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martes, 11 de abril de 2017

JOSEPH BRODSKY Y KONSTANTIN MAKOVSKY - POETA Y PINTOR RUSO


Konstantin Makovsky - 1880



Canción de amor

Si te estuvieras ahogando, acudiría a salvarte,
a taparte con mi manta y a ofrecerte té caliente.

Si yo fuera comisario, te arrestaría y te encerraría en una celda con la llave echada.

Si fueras un pájaro, grabaría un disco
y escucharía toda la noche tu trino agudo.

Si yo fuera sargento, tú serías mi recluta
y, chico, te aseguro que te encantaría la instrucción.


Si fueras china, aprendería tu idioma, quemaría
mucho incienso, llevaría tu ropa rara.

Si fueras un espejo, asaltaría el baño de las señoras,
te daría mi lápiz rojo de labios y te soplaría la nariz.


Si te gustaran los volcanes, yo sería lava
en constante erupción desde mi oculto origen.





Konstantin Makovsky





Konstantin_Makovsky-Self-Portrait-1856

*Konstantin Makovsky, pintor ruso 1839/1915, es uno de los integrantes del grupo "Los itinerantes", liderado por Kranskoi, opuestos al academicismo y realizadores de obras de contenido social y psicológico.


*Joseph  Brodsky. Poeta ruso nacido en San Petersburgo en 1940.
De formación autodidacta,  reconoció la influencia que en él ejercieron los poetas clásicos, los metafísicos ingleses y los poetas polacos modernos, además de Proust, W. H. Auden y Herman Melville.




Joseph Brodsky


Vivía en Leningrado, era poeta, tenía veintitrés años y sería arrestado. Las autoridades soviéticas lo acusaron de ser holgazán y de propagar estados de ánimo decadentes.

Joseph Brodsky había nacido en 1940 un año después de que los alemanes sometieran su ciudad natal a un pavoroso bloqueo.

A la orilla del río Neva junto al mar Báltico queda esta ciudad de clásicas proporciones. No es posible imaginar otra ciudad tan entregada a las palabras y a la literatura. Sus seres fantásticos y extravagantes del siglo 19 produjeron las narraciones de Gogol. El desmesurado poder de los zares dio origen a una literatura crítica en la que el hombre es aplastado por un poder estatal inhumano. La casi irrealidad de las enormes avenidas y de sus simétricos palacios clasicistas con el horizonte del mar que arroja neblinas sobre la urbe fue el lugar de los símbolos y del amor disolvente del poeta Alexander Blok.

Allí nació y vivió hasta los 32 años el poeta Joseph Brodsky. Fue en uno de sus tribunales donde escuchó el veredicto de condena a cinco años de trabajos forzados, que gracias a la presión de sus amigos, entre ellos estaba la poeta Anna Ajmatova, se redujeron a dos. El juicio se realizó el 29 de noviembre de 1963, en el mismo año en que escribió su magnífica oda al predicador y poeta inglés John Donne.





Konstantin Makovsky 


"Y no importa que un vacío empiece a abrirse
de entre tus sentires, que tras la gris tristeza
crepite el miedo y, digamos, un foso de furor.
Porque en la era atómica, cuando tiembla hasta la roca,
podremos sólo salvar los muros del hogar,
los corazones, fundiéndolos con fuerza igual
y nexo semejante a la muerte que los viene a acechar.
Y temblarás al escuchar decir: "Querido"..."


Joseph  Brodsky



Konstantin Makovsky

Konstantin Makovsky 
Konstantin Makovsky 



Konstantin Makovsky 


"No hay sólo andar, también silencio, en tu reloj,
que además ignora el caminar en círculo.
Así en su caja hay gato y hay ratón,
nacidos, se diría, el uno para el otro.
Tiemblan, escarban, yerran en qué día están,
mas sus roer, enredos y trajín constantes
apenas se aprecian en un hogar del campo,
que suele cobijar cientos de seres vivos.
Allí en la razón cada hora se borra
y los rostros etéreos de los años perdidos
se escapan -más aún si se acerca el invierno,
que llena el zaguán de cabras, gallinas, carneros.."


Joseph  Brodsky



Konstantin Makovsky 

Konstantin Makovsky 

Konstantin Makovsky 


En 1989 lejos de su pasado y de sus orígenes, en un punto del océano Atlántico, al otro lado de la ciudad báltica de su juventud, el poeta escribía:


"Querida, era bien tarde hoy cuando salí de la casa
para aspirar un poco de aire fresco del océano.
Se quemaba el ocaso como un abanico chino estremecido
y los nubarrones se elevaban como la cola
de un piano negro de concierto.

Veinticinco años atrás te ponían loca los dátiles,
dibujabas con tinta, cantabas un poquito,
te divertías conmigo y te fuiste con un ingeniero químico.
Las cartas dicen que hoy eres tenazmente tonta,
que te ven en las iglesias de provincia
y en las de la capital.

Vas a las misas por amigos comunes 
que no volverán a tu vecindad.

Y estoy contento de que no haya en el mundo
tanta distancia como la que nos separa a los dos
No me entiendas mal. 

Ya nada me une a tu cuerpo, 
a tu nombre, a tu voz.

Nadie los ha destruido. Fíjate.

Pero por lo menos para olvidar una vida
uno requiere de otra y para mi eso fue cosa vivida.

Tuviste suerte también, ¿dónde más sino en la fotografía
seguirás siendo siempre joven, sin arrugas, ligera?
pues el tiempo enfrentado a los recuerdos
se da cuenta de su falta de derechos.

Fumo en las sombras y aspiro el hedor de la marea..."



Konstantin Makovsky 

Konstantin Makovsky 



*.- Mis poemas preferidos de Brodsky siguen siendo, no obstante, los primeros que escribió en Rusia, esos que los jóvenes de su país, incluso hoy, se saben a menudo de memoria.



SOY MI CUERPO - JAIME SABINES

Didier Lourenço


Soy mi cuerpo. Y mi cuerpo está triste, está cansado. Me dispongo a dormir una semana, un mes; no me hablen.

Que cuando abra los ojos hayan crecido los niños y todas las cosas sonrían.

Quiero dejar de pisar con los pies desnudos el frío. Échenme encima todo lo que tenga calor, las sábanas, las mantas, algunos papeles y recuerdos, y cierren todas las puertas para que no se vaya mi soledad.

Quiero dormir un mes, un año, dormirme. Y si hablo dormida no me hagan caso, si digo algún nombre, si me quejo. Quiero que hagan cuenta que estoy enterrada, y que ustedes no pueden hacer nada hasta el día de la resurrección.

Ahora quiero dormir un año, nada más dormir.



JAIME SABINES (Tarumba, 1956)


lunes, 10 de abril de 2017

TORRIJAS - RECETA ANDALUSÍ





Este plato, señero por antonomasia, es sin duda la torrija, de plural pronunciación y confección, pues difícilmente se cocina una sola, de inconfundible tradición cuaresmal y arraigada en nuestra tierra desde tiempo inmemorial.

Difícilmente podremos datar su origen, sin embargo nos atrevemos a ubicar su nacimiento en nuestro origen andalusí, tan prolífico en mieles y gustos tan refinados y de donde proviene nuestra actual dieta, buque insignia de la alimentación mundial.

Entre los antiguos preparados de la abundante y sofisticada cocina andalusí hemos encontrado un atisbo de torrija en el denominado "zalabiyya", que básicamente era un brioche, que una vez asentado se freía en aceite y se rociaba con miel. Vemos con meridiana claridad el nacimiento de nuestra tradicional torrija en este platillo andalusí y lo vemos reclamar para si la paternidad del semanasantero dulce. Una desviación, y la ampliación sobre el mismo tema, lo podemos contemplar en los llamados "Buñuelos de agua miel", de origen mudéjar, en los que para su preparación intervienen ingredientes utilizados hoy como participantes de las afamadas torrijas.






La confección de las torrijas tal y como las entiende el Grupo Gastronómico Gaditano:


Ingredientes:


2 teleras (telera=barra) de pan moreno del horno de la venta "El Caminero", de Puerto Real. 
½ botella de fino Palillo de Chiclana. 
½ botella de moscatel Gloria naranja de bodegas "El Sanatorio" de Chiclana. 
6 huevos enteros y batidos con un poco de azúcar. 
Aceite de oliva virgen. 
½ Kg. de miel de la sierra de mil flores. 
½ L. de agua. 
Un poco de azúcar. 
Un palo de canela y un poco de canela molida. 



Preparación:


Quitar la corteza a las teleras y cortarlas en rodajas de un centímetro de grueso aproximadamente. Reducir, brevemente, la combinación de los dos vinos, con el palo de canela, a fuego muy lento para que pierdan algo de su contenido en alcohol y dejar enfriar. 


Pasar las rebanadas de pan por el vino sin que empape mucho y luego rebozarlas con el huevo batido friéndolas a continuación en aceite de oliva virgen que habremos puesto en un perol al fuego sin que sobrepase la altura de las rebanadas. 


Cuando estén doradas por una cara daremos vuelta para dorar la otra y apartamos sobre papel secante absorbiendo el aceite. Cuidar el aceite mientras freímos evitando que se ennegrezca cambiándolo si fuera necesario. 


Cuando terminemos con la totalidad de las rebanadas hacemos una hidromiel llevando a fuego lento el agua, la miel y un poco de azúcar para dar brillo, tratando de obtener una densidad media entre el agua y la miel. 


Apartamos del fuego y empapamos abundantemente las rebanadas con esta mezcla, espolvoreando, por último, con la canela molida las singulares Torrijas.

Si no contamos con los vinos mencionados, podremos sustituirlos con manzanilla de Sanlúcar y moscatel del marco de Jerez, añadiendo un poco de almíbar obtenido de agua, azúcar y algunas mondas de naranja sin la parte blanca y habiéndolas cocido previamente para quitarles el amargor.


Laus Deo.

Mariano Del Río.


http://grupogastronomicogaditano.com



*.- Entrada que publiqué en 2012 y que actualizo hoy