en la boca del león
yo
yo puse solamente dos dedos
en la garganta del Bello Mundo
No tuvo tiempo
de morderme.
Rufino Tamayo, La llamada de la Revolución |
Muy sencillamente
vomitó rugiendo
un poco de esa bilis de oro
a la que es tan afecto.
Para que esa jugarreta resulte
útil y divertida
lavarse los dedos
cuidadosamente
en una pinta de buena sangre.
A cada uno con su circo.
De "Spectacle"
Versión de Aldo Pellegrini
http://amediavoz.com/prevert.htm
*.- Prefiero publicar un poema de Prévert que intoxicarme sobre cómo va este país y cómo sus gobernantes no tienen en cuenta al pueblo y pueden hacer lo que les venga en ganas, y lo hago así porque mi bilis no es de oro como en el poema, es una bilis amarga y con mucha rabia.
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