Ferdinand Hodler, tristeza |
Tristeza por comprobar que nunca vamos a conseguir nada en este país.
Tristeza al ver que un pueblo entero es capaz de movilizarse por un partido de fútbol,
tristeza porque observo que el pueblo es erudito en toda la parafernalia del fútbol, pero opaco e ignorante en nuestros derechos y dignidad,
el pueblo se idiotiza, entra en éxtasis,
y se entrampa hasta límites indecorosos para ver un partido,
pero es incapaz de empatizar con los dos millones de niños que pasan hambre o con las familias desahuciadas, y con la dictadura que vivimos (todos los dictadores han entretenido al pueblo con el fútbol),
y, lo peor, son los primeros que se quejan,
miran para otro lado aunque saben que todo lo que rodea al fútbol es corrupción, dinero, evasión y blanqueo
les da igual, todo da igual.
¿Qué pasará mañana cuando se termine la resaca futbolera?
Tristeza, mucha tristeza e impotencia.