lo único que sabemos es que el ser humano
es distinto a los perros y a los gatos,
y tienden a pensar que lo conocen todo..
Si, por otra parte, dios no existe, no encontramos frente a nosotros valores u órdenes que legitimen nuestra conducta. Así, no tenemos ni detrás ni delante de nosotros, en el dominio luminoso de los valores, ni justificaciones ni excusas.
Estamos solos, sin excusas. Es lo que expresaré al decir que el hombre está condenado a ser libre. Condenado, porque no se ha creado a sí mismo y, sin embargo, por otro lado, libre, porque una vez arrojado al mundo es responsable de todo lo que hace. Jean-Paul Sartre.
*.- Según vemos, el hombre comienza por existir. Sartre, al igual que el resto de los existencialistas, le otorga a la palabra existir su sentido etimológico: ir hacia fuera, proyectarse en la realidad.
El hombre es proyecto y como proyecto está siempre haciéndose. Al tener ante sí un abanico de posibilidades, el hombre elige. Esta elección conlleva una responsabilidad que va más allá de su estricta individualidad, e involucra a todos los hombres.