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sábado, 1 de marzo de 2014

JAIME GIL DE BIEDMA - EL POETA QUE MEJOR DESNUDÓ EL CORAZÓN Y QUE ABRIÓ EL CAMINO DE LA ACTUAL POESÍA DE LA EXPERIENCIA

Ven. Salgamos fuera. La noche. Queda espacio
arriba, más arriba, mucho más que las luces
que iluminan a ráfagas tus ojos agrandados.
Queda también silencio entre nosotros,
silencio
y este beso igual que un largo túnel.







La nostalgia del sol en los terrados,
en el muro color paloma de cemento
—sin embargo tan vívido— y el frío
repentino que casi sobrecoge.

La dulzura, el calor de los labios a solas
en medio de la calle familiar
igual que un gran salón, donde acudieran
multitudes lejanas como seres queridos.

Y sobre todo el vértigo del tiempo,
el gran boquete abriéndose hacia dentro del alma
mientras arriba sobrenadan promesas
que desmayan, lo mismo que si espumas.

Es sin duda el momento de pensar
que el hecho de estar vivo exige algo,
acaso heroicidades —o basta, simplemente,
alguna humilde cosa común

cuya corteza de materia terrestre
tratar entre los dedos, con un poco de fe?
Palabras, por ejemplo.
Palabras de familia gastadas tibiamente.






Amada mía, remordimiento mío,
la nuit c’est toi cuando estoy solo
y vuelves tú, comienzas
en tus retratos a reconocerme.


¿Qué daño me recuerda tu sonrisa?
¿Y cuál dureza mía está en tus ojos?
¿Me tranquilizas porque estuve cerca
de ti en algún momento?







Como los sueños, más allá
    de la idea del tiempo,
hechos sueños de sueño os llevo,
    días de Pagsanján.

En el calor, tras la espesura,
    vuelve el río a latir
moteado, como un reptil.
    Y en la atmósfera oscura

bajo los árboles en flor,
    —relucientes, mojados,
cuando a la noche nos bañábamos—
    los cuerpos de los dos.






Las horas no han pasado, todavía,
y está mañana lejos igual a un arrecife
que apenas distingo.
                                                                  
Ese país tranquilo
cuyos contornos son los de tu cuerpo
da ganas de morir recordando la vida,
o de seguir despierto
—cansado y excitado— hasta el amanecer.

A solas con la edad, mientras tú duermes
como quien no ha leído nunca un libro,
pequeño animalito: ser humano
—más franco que en mis brazos—,
por lo desconocido.




Jaime Gil de Biedma
(13/11/1929 - 08/01/1990 - Barcelona)

Poeta español, fue un destacado miembro de la llamada Escuela de Barcelona, integrada también por Gabriel Ferrater, Carlos Barral y Juan Marsé. En 1968 apareció Poemas póstumos y en 1974 publicó Diario de un poeta seriamente enfermo, sus memorias. A partir de 1974, y coincidiendo con un cierto desencanto de la transición, padeció una crisis que le llevó a dejar la vida literaria y se recluyó en un férreo nihilismo. 

Fue una de las primeras víctimas del sida en Barcelona y murió el 8 de enero de 1990. Su pareja, el actor Josep Madern, moriría cuatro años más tarde de la misma enfermedad, incurable por aquel entonces. Los resto de Gil de Biedma fueron enterrados en Nava de la Asunción.

Su obra poética, no es muy extensa, ha sido considerada como una de las más interesantes de su generación, la de los poetas sociales de los años cincuenta. No se limitó a utilizar la poesía para expresar una rebeldía política sino que profundizó en el uso de la palabra como material estético y en la consideración del poema como experiencia. 

Tenía una poderosa inteligencia, era seductor, elegante con un toque anglosajón, buen conversador, de enorme cultura, prodigiosa memoria, era brillante, tenía sensibilidad y ternura, dominaba idiomas, era cosmopolita y, además, sentía curiosidad por todo. Desarrolló una dialéctica mortífera que llegó a ser leyenda y que, en ocasiones, le convirtió en un enemigo temible. Fustigó hasta la crueldad a cuantos a él se acercaron, sobre todo a los jóvenes poetas que le pedían consejo. Nadie, excepto quizá Ana María Moix y Juan y Joaquina Marsé, escaparon al dardo de su palabra.
Era de sexualidad potente y vigorosa, que, en combinación con el alcohol, le llevó a abismos sin límite y a una carrera hacia la destrucción. Fue, sobre todo, uno de los grandes poetas de la generación de los cincuenta, que abrió rutas literarias con apenas 80 o 90 poemas de enorme intensidad y rara perfección formal. 
"Tenía un conflicto brutal consigo mismo. Se odiaba tanto que el odio le desbordaba"
Su poema preferido, No volveré a ser joven:
"Que la vida iba en serio / uno lo empieza a comprender más tarde / -como todos los jóvenes, yo vine / a llevarme la vida por delante-.
Dejar huella quería / y marcharme entre aplausos / -envejecer, morir, eran tan sólo / las dimensiones del teatro-.
Pero ha pasado el tiempo / y la verdad desagradable asoma: / envejecer, morir, / es el único argumento de la obra".
Intérprete de una vida múltiple y de una personalidad compleja, logró desdoblarse una y otra vez en varias identidades que, como en el poema Contra Jaime Gil de Biedma, rivalizaron hasta caer en el insulto:


".. De qué sirve, quisiera yo saber, cambiar de piso,
dejar atrás un sótano más negro
que mi reputación —y ya es decir—,
poner visillos blancos
y tomar criada,
renunciar a la vida de bohemio,
si vienes luego tú, pelmazo,
embarazoso huésped, memo vestido con mis trajes,
zángano de colmena, inútil, cacaseno,
con tus manos lavadas,
a comer en mi plato y a ensuciar la casa? .."



*.- Todas las pinturas son de Hermenegildo Anglada Camarasa


domingo, 23 de febrero de 2014

FABIO HURTADO - PINTOR Y FOTÓGRAFO CONTEMPORÁNEO - UNA BELLEZA INCONMESURABLE




De padre español y madre italiana, Fabio Hurtado nace en Madrid en 1960. A finales de los años 70 forma un grupo de rock junto a sus compañeros de instituto, realizando los carteles publicitarios de los conciertos. Más tarde en 1982 alquila su primer estudio en Madrid mientras asiste a la Facultad de Bellas Artes, licenciándose dos años más tarde.
















Entre 1986 y 1988 ejerce como profesor de pintura y dibujo en varios Centros Culturales y colegios del Ayuntamiento de Madrid, hasta su primera exposición importante en Alemania. A partir de entonces abandona su labor docente y se convierte en pintor profesional. Otra faceta artísticas: fotografía.



































Hasta mediados de los años 90 la pintura de Fabio Hurtado se caracteriza por una marcada geometría en sus composiciones y una rotundidad en las formas, interpretadas casi de un modo escultórico. Luego su estilo evoluciona hacia un mayor naturalismo en las figuras, situándolas en un contexto más realista.

Personalmente, me recuerda en sus trazos la pintura picassiana.

Su obra se caracteriza por una cuidada utilización del dibujo y una gran armonía en el uso del color, complementos de una temática dominada por la presencia de la figura femenina. Las mujeres que aparecen en los cuadros suelen ser elegantes, independientes y enigmáticas; muchas veces instaladas en una soledad aparentemente elegida.















Artísta con un estilo inconfundible, que recrea escenas ambientadas en los años 20 y 30 del siglo XX, dentro de un contexto casi cinematográfico.

A Fabio Hurtado le gusta implicar al espectador en el desarrollo argumental mediante un juego de sugerencias intencionadas:
la acción a menudo parece ocultar al abservador, convirtiendo la interpretación abierta de cada uno en un elemento más de la composición.

























Me encantan sus mujeres, lánguidas, pensativas, llenas de contundencia y a la vez de fragilidad. Hace tiempo que deseaba dedicarle una entrada, hoy domingo me decidí, quizá por sentirme así de habitada, en esa contradicción de mujer libre y atrapada, de mujer lánguida y pensativa, que mira al mundo desde la lejanía y a través de horrores despreciables, quizá pensando en qué hemos convertido este planeta tan sumamente bonito. Os dejo la página web del pintor, de donde saqué no solo las imágenes sino también el texto, así le conoceréis mejor:





sábado, 22 de febrero de 2014

¿CÓMO VOY A CREER QUE EL MUNDO SE QUEDÓ SIN UTOPÍAS? - MARIO BENEDETTI

Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el mundo se quedó sin utopías.

Cómo voy a creer
que la esperanza es un olvido
o que el placer una tristeza.




Edith Rimmington, 1940



Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el universo es una ruina
aunque lo sea
o que la muerte es el silencio
aunque lo sea.

Cómo voy a creer
que el horizonte es la frontera
que el mar es nadie
que la noche es nada.

Cómo voy a creer / dijo el fulano
que tu cuerpo / mengana
no es algo más de lo que palpo
o que tu amor
ese remoto amor que me destinas
no es el desnudo de tus ojos
la parsimonia de tus manos
cómo voy a creer / mengana austral
que sos tan sólo lo que miro
acaricio o penetro.

Cómo voy a creer / dijo el fulano
que la utopía ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos / sos mi utopía.




Mario Benedetti





lunes, 17 de febrero de 2014

VOY A ARRAIGAR EN TI - ERNESTINA DE CHAMPOURCÍN

Mis fuerzas más oscuras
remueven lentamente la tierra de tu alma.
Quisiera penetrarte y enraizar mi esencia
sobre la carne viva que nutre tu fervor.

Ahondaré en ti mismo y abrasará tu sangre
el fuego de la mía rebelde y soñadora.
Invadido por mí, derribarás la cumbre
que te aleja del cielo.

¿No sientes mis raíces? Tu tallo florecido,
ebrio de sí, eterniza mi cálida fragancia.
¡Irguiéndolo alzarás la copa de mi frente,
hasta volcar su zumo en los labios del sol!


Danae, Klimt

Búscame en ti. La flecha de mi vida
ha clavado sus rumbos en tu pecho
y esquivo entre tus brazos el acecho
de las cien rutas que mi paso olvida.

Despójame del ansia desmedida
que abrasaba mi espíritu en barbecho.
El roce de tus manos ha deshecho
la audacia de mi frente envanecida.

Navegaré en tus pulsos. Dicha inerte
del silencio total. Ávida muerte
donde renacen, tuyos, mis sentidos.

Ahoga entre tus labios mi tristeza,
y esta inquietud punzante que ya empieza
a taladrar mi sien con sus latidos.


Ernestina de Champourcín, poeta nacida en Vitoria en 1905 y fallecida en Madrid en marzo de 1999.
Su poesía se encuentra irradiada de elementos simbólicos relacionados con una pureza y una belleza incuestionables. Escribió muchos poemas de amor; sin embargo consiguió ir mucho más allá de este estilo tan trillado, y cultivó una poesía social auténtica, que permite acercarse a la realidad de los poetas del exilio; muchas de sus poesías hablan sobre la soledad y la nostalgia.