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viernes, 3 de noviembre de 2017

ITALO CALVINO - LAS CIUDADES INVISIBLES

Hoy quería hablaros de poesía. Y de ciudades, claro. 


Las ciudades de Italo Calvino son como "imágenes de ciudades felices que toman continuamente forma y se desvanecen, escondidos en las ciudades infelices"

Una ciudad vista por Paul Klee

"Una vibración lujuriosa mueve continuamente a Cloe, la más casta de las ciudades. Si hombres y mujeres empezaran a vivir sus efímeros sueños, cada fantasma se convertiría en una persona con quien comenzar una historia de persecuciones, simulaciones, malentendidos, choques, opresiones, y el carrusel de las fantasías se detendrí­a". 


Una ciudad vista por Remedios Varo

"A ochenta millas de proa al viento maestral, el hombre llega a la ciudad de Eufemia, donde los mercaderes de siete naciones se reúnen en cada solsticio y en cada equinoccio. 
La barca que fondea con una carga de jengibre y algodón en rama volverá a zarpar con la estiba llena de pistacho y semilla de amapola, y la caravana que acaba de descargar costales de nuez moscada y de pasas de uva ya lía sus albardas para la vuelta con rollos de muselina dorada. 

Pero lo que impulsa a remontar ríos y atravesar desiertos para venir hasta aquí no es sólo el trueque de mercancías sino también porque de noche, junto a las hogueras que rodean el mercado, sentados sobre sacos o barriles o tendidos en montones de alfombras, a cada palabra que uno dice como "lobo", "hermana", "tesoro escondido", "batalla", "sarna,", "amantes", los otros cuentan cada uno su historia de lobos, de hermanas, de tesoros, de sarna, de amantes, de batallas. 

Y tú sabes que en el largo viaje que te espera, cuando para permanecer despierto en el balanceo del camello o del junco se empiezan a evocar uno por uno todos los propios recuerdos, tu lobo se habrá convertido en otro lobo, tu hermana en una hermana diferente, tu batalla en otra batalla, al regresar de Eufemia, la ciudad donde en cada solsticio y en cada equinoccio intercambiamos nuestros recuerdos". 
(fragmento del capítulo II, titulado Las ciudades y los trueques)




Italo Calvino publicó Las Ciudades Invisibles en el año 1972. El libro está organizado mediante una estructura puramente arquitectónica (lo mismo que sucedía con el rompecabezas de "La vida instrucciones de uso", de Perec), su construcción responde a las propuestas de Oulipo. 
Está organizado en nueve capítulos, digamos que, tradicionales. Es decir, con su número romano identificativo que comienza por el I y termina en el IX. Pero luego, la distribución de cada capítulo es otra historia. 
En realidad existen once temas que se van colocando por los diferentes capítulos. Por orden de aparición (que según sus palabras se corresponde con un cierto orden cronológico) son los siguientes:
las ciudades y la memoria, 
las ciudades y el deseo, 
las ciudades y los signos, 
las ciudades sutiles, 
las ciudades y los intercambios, 
las ciudades y los ojos, 
las ciudades y el nombre, 
las ciudades y los muertos, 
las ciudades y el cielo, 
las ciudades continuas y 
las ciudades escondidas. 


Luego, cada tema se distribuye en cinco artículos. De tal forma que, por ejemplo, tenemos: "las ciudades y el deseo 1"; "las ciudades y el deseo 2" … y así, hasta cinco con todos los temas. 


Lidia

Josune

En total, cincuenta y cinco artículos, cada uno de ellos dedicado a una ciudad concreta que lleva el nombre de una mujer. Así: "las ciudades y el deseo 1" está dedicado a Dorotea o "las ciudades y el nombre 5" a Irene...etcétera.


Anastasia
"Al cabo de tres jornadas, andando hacia el mediodía, el hombre se encuentra en Anastasia, ciudad bañada por canales concéntricos y sobrevolada por cometas. Debería ahora enumerar las mercancías que se compran a buen precio: ágata ónix crisopacio y otras variedades de calcedonia; alabar la carne del faisán dorado que se cocina sobre la llama de leña de cerezo estacionada y se espolvorea con mucho orégano; hablar de las mujeres que he visto bañarse en el estanque de un jardín y que a veces -así cuentan- invitan al viajero a desvestirse con ellas y a perseguidas en el agua..."



Irene

Las ciudades invisibles nos presenta un tema de fondo muy filosófico, se habla de la realidad que podría ser subjetiva y que el conocimiento no solo es subjetivo sino el único modo de conocer la existencia de las cosas. 

Además también hay algunos temas secundarios como la soledad, la vejez, la educación, la muerte y la felicidad que se desprenden de las conversaciones entre Marco Polo y Klan en algún momento de mayor intimidad.

La poesía y la ciudad aparecen cuando uno lee cada uno de los artículos. Para ello no es necesario preocuparse del número, ni del capítulo, ni del tema. Sólo abrir el libro y dejarse llevar: 




"En esta ola de recuerdos que refluye, la ciudad se embebe como una esponja y se dilata. Una descripción de Zaira como es hoy debería contener todo el pasado de Zaira. Pero la ciudad no dice su pasado, lo contiene como las líneas de una mano, escrito en los ángulos de las calles, en las rejas de las ventanas, en los pasamanos de las escaleras, en las antenas de los pararrayos, en las astas de las banderas, surcado a su vez cada segmento por raspaduras, muescas, incisiones, cañonazos". 


En Zaira nos habla de las "ciudades y la memoria", y en Armilla de las "ciudades sutiles": 





"Si Armilla es así por incompleta o por haber sido demolida, si hay detrás un hechizo o sólo un capricho, lo ignoro. El hecho es que no tiene paredes, ni techos, ni pavimentos: no tiene nada que la haga parecer una ciudad, excepto las cañerías del agua, que suben verticales donde deberían estar las casas y se ramifican donde deberían estar los pisos: una selva de caños que terminan en grifos, duchas, sifones, rebosaderos. Contra el cielo blanquea algún lavabo o bañera u otro artefacto, como frutos tardíos que han quedado colgados de las ramas. Se diría que los fontaneros han terminado su trabajo y se han ido antes de que llegaran los albañiles; o bien que sus instalaciones indestructibles han resistido a una catástrofe, terremoto o corrosión de termitas".


Los relatos de Calvino pueden ser el puntapié para imaginar nuevas ciudades, para contrastar con las que habitamos,  para hacer otros mapas e imaginar otras geografías, para detenerse en la observación de los rasgos y cotidianidades.

"¿Qué es hoy la ciudad para nosotros? Creo haber escrito algo como un último poema de amor a las ciudades, cuando es cada vez más difícil vivirlas como ciudades. Tal vez estamos acercándonos a un momento de crisis de la vida urbana y Las ciudades invisibles son un sueño que nace del corazón de las ciudades invisibles".

Italo Calvino




El libro consiste en una serie de relatos de viaje que Marco Polo hace a Kublai Kan, emperador de los tártaros. Calvino toma a Marco Polo como paradigma cultural del viajero, siempre llegando y a la vez partiendo de ciudades que se van acumulando en la memoria. El viajero, al final del viaje, siempre llega a una ciudad. 


Una ciudad vista por Yerka Jacek

La ciudad de llegada es entonces la ciudad del deseo. Y la ciudad del deseo se hace de sueños y de memoria: 

"Al hombre que cabalga largamente por tierras selváticas le acomete el deseo de una ciudad. Finalmente llega a Isadora, ciudad donde los palacios tienen escaleras de caracol incrustadas de caracoles marinos, donde se fabrican según las reglas del arte catalejos y violines, donde cuando el forastero está indeciso entre dos mujeres encuentra siempre una tercera, donde las riñas de gallos degeneran en peleas sangrientas entre los apostadores. Pensaba en todas estas cosas cuando deseaba una ciudad. Isadora es, pues, la ciudad de sus sueños; con una diferencia. La ciudad soñada lo contenía joven; a Isadora llega a avanzada edad. En la plaza está la pequeña pared de los viejos que miran pasar la juventud; el hombre está sentado en fila con ellos. Los deseos son ya recuerdos".





Las ciudades se entienden como alegorías de la vida: 


"Lo que me importa, Marco Polo, es descubrir las razones secretas que han llevado a los hombres a vivir en las ciudades, razones que puedan valer más allá de todas las crisis. Las ciudades son un conjunto de muchas cosas: memorias, deseos, signos de un lenguaje; son lugares de trueque, como explican todos los libros de historia de la economía, pero estos trueques no lo son sólo de mercancías, son también trueques de palabras, de deseos, de recuerdos. Mi libro se abre y se cierra con las imágenes de ciudades felices que cobran forma y se desvanecen continuamente, escondidas en las ciudades infelices".


 "Diomira" de Mauricio Pettinarolli

"Partiendo de allá y caminando tres jornadas hacia Levante, el hombre se encuentra en Diomira, ciudad con sesenta cúpulas de plata, estatuas en bronce de todos los dioses, calles pavimentadas de estaño, un teatro de cristal, un gallo de oro que canta todas las mañanas sobre una torre. Todas estas bellezas el viajero ya las conoce por haberlas visto también en otras ciudades. Pero es propio de ésta que quien llega una noche de septiembre, cuando los días se acortan y las lámparas multicolores se encienden todas juntas sobre las puertas de las freidurías, y desde una terraza una voz de mujer grita: ¡uh!, sienta envidia de los que ahora creen haber vivido ya una noche igual a ésta y haber sido aquella vez felices". 
(fragmento del artículo número uno de las "Ciudades y la memoria")


Maurilia (ciudades y memoria)
Dice Italo Calvino:

"Un libro (creo yo) es algo con un principio y un fin (aunque no sea una novela en sentido estricto), es un espacio donde el lector ha de entrar, dar vueltas, quizás perderse, pero encontrando en cierto momento una salida, o tal vez varias salidas, la posibilidad de dar con un camino para salir. Alguno de vosotros me dirá que esta definición puede servir para una novela con una trama, pero no para un libro como éste, que debe leerse como se leen los libros de poemas o de ensayos o, como mucho, de cuentos".

Las ciudades invisibles, Cloe 

*.- Para un interesante artículo de aproximaciones matemáticas a algunas Ciudades Invisibles de Calvino, pueden dar click aquí.



Fuentes:


http://udlerlorena.wordpress.com/



*.- Entrada que hice en 2014 y que actualizo hoy






5 comentarios:

Ico dijo...

Maravillosos, gracias por esta magnífica critica..
un saúdo

Freddy Nuñez dijo...

Buenísimo el relato o los relatos Inma para magnificar a las ciudades en la obra de Italo Calvino,si las ciudades son intrincables, inescruptables con su multiplicidad de signos, caracterìsticas, pareceres y vivencias, el centro de encuentro de millones de seres con sus particularidades,sus amores, dolores, crisis, victorias, pero con la sabiduria de crear pertenencias y apegos, son las ciudades , como dijera Antonio Gala como la mujer, hablando de su Granada de los Nazaries,con sus zocos, talleres, tiendas, castillos, baños, entidades para quererlas y adorarlas en el contexto de toda una complejidad entendible... Gracias por tus relartos Reinamora!.

Inma dijo...

Graciasss Ico, me alegra que te guste, un abrazo grandote

Inma dijo...

Gracias por tus palabras, Freddy. Cada ciudad una mujer, cada ciudad una madre, una historia, una emoción, una ternura.

Te dejo este porma grandioso de Vicente Huidobro, que viene al caso:

"En las ciudades
La gente habla
Habla
Pero nadie dice nada

La tierra desnuda gira todavía
Y hasta las piedras gritan

Soldados vestidos de nubes azules
El cielo envejece entre las manos
Y la canción en la trincheras

Los trenes se alejan sobre cuerdas paralelas

En todas las estaciones se llora

El primer muerto fue un poeta
Un pájaro escapó de su herida

El aeroplano blanco de nieve
Gruñe entre las palomas del atardecer

Un día
se ha perdido en el humo de los cigarros

Nublados del cielo
Nublados de las fábricas

Es un espejismo

Las heridas de los aviadores sangran en todas las estrellas
Un grito de angustia
Se ahogó en la bruma
Y un niño arrodillado
Alza las manos.."

Un abrazooo

José Valle Valdés dijo...

Muy bueno, amiga. Gracias por compartírnoslo.

Abrazos