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miércoles, 26 de septiembre de 2012

BRUTALIDAD POLICIAL

La tiranía no puede derrotar 

el poder de las ideas.

Helen Keller










Toda la vida es una conquista, la victoria de la pasión humana sobre los mandamientos de la cobardía. James Joyce



LA ESPERANZA ES EL HOY AMARGO

Ilustración de Toyen

La ardiente ley de los hombres
De la uva hacen vino
Del carbón hacen fuego
De los besos hacen hombres

La dura ley de los hombres
Quedar intacto a pesar
De las guerras y de las miserias
A pesar de los peligros de la muerte

La dulce ley de los hombres
Transformar el agua en luz
El sueño en realidad
Y los enemigos en hermanos

Una ley antigua y nueva
Que se va perfeccionando
Desde el fondo del corazón del niño
Hasta la razón suprema. 


 Paul Éluard.


No es el sufrimiento, sino la esperanza de cosas mejores lo que incita las rebeliones, no la pierdo y sigo pensando que podemos construir un mundo más bonito, mejor, DIGNO 


martes, 25 de septiembre de 2012

NAZIM HIKMET - ¿QUÉ VAMOS A HACER?

Georges-Pierre Seurat



Si yo no ardo,
si tú no ardes,
si nosotros no ardemos
¿cómo se iluminará la oscuridad? 

Nazim Hikmet.


lunes, 24 de septiembre de 2012

PRESAGIO DE LA BURLA FINAL


Hermel Orozco


.. me punzarán la frente recuerdos como abrojos,
me tragaré la lengua, me cerraré los ojos,
¡y en un olvido largo me olvidaré de mí!


Rubén Martínez Villena, Cuba, 1899



LAS MULTINACIONALES MANDAN, LOS CIUDADANOS DEJAN HACER



¿ DEMOCRACIA ? ¿QUIÉN LO DIJO?


La Unión Europea, interesado fruto de la banca y de las mayores empresas


En la vaporosa calima de la irresponsabilidad de cada ciudadano reside la imposición del modo de producción y apropiación que más conviene a las multinacionales, a sus tecnoestructuras y a sus lacayos políticos y sindicales. El becerro de oro volvió, se paseo por las calles, encandiló a los humildes, a los asalariados, a aquellos que se sentían confortados en su ilusa situación intermedia. 


Ahora todos se lamentan desorientados. Unos reciben cuchilladas, otros golpes bajos de los que esperan recuperarse; muchos todavía confían en que no les alcance ni lo uno ni lo otro y se agazapan complacientes con los poderosos. Poco a poco son engullidos sin querer saber que de su conformismo inicial y de su amilanamiento posterior sólo se sigue la miseria para muchos, la pobreza para otros, la esclavitud para todos.


La globalización, nueva fase de concentración del capital, precisa de la renuncia de los Estados −otrora edificados cómo máscara garante de la protección de los desvalidos− a nuevas porciones de soberanía formal. Las gentes, encantadas por la milonga cosmopolita y viajera y por la felicidad que produce la propiedad −aun hipotecada−, se creyeron sentados a la mesa de los señores del mundo, o partícipes, o aspirantes, que los medios de comunicación para las masas ya se encargaron de propagar la buena nueva.


La Unión Europea, interesado fruto de la banca y de las mayores empresas, con su recubrimiento pacifista (“evitemos otra guerra mundial”), bajo el manto de los grandes proyectos de la historia de la Humanidad (unificar Europa, como si todos los pueblos de Europa fueran comunes en otra cosa que el distingo entre enriquecidos y empobrecidos), en nombre de una democracia que oculta las verdades (menudea la contribución del periodismo amenazado en su pupitre), que perpetúa el servicio de las administraciones y de la justicia a favor de los poderosos; todo eso, sumado a las aspiraciones de quienes se ilusionaban con fulgurantes carreras internacionales, así fuesen de servidumbre (las multinacionales marcan las directrices y los ritmos del cambio técnico, de las barreras de entrada en el sector, de lo que se puede decir o no, si se quiere prosperar). ¡Ah, camino de servidumbre!


Añádase para mejor comprender el caso de España, con una mitad o más de sus ciudadanos acomplejados por el dedo señalador de haber vivido una dictadura, avergonzados del Spain is different, el deseo ansioso de poseer esos coches potentes, que eran señal de un nivel de vida superior. Entraron los capitales de accionistas europeos a tomar posesión de las empresas públicas y privadas más rentables a cambio. Y se fue privatizando y desmantelando el tejido productivo autóctono, por improductivo, por anticuado, falto de competitividad. La Unión Europea entró en España y no viceversa.


Ahora tenemos ante nuestros ojos lo que ha significado todo esto y la renuncia a nuestra soberanía, la enorme burbuja generada por el crédito barato concedido en última instancia por el Banco Central Europeo, que bien pudo evitarlo y no lo hizo, a conveniencia de bancos y multinacionales que se endeudaron hasta lo indecible. Los sacrificios para el pago de las deudas, su socialización a través de los poderes públicos, arrancan el trabajo y el ahorro de los que se ven sometidos por leyes y tratados a los que se creían ciudadanos de un Estado que les amparaba y protegía también en la desgracia, empobreciéndoles hasta la inanición en nombre de Europa, sumando un nuevo tratado unificador que obligue a empobrecer más a los países del “sur”, en nombre de una supuesta disciplina del “norte”, que se saltaron a la torera cuando les convino.


Gobiernos acomodaticios a los poderosos, a los que estorba ahora el reclamo de la soberanía frente a instituciones europeas, quieren acomplejar a sus pueblos para conseguir sus propósitos con la combinación de miedos como arma, en lugar de recuperar su mercado doméstico, generador de empleo a largo plazo.




Fernando G. Jaén 


Asturbulla, 24-09-2012
REBELIÓN

domingo, 23 de septiembre de 2012

TORTILLITAS DE CAMARONES - TAPA EMBLEMÁTICA DE CÁDIZ (ANDALUCÍA)




TORTILLITAS DE CAMARONES
(para varias personas)

INGREDIENTES:

- 150 g. de Quisquilla (en Cádiz, camarones)
- 100 g. de Harina de Garbanzo
-100 g. de Harina Normal
- 1 cebolleta
Perejil
- Aceite de Oliva
- Agua del Grifo



Como su propio nombre indica el ingrediente principal son los camarones, hay que tener la precaución de no confundir este crustáceo con el otro camarón (no el de la isla, sino ese otro más grande). Más de uno seguro que lo conoce por quisquilla, que son como las gambas pero con las proporciones más pequeñas.
Pues bien: esto son los que se usan en Cádiz.







El siguiente paso es preparar la masa de fritura, para lo cual vamos a mezclar un puñao de harina de garbanzo con otro puñao de harina normal. En caso de que no encontréis harina de garbanzo, tenéis dos opciones:

1) intentar hacerla en casa metiendo una pechá de garbanzo en el molinillo de café y darle donde pone "on"... o ........
2) bajarse hasta el mismo Cádiz a comprala y ya de paso conocer una de las ciudades más bonitas de Europa y con más historia de todo Occidente.


Una vez que hayamos mezclado las dos harinas se le añade un chorrito de agua del grifo y removéis hasta que coja consistencia de leche condensada, pero algo más ligerita.
A continuación añadimos media cebolleta bien picaíta, un poco de perejil y por supuesto, los camarones.








Lo siguiente es colocar en el fuego una sartén con abundante aceite de oliva y esperar que esté muy caliente. Cuando empiece a humear, vamos añadiendo pequeñas cucharadas de la masa depositándola con muchísimo tacto en la sartén y procurando que no se peguen unas con otra.
No preocuparse por la forma, que ellas sola se van a ir adaptando:







Cuando se hayan dorado por las dos caras, se las saca de la sartén y se ponen a escurrir para que queden lo menos aceitosa posible. Lo normal es dejarla en papel absorbente de cocina, pero como yo soy muy pejiguera, he utilizado mi propia técnica:







Y sin más dilación, he aquí uno de los mejores aperitivos: tortillita de camarones.


Cádiz en estado puro.








Fuente:

http://conlasmanosenlagrasa.blogspot.com.es