico del cine (1951), Patricia Highsmith fundó una obra fértil que no sólo modificaría el rostro del género policiaco y del thriller psicológico, sino que constituiría uno de los ejemplos más perturbadores de la narrativa contemporánea en lengua inglesa.

Oriunda de Texas pero exiliada en Suiza, Highsmith triunfó en lo que otras autoras fracasan: diseñar un personaje masculino verosímil. Impostor por excelencia, paradigma de la amoralidad que odia el asesinato salvo que sea absolutamente necesario, Tom Ripley protagoniza una saga inolvidable: El talento de Ripley (1955), La máscara de Ripley (1970), El juego de Ripley (1974), Tras los pasos de Ripley (1980) y Ripley en peligro (1991). Entre los actores que lo han encarnado están Alain Delon y Dennis Hopper, Matt Damon y John Malkovich, sin duda el mejor.

Qué leer:

La saga de Tom Ripley (cinco novelas), El diario de Edith (novela, 1977), Pájaros a punto de volar y Una afición peligrosa (relato, 2002). 




Janet Frame (1924-2004)

Casi desconocida en nuestro idioma aunque con un reconocimiento cada vez mayor a nivel mundial –en fechas recientes fue candidata al Premio Nobel de Literatura–, Janet Paterson Frame llevó una existencia silenciosa, alejada del ruido que suele campear en el medio intelectual.

Signada por la pobreza y la tragedia –un hermano fue epiléptico; dos hermanas murieron ahogadas–, la vida de esta narradora, poeta y ensayista neozelandesa dio un giro brusco en 1945, cuando por un colapso nervioso se le diagnosticó esquizofrenia y empezó un periplo por diversos hospitales psiquiátricos que incluyó electrochoques y la posibilidad de una lobotomía, cancelada gracias a que La laguna, su primer libro de cuentos, fue premiado en 1952. Esta experiencia es la base de la trilogía autobiográfica que Jane Campion filmó bajo el título Un ángel en mi mesa (1990).

Qué leer:

Hacia la isla (novela, 1982), Un ángel en mi mesa (novela, 1984) y El mensajero de la ciudad de los espejos (novela, 1985). 




Rosario Castellanos (1925-1974)

Indudablemente una de las principales protagonistas de la vida cultural mexicana del siglo XX, Rosario Castellanos fue dueña de una versatilidad literaria que le permitió deambular con soltura por la narrativa, la poesía, el teatro, el ensayo, la crítica y el periodismo.

Nacida en la Ciudad de México, su infancia y pubertad transcurrieron no obstante en Chiapas, la tierra de sus antepasados que se volvería una presencia fundamental en su obra. Así lo constata la trilogía indígena integrada por Ciudad real, Oficio de tinieblas y Balún Canán, novela reeditada en múltiples ocasiones, traducida a varios idiomas y llevada al cine por Benito Alazraki en 1977. Editorialista de Excélsior, Castellanos fue una aguerrida defensora del feminismo en nuestro país; nombrada embajadora de México en Israel en 1971, murió en Tel Aviv debido a una descarga eléctrica.

Qué leer:

Balún Canán (novela, 1957), Poesía no eres tú. Obra poética 1948-1971 (poesía, 1972), Mujer que sabe latín… (ensayo, 1973). 






Susan Sontag (1933-2004)

El estatus de icono cultural alcanzado por esta mujer orquesta oriunda de Nueva York queda ratificado en Gremlins 2 (1990), donde el líder de los duendecillos maléficos dice: “Sí, la civilización.

La convención de Ginebra, la música de cámara, Susan Sontag: queremos ser civilizados.” Novelista, ensayista, crítica, directora de escena y cineasta, Sontag puso su sagacidad al servicio de un activismo político que la mantuvo en el centro de la polémica y la condujo a montar Esperando a Godot –obra clave del teatro del absurdo– en pleno conflicto de los Balcanes en Sarajevo, ciudad a cuyos residentes ayudó y que en muestra de gratitud bautizará una calle con su nombre. En Contra la interpretación, libro capital, hay una frase que sintetiza su pensamiento: “Lo que ahora importa es recuperar nuestros sentidos. Debemos aprender a ver más, a oír más, a sentir más.”

Qué leer:

Contra la interpretación (ensayo, 1966), Bajo el signo de Saturno (ensayo, 1980), El amante del volcán (novela, 1992).





Elfriede Jelinek (1946)

Según el comunicado de prensa, la Academia Sueca otorgó el Premio Nobel de Literatura 2004 a esta narradora y dramaturga nacida en Mürzzuschlag, pequeña ciudad de la provincia austriaca de Estiria, “por el flujo musical de voces y contravoces patente en novelas y obras de teatro que con insólito fervor lingüístico revelan el absurdo de los clichés sociales y su poder subyugante”.

Partidaria de una misantropía que le ha valido infinidad de críticas en su país, cuya “barbarie cultural” se ha empeñado en fustigar sin clemencia, Elfriede Jelinek se negó a asistir a la ceremonia de premiación, lo que alimentó el fuego de una controversia desatada por el fallo del jurado.

Lejos de los reflectores, sin pelos en la lengua, la escritora persiste en un análisis del resquebrajamiento humano que rinde frutos inquietantes en libros como La pianista, llevado al cine por Michael Haneke en 2001.



http://oswaldolilly.blogcindario.com


En otra entrada hablaré de otras mujeres excepcionales e imprescindibles, como Anaïs Nin, Gioconda Belli, Alejandra Pizarnik y un largo ecétera..