Me decías: ¿Trabajas? Me decías: ¿Ya es la hora del té?. Y yo no te decía: "Te amo"; no te decía: "Eres todo lo que tengo"; no te decía: "Eres la única rosa en la que caben todas las primaveras". Me decías: "Adiós, hasta mañana". O me decías: "¿Necesitas algo?". Y yo no te decía: "Me estoy muriendo de amor... me estoy muriendo". Nadie mojaba el aire como yo.
Antonio Gala
4 comentarios:
Cuando se da esa conversación de mudos, ambos sólo escuchan al corazón de forma histérica y lleno de angustia.
Preciosa Entrada.
Un abrazo.
Estoy descubriendo a Gala gracias a ti Inma. Qué maravilla! Un beso!
Es miedo a decir lo que siente, miedo infinito a que no le quieran y por eso queda callado, es un diálogo de amor bellísimo..
Un abrazo amigo, graciasss
Qué bueno Sara!! Gala es de una ternura y rotundidad bestial, a mi me enternece mucho..
Muchos besos guapaaa
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