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viernes, 15 de julio de 2016

PEGGY GUGGENHEIM - PRIMERA DAMA DEL ARTE MODERNO




"El arte es cuestión de personalidad". 

Marcel Duchamp. 






La protagonista de esta entrada fue una gran mecenas y coleccionista de arte del siglo XX. Nació en el seno de una familia de magnates, los Guggenheim, un apellido vinculado al mundo del arte. Marguerite era una de las tres hijas de Benjamin Guggenheim y de Florette Seligman. Sus padres provenían de familias judías que habían emigrado desde Europa y llevaban dos generaciones haciendo fortuna en Estados Unidos. Aunque Ben Guggenheim había heredado una considerable suma de su padre, no tenía habilidad para los negocios, por lo que su herencia disminuyó considerablemente debido a un buen número de inversiones desastrosas.

Poseedor de una conocida fama de mujeriego, Ben vivía habitualmente en su apartamento de París lejos de su esposa y de sus hijas, aparentemente por motivos de sus negocios y en realidad viviendo con alguna de sus múltiples amantes. Cuando en abril de 1912 embarcó en el Titanic en Cherburgo (Francia), lo acompañaba su amante, una cantante francesa llamada Léontine Aubart, así como un pequeño grupo de criados, un chófer, una doncella, un mozo, y sobre todo su mayordomo y hombre de confianza Giglio. Tanto él como sus criados perecieron en el hundimiento del transatlántico y sus cuerpos nunca fueron recuperados.

A los catorce años, Peggy pudo heredar una pequeña fortuna que sustentó sus caprichos artísticos. La joven heredera, aunque estilizada e interesante, no calificaba dentro de los parámetros de la estereotipada jovencita bella y adinerada. Su nariz – que había ganado el título de berenjena – atormentaba su frágil autoestima adolescente. Sus complejos y su inseguridad la llevaron a una cirugía plástica de nariz con resultados desastrosos. Así, se volvió una joven solitaria alejada de los círculos sociales de su entorno, retraída y sin encanto. Tras terminar sus estudios, encontró trabajo en una librería que comercializaba literatura de avant-garde y ciertas representaciones inusuales del arte.



Peggy Guggenheim, vestida por Poiret, fotografiada por Man Ray, 1924 



En 1920, viajó a Europa y descubrió mucho más que un continente: un horizonte lleno de experiencias aguardaba a una Peggy huérfana de estímulos. Al arribar al viejo mundo nunca imaginó que se quedaría allí veintitrés años. El desembarco europeo le acercó las emanaciones que se respiraban en los barrios bohemios de las grandes ciudades. París y Londres fueron sus maestras y desplegaron ante sus ojos las maravillas del arte que la encandilarían. Peggy no sabía mucho de arte moderno, sus conocimientos de arte llegaban hasta el impresionismo, pero pronto aprendió de su amigo Marcel Duchamp, que le enseñó la diferencia entre abstracto y surrealismo.

En 1938, inauguró en Londres la Guggenheim Jeune con una exposición de Jean Cocteau. 

El arte surrealista y abstracto que Cocteau exhibió era desconocido en el Reino Unido. Mucha gente estaba desconcertada, si no es que molesta, por este tipo de "arte nuevo" y pocos compraron los cuadros. En afán de fomentar las ventas y consolar a los artistas, la misma Peggy comenzó a comprar las obras secretamente. 

La exposición de la obra de Cocteau fue seguida por exhibiciones de Kandinsky, Yves Tanguy, Wolfgang Paalen y otros artistas, tanto famosos como emergentes. 

Peggy convocó a exposiciones de collage y escultura, con la participación de artistas como Antoine Pevsner, Henry Moore, Alexander Calder, Raymond Duchamp-Villon, Constantin Brancusi, Jean Arp, Max Ernst, Pablo Picasso, George Braque y Kurt Schwitters. 

Peggy admiraba también el trabajo de John Tunnard y es acreditada como su descubridora en la historia modernista.



Fotografía de artistas en el exilio en el apartamento de Peggy Guggenheim en Nueva York, 1942
Primera fila, de izquierda a derecha: Stanley William Hayder, Leonora Carrington, Frederick Kiesler, Kurt Seligmann. Detrás: Max Ernst, Amadee Ozenfant, Andre Breton, Fernand Leger, Berenice Abbott. Última fila: Jimmy Ernst, Peggy Guggenheim, John Ferren, Marcel Duchamp ; Piet Mondrian. 



Además, Man Ray , Tanguy , Brancusi, Frederic Kiesler, Breton o los escritores Samuel Beckett o Djuna Barnes, así como sir Herbert Read o la anarquista Emma Goldman ( una de las defensoras de la libertad de la mujer) fueron sus amigos. Esta última fue, quizás, quien mejor que nadie conoció la bonhomía (*) de su benefactora cuando estando exilada de Estados Unidos, recibió como regalo de Peggy una casa en Saint-Tropez.

A partir de este momento la voracidad de Peggy por las obras de vanguardia era cada día más extrema. Su lema se volvió “ Compra una obra cada día ”. Gracias a la posibilidad económica de poder obedecer a dicha premisa, su colección se tornó inmensa. Así consiguió ser dueña y hacedora de una de las colecciones más admiradas de arte moderno del mundo.

La colección permanente incluye obras maestras del cubismo, el futurismo, la pintura metafísica, Europeo abstraccionismo, el surrealismo y el Expresionismo Abstracto Americano.



Peggy Guggenheim en la sala surrealista de Art of This Century 



Con el estallido de la guerra volvió a su país, Estados Unidos. En Nueva York abrió una galería de arte moderno, Art of This Century. En este lugar, Peggy descubrió el expresionismo abstracto de Jackson Pollock. 


Su galería acogió las primeras muestras del artista. Peggy le pagaba cada mes y le organizaba exposiciones. Se convirtió en su mecenas. Diariamente, Peggy iba acompañada de sus perros a la galería. De noche, organizaba fiestas salvajes a las cuales asistían invitados del medio artístico. Tras varios años en América, se instaló en la ciudad más romántica de Italia, Venecia, y buscó un palacio para vivir ella y sus perros.










Compró el Palazzo Venier dei Leoni, un palacio inacabado del siglo XVIII, donde instaló un museo privado para su enorme colección de cuadros y esculturas a orillas del Gran Canal. A este museo le dedicó los últimos años de su vida, rodeada siempre de una alborotada jauría de mascotas y mimetizada con la ciudad, adquiriendo cierto aire de misterio y de sofisticación. 



Peggy in Palazzo Venier dei Leoni 



Deambulaba por sus jardines prósperos de bronces y mármoles, ataviada con excéntricas vestimentas, lentes oscuras y originales accesorios que la dotaban de una enigmática belleza. Así reinó en el palacio renacentista como una antigua emperatriz oriental. Abrió las puertas de su palacio al público durante varios años. 

Hoy, el palacio acoge el Museo Guggenheim de Venecia. Su costumbre de organizar fiestas siguió vigente y en su casa se reunían celebridades como Yoko Ono o Truman Capote. A principios de los años 60 dejó de coleccionar, si bien prestaba sus obras a exposiciones.


“No soy una coleccionista. Soy un museo” 


Se casó en primeras nupcias con el escritor Lawrence Vail, con quien compartió un matrimonio en donde florecían las escenas violentas, los insultos y los maltratos verbales y físicos, contrastando con la belleza, la elegancia y la sofisticación de los ambientes que frecuentaban. Su genial marido, bon vivant, bohemio, alcohólico y agresivo, no dudaba en denigrarla arrojándole cualquier objeto que se le cruzara, ya fuera en la privacidad del hogar, ya en la esfera pública, la calle o un restaurante, siempre eran lugares aptos para agredirla. 


De la amarga unión nacieron dos hijos, Sindbad y Jezebel ( a la que llamaban Pegeen ). Tras soportar siete años de abuso de Lawrence Vail, huyó con John Holms. La muerte de John a causa de un infarto fue un duro golpe para ella. Después entraría en su vida Douglas Garman, más tarde llegarían el escritor Samuel Beckett y el artista Max Ernst.


Peggy con Max Ernst 



Los últimos capítulos de su vida fueron desoladores. Su hija Pegeen cayó en una profunda depresión consumida por agudas inestabilidades mentales y, luego de años de tortuosa existencia, se suicidó en 1967. Peggy nunca pudo sobreponerse a esa tragedia y se recluyó por completo en sus aposentos venecianos. En 1979 murió a causa de una apoplejía y sus cenizas fueron enterradas en una esquina del jardín del Palazzo Venier, cerca del lugar donde ella solía dar sepultura a sus mascotas.









Fuentes:




Teresa Vallbona, Grandes mujeres, el lado femenino de la historia. Editorial Océano S.L. 2010

http://mujeresdeleyenda.blogspot.com (Me encanta este blog)


sábado, 18 de junio de 2016

LOS PUENTES EN LAS OBRAS DE EDVARD MUNCH

"Ya no debes pintar interiores con hombres leyendo y mujeres sentadas. Deben ser seres que respiren y sientan, que amen y sufran". E. Munch


Friedrich Nietzsche en el puente, 1906



Edvard Munch, considerado precursor de la tendencia expresionista, nació en Loten (Noruega) en 1863. Pasó la mayor parte de su infancia y adolescencia en Cristiania (la capital de Noruega, que a partir de 1924 se llamará Oslo). Cuando aún no había cumplido los cinco años, su madre murió a causa de tuberculosis. Nueve años más tarde, su hermana Sophie, dos años mayor que él, fallece de la misma enfermedad. Estos hechos ejercerán una influencia decisiva en su actividad artística. Sus tristes y angustiosas representaciones basadas en sus obsesiones y frustraciones personales abrieron el camino al desarrollo del expresionismo.



"La enfermedad, la locura y la muerte fueron los ángeles que rodearon mi cuna y me han seguido a lo largo de mi vida".



El expresionismo es una corriente artística que busca la expresión de los sentimientos y las emociones del autor más que la representación de la realidad objetiva. 


El expresionismo revela el lado pesimista de la vida generado por las circunstancias históricas del momento. La cara oculta de la modernización, la alineación, el aislamiento, la masificación, se hizo patente en las grandes ciudades y los artistas, creyeron que debían captar los sentimientos más íntimos del ser humano.

La angustia existencial es el principal motor de la estética de Munch. En él la expresión surge como resultado de su vida atormentada. Siente predilección por la figura humana y las relaciones personales. Le obsesiona la impotencia del ser humano ante la muerte y la identifica con la mujer. Tiene una visión negativa de la vida, de la indefensión, de la soledad humana y del sexo.



Jóvenes sobre el puente, 1900.


Una de las adolescentes, la más próxima a nosotros y vestida de blanco, se da la vuelta dejando de mirar la corriente de agua y concentrándose en sus pensamientos. Tiene la típica mirada que ponemos cuando miramos sin ver, cuando nuestra mente está ausente del entorno inmediato y se concentra absorta en otras ideas o situaciones lejanas. Es una mirada distraída, perdida, de meditación. De nuevo la soledad, la angustia vital y el pesimismo. El colorido es, también aquí, de una viveza espectacular.



Muchachas en el puente (1901)


De todas las versiones que realizó el noruego Edvard Munch de este paraje real de Oslo, ésta es quizás la más dramática, aunque a simple vista no sepamos decir muy bien por qué.

En esta obra, vemos el gigantesco árbol que da la nota sombría a las Muchachas en el puente (1901), formando un gran espacio en un verde oscuro que casi eclipsa al sol, y cuya sombra sobre el río parece acercarse siniestramente hacia las jóvenes, que simbólicamente están vestidas de blanco (pureza), rojo (sangre, pecado) y verde (muerte).


Las líneas sinuosas, a veces mareantes de Munch, recrean un ambiente de cierta angustia, como si de una pesadilla se tratase. Las chicas no hablan, no se comunican, solamente observan en silencio, reflexionan sobre el sentido de la existencia, o sobre las contradicciones de la vida, o sobre la soledad. 


El tema del puente y las muchachas refleja los breves veranos del norte, con sus luces nítidas que exaltan colores esmaltados y que son reproducidos con un sentido de fugacidad: se contratan momentos de suspensión con la contemplación, la belleza de la juventud en la plenitud de la existencia como inevitablemente efímeras.



Muchachas en el puente, 1900

Tres damas en el puente, 1903

Mujeres en el puente, 1902


Munch fue un adelantado del movimiento expresionista. Su obra simboliza la soledad humana, las escasas fuerzas del hombre en comparación con las de la Naturaleza, del amor y de la muerte. 




Mujeres en el puente, 1902

Señoras en el puente, 1903



El pintor decía de sí mismo que, del mismo modo que Leonardo da Vinci había estudiado la anatomía humana y diseccionado cuerpos, él intentaba diseccionar almas. Por ello, los temas más frecuentes en su obra fueron los relacionados con los sentimientos y las tragedias humanas, como la soledad, la angustia, la muerte y el erotismo. 




Desesperanza, 1892

Árboles en la costa, 1904



Edvard Munch (1863-1944). Pintor y grabador Expresionista.

Sus frases más célebres:



"No voy a pintar más interiores con hombres leyendo y mujeres tejiendo. Voy a pintar la vida de personas que respiran, sienten, sufren y aman".


"Una obra de arte sólo puede venir desde el interior del hombre. El arte es la forma de la imagen que se forma sobre los nervios, el corazón, el cerebro y los ojos del hombre". 


"La forma en que uno ve depende también de un estado emocional de la mente. Esta es la razón por la que un motivo puede ser visto de muchas maneras, y esto es lo que hace que el arte sea tan interesante".


"La pausa en que el mundo entero se detiene en su órbita/ Tu rostro encarna toda la belleza del mundo/ Tus labios, carmesíes como fruta en la sazón, se entreabren como en un gesto de dolor/ La sonrisa de un cadáver/ Ahora la vida y la muerte se dan la mano/ Se ha engarzado la cadena que une los miles de generaciones pasadas a los miles de generaciones por venir".


"La naturaleza no es sólo lo que es visible para el ojo - sino que también muestra las imágenes interiores del alma - las imágenes de la parte posterior de los ojos".


"El arte deriva de un deseo de la persona para comunicarse con otro".




Fuentes:




miércoles, 16 de diciembre de 2015

WASSILY KANDINSKY - ES BELLO LO QUE PROCEDE DE UNA NECESIDAD INTERNA DEL ALMA...

Vassily Kandinsky nació en Moscú el 16 de diciembre de 1866, es decir, hoy hace 146 años. He actualizado la entrada que le hice en el 2011 y lo traigo de nuevo para rendir homenaje a un ser excepcional, humano y que pintaba con el alma. 

***

"El color es un medio para ejercer influencia directa sobre el alma: el color es la tela, el ojo el macillo, y el alma es el piano con sus cuerdas".



Wassily Kandinsky (1866-1944)


El pintor de origen ruso, nacionalizado alemán y luego francés Vasíli Kandinsky, nace en Moscú en 1866 y muere en Neuilly-sur-Seine en 1944. Su interés principal eran la cultura primitiva y las manifestaciones populares de su país natal.

En 1896 decide trasladarse a Munich a estudiar pintura, asistiendo a las clases de F. Stuck. Desde estos comienzos, se puede notar su interés por el color y encontrarse ademas ciertos rasgos del postimpresionismo y el fauvismo.

A comienzos del 1900`realiza varios viaje alrededor del mundo, donde se da cuenta que el objeto representado en sus obras era, no sólo secundaria, sino que además era perjudicial para su trabajo ya que lo que resaltaba realmente eran la simplificación formal y la riqueza cromática.

De aquí comienza a experimentar con su obra hasta tornarse en un abstractismo casi por completo. Luego se caracterizan las obras que agrupó en tres categorías diferentes: las impresiones, cuya inspiración parte de la naturaleza; las composiciones que mezclaban lo intuitivo con rigor compositivo y finalmente las improvisaciones, creadas con las emociones internas.

Ya en el año 1911, crea junto a Franz Marc y August Macke el grupo Der Blaue Reiter, el que se dedicaban a organizar exposiciones, principalmente en Munich y Berlín. Luego de su casamiento en 1917, se traslada a Alemania y comienza a dictar clases en Bauhaus.

La vida espiritual, a la que también pertenece el arte y de la que el arte es uno de sus más poderosos agentes, es un movimiento complejo pero determinado, traducible a términos simples, que conduce hacia adelante y hacia arriba. Este movimiento es el conocimiento. Puede adoptar diversas formas, pero en el fondo conserva siempre el mismo sentido interior, el mismo fin. (De lo espiritual al arte, Kandinsky)


Primer etapa en sus obras.


Post-impresionismo, 1896 - 1906



Schabing - Nikolay Platz (1902)
Forest Landscape with Red Figure (1902)
Kochel - Gabriele Münter (1902)
Couple riding (1906)
Volga Song (1906)


Segunda etapa en sus obras.


Expresionismo/fauvismo, 1906 - 1912:



.
Les Corbeaux (1907)
Murnau Street with Woman (1908)
Murnau. Landscape with a Tower (1908)
Encounter (1908)


Tercera etapa en sus obras:


ARTE ABSTRACTO, Impresiones, Improvisaciones y Composiciones, 1912 - 1921



Untitled (First Abstract Watercolor) (1910)
Improvisation 3 (1909)
Improvisation 4 (1910)
Study for Improvisation 6 (1910)
Improvisation 7 (1910)
Study for Improvisation 8 (1909)
Improvisation 9 (1910)
Improvisation 10 (1910)
Composition IV (1911)
Compositión V (1911)
Composition VI (1913)
Composition VII (1913)
Impression III (Concert) (1911)
Study with Concentric Circles (1913)



CITAS SUYAS:

"La armonía de los colores debe fundarse únicamente en el principio del contacto adecuado con el alma humana, es decir, en lo que llamaremos el principio de la necesidad interior".

"Como el alma se encuentra estrechamente ligada al cuerpo, una emoción cualquiera puede provocar siempre, por asociación, otra que corresponda con ella".

"Una cosa se me hizo manifiesta: que la objetividad, la descripción del objeto, no era necesaria en mis pinturas y que en realidad les perjudicaba".

"Todos los procedimientos son sagrados si son interiormente necesarios. Todos los procedimientos son pecados si no se justifican por la necesidad interior".




Yellow, Red, Blue, 1925

martes, 1 de diciembre de 2015

MARIANNE VON WEREFKIN - PINTORA EXPRESIONISTA QUE LUCHÓ POR SU LIBERTAD ARTÍSTICA


"Este es el papel de la mujer. Ella existe para ser portavoz de las nuevas ideas, sobre todo en el arte, para explicar el genio a la masa".



La ciudad roja, 1909


Marianne von Werefkin (1860-1938), rusa. Es una pintora expresionista que tiene inicios bajo la influencia de Munch. Ha estado asociada al grupo "El jinete azul".
En 1892, von Werefkin conoce al pintor Alexej von Jawlensky. Fascinada con él, se trasladan a Munich. Pero, a partir de ese momento ella abandona su propio trabajo para iniciar un Salón que rápidamente se convierte en un importante centro de intercambio artístico concentrado en el nuevo movimiento, "el expresionismo."


Fue víctima de una especie de machismo artístico-sentimental que destruyó su relación con el arte tanto tiempo como compartieron lecho con sus admirados y vampíricos pintores.


Campo fantástico

Auto-retrato (1910)
Police sentinel in Vilnius, 1914

Stadt in Litauen

Retrato de una joven

Retrato de Marianne Von Werefkin por Gabriele Munter

Retrato de Marianne von Werefkin por Erma Bossi


Von Werefkin también funda el grupo "Lukasbruderschaft" en el que participaba Wasili Kandinsky. 

Después de una crisis privada con Jawlensky que culmina con el nacimiento de su hijo en 1902 y viajes de rehabilitación por Francia, Marianne von Werefkin retoma su arte en 1906 bajo la influencia de Edvard Munch. 

Ella y Jawlensky, a poco de haber descubierto el pintoresco pueblo de Murnau en 1908 trabajan por un tiempo con Kandinsky y Gabrielle Münter. Allí forman el nuevo grupo "Neue Kunstlervereinigung München." Pero cuando Kandisnky y Franz Marc se apartan del grupo para formar su propio "Der Blauer Reiter," von Werefkin comienza a exhibir sus obras con ellos.


El abridor

Camino en el campo

Los patinadores (1911)

Herbst (Schule), 1907.

"Ballsaal", 1908.


"¡Volveré a pintar!" fueron las últimas palabras que Marianne Von Werefkin (1860-1938) dijo, despechada, a Jawlensky, del que se separaba definitivamente en 1921 después de casi dos décadas de apasionada y tormentosa relación. 

Eclipsada por el genio brillante y posesivo del pintor expresionista alemán, von Werefkin había renunciado a su propia obra pictórica para servir únicamente de soporte y aliento del arte de Jawlensky, víctima de la fascinación o de una relación de pareja que hoy en día no dudaríamos en calificar de maltrato psicológico. 

En cuanto se produjo la separación, ella se quedó en Ascona, Suiza, y él se trasladó a Wiesbaden, en Alemania, la obra de la pintora rusa floreció con un especial énfasis creativo y permaneció fiel al lienzo hasta diez años antes de su muerte, sólo cuando su salud le impidió seguir pintando.



La gran luna 1923
Al alba 1914
La familia 1922

La cervecería
La bailarina Sacharoff

El árbol rojo, 1907

Humor Trágico


Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, von Werefkin y Jawlensky se instalan en Suiza.
En 1919, otra mudanza los lleva a Ascona, donde se unen al grupo "Großer Bär." Dos años más tarde, von Werefkin y Jawlensky se separan. 


Su pintura primitivista y sintética, mística, de colorido estridente y antinaturalista a ultranza. En la década de 1920 fundó su propio grupo, Der Grosse Bär.



Golpe de viento, 1910

Old age.

Ameisenhaufen (1916)

Ave María 1914

Homecoming

El molino